El pasado 20 de noviembre, José María Gil Tamayo, sacerdote de la Archidiócesis de Mérida-Badajoz, era elegido Secretario General y Portavoz de la Conferencia Episcopal Española.

-Se acaban de renovar los cargos de la CEE, la mayoría de los medios de comunicación interpretan esto en clave política, ¿qué lectura debemos hacer nosotros?

-El mundo de hoy, en la sociedad de la información, es mediado por las comunicaciones sociales, y esto hace que todo se vea en clave política, pero hay realidades sociales que están vivas y que no tienen ese ribete político.

Con la Iglesia, a veces, se hace esa lectura, se piensa que en la CEE hay como partidos políticos o que la sala de la Plenaria es un hemiciclo donde hay derechas e izquierdas, o que el relevo en la CEE es como una alternancia política. Los obispos, que son la CEE realmente, cada uno tiene su manera de ser, su historia, su formación, su sensibilidad, pero todos tienen el denominador común: que son sucesores de los Apóstoles y trabajan por el bien de la Iglesia, o sea, están en el mismo lado. Ahora se ha producido un relevo estatutario, porque se prevé así en los Estatutos de la CEE, esto hace que se de paso a nuevos rostros en esa responsabilidad compartida.

-El Papa Francisco, ha llegado como un viento transformador, usando una imagen bíblica, dicen que es el personaje mundial más influyente.

-Ojalá fuera el personaje más influyente del mundo, que llevara a cambiar muchas cosas, esto haría que cambiara el escenario de nuestro mundo agravado por tantos conflictos: Ucrania, Oriente Medio, África, ese gran drama que es la trata humana, el mundo de la inmigración… Ojalá en todos esos temas se le hiciese más caso al Papa. Pero ciertamente, en este mundo nuestro, tan vacío de liderazgo moral, el Papa está siendo la voz de, por una parte, los grandes deseos de bien, paz, de verdad, de belleza de la humanidad, y al mismo tiempo, desde el punto de vista cristiano como ese gran heraldo del Evangelio que está ayudando a renovar el afán de llevar el Evangelio a toda la humanidad con alegría, mostrando la misericordia de Dios. Francisco ha sido un regalo de Dios para laIglesia en este momento.

-Hay varios factores que están cambiando la imagen de la Iglesia en España, entre ellos el rostro del Papa y la crisis, por la que mucha gente descubre la acción de la Iglesia.

-Con la Iglesia pasa a veces como con los padres, que por desgracia nos acostumbramos. Los vemos en el paisaje de la vida y solo cuando nos faltan o cuando lo pasamos mal nos damos cuenta de que están allí, de que nunca nos dejan.

A veces hay un conocimiento de la Iglesia que no corresponde con la realidad que perciben las personas en la Iglesia de su pueblo, de su barriada, con las religiosas y religiosos que hacen una labor impagable. Con esta crisis que golpea a los más necesitados, vemos como la Iglesia está ahí, es una casa, y en una casa siempre se acoge y se comparte lo mucho o poco que hay. Es lo que hace la Iglesia con organizaciones como Cáritas o muchas otras.

Extremadura es una de las comunidades en las que es mayor el porcentaje de las declaraciones de la renta que ponen la X en la casilla de la Iglesia Católica, porque la gente percibe que la Iglesia está ayudando, y nunca deja a sus hijos.

-Se acercan las elecciones europeas y el Comité Ejecutivo de la CEE ha lanzado un comunicado. ¿Qué nos dice la Iglesia respecto a esto?

-Nos dice que los cristianos somos ciudadanos, que estamos en la calle, no estamos en las nubes, estamos en el torrente circulatorio de la sociedad, donde se deciden las grandes cuestiones. Estamos con nuestros compañeros de destino en una época de la historia que nos ha tocada vivir que no es mejor ni peor, es la nuestra.

Los obispos lo que han querido es recobrar esos valores que tienen su fundamento en el cristianismo y al mismo tiempo han recogido un texto del Episcopado de la UE. Hacen una serie de recordatorios sobre la necesidad de sentirnos ciudadanos europeos y, por tanto, ejercer el derecho al voto, y después repasan una serie de temas importantes como la atención a la inmigración, la opción por los más necesitados, la defensa de la familia, de la vida, señalan que la economía no lo es todo, la importancia del domingo como día del descanso… Esto no es entrar en política. La Iglesia no es un contrincante político, es un agente de sentido de primer orden y tiene el deber de iluminar a sus fieles y a todos los hombres y mujeres de buena voluntad que quieran escuchar su mensaje.

(Juan José Montes- Iglesia en camino – Archidiócesis de Mérida-Badajoz)