(Traducción propia) Apenas unos días antes de la peregrinación Papa Francisco a Tierra Santa, queremos compartir algunas reflexiones e invitamos a jugar un papel clave en este importante momento de oración para toda la Iglesia.

Esta peregrinación, que el sucesor de Pedro lleva a cabo para confirmar en la fe de la Iglesia en Tierra Santa, es una oportunidad para nosotros, los europeos a dar testimonio de nuestra proximidad a todos nuestros hermanos y hermanas cristianos y todos aquellos que, viviendo en la tierra de los Señor, han sabido conservar la fe a pesar de las diversas pruebas y tribulaciones en estos dos mil años de historia. A ellos queremos expresar nuestro agradecimiento por su testimonio cotidiano de la vida de acuerdo a la fe y sobre todo en dar testimonio de la fe cristiana: sois un incentivo y estímulo para nosotros en nuestra vida como cristianos.

 Que el encuentro entre el Papa y el Patriarca Bartolomé Francis de Constantinopla, al recordar el abrazo histórico entre el Papa Pablo VI y el Patriarca Atenágoras (4-6 enero 1964), y el encuentro ecuménico con todos los representantes de las Iglesias cristianas de Jerusalén, en la Basílica de la Santo Sepulcro, se transforme en un abrazo universal del que extraer fuerza en nuestro camino hacia la unidad visible entre las Iglesias, que también es parte del compromiso de la CCEE. Recordamos, también, con gratitud, los méritos de las Iglesias de Oriente y sobre todo la Iglesia ortodoxa en la protección de los lugares sagrados asociados con la Pasión y Muerte de Cristo.

 Que el saludo de la paz que traerán Papa Francisco y el Patriarca Bartolomé a las autoridades políticas de los pueblos visitados (Israel, Jordania, Palestina) se convierten en un incentivo para emprender el camino de las negociaciones concretas para una armonía pacífica y duradera entre los diferentes pueblos que gravitan en torno a esta tierra que durante años ha estado pidiendo a gritos: ¡Paz!

 Por último, invitamos a todas las comunidades locales en Europa, a través de sus respectivas Conferencias Episcopales, que se unan a nosotros en la oración, la difusión de la Tierra Santa y todos sus habitantes.

(CCEE)