ZENIT

El mundo visto desde Roma

Servicio diario - 14 de agosto de 2014

LA FRASE DEL LUNES 14 DE AGOSTO

"Cuando me preguntaron sobre algún arma capaz de contrarrestar el poder de la bomba atómica yo sugerí la mejor de todas: La paz". (Albert Einstein)

 


El papa Francisco

Padre Lombardi: "El Papa está bien y está muy contento por la acogida"
El portavoz vaticano hace un primer balance del viaje apostólico de Francisco a Corea en la rueda de prensa con los periodistas

Francisco pide que la Iglesia no adopte modelos del mundo de los negocios
El Santo Padre se ha reunido con los obispos de la Conferencia Episcopal de Corea

El Papa escribe a la abuela de Plaza de Mayo que ha recuperado a su nieto
Estela de Carlotto, presidenta de la asociación, encuentra a su nieto tras 36 años de búsqueda

Francisco: un pueblo sabio conserva sus antiguas tradiciones y valora a sus jóvenes
La presidenta Park Geun-hye da la bienvenida al Papa en el Palacio presidencial de Seúl

El Papa: que todos podamos dedicarnos en estos días a la construcción de la paz
Texto completo del discurso de bienvenida del Papa en Corea del Sur

El Santo Padre desembarca en "el paí­s de la mañana tranquila"
Una tierra separada de Roma en el espacio por 8970 kilómetros y en el tiempo por 11 horas y media de vuelo, se convierte en el centro de atención con la presencia del Obispo de Roma

Francisco reza por el periodista italiano muerto en Gaza
El Papa, de camino a Seúl, agradece a los periodistas su sevicio y advierte que el viaje a Corea no será un 'tour'

Rome Reports

Papa a autoridades surcoreanas: El mundo está cansado de las guerras (Vídeo)
La primera cita del Papa en Corea del Sur fue con la presidenta y las principales autoridades del país. La ceremonia de bienvenida tuvo lugar en la Blue House, el Palacio Presidencial surcoreano

Los refugiados iraquíes desbordan el Kurdistán (Vídeo)
El Kurdistán es la única zona de Irak en la que los cristianos han encontrado refugio. En esta escuela de Sinjar se congregan cientos de personas que lo han perdido todo

El Papa parte del aeropuerto de Fiumicino hacia Corea del Sur (Vídeo)
El Papa Francisco partió a las cuatro y cuarto de la tarde del aeropuerto italiano de Fiumicino con destino a Corea del Sur

SANTOS Y BEATOS: EPOPEYAS DE AMOR. EJEMPLO DEL DÍA

San Maximiliano Kolbe
«El hombre que confió en la Inmaculada. Franciscano, mártir de la caridad. Se ofreció como víctima en el campo de concentración de Auschwitz para salvar a un padre de familia. Había fundado la Milicia y la Ciudad de la Inmaculada»


El papa Francisco


Padre Lombardi: "El Papa está bien y está muy contento por la acogida"
El portavoz vaticano hace un primer balance del viaje apostólico de Francisco a Corea en la rueda de prensa con los periodistas

Por Alfonso M. Bruno

SEúL, 14 de agosto de 2014 (Zenit.org) - El padre Federico Lombardi es directo: el Papa está en buena forma y está contento por la acogida recibida durante su primer día de viaje a Corea del Sur.

Particularmente apreciada -ha explicado- ha sido la presencia de la presidenta de la República en el aeropuerto, ya que no siempre los jefes de estado van hasta la escalera del avión. Esta presencia indica el valor que el pueblo coreano, no solo católico, da a esta visita.

El Papa también ha agradecido la presencia en el aeropuerto de algunos laicos, entre los que  estaban los descendientes de los mártires que serán beatificados próximamente. Este signo ha sido leído como exaltación de la familia en Corea, en sintonía con la tradición cristiana.

Después de la llegada, el Papa se ha dirigido a la nunciatura, donde ha celebrado la eucaristía y ha predicado, en presencia de un número reducido de fieles, entre los que estaban algunas religiosas.

El discurso de la presidenta ha sido muy apreciado ya que ha reconocido el rol de la Iglesia en el desarrollo del país. También se ha hablado del sufrimiento de la separación, desde hace casi setenta años, de las dos coreas. Por tanto, es importante el compromiso por la reconciliación y la paz, y por eso es necesario continuar trabajando en este sentido.

El Santo Padre, refiriéndose a la tradición de los últimos Pontífices, en particular a Juan Pablo II, ha asociado la construcción de la verdadera paz al restablecimiento de una auténtica justicia.

En el encuentro con los obispos, Francisco ha subrayado los riesgos de la mundanización del clero y sobre cómo este fenómeno puede alejar el cuidado y la atención efectiva y afectiva hacia los más pobres y necesitados, degradando la misión de la Iglesia en el mundo.

El padre Lombardi ha justificado la ausencia en este viaje del cardenal Fernando Filoni, Prefecto de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos, enviado por el Papa a Irak. El purpurado ha enviado un mensaje de cordialidad a los periodistas y en la ciudad de Erbil, donde estuvo ayer, se reunió con los obispos de la región y parte de la población, especialmente con los desplazados. Ellos han expresado su gratitud al Papa por su cercanía.

