ZENIT

El mundo visto desde Roma

Servicio diario - 27 de abril de 2014

LA FRASE DEL DOMINGO 27 DE ABRIL

Cuanto más alto queramos el edificio de la vida espiritual más hondos cimientos de humildad debemos cavar. (San Agustín)

 


Primera Plana

Noche Blanca, en preparación espiritual para la canonización
Adoración, confesiones, rosarios y catequesis en las iglesias de Roma para los peregrinos llegados de todo el mundo

Inicia la misa de canonización de Juan XXIII y Juan Pablo II
En el día de la Divina Misericordia, y ante cientos de miles de personas, en San Pedro se vive el día de los 'cuatro papas'

Ya son santos
Juan XXIII y Juan Pablo II han sido canonizados este 27 de abril

Francisco: Juan XXIII y Juan Pablo II colaboraron con el Espíritu Santo para restaurar y actualizar la Iglesia
Texto completo de la homilía de Santo Padre en la misa de canonización de Juan XXIII y Juan Pablo II

Juan XXIII y Juan Pablo II elevados a los altares ante la multitud
Francisco y Benedicto XVI se saludan en la plaza de San Pedro. Casi un millón de personas en Roma testigos de la canonización

La religiosa curada por Juan Pablo II rezó hoy: por los enfermos y heridos por la vida
Entrevista en la plaza de San Pedro a la hermana Marie Simon-Pierre, que fue sanada del mal Parkinson

El Santo Padre agradece a todos los que han hecho posible esta jornada
Palabras de Francisco antes de la oración del Regina Coeli al concluir la misa de canonización de san Juan XXIII y san Juan Pablo II

Canonización: cantante pop ítalo-argentino interpreta: Busca la Paz
Música con 30 prosas inéditas escritas por Karol Wojtyla

El rey de España destaca las virtudes de los dos futuros santos
Don Juan Carlos y doña Sofía en la Embajada de España ofrecen una cena en la Embajada de España ante la Santa Sede con motivo de la canonización

Santa Sede

El cardenal Bertone: 'no me dentengo a recoger las piedras que me lanzan'
Carta del ex secretario de Estado vaticano a los semanales de Vercelli y Génova en respuesta a algunos artí­culos contra él

Rome Reports

Cada peregrino tiene una historia personal con los dos nuevos santos (Video)
La noche fue larga pero al final, la espera tuvo su recompensa. Poco antes de las seis de la mañana se abrió el acceso a la plaza de San Pedro para los peregrinos

Francisco saluda a Benedicto XVI antes de comenzar la canonización (Video)
El Papa Francisco llegó a la plaza de San Pedro a las 10 de mañana. Le acompañaban todos los cardenales concelebrantes

Apoteósis en San Pedro: miles de personas asisten a la canonización de Juan Pablo II y Juan XXIII (Video)
Una jornada única. La canonización de Juan Pablo II y Juan XXIII pasará a la historia como una de las fechas más recordadas por miles de católicos

SANTOS Y BEATOS: EPOPEYAS DE AMOR. EJEMPLO DEL DÍA

San Rafael Arnáiz Barón
«La cruz: único tesoro»


Primera Plana


Noche Blanca, en preparación espiritual para la canonización
Adoración, confesiones, rosarios y catequesis en las iglesias de Roma para los peregrinos llegados de todo el mundo

Por Rocío Lancho García

CIUDAD DEL VATICANO, 27 de abril de 2014 (Zenit.org) - La Noche Blanca previa a las canonizaciones de Juan Pablo II y Juan XXIII animó las calles de Roma y llenó las iglesias de la capital. El ambiente que se palpaba era festivo, alegre y de oración. El centro de la ciudad recordaba a los días en los que miles de jóvenes acuden a la llamada de una Jornada Mundial de la Juventud.

Banderas españolas, mexicanas, argentinas, polacas, francesas.... Una gran multitud de nacionalidades representadas en la noche con la que comenzaba la preparación para este gran evento de la Iglesia. 

11 iglesias de Roma estaban preparadas para acoger a los fieles toda la noche con adoración y confesiones. El centro de encuentro para los peregrinos de habla española fue la iglesia del Gesù. Reunidas estaban también allí varias comunidades del Camino Neocatecumenal que se encargaron de animar la vigilia.

Monseñor Munilla, obispo de San Sebastián, pronunció una catequesis en la que recordó la llamada a la santidad e invitó a acercarse a la confesión. "Déjate querer por Dios, déjate alimentar por él, deja que Dios sacie tu sed de felicidad", exhortó el prelado. Asimismo, recordó que se podrían encontrar sacerdotes para el sacramento de la reconciliación durante todo la noche y señaló que los sacerdotes son "embajadores de Cristo e instrumentos de la reconciliación". 

Tomando como ejemplo a San Pablo, el obispo recordó que "él era un enamorado de Cristo, no era un superman". San Pablo, explicó monseñor Munilla, "era un hombre como todos y cada uno de nosotros, débil, su seguridad venía de Cristo, se apoyaba en Cristo para superar sus miedos y sus complejos". De este modo indicó que "el Señor nos quiere santos", lo que no quiere decir que nos quiera perfectos en el sentido humano de la palabra. El prelado explicó a los presentes que "la condición para ser santo es aceptar mis limitaciones", añadiendo que "saber que esas debilidades forman parte del plan de Dios para santificarnos".

