Editorial

Cinco años de InfoCatólica, y que Dios nos perdone

InfoCatólica es un diario digital de información y opinión socio-religiosa, que está en la red desde el 6 de mayo de 2009. Antes de seguir tratando de ella, comencemos por lo principal: demos gracias a Dios, que nos ha elegido-llamado-confortado-enviado para cumplir esta misión. El Señor es fiel a sus propios dones. Y si esta tropa de voluntarios infocatólicos sigue día a día en su servicio, es por don de Dios: demos gracias a Dios.

06/05/14 12:17 AM


 

InfoCatólica es un diario digital de información y opinión socio-religiosa, que está en la red desde el 6 de mayo de 2009. Antes de seguir tratando de ella, comencemos por lo principal: demos gracias a Dios, que nos ha elegido-llamado-confortado-enviado para cumplir esta misión. «Cada uno ande según el Señor le dió y le llamó [don de gracia y misión]... Y persevere cada uno ante Dios en la condición en que por Él fue llamado» (1 Cor 7,17.24). El Señor es fiel a sus propios dones. Y si esta tropa de voluntarios infocatólicos sigue día a día en su servicio, es por don de Dios: demos gracias a Dios.

InfoCatólica tienes tres fines:

–ofrecer una información veraz e inmediata, especialmente atenta a la vida de la Iglesia;

–proporcionar un análisis de los acontecimientos diarios a la luz de la fe y fiel a la doctrina de la Iglesia;

–y fomentar la formación católica de sus lectores en temas doctrinales y morales, litúrgicos, históricos, sociales, etc.

Nuestra misión es tan alta, que ciertamente no estamos a la altura de ella. ¿Quién podrá informar adecuadamente de los acontecimientos principales que suceden en la Iglesia de la tierra, la Esposa única de Cristo, el Templo de Dios que se alza en medio de las naciones, el «sacramento universal de salvación»?...

La dificultad mayor de nuestra misión no está en la grandiosidad cuantitativa de la Iglesia: 1.200 millones de bautizados, más o menos fieles, congregados por 5.000 Obispos, en comunión con el Papa, Obispo de Roma...

La dificultad mayor es que todo lo más importante de la Iglesia, todo lo más valioso y transcendente, es en buena medida invisible, al menos como noticia noticiable: la oración de los monasterios contemplativos; la paciencia humilde de los pobres; la fidelidad al amor de Dios de aquellos esposos que viven un matrimonio abierto a la transmisión de la vida; la perseverancia de quienes trabajan por la verdad, por la justicia, por la unidad, por la paz; la cruz de quienes afirman la verdad católica entre tantas mentiras; la abnegación de quienes entregan su vida, toda su vida, para el bien de los hombres en la misión evangelizadora, asistencial, educativa; la esperanza contra toda esperanza de los párrocos, puestos al frente de un pueblo peregrino que tantas veces quiere volverse a Egipto... Es el Mysterium fidei. Y a ver quién es capaz de dar noticia diaria de estas novedades evangélicas, tan inefables, esto es, tan inexpresables.

Lo fácil a la hora de informar es dar noticia de una peregrinación, de un Obispo que en tal país se manifiesta comprensivo con la nueva ley del aborto, de un Congreso eucarístico, de una hermosa predicación del Papa, de las tensiones interminables de una Congregación religiosa con la Santa Sede... «Dios no es Dios de confusión, sino de paz» (1 Cor 14,33). «Pasa la apariencia de este mundo» (7,31)... Mysterium fidei... «Y nosotros no ponemos nuestros ojos en las cosas visibles, sino en las invisibles; porque las visibles son temporales; las invisible, eternas» (2 Cor 4,18).

–Pues si están en ésas, tendrán que cerrar InfoCatólica.

Una ráfaga medio mística la tiene cualquiera, pero tranquilos, que en seguida volvemos a nuestra tarea diaria, con un empeño siempre renovado por la gracia de Dios. Es el Señor el que nos anima, Él es el ánima de InfoCatólica. Y son los lectores quienes también nos animan, nos dán ánimo, asegurándonos en sus comentarios el bien tan grande, tan insustituible, que estamos haciendo. Dios les bendiga. Y Dios haga que eso sea verdad.

Una vela ilumina mucho en un sótano oscuro. Siendo una luz tan débil, es relativamente muy potente. Sin ella estaríamos a oscuras. Y ella al menos nos basta para alcanzar el botón que transforma el sótano oscuro en una sala luminosa. Más aún: no nos agobie a los infocatólicos la consideración de nuestra pequeñez y precariedad. Son muchas las velas, y grandes algunas como un Cirio pascual, que mantienen la luz de la Iglesia en el mundo, manteniéndola en su ser: «la Iglesia de Dios vivo, columna y fundamento de la verdad» (1 Tim 3,9).

La obscuridad a veces nos asusta. Y nos indigna. En una ocasión dijo San Juan Pablo II:

«Es necesario admitir con realismo que los cristianos de hoy, en gran parte, se sienten extraviados, confusos, perplejos, e incluso desilusionados. Se han esparcido a manos llenas ideas contra la verdad revelada y enseñada desde siempre. Se han propalado verdaderas y propias herejías en el campo dogmático y moral, creando dudas, confusiones, rebeliones. Se ha manipulado incluso la liturgia. Inmersos en el relativismo intelectual y moral, y por tanto en el permisivismo, los cristianos se ven tentados por el ateísmo, el agnosticismo, el iluminismo vagamente moralista, por un cristianismo sociológico, sin dogmas definidos y sin moral objetiva» (6-II-1981).

«¿Qué he de hacer, Señor?» (Hch 22,10). ¿Qué podemos hacer en InfoCatólica?... En el grupo de quienes la hacemos quizá lo que mejor funciona es la SOM (Sociedad de Oraciones Mutuas), en la que unos oramos por otros cuando nos vemos en aprietos. Oremos, oremos, oremos por nuestra Santa Madre la Iglesia. Que siempre contemplemos el esplendor de su grandeza, pues verdaderamente ella es en Cristo la luz del mundo. Que nuestro amor trate de disipar en ella toda suciedad y oscuridad. Que siempre los lectores que nos visiten reciban del Señor luz, fuerza, más ánimos y esperanza.

Tenemos cinco años. Dios perdone nuestros pecados y errores, nuestros excesos y omisiones. Y que también nuestros lectores nos perdonen. Una anécdota histórica puede venir en nuestra ayuda: un niño chico hizo en su casa un estropicio, y cuando llegó la mamá, el pequeño se adelantó a excusarse: «No me riñas, mamá, que no tengo uso de razón»... En la catequesis de primera comunión había oído que se llegaba al uso de razón «a los siete años». Y por ahí procuró escabullirse del castigo. Cuando mayor, fue abogado.

El Señor y nuestros lectores nos perdonen: sólo tenemos cinco años. Aún no hemos llegado al uso de razón. Y rueguen a Dios por nosotros.