El director de la oficina de prensa del Vaticano también ha informado de que el Santo Padre está tomando medidas con acciones de caridad para aliviar el sufrimiento de los refugiados cristianos en la antigua Babilonia. Para los obispos de la región de Oriente Medio es como si hubiera nacido una estrella de esperanza. El Cardenal Filoni se reunirá pronto, durante su misión, con el jefe de Estado de Irak.

Finalmente, se ha revelado la presencia discreta en Corea de algunos jóvenes de China que, a pesar de la reticencia de su gobierno, han querido participar en el evento del viaje apostólico del papa Francisco en Asia.

Mañana, 15 de agosto, solemnidad de la Asunción, y fiesta nacional por  Liberación de Corea de 1945, el papa Francisco viajará a Daejeon, donde en el estadio de fútbol se celebrará la Santa Misa. Luego almorzará en el Seminario Mayor con una delegación de jóvenes que participan en la 6ª Jornada de la Juventud Asiática antes de encontrarse con los jóvenes en el Santuario de Solmoe, lugar que recuerda el martirio de San Andrés Kim.

Traducido del italiano por Rocío Lancho García 

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Francisco pide que la Iglesia no adopte modelos del mundo de los negocios
El Santo Padre se ha reunido con los obispos de la Conferencia Episcopal de Corea

Por Rocío Lancho García

CIUDAD DEL VATICANO, 14 de agosto de 2014 (Zenit.org) - Son los custodios de las maravillas que Dios realiza en su pueblo. Así se ha dirigido el santo padre Francisco a los obispos de la Conferencia Episcopal Coreana en el encuentro de este jueves en Seúl en la sede de la Conferencia Episcopal. Y "como hermano en el episcopado", el Papa ha reflexionado con ellos sobre dos aspectos centrales del cuidado del Pueblo de Dios en este país: ser custodios de la memoria y de la esperanza.

En primer lugar ha hablado sobre "ser custodios de la memoria". Francisco les ha recordado a los prelados de Corea de Sur que son los descendientes de los mártires, herederos de su heroico testimonio de fe en Cristo. "Son además herederos de una extraordinaria tradición que surgió y se desarrolló gracias a la fidelidad, a la perseverancia y al trabajo de generaciones de laicos. Es significativo que la historia de la Iglesia en Corea haya comenzado con un encuentro directo con la Palabra de Dios", ha afirmado. Del mismo modo ha señalado que "la fecundidad del Evangelio en la tierra coreana y el gran legado transmitido por sus antepasados en la fe, se pueden reconocer hoy en el florecimiento de parroquias activas y de movimientos eclesiales, en sólidos programas de catequesis, en la atención pastoral a los jóvenes y en las escuelas católicas, en los seminarios y en las universidades".  De tierra de misión, Corea ha pasado a ser tierra de misioneros, ha observado el Papa.

Por otro lado, ha indicado que ser custodios de la memoria requiere sacar de las gracias del pasado "los recursos espirituales para afrontar con altura de miras y determinación las esperanzas, las promesas y los retos del futuro". De este modo, también  ha advertido de que "mirar al pasado sin escuchar la llamada de Dios a la conversión en el presente no nos ayudará a avanzar en el camino; al contrario, frenará o incluso detendrá nuestro progreso espiritual".

En segundo lugar, el Papa ha recordado a los obispo que están llamados a ser "custodios de la esperanza". La esperanza -ha especificado- que nos ofrece el Evangelio de la gracia y de la misericordia de Dios en Jesucristo, la esperanza que inspiró a los mártires. "Ustedes y sus hermanos sacerdotes ofrecen esta esperanza con su ministerio de santificación, que no sólo conduce a los fieles a las fuentes de la gracia en la liturgia y en los sacramentos, sino que los alienta constantemente a responder a la llamada de Dios hasta llegar a la meta", ha afirmado Francisco.

Además, el Papa ha pedido a los presentes estar siempre cerca de sus sacerdotes, "animándolos en su labor cotidiana, en la búsqueda de la santidad y en la proclamación del Evangelio de la salvación".

A continuación, Francisco les ha preguntado "¿cómo podemos ser custodios de la esperanza sin tener en cuenta la memoria, la sabiduría y la experiencia de los ancianos y las aspiraciones de los jóvenes?" A este respecto, el Obispo de Roma les ha pedido que se ocupen especialmente de la educación de los jóvenes.

Otra signo del ser custodios de la esperanza es "garantizar que el testimonio profético de la Iglesia en Corea siga expresándose en su solicitud por los pobres y en sus programas de solidaridad, sobre todo con los refugiados y los inmigrantes, y con aquellos que viven al margen de la sociedad".

El Papa ha advertido que "podemos correr el riesgo de reducir nuestro compromiso con los necesitados solamente a la dimensión asistencial, olvidando la necesidad que todos tienen de crecer como personas, y de poder expresar con dignidad su propia personalidad, su creatividad y cultura". La solidaridad con los pobres es un elemento esencial de la vida cristiana y Francisco espera que este ideal "siga caracterizando la peregrinación de la Iglesia en Corea hacia el futuro".