Pasada la media noche el ambiente en Roma era completamente de alegría y celebración. Muchos se reunían a charlar en las puertas de las iglesias, otros paseaban con cánticos y música. Y muchos otros se dirigían hacia la plaza de San Pedro para empezar a hacer fila y ser de los primeros en entrar. Una gran multitud de fieles se ubicó a ambos lados de Vía de la Conciliación, "para ver pasar mañana al Santo Padre cuado pase con el jeep y seguir la celebración en las pantallas gigantes", decían. Y otros tantos, esperaron pacientemente a las cinco de la mañana, cuando abrieron el paso para entrar en la plaza. En sacos de dormir, con esterillas y algunos con mantas y plásticos para cubrirse han pasado la noche miles de personas en los alrededores de San Pedro.

Entre los fieles se pueden ver familias, niños, jóvenes, adultos, ancianos, enfermos en muletas o sillas de ruedas. Nada es un impedimento para participar de la canonización de estos dos grandes pontífices que desde hoy serán san Juan XXIII y san Juan Pablo II.

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Inicia la misa de canonización de Juan XXIII y Juan Pablo II
En el día de la Divina Misericordia, y ante cientos de miles de personas, en San Pedro se vive el día de los 'cuatro papas'

Por Rocío Lancho García

CIUDAD DEL VATICANO, 27 de abril de 2014 (Zenit.org) - Roma vive hoy una jornada única. Cientos de miles de personas de todas las partes del mundo se han dado cita este domingo 27 de abril para ser testigos de la canonización de dos grandes papas de la historia contemporánea: papa Roncalli y papa Wojtyla que hoy pasarán a ser san Juan XXIII y Juan Pablo II.

La vista aérea de la plaza de San Pedro permite entender la magnitud de este evento. La gran multitud que desde la noche del sábado esperaba para entrar en la plaza deja ver la magnitud del acontecimiento que hoy vive la Iglesia.

Banderas ondeaban desde todos los rincones del centro de la ciudad y muchos llevaban consigo imágenes de los pontífices que serán canonizados hoy. En pañoletas, en carteles, en la camiseta o incluso algunas peregrinas africanas llevaban unos trajes típicos con las caras de los dos papas. Cualquier lugar es bueno para mostrar la cercanía y el afecto por los futuros santos.

Son 120 las delegaciones procedentes de todo el mundo que han querido participar también de este liturgia. 24 entre jefes de Estado y reyes, 10 jefes de gobierno.

Y para el buen funcionamiento y desarrollo de la jornada, 26 voluntarios están pendientes de cada detalle, así como las 10.000 personas de las fuerzas del orden, 16 puntos médicos y 77 ambulancias disponibles para cualquier necesidad.

La Misa presidida por el Papa Francisco en la plaza de San Pedro ha dado inicio a las 10.00. Y a las 9.30 ha hecho su llegada a la plaza una de las presencias más esperadas entre los fieles, el papa emérito, Benedicto XVI ha llegado acompañado por monseñor Ganswein, su secretario y prefecto de la Casa Pontificia. El papa emérito se ha colocado a la izquierda del altar para concelebrar la eucaristía. A la llegada de papa Francisco a la plaza, se ha dirigido hacia él y se han saludado con afecto.

A las 9.00 se ha iniciado con la oración de la Coronilla de la Divina Misericordia. A las 9.30 se ha continuado con cantos en espera de que comience la eucaristía. Todo ello animado de los coros de la diócesis de Roma, Cravocia y Bérgamo, además del habitual coro en las celebraciones vaticanas, el Coro de la Capilla Sixtina.

La misa ha iniciado con el canto de las letanías de los santos, habitual en las canonizaciones como un signo de "ponernos en las manos de los santos". La celebración eucarística es presidida por el Santo Padre y concelebrada por unos 130-150 cardenales y unos 1000 obispos, todos ellos a la izquierda del altar. También en ese área pero más abajo en el Sagrado, estarán unos 6.000 sacerdotes. Además,  en el altar han concelebrado junto al Papa 5 el cardenal Vallini -vicario de Roma-, el cardenal Stanisław Dziwisz -arzobispo de Cracovia y secretario personal de Juan Pablo II, monseñor Francesco Beschi -obispo de Bergamo-, el cardenal Sodano y el cardenal Re.

Una leve lluvia ha comenzado a caer esta mañana poco antes de iniciar la celebración eucarística, lo que no parece que sea impedimento para que los fieles vivan con intensidad la ceremonia.

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Ya son santos
Juan XXIII y Juan Pablo II han sido canonizados este 27 de abril

Por Redacción

CIUDAD DEL VATICANO, 27 de abril de 2014 (Zenit.org) - "A honor de la Santísima Trinidad, por la exaltación de la fe católica y el incremento de la vida cristiana, con la autoridad de nuestro Señor Jesucristo, de los Santod Apósotoles Pedro y Pablo y Nuestra, después de haber reflexionado largamente, invocado varias veces la ayuda divina y escuchado el parecer de muchos de nuestros hermanos y el episcopado, declaramos y definimos santos a los beatos Juan XXIII y Juan Pablo II, y les escribimos en el registro de los Santos y establecemos que en toda la Iglesia sean devotamente honorados como santos. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo".

Con estas palabras, el Santo Padre Francisco ha canonizado a los dos pontífices, ante una multitud que ha expresado su alegría y devoción con un fuerte apluso.

A continuación el papa Francisco ha besado las reliquias de los dos santos.

El cardenal Amato, prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos, ha preguntado tres veces al Papa si procedía a la canonización de Juan XXIII y Juan Pablo II. Se hace tres veces para destacar la importancia del hecho en sí. A continuación, el papa Francisco ha pronunciado la fórmula de canonización.

