ZENIT

El mundo visto desde Roma

Servicio diario - 15 de junio de 2014

La frase del domingo 15 de junio

"La salvación de muchos depende de la oración de pocos"
Pío XII (1876-1958)


 


 

 


El papa Francisco

Francisco: la sociedad que no cuida a sus jóvenes y ancianos no tiene esperanza
El Santo Padre visita la Basí­lica de Santa Marí­a en Trastévere en un encuentro con la Comunidad de San Egidio

Francisco en el Ángelus: Una persona que ama por la alegría misma de amar es reflejo de la Trinidad
Reflexión del Santo Padre en la oración mariana de este domingo

El Papa anuncia que viajará a Albania el 21 de septiembre
Tras la oración del Ángelus, Francisco pide oraciones por Irak y sus ciudadanos para que puedan "construir juntos su patria, haciéndola un modelo de convivencia"

Espiritualidad

Santa Germana Cousin
«La santa pastora de Pibrac. Nuevo ejemplo de fe en la adversidad el que supo dar esta joven que vivió el cruel abandono de los suyos siendo humillada y destinada a vivir con los animales. Es otra doctora del perdón»


El papa Francisco


Francisco: la sociedad que no cuida a sus jóvenes y ancianos no tiene esperanza
El Santo Padre visita la Basí­lica de Santa Marí­a en Trastévere en un encuentro con la Comunidad de San Egidio

Por Rocío Lancho García

CIUDAD DEL VATICANO, 15 de junio de 2014 (Zenit.org) - El santo padre Francisco ha llegado al barrio romano del Trastévere a las 16.30 de esta tarde de domingo para el encuentro con la Comunidad de San Egidio. A pesar del mal tiempo y la fuerte tormenta prevista para la tarde, miles de fieles esperaban la llegada del Obispo de Roma. A su llegada a la plaza San Calisto, el Papa ha paseado a pie saludando a la gran multitud de fieles reunidos en los alrededores de la plaza mientras se escuchaban cantos en español para animar la espera. Sin prisa, el Santo Padre ha saludado y dado la mano a los presentes, incluso tuvo ocasión de tomar mate, bendecir el vientre de una embarazada y hacerse algún selfie con grupos de jóvenes.

El Papa ha sido acogido por el fundador y el presidente de la Comunidad, Andrea Riccardi y Marco Impagliazzo y por el párroco de S. María en Trastévere, monseñor Marco Gnavi.

El encuentro en la Basílica ha comenzado a las 17.05. El Santo Padre ha entrado saludando a las personas que se encontraban a ambos lados de los pasillos. Después, ha hecho una ofrenda floral a la Virgen.

Riccardi ha comenzado dando las gracias al Papa por la visita de hoy y ha hecho un breve repaso de la historia de la Comunidad de San Egidio y su labor. "No hemos renunciado al sueño de cambiar el mundo", ha indicado. Como estaba previsto, antes de la intervención del Santo Padre, se ha dedicado un tiempo para escuchar testimonios.

El primero en compartir su experiencia ha sido el arzobispo ortodoxo Jean Kawak, quien ha recordado el drama que está viviendo esta nación y la necesidad urgente de paz. Una mujer italiana de 90 años, ha dado las gracias al Papa por sus discursos a favor de los ancianos y en contra de la sociedad del descarte, así como ha dado su testimonio como voluntaria en la Comunidad de San Egidio y cómo este servicio le ayuda a dar sentido a su vejez.

El tercer testimonio ha sido el de una adolescente de la periferia de Roma que ha hablado de su servicio en "Jóvenes por la paz". Inmediatamente después, un joven de 28 años, casado y padre de 3 hijos ha hablado sobre las dificultades para encontrar trabajo a causa de la crisis.

Le ha seguido la intervención de una mujer con una discapacidad, miembro de la Comunidad. Su testimonio ha versado sobre cómo ha luchado desde pequeña por salir adelante, dando también las gracias por su marido, sus amigos y la fe.

A continuación un joven gitano con padres yugoslavos inmigrantes en Roma, ha hecho memoria de su infancia marcada por la marginación y la exclusión. Ahora puede decir orgulloso que no se dejó llevar, tiene trabajo y anima a otros gitanos para que lo logren.

