6.08.14

Niña iraquí rezando en Bartella, cerca de Mosul

No sé cómo se llama la niña iraquí de la foto. Quizá Myriam (مريم), como Nuestra Madre, la única mujer que figura con su nombre en el Corán. La niña está rezando en la iglesia de la Virgen María, en Bartella, pueblecito a poquitas millas de Mosul. Sus primas y amigas no pueden rezar, las iglesias están siendo destruidas.

Tampoco pueden volver a su casa, el Estado Islámico se las quitó. Han marcado con una despectiva ن (N) su hogar, como lugar apestado por cristianos y ahora «Propiedad del Estado Islámico». No sabe dónde están. Tendrá la esperanza que hayan llegado todos sanos a los campos de refugiados de las llanuras de Nínive.

Sus padres las sacaron de Mosul con prisa. Se terminaba el ultimátum: o se convertían al Islam o «la espada». Ya no quedan cristianos en la ciudad. Si tuvieron suerte con los puestos fronterizos islámicos, algo de dinero o alguna joya escondida les dará para ir tirando unos meses. Si no la tuvieron, arrojados al desierto, al menos conservarán la ropa puesta, la vida… y un inmenso tesoro: la fe de sus padres.

Porque sus padres pudieron apostatar, era la solución fácil. Podían haberse puesto en plan occidental: si todas las religiones son lo mismo; si ¿no es que rezamos al mismo Dios?; si no hay que ser «legalista», o ultracatólico; si basta con ser buena persona; si lo importante son los pobres o la justicia social; si…

Yo como padre me habría planteado esas escusas y muchas otras. Está en juego la vida de mis hijos. Cualquier padre o madre sabe de lo que hablo. De los sufrimientos físicos o morales, del grado de humillación y cesiones vitales que estaríamos dispuestos a soportar por cualquiera de nuestros pequeños. No sé si también somos conscientes de la sobreabundante heredad que les dejamos, quizá lo único que transmitamos y seguro lo único necesario: la Fe. A esos niños no les cabe la menor duda.

Comentaba Enrique Gª Máiquez acerca del silencio en los medios de comunicación sobre esta persecución:

Por fin se escriben algunos artículos sobre ellos, que tienen el denominador común de asombrarse del poco caso que hacemos aquí de lo que ocurre a los «nasrani». A mí no me extraña. Si fuesen víctimas, como también lo son, encontrarían hueco y eco mediático enseguida. Pero son héroes, capaces de entregar la vida por sus ideales, y eso nos interpela a nosotros, tan comodones. No nos piden sólo solidaridad a distancia, sino que además nos demandan una emulación a diario. La de tomarnos en serio nuestra historia, nuestros principios, nuestras creencias. No hasta el extremo de matar, no, que eso hacen los yihadistas, sino hasta el abismo de sufrir persecuciones y morir, como hizo Cristo. Una Europa cristofóbica, que huye de la cruz como alma que lleva el diablo ¿cómo no va a apartar la vista?

No puedo estar más de acuerdo. Porque esa heroicidad no es la griega, es la de vivir heroicamente las virtudes, humanas y sobrenaturales. Es la de corresponder a la gracia, en muchos casos la de la perseverancia final, en el martirio.

Me gustaría tener un poco de la fe de esos padres. Me gustaría decir que yo haría lo mismo que ellos. Rezo por ello y por ellos. Como Myriam.

Hoy Fiesta de la Transfiguración, el Patriarca caldeo Louis Rafael I Sako y Ayuda a la Iglesia Necesitada (AIN) han puesto en marcha con urgencia una jornada mundial de oración por la paz en Irak. El Patriarca Sako ha escrito para la ocasión:

«La fiesta de la Transfiguración del Señor es una fiesta de la transformación de los corazones y del espíritu en el encuentro con la luz del Amor de Dios a la humanidad. Que la luz del Tabor, por nuestra cercanía, llene los corazones de todos los que sufren con consuelo y esperanza. Que el mensaje del Tabor, por nuestras oraciones, mueva a los que gobiernan este país para que sacrifiquen sus intereses personales al bien común»

En España no hay convocatoria en ninguna iglesia en concreto. Me acercaré a mi parroquia. Os animo a que hagáis lo mismo, aunque estéis en la playa.

Otros países están mucho más movilizados, porque el Patriarca caldeo, también escribió al Papa Francisco, a los Patriarcas de Oriente y a los Presidentes de las Conferencias Episcopales pidiéndoles que sean conscientes de que lo de Mosul es el primer paso y que influyan en sus gobiernos para que colaboren a parar esto.

Los obispos italianos han convocado jornada de oración el 15 de agosto, los estadounidenses instan al gobierno a que intervenga, los franceses incluso se presentan en la zona, y su gobierno acoge a los refugiados. La Conferencia Episcopal de Filipinas lo compara a de Armenia, Auschwitz, Nanking, Camboya o Bosnia.

Desde que del mes pasado, en muchas partes del mundo se convocan manifestaciones en torno a la iniciativa #WeAreN, que están consiguiendo que al menos, por ellos, algunos medios se hagan eco. Lo han conseguido hasta con El País, a pesar de que en España hay poco, excepto quizá las iniciativas de Ayuda a la Iglesia Necesitada, MásLibres y alguna que ahora se me escape.