Los relicarios de los nuevos santos han sido colocados una mesa a la izquierda del altar. Para llevar la reliquia de Juan XXIII ha estado uno de sus sobrinos, el presidente de la Asociación Juan XXIII, y el alcalde de Bergamo y para la de Juan Pablo II estaba Floribeth Mora, mujer cuya sanación fue el milagro que ha permitido la canonización.

Ambas reliquias son de primer grado. La reliquia del "Papa Bueno" es un trozo de piel, que se extrajo en el año 2000 en la exhumación para la beatificación y del papa Wojtyla son unas gotas de su sangre.

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Francisco: Juan XXIII y Juan Pablo II colaboraron con el Espíritu Santo para restaurar y actualizar la Iglesia
Texto completo de la homilía de Santo Padre en la misa de canonización de Juan XXIII y Juan Pablo II

Por Redacción

CIUDAD DEL VATICANO, 27 de abril de 2014 (Zenit.org) - Publicamos a continuación la homilía del Santo Padre en la eucaristía de canonización de los papas Juan XXIII y Juan Pablo II.

En el centro de este domingo, con el que se termina la octava de pascua, y que Juan Pablo II quiso dedicar a la Divina Misericordia, están las llagas gloriosas de Cristo resucitado.

Él ya las enseñó la primera vez que se apareció a los apóstoles la misma tarde del primer día de la semana, el día de la resurrección. Pero Tomás aquella tarde, lo hemos escuchado, no estaba; y, cuando los demás le dijeron que habían visto al Señor, respondió que, mientras no viera y tocara aquellas llagas, no lo creería. Ocho días después, Jesús se apareció de nuevo en el cenáculo, en medio de los discípulos, y Tomás también estaba; se dirigió a él y lo invitó a tocar sus llagas. Y entonces, aquel hombre sincero, aquel hombre acostumbrado a comprobar personalmente las cosas, se arrodilló delante de Jesús y dijo: «Señor mío y Dios mío».

Las llagas de Jesús son un escándalo para la fe, pero son también la comprobación de la fe. Por eso, en el cuerpo de Cristo resucitado las llagas no desaparecen, permanecen, porque aquellas llagas son el signo permanente del amor de Dios por nosotros, y son indispensables para creer en Dios. No para creer que Dios existe, sino para creer que Dios es amor, misericordia, fidelidad. San Pedro, citando a Isaías, escribe a los cristianos: «Sus heridas nos han curado».

Juan XXIII y Juan Pablo II tuvieron el valor de mirar las heridas de Jesús, de tocar sus manos llagadas y su costado traspasado. No se avergonzaron de la carne de Cristo, no se escandalizaron de él, de su cruz; no se avergonzaron de la carne del hermano, porque en cada persona que sufría veían a Jesús. Fueron dos hombres valerosos, llenos de la parresia del Espíritu Santo, y dieron testimonio ante la Iglesia y el mundo de la bondad de Dios, de su misericordia.

Fueron sacerdotes, obispos y papas del siglo XX. Conocieron sus tragedias, pero no se abrumaron. En ellos, Dios fue más fuerte; fue más fuerte la fe en Jesucristo Redentor del hombre y Señor de la historia; en ellos fue más fuerte la misericordia de Dios que se manifiesta en estas cinco llagas; más fuerte la cercanía materna de María.

En estos dos hombres contemplativos de las llagas de Cristo y testigos de su misericordia había «una esperanza viva», junto a un «gozo inefable y radiante». La esperanza y el gozo que Cristo resucitado da a sus discípulos, y de los que nada ni nadie les podrá privar. La esperanza y el gozo pascual, purificados en el crisol de la humillación, del vaciamiento, de la cercanía a los pecadores hasta el extremo, hasta la náusea a causa de la amargura de aquel cáliz. Ésta es la esperanza y el gozo que los dos papas santos recibieron como un don del Señor resucitado, y que a su vez dieron abundantemente al Pueblo de Dios, recibiendo de él un reconocimiento eterno.

Esta esperanza y esta alegría se respiraba en la primera comunidad de los creyentes, en Jerusalén, como se nos narra en los Hechos de los Apóstoles, que hemos escuchado en la segunda lectura. Es una comunidad en la que se vive la esencia del Evangelio, esto es, el amor, la misericordia, con simplicidad y fraternidad.

Y ésta es la imagen de la Iglesia que el Concilio Vaticano II tuvo ante sí. Juan XXIII y Juan Pablo II colaboraron con el Espíritu Santo para restaurar y actualizar la Iglesia según su fisionomía originaria, la fisionomía que le dieron los santos a lo largo de los siglos. No olvidemos que son precisamente los santos quienes llevan adelante y hacen crecer la Iglesia. En la convocatoria del Concilio, san Juan XXIII demostró una delicada docilidad al Espíritu Santo, se dejó conducir y fue para la Iglesia un pastor, un guía-guiado, guidada por el Espíritu Santo. Éste fue su gran servicio a la Iglesia y por eso me gusta pensar en él como el Papa de la docilidad al Espíritu.

En este servicio al Pueblo de Dios, Juan Pablo II fue el Papa de la familia. Él mismo, una vez, dijo que así le habría gustado ser recordado, como el Papa de la familia. Me gusta subrayarlo ahora que estamos viviendo un camino sinodal sobre la familia y con las familias, un camino que él, desde el Cielo, ciertamente acompaña y sostiene.

Que estos dos nuevos santos pastores del Pueblo de Dios intercedan por la Iglesia, para que, durante estos dos años de camino sinodal, sea dócil al Espíritu Santo en el servicio pastoral a la familia. Que ambos nos enseñen a no escandalizarnos de las llagas de Cristo, a adentrarnos en el misterio de la misericordia divina que siempre espera, siempre perdona, porque siempre ama.