Un joven musulmán que huyó de Afganistán cuando aún era menor de edad, ha recordado su viaje hasta Roma y cómo aquí conoció a la Comunidad de San Egidio, donde le han ayudado a "encontrar la paz que tanto he deseado". Finalmente, un hombre llamado Jaime nacido en El Salvador, ha explicado el trabajo de San Egidio contra la violencia de las pandillas y el narcotráfico en este país.

Por su parte, el Santo Padre ha iniciado su discurso dando las gracias por la calurosa acogida. Francisco ha observado que esta antigua Basílica "se ha convertido en lugar de oración cotidiana para tantos romanos y peregrinos. Rezar en el centro de la ciudad no quiere decir olvidar las periferias humanas y urbanas, significa escuchar y acoger aquí el Evangelio del amor para ir al encuentro de los hermanos y hermanas en las periferias de las ciudades del mundo". Asimismo les ha recordado que "la oración es la primera obra de vuestra comunidad, y consiste en escuchar la palabra de Dios. Este pan, el pan que nos da fuerza, nos hace ir adelante". El Papa ha invitado a mirar a Jesús para que "vuestros rostros estén radiantes".

De este modo, ha hecho mención a la labor de San Egidio con los más desfavorecidos, y ha subrayado que "en los pobres está presente Jesús, quien se identifica con ellos".

Por eso, les ha pedido que permanezcan "una comunidad para los pobres" y ha añadido "veo entre vosotros muchos ancianos, estoy contento que seáis sus amigos y vecinos". Al respecto, Francisco ha explicado que el trato a los ancianos y a los niños es "un indicador para ver la calidad de una sociedad". Y así, el Papa ha subrayado lo buena que es la alianza entre jóvenes y ancianos, "donde todos dan y reciben". Los ancianos y su oración son una riqueza para San Egidio, ha afirmado.

El Santo Padre ha querido reafirmar que "un pueblo que no cuida a sus ancianos, a sus jóvenes, es un pueblo sin futuro, sin esperanza. Porque los jóvenes, los niños y los ancianos llevan adelante la historia". Los jóvenes y los niños por su fuerza biológica y los ancianos dándoles la memoria, ha explicado el Papa. Por esta razón, "cuando una sociedad pierde la memoria, está terminada, está terminada. Es feo ver una sociedad, un pueblo, una cultura, que ha perdido la memoria".  

A continuación, el Pontífice ha hecho referencia a la anciana de 90 años que ha hablado de la cultura del descarte, -"¡es buena! ¿eh?" Francisco ha indicado que para mantener un equilibrio así, donde al centro de la economía mundial no está ni en el hombre ni en la mujer, sino que está en el ídolo dinero, es necesario descartar cosas: los niños, los ancianos... "Lo que no produce se descarta", y este rechazo hacia los ancianos es una "eutanasia escondida", ha observado. Del mismo modo ha querido abordar el problema de 75 millones de jóvenes ni-ni, que ni estudian ni trabajan.

Y todo esto, ha indicado, sucede en Europa. "Esta Europa cansada. Esta Europa que se ha cansado, no ha envejecido, está cansada. No sabe que hacer", ha reflexionado el Papa. Por esta razón, Francisco ha propuesto ayudar a Europa, "a rejuvenecer, a encontrar sus raíces. Es verdad, ha renegado de sus raíces, es verdad. Pero debemos ayudar a reencontrarlas".

Jesús dijo de sí mismo que "la piedra que descartaron los arquitectos es ahora la piedra angular". Y así, el Pontífice ha señalado que los pobres son también, de alguna manera, la piedra angular para la construcción de la sociedad.

Por otro lado, ha hecho un llamamiento para la paz. "Trabajar por la paz no da resultados rápidos, sino que es una obra de artesanos pacientes que buscan lo que une y dejan a parte lo que divide". Y ha añadido que es necesario "más oración y más diálogo". Y el diálogo -ha precisado- solo es posible desde la propia identidad.

Para concluir su mensaje, Francisco les ha pedido que vayan adelante sobre este camino: oración, pobres y paz. "Y caminando así, ayudad a hacer crecer la compasión en el corazón de la sociedad, que es la verdadera revolución, la de la compasión, la ternura", ha exhortado.

