«El terrorismo y la intolerancia religiosa son las plagas más graves»

Fr. Inayat Bernard: «En la sociedad de Pakistán hay una mentalidad talibana»

 

«El terrorismo y la intolerancia religiosa son las plagas más graves que afligen Pakistán». Así lo asegura el P. Inayat Bernard, rector del Seminario di Santa Maria en Lahore, en declaraciones a la agencia Fides. El sacerdote advierte que en la sociedad pakistaní hay una mentalidad talibana que debe desaparecer. Para ello debería evitarse que en las madrasas (escuelas islámicas) y mezquitas se siga alimentando la intolerancia contra los no musulmanes.

29/07/14 8:00 AM


(Fides) El P. Bernard explic que «La Iglesia en Pakistán está respondiendo a estos retos a través de Cáritas de Islamabad-Rawlpindi, en el Norte, afectado por el flujo de desplazados internos de Waziristán del Norte, producido por la ofensiva del ejército contra el terrorismo. Queremos la paz, y el Islam también es una religión de paz. Todo el país está apoyando el esfuerzo militar para erradicar el terrorismo. Seguimos orando para que en la nación puedan triunfar la armonía y la paz».

Por otro lado, dice el sacerdote: «en la sociedad hay una mentalidad talibana, compuesta por la intolerancia y los prejuicios, que hay que cambiar. En muchas madrasas (escuelas islámicas) y mezquitas se enseña que los no musulmanes son infieles, «kafir», alimentando así la intolerancia y la violencia. Para cambiar esta mentalidad hace falta hacer un esfuerzo urgente de diálogo interreligioso. Gracias a los esfuerzos de muchos líderes católicos hemos iniciado un diálogo de vida con los musulmanes. Organizamos reuniones y eventos para mostrar lo mucho que tenemos en común. Estas palabras y gestos tienen un impacto en la sociedad. Vamos a seguir construyendo puentes y sembrando semillas que puedan germinar para cambiar esta mentalidad».

También en las escuelas «se vive un fuerte prejuicio contra las minorías en los planes de estudio y libros de texto. Estamos trabajando para cambiar estos textos: lo importante es estar siempre en diálogo con los líderes civiles y religiosos», concluye.