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Juan XXIII y Juan Pablo II elevados a los altares ante la multitud
Francisco y Benedicto XVI se saludan en la plaza de San Pedro. Casi un millón de personas en Roma testigos de la canonización

Por Rocío Lancho García

CIUDAD DEL VATICANO, 27 de abril de 2014 (Zenit.org) - Con la alegría que caracteriza una celebración importante, ha concluido la misa en la que Francisco ha canonizado a sus antecesores, ahora ya sí, san Juan XXIII y san Juan Pablo II. Unas 800 mil personas en la plaza, Vía de la conciliación y alrededores, y el resto en otros puntos de la ciudad- han celebrado en Roma esta fiesta de la fe.

La celebración que pasará a la historia como "el día de los cuatro papas" ha comenzado en torno a las 9 de la mañana, con oraciones en preparación a la eucaristía, que comenzó a las 10.00. A la llegada del papa Francisco el mundo ha sido testigo de uno de los momentos más esperados en el día de hoy, el saludo entre el Santo Padre y el papa emérito. Emoción y aplausos a la entrada de Benedicto XVI a la plaza, quien llegó a las 9.30 acompañado por monseñor Ganswein, su secretario personal y prefecto de la Casa Pontificia.

La canonización ha tenido lugar al inicio de la celebración eucarística, cuando el cardenal Amato preguntó en tres ocasiones al Santo Padre si procedía. Con la formula establecida, Francisco canonizó a Juan XXIII y Juan Pablo II. A continuación Francisco besó y veneró las reliquias. Los relicarios de los nuevos santos han sido colocados en una mesa a la izquierda del altar. Ambas reliquias son de primer grado: la reliquia del "Papa Bueno" es un trozo de piel, que se extrajo en el año 2000 en la exhumación para la beatificación y del papa Wojtyla unas gotas de su sangre.

Al finalizar el rito de canonización, el cardenal Amato ha realizado una acción de gracias y se ha retomado la misa en el Gloria. El Evangelio del día, ha sido cantado en latín y griego. De otras confesiones religiosas, se encontraban fieles ortodoxos, anglicanos y judíos.

 La celebración eucarística ha sido presidida por el Santo Padre y concelebrada por unos 150 cardenales  y unos 1000 obispos, todos ellos a la izquierda del altar. También en ese área, pero más abajo en el Sagrado, han estado unos 6.000 sacerdotes. En el altar, junto al Santo Padre, han concelebrado el cardenal Vallini, el cardenal Stanisław, monseñor Francesco Beschi, el cardenal Re y el cardenal Sodano.

En la homilía, el Santo Padre ha indicado que "Juan XXIII y Juan Pablo II tuvieron el valor de mirar las heridas de Jesús, de tocar sus manos llagadas y su costado traspasado. No se avergonzaron de la carne de Cristo, no se escandalizaron de él, de su cruz; no se avergonzaron de la carne del hermano, porque en cada persona que sufría veían a Jesús". Ha reconocido que "fueron dos hombres valerosos, llenos de la parresia del Espíritu Santo, y dieron testimonio ante la Iglesia y el mundo de la bondad de Dios, de su misericordia".

Asimismo ha afirmado que "fueron sacerdotes, obispos y papas del siglo XX. Conocieron sus tragedias, pero no se abrumaron. En ellos, Dios fue más fuerte".

Juan XXIII y Juan Pablo II -ha observado el Pontífice- "colaboraron con el Espíritu Santo para restaurar y actualizar la Iglesia según su fisionomía originaria, la fisionomía que le dieron los santos a lo largo de los siglos. No olvidemos que son precisamente los santos quienes llevan adelante y hacen crecer la Iglesia".

Por otro lado, ha señalado que "san Juan XXIII demostró una delicada docilidad al Espíritu Santo" y "Juan Pablo II fue el Papa de la familia".

Han sido 600 sacerdotes los que han distribuido la comunión a los fieles que se encontraban en la Plaza de San Pedro y en la Plaza Pío XII, 70 diáconos para dar la comunión a los concelebrantes y finalmente 200 diáconos para los fieles que estaban en Vía de la Conciliación. Y también ha llegado la comunión al Media Center del Vaticano, donde llegaron algunos sacerdotes para que los periodistas que lo desearan pudieran comulgar.

La misa ha concluido con la oración del Regina Coeli. En la introducción a la oración mariana, el Papa ha dado las gracias a todos aquellos que han hecho posible la realización de esta jornada, incluidos los medios de comunicación, gracias a los cuáles mucha gente ha podido seguir la celebración.

 A continuación el Santo Padre ha comenzado a saludar a las delegaciones presentes en el Sagrado. Han sido120 las delegaciones procedentes de todo el mundo que han querido participar hoy en la canonización. De todos ellos, había 24 entre jefes de Estado y reyes, y 10 jefes de gobierno. Mientras el Papa saludaba a los miembros de las delegaciones, se ha escuchado música y cantos. Entre ellos, la canción del joven italio-argentino Odino Faccia, titulada "Busca la Paz", un reflejo de un poema de Juan Pablo II.

 A las 12.45 Francisco se ha subido al papamovil, lo que ha provocado los aplausos de los peregrinos ya que sabían que el momento de verle pasar de cerca se estaba acercando. Mientras tanto las campanas de la Basílica repicaban para recordar que hoy la Iglesia está de fiesta porque dos grandes pontífices, han subido a los altares y ahora los fieles pueden venerarlos como santos.

El acceso la Basílica estará abierto desde las 14.00, para la veneración de los fieles de las tumbas de los nuevos santos. Por esta razón, hoy la Basílica de San Pedro permanecerá abierta hasta las 22.00.

