3.07.14

47 aldeas... pero 1 solo Sagrario

A las 9:49 AM, por P. Diego Cano
Categorías : Diario de un misionero en Tanzania

Domingo 8 de Junio 2014

Domingo de Pentecostés

De esos lados les puedo contar que en éste tiempo en que estoy sólo, estoy con mucho trabajo, lo cual es una bendición realmente. Ya me han dicho mis superiores que van a mandar a algún sacerdote que me acompañe, aunque no hable swahili, es decir, aunque no me pueda ayudar mucho con el trabajo pastoral. Creo que vendrá alguno por dos meses, y otro por otros dos meses, si Dios quiere. Lo importante es poder hacer comunidad, tener otro padre para charlar, y para confesarse, y sobre todo vencer la soledad de estos lugares lejanos. La convalecencia P. Johntin se va a extender hasta fin de año en Egipto.

misa_tanzania

Acá estamos saliendo a la cancha con lo que se puede. De todos modos las cosas están mejor, porque entiendo bastante lo que se habla, y sobre todo con el tema de las confesiones, que era lo que más me costaba. Hoy ha sido un domingo pleno, muy lindo y con mucho trabajo. La misa aquí en la misión, como siempre, y luego me fui a una aldea que se llama Kangeme, que tiene una capilla tan grande como esta iglesia, y muchísima mas gente. Está a 40 min en auto nada más. Me llevé nueve monaguillos que me acompañaran y el catequista. Confesé cerca de 40 minutos al llegar a la aldea. Luego la misa empezó a las 12:00, con el solcito que pegaba en las chapas del techo… y terminó a las 2:30 de la tarde.Después seguí con las confesiones hasta casi las cuatro. Y luego de picar alguito… regresé porque me esperaba el oratorio infantil en la parroquia. Me esperan “los amigos del fútbol", que a la vez la mayoría son monaguillos. Hoy eran casi 40. A éstos en el oratorio se suman los jóvenes, y los niños chiquitos… que son millones. Y todos se van cuando ya está entrando la noche, luego de echarlos varias veces.

monaguillos_africa

Se me venían muchos pensamientos en esa aldea de hoy, pensaba que en nuestra parroquia hay 47 aldeas, con casi una capilla en cada aldea… y sólo tenemos un sagrario, que es el de la parroquia, la iglesia donde vivimos nosotros, en el centro de la misión. Pensar que la gente no puede experimentar lo que significa la compañía de Jesús en el Sagrario. Tampoco la cercanía del sacerdote y de las hermanas. Es hermoso el trato y la corriente de confianza con los chicos, jóvenes y familias aquí en la parroquia,porque tienen el trato casi cotidiano. Ahora que los niños están de vacaciones vienen a la mañana y la tarde, y están acá en el frente de la casa, que hay como una placita, y luego piden la pelota de fútbol para ira jugar al frente… y cuando están cansados vienen a jugar a las cartas en la puerta de casa. Esto me hace acordar mucho al seminario menor… se escuchan voces y juegos de chicos todo el tiempo, que es como una música para el alma. Pero cuando uno va a otras aldeas, se ven chicos muy buenos, y miles y miles de chicos, pero hay cierta distancia… y uno sabe que si tuvieran la posibilidad que tienen los que están acá cerca, sería tan buenos como éstos, y tendrían tanta confianza como los de nuestra aldea. Da pena ver que no podamos ser más y poder celebrar más misas, y si se pudiera, tener más sagrarios, y confesar más… y tener más oratorios, y todo.

monaguillos_altar

¡Las confesiones!… yo hoy me acordaba de lo que el P. Buela pensaba cuando Dios le inspiró el fundar nuestra Congregación, que sería bueno contar con comunidades sacerdotales en todas las parroquias, para poder atender mejor a las confesiones, entre otras cosas. Hoy por ejemplo, en ésa aldea, comulgaron 130 personas… y yo no sé a cuántos pude confesar, creo que si fueron 20 es mucho. Mucho mas pensaba en esto en este tiempo en que estoy solo, y la parroquia tiene aproximadamente 60.000 católicos. Es una sensación de impotencia y pequeñez muy grande. Que por mas que nos deshiciéramos en el trabajo, quedaríamos a años luz de poder atenderlos a todos. Creo que en estas circunstancias es cuando más vemos que hay que hacer todo lo que se puede hacer, cansarse todo lo que se puede cansar, y esperar, que Dios hace fructificar más de lo que pensamos y esperamos. Es increíble ver gente que tiene tan pocas cosas, tan pocos medios de formación cristiana, y a la vez con una fe y devoción tan grande…. eso no tiene explicación humana.

La gente es muy buena y está súper deseosa de escuchar. Son muy dóciles además, hacen todo lo que se les dice, lo aceptan sin condiciones ni restricciones. Eso sí, hay que insistir e insistir, repetir y no cansarse de repetir, y no confiar en que van a hacer las cosas simplemente por decírselo. Pero es el trabajo nuestro… recodarles todo el tiempo lo que Dios les manda, mostrarles el camino, y no cansarse de eso.

¡Firmes en la brecha!

P. Diego Cano, IVE

Misionero del Instituto del Verbo Encarnado en Tanzania