Al finalizar las palabras del Papa, la celebración ha continuado con la lectura del Evangelio y la oración de los fieles: peticiones por la paz, por las naciones que sufren, por los inmigrantes, por la unidad de los cristianos. Para concluir, todos han rezado juntos el Padre Nuestro y Francisco ha impartido la bendición. Después, han entregado al Papa un icono de la Virgen María. 

A las 18.30 el Santo Padre ha salido de la Basílica para dirigirse a la sede de la Comunidad en la plaza de San Egidio. Allí ha pasado unos minutos y al salir de la sede, ha dirigido unas últimas palabras a los presentes. Ha pedido que se rece por los "nuevos pobres" -los que no pueden pagar el alquiler y tienen que dejar sus casas- y por la paz. Para finalizar, ha pedido que recen por él, "sabéis que mi trabajo es un trabajo 'insalubre' y necesito extraordinarias en oración".

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Francisco en el Ángelus: Una persona que ama por la alegría misma de amar es reflejo de la Trinidad
Reflexión del Santo Padre en la oración mariana de este domingo

Por Redacción

CIUDAD DEL VATICANO, 15 de junio de 2014 (Zenit.org) - A las 12.00 de esta mañana el santo Padre Francisco se ha asomado a la ventana del Estudio en el Palacio Apostólico para rezar el Ángelus con los fieles y peregrinos reunidos en la plaza de San Pedro para la habitual cita dominical.

Estas son las palabras del Papa para introducir la oración mariana:

Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días!

hoy celebramos la solemnidad de la Santísima Trinidad, que presenta a nuestra contemplación y adoración la vida divina del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo: una vida de comunión y de amor perfecto, origen y meta de todo el universo y de cada criatura, Dios. En la Trinidad reconocemos también el modelo de la Iglesia, en la cual estamos llamados a amarnos como Jesús nos ha amado. Es el amor el signo concreto que manifiesta la fe en Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo. Es el amor el distintivo del cristiano, como nos ha dicho Jesús: "En esto conocerán todos que sois discípulos míos: si os tenéis amor los unos a los otros" (Jn 13, 35).

Es una contradicción pensar en cristianos que se odian. Es una contradicción. Y esto busca siempre el diablo: hacer que nos odiemos. Porque él sembra siempre la cizaña del odio. Él no conoce el amor, el amor es de Dios.

Todos estamos llamados a testimoniar y anunciar el mensaje que "Dios es amor", que Dios no es lejano o insensible a nuestras situaciones humanas. Él nos está cerca, está siempre a nuestro lado, camina con nosotros para compartir nuestras alegrías y nuestros dolores, nuestras esperanzas y nuestras fatigas. Nos ama tanto y hasta tal punto que se ha hecho carne, ha venido al mundo no para juzgarlo sino para que el mundo se salve por medio de Jesús (cfr Jn 3, 16-17). Y esto es el amor de Dios en Jesús, este amor que es tan difícil de entender, pero nosotros lo sentimos cuando nos acercamos a Jesús y Él nos perdona siempre, Él nos espera siempre, Él nos ama tanto. Y el amor de Jesús que nosotros sentimos, es el amor de Dios.

El Espíritu Santo, don de Jesús Resucitado, nos comunica la vida divina y así nos hace entrar en el dinamismo de la Trinidad, que es un dinamismo de amor, de comunión, de servicio recíproco, de compartir. Una persona que ama a los otros por la alegría misma de amar es reflejo de la Trinidad. Una familia en la que se aman y se ayudan los unos a los otros es un reflejo de la Trinidad. Una parroquia en la que se quieren y se comparten los bienes espirituales y materiales es un reflejo de la Trinidad.

El amor verdadero no tiene límites, pero sin limitarse, para ir al encuentro del otro, para respetar la libertad del otro. Todos los domingos vamos a misa, celebramos la eucaristía juntos. Y la Eucaristía es como la "zarza ardiente" en la que humildemente habita y se comunica la trinidad. Por esto la Iglesia ha puesto la fiesta del Corpus Domini después de la de la Trinidad. El próximo jueves, según la tradición romana, celebramos la Santa Misa en San Juan de Letrán y después haremos la procesión con el Santísimo Sacramento. Invito a los romanos y a los peregrinos a participar para expresar nuestro deseo de ser un pueblo "reunido en la unidad del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo" (San Cipriano). Os espero a todos el próximo jueves a las 19.00, para la misa y la procesión del Corpus Christi.