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La religiosa curada por Juan Pablo II rezó hoy: por los enfermos y heridos por la vida
Entrevista en la plaza de San Pedro a la hermana Marie Simon-Pierre, que fue sanada del mal Parkinson

Por Anita Bourdin, H. Sergio Mora

CIUDAD DEL VATICANO, 27 de abril de 2014 (Zenit.org) - La hermana Marie Simon-Pierre la monja curada milagrosamente del mal de Parkinson por la intercesión de Juan Pablo II, estuvo hoy en la plaza de San Pedro para participar en la ceremonia de la canonización.

El milagro de Dios obtenido por la intercesión del papa polaco permitió la beatificación de Karol Woytila, así como la curación milagrosa de un aneurisma cerebral recibido por la costarricense Floribeth Mora abrió el camino a la canonización del mismo. Ambas estaban hoy en la plaza de San Pedro.

La religiosa francesa interrogada por ZENIT, sobre sus intenciones de oración durante la misa de canonización, que coincide con la fiesta de la Divina Misericordia, aseguró: "Nosotros hoy rezaremos por todos aquellos que se encomienden a nuestra oración.

La hermana Marie Simon-Pierre Normand, 55 años, religiosa de la congregación de las Pequeñas Hermanas de las Maternidades Católicas, quien se ocupa de recién nacidos en la localidad francesa de Puyricard (cerca de Aix-en-Provence), fue curada milagrosamente el 2 de junio de 2005 cuando el mal de Parkinson la había reducido a una estado lamentable y cuando ya estaba en una fase de no retorno. El milagro llegó después de un momento de adoración eucarística, al meditar los misterios luminosos del rosario.

Interrogada por ZENIT sobre el evento de hoy, indicó: Es magnífico, es algo enorme y extraordinario. Tengo presentes a todos los enfermos que se confían a nuestra oración, la mía pero especialmente la de mi congregación de las Pequeñas Hermanas de las Maternidades Católicas. Tengo presente a todos los pacientes que se confían a nuestra oración: las personas enfermas de Parkinson, que sufren cáncer, todas las parejas que esperan un hijo, a todos los enfermos y a todos aquellos que fueron heridos por la vida".

Concluyó recordando que "la comunidad está al servicio de la familia y lo relacionado especialmente con el 'Papa de la familia'. Las Hermanitas de las Maternidades Católicas servimos a la la vida y la familia, esta es nuestra misión. Fuimos fundados en 1930 por Alexandre Caillot, obispo de Grenoble, y Marie-Louise Lantelme".

Recientemente, el portavoz de la Conferencia de Obispos de Francia, monseñor Bernard Podvin, informó que se ha registrado una nueva curación milagrosa en Francia, por intercesión de Juan Pablo II, y la oración de la hermana Marie Simon-Pierre y de su comunidad.

Se trató, dijo, de un recién nacido con un defecto cardíaco grave "curado del mal el 2 de abril pasado, aniversario de la entrada en la vida eterna del Beato Juan Pablo II". Añadió que los jóvenes padres habían pedido a la hermana Marie Simon-Pierre y a su comunidad que le rezaran al papa polaco para que intercediera por su bebé.

Hoy la hermana Marie Simon-Pierre leyó la siguiente intención en la oración universal durante la misa de canonización: "Que la intercesión de san Juan Pablo II despierte siempre, oh Padre, entre los hombres de cultura, de ciencia y de gobierno, la pasión por la dignidad del hombre, y haga que en cada persona sea servido Jesús resucitado y viviente.

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El Santo Padre agradece a todos los que han hecho posible esta jornada
Palabras de Francisco antes de la oración del Regina Coeli al concluir la misa de canonización de san Juan XXIII y san Juan Pablo II

Por Redacción

CIUDAD DEL VATICANO, 27 de abril de 2014 (Zenit.org) - Al finalizar la Santa Misa celebrada en el sagrado de la Basílica Vaticana para la Canonización de los beatos pontífices Juan XXIII y Juan Pablo II, antes de recitar el Regina Coeli, el Santo Padre Francisco ha dirigido a los fieles y a los peregrinos presentes en la plaza de San Pedro, en las calles adyacentes y en otros lugares de Roma, las palabras que pronunciamos a continuación:

Queridos hermanos y hermanas,

antes de concluir esta fiesta de la fe, ¡deseo saludar y dar las gracias a todos vosotros! Doy las gracias a los hermanos cardenales y numerosos obispos y sacerdotes de todas partes del mundo. Mi reconocimiento va a las delegaciones oficiales de tantos países, venidos para homenajear a dos Pontífices que han contribuido de forma indeleble a la causa del desarrollo de los pueblos y de la paz. Un agradecimiento especial va a las Autoridades italianas por la preciosa colaboración. ¡Con gran afecto saludo a los peregrinos de la Diócesis de Bérgamo y de Cracovia! Queridísimo, honrad la memoria de dos santos papas siguiendo fielmente sus enseñanzas.

Agradezco a todos aquellos que con gran generosidad han preparado estas jornadas memorables: la diócesis de roma con el cardenal Vallini, el ayuntamiento de Roma con el alcalde Ignacio Marino, las fuerzas del orden y las varias organizaciones, las asociaciones y los numerosos voluntarios. ¡Gracias a todos!

Mi saludo va a todos los peregrinos -aquí en la Plaza de San Pedro, en las calles adyacentes y en otros lugares de Roma-, como también a todos los que están unidos a nosotros mediante la radio y la televisión; y gracias a los dirigentes y trabajadores de los medios de comunicación, que han dado a tantas personas la posibilidad de participar. A los enfermos, a los ancianos, hacia los cuales los nuevos santos estaban particularmente cercanos, llegue un saludo especial.

