23.07.14

¿Cómo quemar candidatos?

A las 2:03 PM, por Cavernicola
Categorías : El Mamut Lanudo

Aunque es bien conocida la repugnancia de los escribientes de este blog al eurocentrismo, machismo, seguidismo y modernismo, haciendo una excepción, el que suscribe viene a subsanar una carencia harto conocida de este insigne diario digital InfoCatólica.com: la denuncia de la así llamada quema de candidatos a obispos.

Se trata de una actividad, ministerio, oficio o manía que practican asiduamente otros diarios digitales católicos homónimos, quiero decir seudónimos o antónimos: poner en el punto de mira a beneméritos sacerdotes, incluso a obispos, que al parecer estarían entre los posibles candidatos a un nombramiento como obispo o arzobispo. Con ello, el así apuntado queda fulminado (para bien o para mal, es igual).

Hay que tener en cuenta que la costumbre de advertir sobre las condiciones de los candidatos a obispos se remonta al propio Pablo -san-, como puede leerse en sus cartas a Filipenses, Timoteo y Tito, entre otras.

Porque el epíscopo, como administrador de Dios, debe ser irreprochable; no arrogante, no colérico, no bebedor, no violento, no dado a negocios sucios; sino hospitalario, amigo del bien, sensato, justo, piadoso, dueño de sí. Que esté adherido a la palabra fiel, conforme a la enseñanza, para que sea capaz de exhortar con la sana doctrina y refutar a los que contradicen. (Cf. Pablo a Tito)

Del mismo modo, no es cosa de menospreciar las palabras que los dos últimos papas han dedicado a las condiciones de los obispos y arzobispos:

La primera característica que el Señor pide al siervo es la fidelidad. Le ha sido confiado un gran bien, que no le pertenece. La Iglesia no es la Iglesia nuestra, sino su Iglesia, la Iglesia de Dios. El siervo debe dar cuentas sobre la gestión del bien que se le ha encomendado. No atamos a los hombres a nosotros; no buscamos poder, prestigio, estima para nosotros mismos. Conducimos a los hombres hacia Jesucristo y así hacia el Dios vivo (Papa Benedicto)

La fidelidad que Dios nos confirma incesantemente a nosotros, los Pastores, es la fuente de nuestra confianza y nuestra paz, más allá de nuestros méritos. La fidelidad del Señor para con nosotros mantiene encendido nuestro deseo de servirle y de servir a los hermanos en la caridad. El amor de Jesús debe ser suficiente para Pedro. Él no debe ceder a la tentación de la curiosidad, de la envidia. El Señor repite hoy, a mí, a ustedes y a todos los Pastores: «Sígueme». Sígueme en la predicación del Evangelio. Sígueme en el testimonio de una vida que corresponda al don de la gracia del Bautismo y la Ordenación. Sígueme en el hablar de mí a aquellos con los que vives, día tras día, en el esfuerzo del trabajo, del diálogo y de la amistad. Sígueme en el anuncio del Evangelio a todos, especialmente a los últimos, para que a nadie le falte la Palabra de vida, que libera de todo miedo y da confianza en la fidelidad de Dios. Tú, sígueme (Papa Francisco)


¿Es esto lo que nuestros homónimos, seudónimos o antónimos promueven? Observemos dos ejemplos de lo que, suponemos, ha de resultar penoso o más bien risible para quienes tienen el deber de proveer obispos y arzobispos a las diócesis de toda la Iglesia:

Un augurio de candidato reciente. Por Juan Rubio (Director-casi exdirector de Vida Nueva)

Y seguirán mirando el mapa español y señalando con el dedo las dos diócesis más importantes, Madrid y Barcelona, cuyos titulares hace tiempo que presentaron su renuncia.
Ya traen cola y se dice que el Papa duda, pregunta mucho y no se decide. Quiere y desea mas consenso que evite un episcopado alineado en trincheras. Y por eso prefiere esperar y quizás dar alguna sorpresa. La llegada del cardenal Cañizares a Barcelona se desinfló y ahora hay quien lo destina, de nuevo, a Madrid.
En Barcelona, la situación puede hacer esperar, aunque ya hay quien trabaja para que el nombre sea una sorpresa. El Opus Dei podría estar en la sombra. En Cataluña tienen mucha fuerza y se han alineado a una manera de concebir el asunto catalán que tiene muchos adeptos y que tiene una cara amable para los independentistas. El Opus Dei ha cambiado su hoja de ruta en Cataluña hace tiempo. Ya trabajaron para que el actual arzobispo de Tarragona fuera nombrado para Barcelona.
Aún no se descarta, pese a la edad, y en este sentido ya se habla de un eminente arzobispo, no catalán, del Opus Dei, riojano con trayectoria pastoral y buena formación jurídica y que sería sustituido de su actual puesto para que lo ocupe otro español, avieso en los asuntos diplomáticos y curiales, amigo del prefecto en cuestión.
Se habla de un juego de estrategias para traer a Cataluña (Barcelona o Tarragona) a Celso Morga, Secretario de la Congregación del Clero. El papa Francisco ya está harto de escuchar los mismos nombres, removiendo las mismas aguas. Prefiere alguien que tenga mirada mas amplia. El Opus Dei sabe trabajar bien a sus candidatos .

Y uno de hace más de un año. Por Jesús Bastante, Redactor jefe de Religión Digital

Y ahora, le toca el turno a Madrid. La sucesión no pinta nada bien para Rouco Varela, que ha perdido el control de los mecanismos curiales. Con la llegada de la “primavera” de Francisco al Vaticano, Rouco fue perdiendo apoyos a marchas forzadas. Ya no pilota su sucesión, que lleva personalmente Bergoglio. Y todo parece indicar que se va a decantar por el cardenal Cañizares, para suceder a su “enemigo íntimo” en Madrid.
Descartados, pues, los “candidatos” de Rouco (que apostaba, sobre todo, por Asenjo, el arzobispo de Sevilla, o por Sanz Montes, el de Oviedo), los dos escenarios con más posibilidades son los que traerían a Cañizares o a Carlos Osoro a Madrid. En principio, Cañizares parece contar con mayores probabilidades.
Además del relevo de Rouco Varela -unido probablemente al del cardenal Sistach en Barcelona-, el nombre del nuevo arzobispo de Madrid supondrá nuevas elecciones en la Conferencia Episcopal española. Y es que Francisco busca un perfil de obispo con experiencia pastoral. Con olor a oveja, vamos.
En esta tesitura, el principal candidato a la sede de Madrid pasaría a ser el arzobispo de Valencia, Carlos Osoro, con un perfil muy parecido al del propio Francisco. Osoro es un obispo cercano, con la edad suficiente como para capitanear un cambio tanto en Madrid como en la Conferencia Episcopal, y con buenos contactos en Roma. Un candidato perfectamente posible.
La única duda que surge es ¿dónde “colocar” a Cañizares si, como parece, no continúa al frente de Culto Divino? La jugada que podría estar tramándose desde Nunciatura, con la aquiescencia de Roma, llevaría a Osoro a Madrid, y a Cañizares a Valencia.


¿Algo que ver con las indicaciones de Pablo, Benedicto o Francisco? ¿Algo de lo que arrepentirse los digitales católicos? Rien de rien