19.06.14

¿El regreso de la esclavitud? –1

A las 1:17 PM, por Daniel Iglesias
Categorías : Libros

Reseña del libro: Hilaire Belloc, El Estado Servil, La Espiga de Oro, Buenos Aires, 1945; traducción de la tercera edición del original inglés: The Servile State.

La primera edición de The Servile State es de 1912, la segunda de 1913 y la tercera de 1927. El Estado Servil incluye los prefacios de Belloc a las ediciones tercera y segunda, en ese orden. Además de esos dos prefacios, el libro tiene una Introducción, nueve Secciones y una Conclusión. En la Introducción, el autor presenta la tesis del libro: la sociedad industrial, tal como la conocemos, tiende al restablecimiento de la esclavitud.

En la Sección I, Belloc define los términos principales que utilizará para desarrollar su tesis: Riqueza, Trabajo, Tierra, Capital, Medios de Producción, Proletariado, Propiedad, Estado Socialista, Estado Capitalista, Estado Servil. Se detiene sobre todo en una definición minuciosa del Estado Servil. Cito un resumen del autor sobre esa definición: “El Estado Servil es aquel en que hallamos en número tan considerable familias e individuos diferenciados de los ciudadanos libres por la marca del trabajo obligatorio, que imprimen un sello general sobre la sociedad, la que aparece entonces como impregnada por todos los caracteres principales, malos o buenos, anexos a la institución de la esclavitud, sea que los esclavos estén directa y personalmente anexados a sus amos, o sólo indirectamente por medio del Estado, o bien anexados, en una tercera forma, por su subordinación a corporaciones o a determinadas industrias.” (p. 46).

Las Secciones II-IV son una digresión de carácter histórico y constituyen a mi juicio la parte más sólida del libro. Allí el autor esboza sumariamente el proceso mediante el cual la Cristiandad transformó la antigua sociedad pagana, basada en la esclavitud, en una sociedad libre.

En la Sección II, Belloc subraya que la antigua sociedad pagana que precedió a la civilización europea fue servil, debido a la importancia fundamental de la esclavitud en dicha sociedad. La institución de la esclavitud fue dada por supuesta en la antigüedad pagana y fue perturbada sólo por el advenimiento de la Iglesia de Cristo.

En la Sección III, Belloc describe la lenta y gradual disolución de la institución servil, por efecto indirecto de la fe cristiana, durante los diez siglos de la Cristiandad medieval. El esclavo agrario se transformó primero en el siervo cristiano y luego en el labriego cristiano. A fines de la Edad Media estaba casi terminada la erección del “Estado Distributivo”, un Estado caracterizado por una distribución muy amplia de los medios de producción entre las familias.

“La institución servil, salvo en fórmulas legales que aparecen aquí y allá, o en escasos rincones aislados y excéntricos, había desaparecido totalmente; pero no debe imaginarse que la sustituyó alguna especie de colectivismo. Había tierras comunes, pero eran tierras celosamente custodiadas por hombres que poseían a la vez otras tierras. La propiedad común en la aldea no fue sino una de las formas de propiedad, y se la usaba más bien como volante destinado a mantener la regularidad del funcionamiento de la máquina cooperativa que como un tipo de posesión de un modo u otro específicamente sagrado. Los Gremios tenían propiedades en común, pero tales propiedades eran las necesarias para su vida cooperativa; nos referimos a sus Sedes, a sus Cajas de Socorro, a sus Fundaciones Religiosas. En cuanto a los instrumentos de sus oficios, eran propiedad individual de sus miembros, y no del Gremio, salvo cuando eran tan costosos que necesitaban un dominio corporativo.” (p. 67).

En la Sección IV, Belloc explica cómo en Inglaterra se malogró el Estado Distributivo, dando lugar al capitalismo. La decadencia de la propiedad distributiva comenzó en el siglo XVI con la confiscación de las propiedades territoriales de los monasterios por parte de la Corona. En general, la tierra así confiscada no fue retenida por el Rey, sino que pasó a engrosar las propiedades de los grandes terratenientes. Hacia 1660, después de varias guerras civiles, “toda la realidad del poder se encontraba en las manos de una clase poderosa de hombres ricos… la gran nota dominante fue que unas cuantas familias ricas se habían apoderado de la mayor parte de los medios de producción de Gran Bretaña, a la vez que ejercían todo el poder administrativo local y constituían además la justicia, la educación superior y la Iglesia… (En 1700), más de la mitad de los ingleses se hallaban desposeídos de capital y de tierra.” (p. 81). Por lo tanto, en contra de una tesis ampliamente extendida, Inglaterra se volvió capitalista mucho antes de la revolución industrial de los siglos XVIII y XIX. La industria moderna, originaria de Inglaterra, se desarrolló en un molde capitalista. (Continuará).

Daniel Iglesias Grèzes