Y ahora nos dirigimos en oración a la Virgen María, que san Juan XXIII y san Juan Pablo II han amado como sus verdaderos hijos...

Regina Coeli

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Canonización: cantante pop ítalo-argentino interpreta: Busca la Paz
Música con 30 prosas inéditas escritas por Karol Wojtyla

Por Milagros Quiroz

ROMA, 27 de abril de 2014 (Zenit.org) - “Busca la Paz en lo más profundo de tu vida...” son algunas de las letras del estribillo del Himno por la Paz y que forma parte de las numerosas prosas escritas por Karol Wojtyla. Treinta prosas que fueron entregadas por la Santa Sede a Odino Faccia, cantante de pop ítalo-argentino y a su producción, para crear un Himno Oficial por la Paz.

Es así que este 27 de abril, día de la canonización de papa Karol Wojtyla y papa Angelo Roncalli han sido homenajeados con el Himno Oficial por la Paz: “Busca la Paz”, interpretado por el solista Odino Faccia.

Juan Pablo II además de realizar discursos, encíclicas, cartas apostólicas, etc., ha dejado muchos poemas y prosas algunas de las cuales no habían sido publicadas, sino hasta hace pocos años.

Karol, el papa que tenía una relación especial con los jóvenes, hace llegar con sus prosas, ahora interpretada en la voz del cantante, que su presencia está aún viva, así como sus enseñanzas y su entrega al servicio de las personas y sobretodo a los más necesitados.

Odino Faccia, un cantante pop ítalo-argentino hijo de padres emigrantes italianos, interpreta melodías de género románticos. Su carrera inicia colaborando activamente al servicio de las causas humanitarias. Por este motivo fue galardonado en el 2009, como “La Voz por la Paz en el Mundo”, por Adolfo Péres Esquivel Premio Nobel por la Paz y organismos nacionales e internacionales, adjudicándose también en Italia el título Honoris Causa de la Región Cerdeña.

Este hecho hizo eco en la Santa Sede del Vaticano, donde le propusieron de crear un Himno Oficial por la Paz, con 30 de las prosas inéditas de Karol Wojtyla.

Fue así como inicia este trabajo especial para Odino Faccia y sus productores, quienes no podían creer la oportunidad que se les presentaba, contó Odino a ZENIT en una entrevista realizada en Roma. Al buscar el título del Himno Oficial por la Paz escogió “Busca la Paz”.

"Busca la Paz --precisó Odino-- hizo su estreno en el 2012 en México en el estadio Azteca, con motivo de la presentación de las reliquias de Juan Pablo II en un homenaje realizado, en su nombre. Pues todo parece indicar que el mensaje de Justicia y Paz che proclamaba Juan Pablo II en su pontificado sigue resonando y haciendo eco aún después de su muerte".

El Himno Busca la Paz, ha recorrido gran parte de América Latina y Odino lo ha hecho conocer dentro de la producción de su disco “Puedes”. También presentó el Himno "Busca la Paz" por primera vez en portugués. "La presentación fue --indicó el cantante argentina-- en ocasión de la Jornada Mundial de la Juventud del 2013 realizada en Río de Janeiro, presidida por Papa Francisco". Para la ocasión Odino presentó en concierto, su versión en portugués de Busca la Paz, en los escenarios de Niteroi y en el anfiteatro de la UERJ junto al Maracaná.

El joven cantautor del romanticismo, quien ha participado a numerosos conciertos por la Paz declaró que su trayectoria musical “es también para inspirar muchos proyectos por la Paz, haciendo hincapié a que los compromisos en estos proyectos creen puentes con acciones y contenidos concretos, también para comprometer a los jóvenes a la participación de la no violencia”.

“Los recitales son un lugar de encuentro --declaró el cantautor-- para que la gente puede compartir y conocerse, un escenario y un lugar de encuentro, al que llevamos un mensaje de paz y en el que se pueden sentirse identificados en cada nota musical”.

Odino concluyó sus declaraciones precisando que su deseo que “con su voz, su música y más aún con el Himno que toma las palabras del papa Juan Pablo II, llegar a los corazones de todas la personas y lograr transmitir una cultura de Paz”.

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El rey de España destaca las virtudes de los dos futuros santos
Don Juan Carlos y doña Sofía en la Embajada de España ofrecen una cena en la Embaja de España ante la Santa Sede con motivo de la canonización

Por Rocío Lancho García

CIUDAD DEL VATICANO, 27 de abril de 2014 (Zenit.org) - Los reyes de España, don Juan Carlos y doña Sofía se encuentran en Roma con motivo de la canonización que tiene lugar hoy, domingo 27 de abril, en la que serán proclamados santos Juan XXXIII y Juan Pablo II. En la noche del sábado se celebró una cena en la Embajada de España ante la Santa Sede en la que el rey, en el brindis, quiso destacar que Juan XXIII fue un "hombre bondadoso y afable" y señaló la "capacidad de conexión con los jóvenes" de Juan Pablo II.

El arzobispo de Madrid, Antonio María Rouco Varela fue el encargado de bendecir la mesa y ha continuación el rey habló para los presentes. En su breve discurso, don Juan Carlos habló de los "vínculos de la Iglesia católica y del Papado con España". Asimismo destacó "las altas virtudes de los Papas que serán canonizados". Ambos, dijo, "demostraron su amor a España y el compromiso con los fieles españoles".
El rey también dedicó unas palabras al pontífice actual, de quien destacó "la cercanía, sensibilidad social y la capacidad para reconocer la realidad internacional". Finalmente, manifestó su afecto y aprecio por Benedicto XVI y recordando las varias ocasiones en las que visitó España.

