20.05.14

Un amigo de Lolo - Todo es y será verdad

A las 12:20 AM, por Eleuterio
Categorías : General, Un amigo de Lolo

Presentación

Yo soy amigo de Lolo. Manuel Lozano Garrido, Beato de la Iglesia católica y periodista vivió su fe desde un punto de vista gozoso como sólo pueden hacerlo los grandes. Y la vivió en el dolor que le infringían sus muchas dolencias físicas. Sentado en una silla de ruedas desde muy joven y ciego los últimos nueve años de su vida, simboliza, por la forma de enfrentarse a su enfermedad, lo que un cristiano, hijo de Dios que se sabe heredero de un gran Reino, puede llegar a demostrar con un ánimo como el que tuvo Lolo.

Sean, las palabras que puedan quedar aquí escritas, un pequeño y sentido homenaje a cristiano tan cabal y tan franco.

Todo es y será verdad

“Nuestra esperanza tiene la razón y el poder de la Palabra de Dios”
Manuel Lozano Garrido, Lolo
Bien venido, amor (867)

Nadie puede negar que no haya habido algún momento en su vida en el que todo lo ha visto negro como la noche más oscura o haya creído encontrarse en una tiniebla más que espesa de la que difícilmente se podía salir. En tales momentos hasta podría decir que había perdido la esperanza. Es entonces, justo entonces, cuando nos hemos dado cuenta de que eso, para un hijo de Dios es, simplemente, imposible.

Hay realidades espirituales (que tienen consecuencias materiales, en nuestro diario vivir) que, muchas veces, las tenemos como verdad pero no las ponemos en práctica de la forma que merecen por venir de Quien vienen.

Decimos, sí, que somos hijos de Dios. Y en eso creemos. Incluso muchas veces, siglos atrás (incluso ahora si bien lo pensamos y vemos), tal verdad ha costado muchas vidas de hermanos en la fe por decirlo y sostenerlo.

Sin embargo, la cosa va por otros derroteros. Si así fuera, si tuviéramos en cuenta lo que sigue nunca y jamás caeríamos en la desesperanza.

Está escrito, por ejemplo, que si Dios es nuestro Señor no debemos temer a nadie. Por tanto, no hay circunstancia alguna en nuestra vida, por mala que sea, que nos pueda hacer caer del caballo de la verdad que nos sostiene. Como mucho, nos podría mover algo en la montura de la fe pero poco más. Y de caer de ella para no volvernos a levantar… nada de nada.

Y es que, además, que Dios es nuestro Padre no es cosa baladí. El Creador, Quien todo creó y todo mantiene, contra Quien nadie puede hacer hacer porque con un soplo de su nariz puede derribar imperios o someter corazones con el influjo de su amor, nos sostiene. Por eso, fiel a la promesa dada a nuestros antepasados, aquellos otros nosotros, mantiene a la humanidad en su camino hacia su definitivo Reino, allí donde no hay dolor ni sufrimiento y la vida es eterna porque dura siempre, siempre, siempre.

En realidad, cuando estemos atravesando puentes sobre las aguas turbulentas de nuestra vida, la Palabra de Dios será fuente de salvación, agua viva que nos lleve a la vida eterna. Y sabemos que la Palabra es Cristo porque estaba en el Principio y frente a Dios, en diálogo de Padre a Hijo. Y así nos lo transmitió Aquel que había venido para que fuéramos salvados de nuestra miseria y nuestro egoísmo de pueblo desagradecido. Pues Cristo es la Palabra y la Palabra es Dios.

Por eso, un hijo de Dios jamás puede perder la esperanza pues, entonces, habría olvidado al Creador en quien debe confiar por encima de todo. Por eso, hacerlo en su Santa Providencia no es que sea una posibilidad entre otras (como si todo fuera indiferente o relativo) sino que es la única que existe para quien dice reconocer una filiación divina de la que goza.

Y es que todo es verdad porque la Verdad así lo permite; todo será verdad pues está escrito en el corazón de Dios. Y nosotros, como regalo de Dios, podemos contemplarlo en nuestro corazón.

Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, ruega por nosotros.

Eleuterio Fernández Guzmán