En la solemnidad de la Ascensión, el Obispo de Huesca, Mons Julián Ruiz Martorell, ha ordenado presbítero al diácono Joheman Domingo García Fuentes, a las seis de la tarde, en la Catedral de Huesca. En la misma celebración, Alexánder Alvarado Bolívar ha recibido este domingo 1 de junio el orden del diaconado. Asimismo, el próximo sábado 7, el diácono Miguel Luis Gásquez Caravias será ordenado presbítero, al servicio de nuestra Iglesia Diocesana, en Argentina, su tierra natal.

Joheman Domingo García Fuentes nació en La Trinidad, departamento de Estelí (Nicaragua), el 24 de mayo de 1967, viene de una familia tradicionalmente católica, de quienes recibió su primera formación cristiana. Estudió Contabilidad y Administración de empresas, en lo que trabajó varios años, en Nicaragua y en Costa Rica. Realizó estudios de Filosofía y Teología en el Seminario Interdiocesano de Managua (Nicaragua), la Universidad Católica “Anselmo Llorente y la Fuente” de Costa Rica, la Universidad “San Dámaso”, de Madrid, y el Seminario de Huesca, al que ingresó en octubre de 2008.

¿Qué supone para ti la ordenación Sacerdotal?

Un profundo agradecimiento a Dios por haberme elegido, es el inicio de una experiencia única y apasionante, una alegría para servir y una configuración con Cristo sumo y eterno Sacerdote. Un deseo de entregarme más a Cristo y a la Iglesia, sirviendo dentro del mundo a los más pobres y necesitados, servir con alegría y fidelidad, donde sea enviado.

Como ya he comentado, en primer lugar, mis sentimientos son de agradecimiento a Dios, luego a todas las personas que me han apoyado, empezando por mi familia. No ha sido un camino fácil y sólo con la confianza puesta en Dios he podido vencer los obstáculos y dificultades y llegar a este gran regalo de Dios del que no soy merecedor.

¿Qué mensaje darías a los jóvenes?

Yo invito y animo a los jóvenes que sienten en su corazón el deseo de servir a Dios, a descubrir el don de la llamada de Dios, en su vida cotidiana pero también en la luz de la oración. Les diría que éste es el verdadero camino que lleva a la felicidad, que no tengan miedo de dejarse seducir por Cristo que Él es camino, la verdad y la vida, que vale la pena responderle al Señor y gastar la vida por los que nos necesitan.

(Iglesia en Huesca)