En la cena estuvieron presentes, entre otros, el arzobispo de Valladolid y presidente de la Conferencia Episcopal Española, monseñor Ricardo Blázquez Pérez; el vicepresidente de la CEE, monseñor Carlos Osoro y el secretario general y portavoz de la CEE, Jose María Gil Tamayo. También acudieron los cardenales Antonio María Rouco Varela, Carlos Amigo Vallejo, Lluís Martínez Sistach, Santos Abril y Castelló, y Antonio Cañizares. Así como ambos embajadores españoles, ante la Santa Sede, don Eduardo Gutiérrez Sáenz de Buruaga y ante Italia don Javier Elorza Elorza Cavengt.

Antes de la cena los reyes de España saludaron a toda la delegación española formada por unas 40 personas. Entre ellos el ministro de Asuntos Exteriores y de Cooperación español, José Manuel García-Margallo; el ministro de Justicia, Alberto Ruiz-Gallardón; el ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz y el ex portavoz del Juan Pablo II, Joaquín Navarro Vals.


 

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Santa Sede


El cardenal Bertone: 'no me dentengo a recoger las piedras que me lanzan'
Carta del ex secretario de Estado vaticano a los semanales de Vercelli y Génova en respuesta a algunos artí­culos contra él

Por Redacción

CIUDAD DEL VATICANO, 27 de abril de 2014 (Zenit.org) - Publicamos a continuación la carta que el cardenal Tarcisio Bertone ha enviado a los semanales diocesanos de Vercelli y Génova y a la que ZENIT ha tenido acceso. El texto hace referencia a algunos artículos que han aparecido en prensa en días pasados que hablaban del traslado del ex secretario de Estado Vaticano a un lujoso apartamento.

Estimado Director,

en los días pasados algunos medios han hablado de forma maliciosa sobre el apartamento en el que viviré en el Vaticano y, para agrandar el fenómeno mediático, el 'informador' ha doblado los metros cuadrados. Se ha dicho, además, que el Papa se habría enfadado conmigo por tanta opulencia.

Incluso se ha comparado el espacio de "mi" apartamento con la supuesta escasez de la residencia del Papa.

En primer lugar, agradecemos a Dios y la preocupación de muchos, el hecho de que el Papa está alojado y asistido con dignidad en Santa Marta, donde puede fácilmente llevar a cabo sus actividades institucionales.

Personalmente, además, estoy agradecido y conmovido por la llamada afectuosa que he recibido del papa Francisco el 23 de abril pasado para expresarme su solidaridad y su decepción por los ataques dirigidos a mí a propósito del apartamento, del cuál era informado desde el día en que se me ha atribuido.

Muchas personas, conocidas durantes los años de mi ministerio en Vercelli y en Génova, o vecinos de mi diócesis de origen, Ivrea, me han escrito y llamado para compartir el dolor.

Escribo esta carta a los semanales diocesanos para dar las gracias a estas personas amigas y aquellos que pueden haberse quedado sorprendidos por la noticia. El apartamento espacioso, como son normalmente las residencias en los antiguos edificios del Vaticano, y debidamente reestructurado (bajo mis gastos) se me ha concedido temporalmente el uso y después de mí lo usará otro.

Como decía el Santo Pontífice Juan XXIII "no me detengo a recoger las piedras que me lanzan".

Saludos cordiales.

Tarcisio Card. Bertone

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Rome Reports


Cada peregrino tiene una historia personal con los dos nuevos santos (Video)
La noche fue larga pero al final, la espera tuvo su recompensa. Poco antes de las seis de la mañana se abrió el acceso a la plaza de San Pedro para los peregrinos

Por Rome Reports

ROMA, 27 de abril de 2014 (Zenit.org) - Para ver el vídeo hacer click aquí.

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Francisco saluda a Benedicto XVI antes de comenzar la canonización (Video)
El Papa Francisco llegó a la plaza de San Pedro a las 10 de mañana. Le acompañaban todos los cardenales concelebrantes

Por Rome Reports

ROMA, 27 de abril de 2014 (Zenit.org) - Para ver el vídeo hacer click aquí.

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Apoteósis en San Pedro: miles de personas asisten a la canonización de Juan Pablo II y Juan XXIII (Video)
Una jornada única. La canonización de Juan Pablo II y Juan XXIII pasará a la historia como una de las fechas más recordadas por miles de católicos

Por Rome Reports

ROMA, 27 de abril de 2014 (Zenit.org) - Para ver el vídeo hacer click aquí

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SANTOS Y BEATOS: EPOPEYAS DE AMOR. EJEMPLO DEL DÍA


San Rafael Arnáiz Barón
«La cruz: único tesoro»

