8.05.14

 

Pues para que esté con un matrimonio de los de siempre que se lleven mal o no sepan cuidar al niño, para eso mejor con una pareja de gays. Por favor, lean de nuevo despacito, y relean entre líneas toda la carga de profundidad que encierran esas palabras.

Antes de nada, seguro que todos hemos escuchado argumentos de ese tipo cuando nos ha tocado hablar de la adopción de niños por parejas homosexuales. Pero es que este argumento lanza dos misiles tierra aire a la línea de flotación de la institución familiar. La idea básica es poner por delante la llamada hipocresía de lo que llaman “familia tradicional”, que ya tiene mala uva lo de tradicional, que es como decir que son familias antiguas, superadas, pasadas de moda… Pues bien, a estas familias de siempre, las normales con el término normal desde la estadística, es decir, las más frecuentes, se les lanza la sospecha como digo de la hipocresía, el conservadurismo, el estar fuera de la realidad y a nada que te descuides culpables del terrible delito de acudir a misa los domingos. Este es el primer misil.

El segundo es dar por hecho que todas las parejas gays son un dechado de respeto, defensa de los derechos humanos, tolerancia, apertura, amor y luces de colores envueltas en el arco iris del amor universal. Como pueden comprender, la cosa es clara: estando el mundo lleno de sórdidas parejas hombre – mujer, sospechosas ciertamente de oscurantismo y una vida trasnochada y en tantísimos casos destrozada bajo la capa de la hipocresía más absoluta, ¿cómo vamos a negar a esos pobres niños abandonados la posibilidad de crecer en un ambiente de generosidad y altruismo, tolerancia y acogida, como se respira en las parejas del mismo sexo?

Ya lo saben. Decir algo así como que “para estar con una pareja tradicional que funcione mal o no sepa cuidar al niño, mejor con dos padres o dos madres” es chachi guay del Paraguay, es tolerancia, modernidad, superación de homofobia, apuesta por la no discriminación y favorecer la democracia y la modernidad, por más que uno no sepa exactamente qué sea tal cosa, pero siempre queda bien.

Ahora bien, atención al dato, proclamen que “para estar con dos padres o dos madres que a ver cómo cuidarán al niño mejor en una familia de papá y mamá” y automáticamente se convertirán en homófobos, discriminadores, trogloditas y carne de telediario y portal de información religiosa.

Es uno de los trucos de la ideología de género. Si hay algo que en general la gente lleva mal es lo de ser tildados de antiguos o incapaces de evolucionar. Ya saben, antes muerta que rancia. Pues eso: anunciemos que lo moderno, lo de hoy, lo tolerante es aceptar la bondad excelsa de la promiscuidad, las nuevas formas de familia (hace poco veía una boda entre tres lesbianas), el despendole bajo pretexto de vivencia de la libertad. El mundo está lleno de cretinos que antes muertos que pasar por conservadores. Y si lo moderno es ciscarse en una familia con papá y mamá, hermanos, abuelos, tíos y primos, pues nos ciscamos.

Al final uno acabará exigiendo que le dejen casarse con su Chivi. Y si no, al tiempo.