23.06.14

Pagolandia y Caramcity

A las 7:22 AM, por Jorge
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Decididamente el mundo al revés. Porque digo yo que un católico, para saber lo que es fe de la buena, teología fetén que diría un castizo, doctrina que va a misa, moral cierta y liturgia correcta lo que hace es fiarse del catecismo, los documentos de la Iglesia y el magisterio del papa y los obispos. Digo yo y decimos algunos.

Sigo. El mundo católico está lleno de teorías sobre la fe, teologías, pseudo teologías, inventos, posibilidades, experimentos, hipótesis descabelladas y descabelladísimas, liturgia y para liturgia, liturgia corrientita, reivindicativa, creativa e incluso alternativa. También tenemos moral clásica, moderna, aproximativa, sugerente, personal, colectiva, antropológica, existencial, supercalifragilística y espialidosa.

Y como resulta que tanto la teología, como la moral y la liturgia, depende de dónde vengan no es que digan cosas sujetas a sus matices, sino incluso contradictorias hasta el punto de que o una cosa o la otra, pues uno, cura del común, escasito de fe, con una formación que no es para tirar cohetes y consciente de que tiene más limitaciones que equipaje de mano en línea aérea low cost, acaba yendo al catecismo de la Iglesia, leyendo documentos, y mirando a ver si en algunas cosas alguien ha dicho algo desde “Doctrina de la fe”.

Para mucha gente esto que hace un servidor no es otra cosa que infantilismo, carcundia insoportable, ausencia de espíritu conciliar e incapacidad de pensar de forma autónoma. Porque ya se sabe que todo creyente profundo, maduro, serio, sensato, renovado, conciliar e insertado en la realidad cotidiana, amén de preocupado por los pobres de este mundo, siempre da como fruto de su auténtica y madurísima experiencia de fe un profundo desprecio al catecismo, una risa burlona de superioridad ante los documentos de la Iglesia, una mueca displicente frente al magisterio y un poner en entredicho cualquier sugerencia del papa siempre y cuando no sea de Juan XXIII o Francisco.

Hay signos evidentes de que una persona ha llegado a la profunda madurez en la fe, a la par que la desmitificación total del evangelio como son la adhesión inquebrantable a Pagola, el aplauso a Jairo del Agua, la profunda identificación con Boff y la lectura meditada de las obras completas de González Faus. Si además de todo esto, la persona llegara a extasiarse ante cualquier palabra proferida por Sor Forcades y sor Caram no es que ha llegado a la total profundidad de la fe, sino que está ya en la entrada del superior círculo de la bienaventuranza terrenal. Compréndanlo.

Los demás, pues qué quieren que les diga, que como estamos en un estadio de fe mucho menos evolucionado, nos fiamos más del Catecismo que de Jairo, mucho más de los documentos de la Iglesia que de los Arieles de turno, infinitamente más de la doctrina social de la Iglesia que de las ocurrencias de Faus, absolutamente más de la congregación para la doctrina de la fe que de Pagola. Pero es que somos lo que somos.

El mundo al revés. Ahora los infalibles son los Pagolas y las Forcades. Leche. Los mismos que llevan toda la vida clamando contra a infalibilidad papal, se la conceden sin más a Pagola. Sí. Atrévanse a decir que lo de Pagola en fin… que es mucho más que matizable. De muchas reuniones de cristianos y cristianas de base, hipotenusa y cotangente no saldrán vivos. Si además se atreven a soltar, aunque sea en voz bajita, que mejor el catecismo… entonces sí que se acabó. Pasarán a engrosarlas filas de los carcas, infantiloides, anti conciliares, amigos de los ricos y nada preocupados por los débiles.

Para que no quede duda. Servidor nada evolucionado o más bien involucionado del todo. Treinta y tantos años de cura y seguimos que si la misa, el despacho, las confesiones, que si la catequesis y Cáritas…, que si habrá que hacer caso al Catecismo. Me parece que no tengo arreglo (muchos de mis lectores tampoco).