12.06.14

Rafaela se confirmó con ocho años

A las 9:53 AM, por Jorge
Categorías : Señora Rafaela

Se anunciaban confirmaciones para la próxima semana. Por eso, aprovechando su reunión periódica con aquellas buenas mujeres, don Jesús les quiso hablar de este acontecimiento. No estaba nada mal que en pueblo que no llegaba a los mil habitantes hubiera ocho confirmandos.

Fue explicando muy ilusionado cómo había sido la preparación: casi tres años de catequesis con Paco y Rocío, una pareja que llevan saliendo tiempo y que se casarán en unos meses. Como es natural, don Jesús les fue contando el cambio tan positivo que había dado el sacramento: chicos de diecisiete, dieciocho años, tres años de catequesis… nada que ver con lo que se hacía antes de llegar el obispo a un pueblo y hale, a confirmar a destajo.

¿Cuántos años lleva usted en el pueblo, don Jesús? Creo que cinco, Rafaela… Ya. Y en esos cinco años, ¿cuántos niños han hecho la primera comunión y cuántos se han confirmado? La comunión, a una media de ocho, pues cuarenta. Confirmados los cuatro de hace tres años y ahora estos, o sea, doce.

Es decir, siguió Rafaela, que con estos números la mayor parte de los chicos se nos quedan sin confirmar. Bueno, respondió don Jesús, lo que hace falta es que los que reciban el sacramento lo reciban bien. Claro, seguía Rafaela, como la chica de la Fonsi, que no la he visto en misa nunca más, los gemelos de la Andrea que más de lo mismo y la del bar que encima se pasa el día hablando mal de la iglesia. Supongo que con estos ocho más de lo mismo.

Mire, don Jesús, no sé cómo se harían las cosas antes. Aquí venía el obispo cada diez años y confirmaba a todos los chicos y chicas mayores de siete que no hubieran recibido el sacramento. Nada de tres años con la catequesis. A nosotras nos agarró la señorita Julia, la maestra, y en cuatro ratos nos dejó las cosas claras, y si no que lo diga Joaquina.

Le digo yo que en este pueblo, gente de cincuenta años para arriba, no hay uno sin confirmar. Y tampoco se hizo tan mal, de hecho todas nosotras confirmadas con ocho o diez años y aquí estamos.

Dicho esto, digo yo don Jesús que por qué no lo siguen haciendo como antes. Porque de los que nos confirmamos con ocho o diez años y por lo visto con tan poca preparación, en la iglesia estamos y es con los que cuenta para todo, mientras que los de los últimos años, por lo visto con mayor preparación y sabiendo mejor que nosotros lo que hacían, han desaparecido casi del todo, hasta la chica de José el vaquero, que venía a misa casi a diario y echaba una mano. Nunca más se supo.

Le hago una apuesta, señor cura. Si de los ocho que se se confirman ahora, dentro de tres meses siguen viniendo a misa por lo menos cuatro, le invito a comer un asadito de cordero, que ya sabe que no se me da mal. Y si no, también le invito a comer, pero el cordero lo paga usted.

En cualquier caso, yo pongo el postre, dijo Joaquina. Pero me da que va ganar Rafaela,