Incoherencia de la «católica España»

Occidente y el resto del mundo no están de acuerdo en lo moralmente aceptable

 

El Pew Research Center ha publicado un análisis sobre actitudes morales en el mundo, Global Views on Morality 2013, tras realizar una encuesta en cuarenta países, con un total de 40.117 entrevistados. Se trata de un estudio abordado durante 2013, y comprende preguntas acerca de temas como la homosexualidad, el aborto, el divorcio, los juegos de azar o las relaciones sexuales fuera del matrimonio.

12/08/14 7:40 AM


(Aceprensa/InfoCatólica) Las respuestas podían ser: «aceptable», «inaceptable», «no es una cuestión moral», «depende de la situación», «no sabe / no contesta» (1). Los resultados indican una notable diferencia entre los países occidentales y el resto.

Mayoría contraria a la homosexualidad

En el conjunto de los 40 países, la homosexualidad es calificada de inaceptable por el 59% de la población. En este aspecto, contrasta el rechazo frontal a la homosexualidad en los países africanos o musulmanes –en torno al 95% en Ghana, Egipto, Jordania, Indonesia o Uganda–, en comparación con la opinión europea, que en su mayoría la considera aceptable o indiferente. Esto es particularmente acusado en España, Alemania, República Checa, Francia, Reino Unido e Italia, donde menos de un 20% se pronuncia en contra.

En cambio, en Rusia el 72% la considera inaceptable, frente a un 9% a favor, lo cual indica que la ley de Putin contra la propaganda de la homosexualidad sintoniza bastante bien con el sentir social.

La gran divergencia en este y otros temas entre Occidente y las naciones africanas o mahometanas debería mover a reflexión. Y es que, desde Occidente, a la vez que se predica la «multiculturalidad» y el respeto a las diferentes civilizaciones, se intenta imponer un modelo de familia –sobre todo, con la inclusión del «matrimonio gay»– que solo genera rechazo en África y Asia (cfr. Aceprensa, 16-04-2014).

Además, la evolución de la población mundial no favorece la visión mayoritaria en Occidente. Entre los países que en la encuesta manifiestan opiniones muy distintas a las de Europa se encuentran algunos de los más poblados del mundo, como China, Nigeria, Indonesia y Pakistán, mientras que entre los occidentales solo EE.UU. está entre los diez con más población y es precisamente el que tiene opiniones más conservadoras.

Aborto y anticonceptivos: contraste entre la vieja Europa y la joven África

En el apartado referente al aborto, las cifras son similares: también hay una mayoría del 56% en contra. Se considera inaceptable por nueve de cada diez personas en Filipinas, Ghana, Indonesia o Uganda, pero admisible en Europa y Japón. En Francia, la mitad de la población opina que el aborto no es una cuestión moral, y en España las personas favorables al aborto (35%) superan a quienes lo rechazan de plano (26%), pero no hay postura mayoritaria. En este caso, llama la atención que países asiáticos o africanos de mayoría cristiana –Filipinas, Ghana, Uganda– sientan una repulsión por el aborto diametralmente opuesta a la de sus hermanos de fe en Europa. En Chile, el aborto está mal visto por el 64% de los entrevistados, aunque ahora la presidenta Bachelet se apreste a legalizarlo en ciertos casos.

En China, los datos son tan dispersos como en España, con la salvedad de que los favorables al aborto (29%) son menos que quienes lo rechazan (37%). Elocuente este resultado, sobre todo porque China ha sido durante décadas el país del aborto sin trabas e incluso obligado en virtud de la política del «hijo único».

Paradójico también el caso de Rusia: aunque tiene una de las tasas de aborto más altas del mundo, el 44% lo considera inaceptable.