La Virgen María, criatura perfecta de la Trinidad, nos ayude a hacer de toda nuestra vida, en los pequeños gestos y en las elecciones más importantes, un himno de alabanza a Dios que es Amor.

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El Papa anuncia que viajará a Albania el 21 de septiembre
Tras la oración del Ángelus, Francisco pide oraciones por Irak y sus ciudadanos para que puedan "construir juntos su patria, haciéndola un modelo de convivencia"

Por Redacción

CIUDAD DEL VATICANO, 15 de junio de 2014 (Zenit.org) - Tras la oración del Ángelus de esta mañana en la plaza de San Pedro, el Papa ha pronunciado las siguientes palabras:

Queridos hermanos y hermanas,

Estoy siguiendo con gran preocupación los sucesos de estos últimos días en Irak. Os invito a todos a uniros a mi oración por la querida nación iraquí, sobre todo por las víctimas y por quien sufre más las consecuencias del aumento de la violencia, en particular por las muchas personas, entre los cuales muchos cristianos, que han tenido que dejar su casa.

Espero para toda la población la seguridad, la paz y un futuro de reconciliación y de justicia donde todos los iraquíes, sea cual sea su pertenencia religiosa, puedan construir juntos su patria, haciéndola un modelo de convivencia.

Rezamos a la Virgen, todos juntos por el pueblo iraquí: "Dios te Salve María..."

Quiero hoy anunciar que, acogiendo la invitación de los obispos y de las autoridades civiles albanas, acudiré a Tirana el domingo 21 de septiembre. Con este breve viaje deseo confirmar en la fe a la Iglesia en Albania y testimoniar mi aliento a un país que ha sufrido mucho tiempo a causa de las ideologías del pasado.

Y ahora os saludo a todos vosotros, queridos peregrinos presentes hoy: grupos parroquiales, muchos, familias y asociaciones. En particular saludo a los militares de Colombia, a los fieles venidos de Taiwán y Hong Kong, de Ávila y La Rioja en España, de Venado Tuerto en Argentina, de Cagliari, Albino, Vignola, Lucca y Battipaglia.

Saludo al Movimiento Pro Sanctitate, en el centenario del nacimiento del fundador, el Siervo de Dios Guglielmo Giaquinta: queridos amigos, os animo a llevar adelante con alegría el apostolado de la santidad. Saludos a los chavales de Casaleone que han recibido la confirmación y a los trabajadores del Grupo IDI Sanidad de Roma.

Un pensamiento especial va hoy a las colaboradoras domésticas y cuidadoras, que proceden de tantas partes del mundo y desarrollan un servicio precioso en las familias, especialmente en apoyo de los ancianos y de las personas no autosuficientes. Muchas veces nosotros no valoramos con justicia el gran y buen trabajo que hacen en las familias. Muchas gracias a vosotras.

A todos os deseo feliz domingo y buena comida. Y no os olvidéis de rezar por mí. ¡Hasta pronto!

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Espiritualidad


Santa Germana Cousin
«La santa pastora de Pibrac. Nuevo ejemplo de fe en la adversidad el que supo dar esta joven que vivió el cruel abandono de los suyos siendo humillada y destinada a vivir con los animales. Es otra doctora del perdón»

Por Isabel Orellana Vilches

MADRID, 15 de junio de 2014 (Zenit.org) - Una de las múltiples tentaciones que se presentan en la vida espiritual es la tendencia a justificar acciones propias negativas amparándose en la deficiente conducta ajena. Un seguidor de Cristo no se escuda en las imperfecciones de otros, que pueden haber salpicado su vida, con el fin de eludir su responsabilidad, y echar por la borda la gracia que recibe para afrontar cualquier situación. Si Germana se hubiese dejado influir por las constantes hostilidades que provenían de su entorno no estaría en la gloria.

Esta santa «sin historia», como se la denomina, es otra de las doctoras en el modo admirable y heroico de asumir el anonadamiento espiritual y el perdón. Un ejemplo de vida oculta en Cristo. Pasó su existencia sin realce social ni intelectual. Deforme de nacimiento, despreciada, maltratada, abandonada de los suyos, humillada, y destinada a vivir con los animales, en ese calvario cotidiano, que llevada de su amor a Dios le ofrecía, se labró su morada eterna en el cielo. Y de eso se trata. Algunas pinceladas de su biografía se reconstruyeron en diciembre de 1644, casi medio siglo después de su muerte, cuando se abrió la tumba para enterrar a una parroquiana y hallaron su cuerpo incorrupto. Dos vecinos, que tenían ya cierta edad y habían sido contemporáneos de la joven, echaron mano de su memoria y dieron pistas para identificarla.

