13.08.14

Le dispararon muchos tiros en las piernas y lo quemaron


Entre los asesinados el jueves 13 de agosto de 1936 hay 38 beatos:
20 claretianos (un sacerdote, un cooperador y 18 alumnos de Teología) en Barbastro; en la vecina provincia de Lleida siete sacerdotes de la diócesis de Urgell -uno de ellos nacido en Francia- asesinados en Salàs de Pallars y uno de la diócesis de Tarragona asesinado en L’Espluga Calva; dos lasalianos -Francisco Mallo Sánchez (hermano Francisco Alfredo) y Eugenio Cuesta Padierna (hermano Hilarión Eugenio)- en Torrent (Girona); en la provincia de Barcelona un sacerdote salesiano; en la de Tarragona, dos sacerdotes en Les Borges del Camp; un operario diocesano -Mateo Despons Tena- y un sacerdote capuchino en la provincia de Castellón; más una franciscana misionera -Dorotea Llamazares Fernández (sor Gertrudis)- y dos dominicos -uno de ellos el mexicano Luciano (Reginaldo) Hernández Ramírez- en Madrid.

Mientras le torturaban, gritaba: “Sagrado Corazón de Jesús, en vos confío”

Pau Figuerola Rovira, de 65 años, oriundo de L’Espluga de Francolí (Tarragona) y párroco de L’Espluga Calba (provincia de Lleida, pero diócesis de Tarragona), era sacerdote desde 1893. Al estallar la revolución se refugió en casa de la familia Pons, donde le fue a buscar un grupo de milicianos, asegurando que no lo matarían a cambio de dinero. Pero de madrugada volvieron y se lo llevaron. Cerca de Vinaixa le hicieron bajar del coche y lo mataron después de haberlo hecho sufrir. En medio de los gritos de dolor decía su jaculatoria preferida: «¡Sagrado Corazón de Jesús, en vos confío!». Le dispararon muchos tiros en las piernas y lo quemaron.

Un patrón para los ferrocarriles catalanes

José Bonet Nadal, de 60 años y natural de Santa María de Montmagastrell (Lleida), siguiendo el ejemplo de un primo suyo mártir profesó como salesiano en 1909 y desde 1917 era sacerdote. Trabajó en Sarrià, Sevilla, Ciudadela y desde 1924 en Rocafort (Barcelona), especialmente al servicio de las vocaciones. Llegada la revolución se refugió en casa de un antiguo alumno, pero para no crear problemas buscó otros refugios. En la estación de Tárrega (Lleida) fue reconocido, arrestado y asesinado el 13 de agosto en la estación barcelonesa de El Morrot. Fue beatificado en 2001.

Un capuchino que trabajó en Colombia

El capuchino Modesto García Martí (padre Modesto de Albocácer), de cincuenta y seis años, era superior del convento de L’Ollería (Valencia). Profeso desde 1897 y sacerdote desde 1903, trabajó en Colombia, y al regresar a España se dedicó a dar tandas de ejercicios espirituales y al confesonario. Cuando se tuvo que cerrar el convento de L’Ollería, se refugió en casa de una hermana suya junto con un hermano sacerdote, mosén Miguel. El 13 de agosto fueron arrestados por milicianos armados, que los obligaron a caminar delante de ellos y pasado un cuarto de hora, llegados a un lugar solitario, los acribillaron a tiros por la espalda.

Ordenado en Vietnam, predicó en Filipinas

Inocencio García Díez, de 60 años y de Alar del Rey (Palencia), profesó como dominico en 1892 y fue ordenado sacerdote en Vietnam en 1899. Estuvo en Filipinas de 1900 a 1911 y en España recorrió diversos colegios hasta quedar en 1925 en el Convento del Rosario de Madrid, del que era prior cuando fue asaltado el 19 de julio. En la huida se dio un fuerte golpe, y al saber que el padre José Santonja estaba herido, lo llevó a un sanatorio y estuvo tres días con él. El 13 de agosto lo detuvieron y lo llevaron al sótano de la checa de Bellas Artes, sede del Comité Provincial de Investigación Pública, fundado nueve días atrás para coordinar a la policía de la Dirección General de Seguridad con los grupos de los diferentes partidos políticos. Lo ejecutaron en los sótanos de dicha checa. Santonja moriría dos días más tarde y fue igualmente beatificado en 2007.

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