Con respecto a los anticonceptivos, los principales países de Sudamérica constituyen –junto con la República Checa, Japón y Alemania– el grupo que expresa mayor tolerancia (entre el 70% y el 80% de aceptación): Venezuela, Brasil, Chile, Argentina. En una posición similar se encuentran Reino Unido y España, que valoran el uso de anticonceptivos de modo favorable o indiferente, y con apenas un 2-3% de población que muestre un rechazo claro. En el polo opuesto figuran Ghana, Nigeria y Pakistán, donde más de la mitad de los encuestados es claramente crítico.

Resulta llamativo que determinados países donde la ONU muestra denodado interés en llevar a cabo campañas anticonceptivas –y donde más natalidad hay, por tanto– son los lugares con menor aceptación de estas prácticas. Y, al contrario, la envejecida Europa –el continente que más necesita incrementar su tasa de natalidad– es la principal partidaria de la anticoncepción.

África y el islam, coherentes con la religión

Quizá el apartado moral que mejor refleje las configuraciones culturales sea el relativo a las bebidas alcohólicas. En este punto, es evidente que las naciones de mayoría mahometana consolidan un grupo homogéneo y bien diferenciado, sin apenas matices regionales, y con abierto rechazo hacia el licor. Es el caso de Pakistán (94%), Palestina (89%), Jordania (85%), Indonesia (85%), Túnez (85%) o Egipto (75%). Sin embargo, entran en este grupo Ghana (80%) y El Salvador (82%). En el extremo opuesto, solo el 9% de los británicos –en el Reino Unido ha aumentado la población musulmana en las últimas décadas– o canadienses considera inadmisible el alcohol, así como el 6% de los japoneses.

A grandes rasgos, podría concluirse que entre los países que más aceptan la homosexualidad hay países católicos (como Argentina, Italia, España, pero no así Polonia o Filipinas); los países de mayoría musulmana son coherentes con sus doctrinas morales –en general, rechazan en bloque lo que prohíbe su religión–; los países europeos son los más permisivos con el aborto; Japón es un país de amplio relativismo moral –en gran medida debido a que el sintoísmo y el budismo zen no tienen un código moral específico–; dentro de los países católicos, la diferencia más llamativa es la relativa al aborto –tolerado en España, pero rechazado en América, Polonia e Italia–. Por otra parte, la infidelidad matrimonial, abrumadoramente condenada en casi todos los países –ocho de cada diez personas reprueban el adulterio–, es considerada como indiferente por muchos en Francia (40%), España (27%) y Alemania (26%). Parece el único tema que suscita, con contadas excepciones, un consenso internacional.

De cualquier modo, además de la citada incoherencia de la «católica España», habría que añadir más datos sorprendentes que deben inspirar cautela a la hora de tomar en bloque la encuesta del Pew Research Center. Por ejemplo, los juegos de azar son rechazados por el 55% de los chinos y solo el 8% los acepta. Se da la circunstancia de que este modo de hacer dinero ha sido bastante popular en aquella cultura, aunque prohibido por la ley de la república comunista. Con todo, la otrora colonia portuguesa de Macao es el único territorio bajo soberanía china donde el juego es legal, y por tanto sus 33 casinos funcionan a todo ritmo. Habría que calibrar si la amplia y diversa población china refleja en este punto la creciente distancia entre las clases trabajadoras –conscientes del peligro del juego– y las nuevas clases enriquecidas por la vía rápida y fácil.

Una de las pautas que ayudan a interpretar este tipo de estudio es el contexto de las personas que responden en cada país, aparte de la propia literalidad de las preguntas. En este sentido, no es lo mismo tolerar la homosexualidad –en España o en Pakistán– que mostrarse favorable al denominado «matrimonio gay» o al derecho de adopción de parejas del mismo sexo. En la encuesta Values and Worldviews, difundida el año pasado por la Fundación BBVA, se apreciaba también un desacuerdo –similar al que revela el Pew Research Center– con respecto a aborto y homosexualidad entre España, de una parte, y Polonia e Italia, de otra.

(1) En los gráficos no se tienen en cuenta el «depende de la situación» o «no sabe / no contesta», por lo que no suma 100 en total.

Por José María Sánchez Galera en Aceprensa