Había nacido en Pibrac, Francia, hacia 1579 porque se piensa que falleció en 1601 cuando tenía 22 años. Su deceso se produjo en completa soledad, como había vivido, en el establo y sobre un camastro de rudos sarmientos, acompañada del ganado que custodiaba. Era hija de Laurent Cousin, quien al enviudar de la madre de Germana, Marie Laroche, que murió cuando aquélla tenía unos 5 años, contrajo matrimonio –era el cuarto para él– con Armande Rajols. Y ésta fue una auténtica madrastra para la pequeña; no tuvo ni un ápice de compasión con la niña. Germana había nacido con una pésima salud. Padecía escrófula y presentaba evidente deformidad en una de sus manos.

Ante la pasividad de su padre, Armande la maltrató cruelmente ideando formas despiadadas para infligirle el mayor daño posible. Al final, la separó de su hogar, le vetó el acceso a sus hijos y la destinó al cuidado de las ovejas con las que conviviría hasta el final. Tenía 9 años cuando comenzaron a enviarla a pastorear en la montaña, seguramente con la idea de ir borrando el recuerdo de su existencia, o hacerla desaparecer bajo las fauces de los lobos. Arrinconada, considerada una nulidad para cualquier acción por sencilla que fuera, Germana tuvo dos ángeles tutelares: una iletrada sirvienta de su familia, Juana Aubian, y el párroco de la localidad, Guillermo Carné. La primera volcó en ella sus entrañas de piedad hasta donde le fue posible ya que, en cuanto vieron que podía medio valerse por sí misma, la enviaron al establo. El excelso patrimonio que Juana le legó fue hablarle del Dios misericordioso. A su vez el sacerdote, hombre sin duda virtuoso y clarividente, juzgó que se hallaba ante una elegida del cielo por los signos que apreciaba en ella: bondad, espíritu de mansedumbre, y una inocencia evangélica tal que infundía una alegría ciertamente sobrenatural.

La mísera ración de comida, mendrugos de pan que le echaban a cierta distancia en prevención de un eventual contagio, la compartía con los indigentes. Ni siquiera esta muestra de compasión consintió la madrastra, y un día la persiguió para darle público escarmiento. Cuando en presencia del vecindario le arrebató violentamente el delantal donde guardaba su esquilmada provisión para los pobres, quedó impactada por el prodigio que se obró en ese mismo instante. Todos vieron cómo se desprendía del modesto mandil una cascada de flores silvestres bellísimas en una estación impropia para su nacimiento y en un entorno en el que no solían brotar, anegando el suelo con sus brillantes colores.

Laurent despertó un día de su cobarde letargo y ofreció a Germana volver al hogar. La joven agradeció la invitación paterna, pero eligió seguir en el cobertizo. Oraba cotidianamente por la conversión de Armande, que no terminó de conquistar esta gracia hasta poco antes de morir. El párroco acogió a la santa como catequista de los niños que entendían maravillosamente las verdades de la fe a través de los ejemplos que ponía. Era asidua a la misa, rezaba el rosario y no podía evitar que fueran haciéndose extensivos los hechos milagrosos obrados a través de ella, y que ya en vida le dieron fama de santidad. Uno de estos se produjo nada más morir el 15 de junio de 1601, y fue contemplado por varios religiosos que se hallaban de paso en Pibrac. Vieron doce formas blancas que se elevaban hacia el cielo dando escolta a una joven vestida de blanco; llevaba la frente ceñida con una corona de flores. Al descubrir que había fallecido, todos supusieron que era Germana que entraba en la eternidad.

Fue enterrada en la iglesia, lugar en el que siguieron multiplicándose los milagros. Los partidarios de la Revolución intentaron destruir sus restos echándoles cal viva. Pero en el siglo XVIII volvieron a hallar su cuerpo incorrupto. Pío IX la beatificó el 7 de mayo de 1854, y la canonizó el 29 de junio de 1867.

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