Por Isabel Orellana Vilches

MADRID, 27 de abril de 2014 (Zenit.org) - Nació en Burgos, España el 9 de abril de 1911. Su inclinación a vivir por y para Dios fue manifiesta en la infancia. «¡Solo Dios llena el alma..., y la llena toda!», decía. En esa época dorada contrajo unas fiebres colibacilares. Cuando sanó, su padre, que había visto en la curación una intervención de María, lo consagró en Zaragoza a la Virgen del Pilar en el estío de 1922. Rafael no olvidó este hecho. «Honrando a la Virgen, amaremos más a Jesús; poniéndonos bajo su manto, comprenderemos mejor la misericordia divina». La enfermedad nunca le abandonaría. Era elegante, sensible. También caprichoso y tendente a la vanidad. Poseía una brillante inteligencia, con predominio de la intuición, que le permitió sobresalir en los estudios aunque no los cuidara debidamente. Se estableció con la familia en Oviedo, y al término de su formación básica se matriculó en la Escuela Superior de Arquitectura de Madrid. Hizo grandes amistades porque era una persona entrañable y cercana en la que se percibía la huella de Dios. Estaba vinculado al Apostolado de la Oración, a la Adoración Nocturna y a la Congregación de María Inmaculada. A los 19 años visitó el monasterio cisterciense de San Isidro de Dueñas y le atrajo poderosamente. El 16 de enero de 1934 ingresó en él, dejando atrás las previsiones eventuales de un futuro espléndido, y las posibilidades que le ofrecía cotidianamente el bienestar de su hogar paterno. Su ilusión por entregarse a Dios a través de una vida penitente y contemplativa era más fuerte que todo. «La verdadera felicidad se encuentra en Dios y solamente en Dios». No contaba con la presencia repentina de la diabetes, temible entonces por sus funestas consecuencias, que le obligó a abandonar la Trapa en tres ocasiones. Comprendió el sentido purificador del dolor: «Cuando me veo otra vez en el mundo, enfermo, separado del monasterio, y en la situación en que me encuentro… veo que me era necesario, que la lección que estoy aprendiendo es muy útil, pues mi corazón está muy apegado a las criaturas, y Dios quiere que lo desate para entregárselo a Él solo». Su experiencia personal le permitía alumbrar la vida de otras personas y conducirlas a Dios. A su tía María, duquesa de Maqueda, le aconsejaba en 1935: «Déjate hacer; sufre, pero sufre amándole, amándole mucho a través de la oscuridad, a pesar de la tempestad que parece el Señor te ha puesto, a pesar de no verle, ama el madero desnudo de la cruz […]. Llora, llora todo lo que puedas y sufre, pero a los pies de la cruz, y sufre amando a Dios ¡qué felicidad!… Cómo te quiere Dios, ya lo verás algún día muy cercano».


Su rica vida interior le había permitido conocer la estrecha simbiosis espiritual que existe entre el dolor y el gozo, experiencia que halla quien busca a Dios con purísimo corazón: «Muchas veces he pensado que el mayor consuelo es no tener ninguno; lo he pensado y lo he experimentado […]. Alguna vez he sentido en mi corazón pequeños latidos de amor a Dios… Ansias de Él y desprecio del mundo y de mí mismo. Alguna vez he sentido el consuelo enorme e inmenso de verme solo y abandonado en los brazos de Dios. Soledad con Dios. Nadie que no lo haya experimentado, lo puede saber, y yo no lo sé explicar. Pero solo sé decir que es un consuelo que solo se experimenta en el sufrir…, y en el sufrir solo… y con Dios, está la verdadera alegría». Sus sentimientos recuerdan a las vivencias místicas de Juan de la Cruz y de Teresa de Jesús: «Es un nada desear más que sufrir. Es un ansia muy grande de vivir y morir ignorado de los hombres y del mundo entero… Es un deseo grande de todo lo que es voluntad de Dios… Es no querer nada fuera de Él… Es querer y no querer. No sé, no me sé explicar… solo Dios me entiende…». En este camino de perfección iba dejando atrás lastres que en otro tiempo le habían pesado: «Todo va cambiando en mi alma. Lo que antes me hacía sufrir…, ahora me es indiferente; en cambio, voy encontrando los repliegues en mi corazón que estaban escondidos, y que ahora salen a la luz […]. Lo que antes me humillaba, ahora casi me causa risa. Ya no me importa mi situación de Oblato […]. Veo que el último lugar es el mejor de todos; me alegro de no ser nada ni nadie, estoy encantado con mi enfermedad que me da motivos para padecer físicamente y moralmente...». El eje de su vida era Cristo: «Mi centro es Jesús, es su cruz». La conciencia de su indignidad le hacía decir: «He sido un gran pecador… Perdóname, Señor, lo que digo... Yo, Señor, nada quiero, nada me importa… solo Tú… No me hagas caso, Señor… soy un niño caprichoso. Pero Tú tienes la culpa, mi Dios…¡si no me quisieras tanto!».

Resistiéndose a abandonar su vida religiosa, regresó al monasterio una cuarta vez. Tomó la decisión, aún cuando para una situación como la suya, con una naturaleza débil que tenía que luchar contra la enfermedad, era realmente penosa y suponía un acto heroico. «Si lo que deseas es… mis sufrimientos, tómalos todos, Señor». Ofreció a Dios en holocausto su personal calvario, dejando brotar el potente caudal de su amor. De él quedan magistrales trazos en sus escritos, prolongación post mortem de su fecunda actividad apostólica. En ellos se detecta la finura y profundidad de esta alma delicada. «Solamente en el silencio se puede vivir, pero no en el silencio de palabras y de obras..., no; es otra cosa muy difícil de explicar... Es el silencio del que quiere mucho, mucho, y no sabe qué decir, ni qué pensar, ni qué desear, ni qué hacer... Solo Dios allá adentro, muy calladito, esperando, esperando, no sé..., es muy bueno el Señor». Era un esteta que soñó volcar en la pintura la belleza del amor divino que selló su espíritu. Murió a consecuencia de un coma diabético el 26 de abril de 1938. Tenía 27 años. Sus restos yacen en el cementerio del monasterio. El 19 de agosto de 1989 Juan Pablo II, en la Jornada mundial de la juventud, lo propuso como modelo para los jóvenes. El 27 de septiembre de 1992 lo beatificó. Y Benedicto XVI lo canonizó el 11 de octubre de 2009.

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