7.07.14

Los dos ataques contra la asignatura de religión

A las 1:25 PM, por Luis Fernando
Categorías : Actualidad, Sociedad siglo XXI, Secularización interna de la Iglesia

Constitución española, art 27.3:

Los poderes públicos garantizan el derecho que asiste a los padres para que sus hijos reciban la formación religiosa y moral que esté de acuerdo con sus propias convicciones.

Libro de Proverbios:

Instruye al niño en su camino,
Y aun cuando fuere viejo no se apartará de él.
(Prov 22,6)

Desde el momento en que la Constitución española reconoce el pre-existente derecho de los padres a que sus hijos sean educados conforme a sus valores morales y religiosos, la asignatura de religión confesional es absolutamente necesaria.

Y quien la combate, como ocurre con la práctica totalidad de la clase política española en estos momentos, está arremetiendo contra uno de los derechos más fundamentales de las familias: la educación de los hijos.

Habrá quien diga que los padres pueden educar a sus hijos en casa en esos valores, pero todos sabemos que la escuela tiene una capacidad educativa enorme y por tanto no puede convertirse en una excepción en relación a la transmisión de esos principios que configuran la conciencia del niño y adolescentes.

Dicho eso, hay un ataque muchísimo peor contra el derecho de los padres. Consiste en la existencia de profesores que en vez de enseñar en una asignatura confesional aquello que la religión objeto de la materia dictamina, se dedican a enseñar otra cosa. Como quiera que yo mismo he sido objeto de dicho ataque en mis hijos, sé bien de lo que hablo.

En relación a la clase de religión católica -las demás confesiones que hagan lo que crean oportuno- es bueno y necesario que la Iglesia defienda su existencia. Aunque no hubiera acuerdos entre el Estado y la Santa Sede, esa asignatura tiene perfecto derecho a existir en base al texto constitucional y en base al mero sentido común.

Ahora bien, más necesario es que la propia Iglesia vele para que los conocimientos que se dan a los alumnos en las clases de religión sean conformes a la fe católica. Porque es mejor que no exista esa asignatura a que se haga un mal uso de ella.

Con esto no digo que la mayoría -o una minoría importante- de los profesores de religión católica no cumplan bien su labor. Ellos son los primeros interesados en que los pastores vigilen bien.

Luis Fernando Pérez Bustamante