Por otro lado, el Santo Padre ha señalado la tentación de los agentes pastorales de adoptar "no sólo modelos eficaces de gestión, programación y organización tomados del mundo de los negocios, sino también un estilo de vida y una mentalidad guiada más por los criterios mundanos del éxito e incluso del poder, que por los criterios que nos presenta Jesús en el Evangelio".

Por esta razón, el Papa ha invitado a rechazar esta tentación en todas sus modalidades. "Dios quiera que nos podamos salvar de esa mundanidad espiritual y pastoral que sofoca el Espíritu, sustituye la conversión por la complacencia y termina por disipar todo fervor misionero", ha deseado el Papa.

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El Papa escribe a la abuela de Plaza de Mayo que ha recuperado a su nieto
Estela de Carlotto, presidenta de la asociación, encuentra a su nieto tras 36 años de búsqueda

Por Redacción

CIUDAD DEL VATICANO, 14 de agosto de 2014 (Zenit.org) - El papa Francisco ha escrito una carta a la presidenta de la asociación Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto, para manifestarle su cercanía después de que haya encontrado a su nieto, Guido Montoya Carlotto, nacido en cautiverio, tras de 36 años de búsqueda.

En la carta, el Santo Padre expresa que "por medio de estas líneas quiero hacerme cercano a Usted en estos días en que se ha reencontrado con su nieto. Sé que es una alegría para la abuela que ha recorrido un largo camino de sufrimiento. Un sufrimiento que no la paralizó sino que la sostuvo en la lucha. Y hoy, por esa constancia en la lucha, no es solo su nieto el que la acompaña sino también otros 114 que han recuperado su identidad".

Asimismo, el Papa le agradece su lucha, se alegra de corazón y "pido al Señor que le retribuya tanto tesón y trabajo. Quedo a su disposición, y por favor, le pido que no se olvide de rezar por mí. Que Jesús la bendiga y la Virgen Santa la cuide", concluye.

El pasado mes de abril, Estela de Carlotto tuvo ocasión de saludar al Santo Padre al finalizar la audiencia general de los miércoles en la plaza de San Pedro.

En aquella ocasión, la presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo adelantó que le iba a pedir al Papa que "interceda" ante las autoridades de la Iglesia argentina para que "digan lo que saben" sobre los desaparecidos, y que le iba a dar una carta y una carpeta de los casos de los nietos buscados desde 1976 cuando comenzó la dictadura, publicó en diario argentino La Nación.

"Voy a darle por primera vez la mano a Bergoglio ahora Francisco, con emoción por supuesto, con el orgullo de que sea un argentino y con la esperanza de que nos ayude. Ahora es muy importante, tiene más poder y posibilidades de hablar por primera vez de nuestros desaparecidos y de nuestros nietos que estamos buscando, que no queremos morir sin abrazarlos", declaró en Radio del Plata.

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Francisco: un pueblo sabio conserva sus antiguas tradiciones y valora a sus jóvenes
La presidenta Park Geun-hye da la bienvenida al Papa en el Palacio presidencial de Seúl

Por Rocío Lancho García

CIUDAD DEL VATICANO, 14 de agosto de 2014 (Zenit.org) - El santo padre Francisco ha sido recibido en Corea del Sur en la "Blue House", el Palacio Presidencial de Seúl, en la ceremonia de bienvenida, donde ha sido acogido por la presidenta de la República de Corea, Park Geun-hye.

A las 15.45 hora local, y tras los honores militares y escuchar los himnos nacionales, la presidenta ha acompañado al Santo Padre en el Salón de Honor del Palacio para el encuentro privado, en el que han participado también dos ministros coreanos, el cardenal secretario de Estado Pietro Parolin y el nuncio apostólico, monseñor Osvaldo Padilla. Al final de la visita de cortesía, se ha realizado el intercambio de regalos y la presentación de autoridades.

Durante su discurso pronunciado en inglés, el Santo Padre ha dicho de esta "tierra de la mañana tranquila" que ha sufrido durante años la violencia, la persecución y la guerra. Pero, a pesar de estas pruebas, "el calor del día y la oscuridad de la noche siempre han dejado paso a la tranquilidad de la mañana, es decir, a una esperanza firme de justicia, paz y unidad".

Francisco ha agradecido a la presidenta, miembros del gobierno y del cuerpo diplomático por la acogida, y la organización, que le han hecho "sentir en casa desde el primer momento".

Por otro lado, recordando la VI Jornada de la Juventud Asiática y la beatificación de los 124 mártires coreanos que tendrá lugar estos días, el Papa ha afirmado que "estas dos celebraciones se complementan una a otra". Y ha precisado que "la cultura coreana ha sabido entender muy bien la dignidad y la sabiduría de los ancianos y reconocer su puesto en la sociedad".

Por eso, el Santo Padre ha recordado que "un pueblo grande y sabio no se limita sólo a conservar sus antiguas tradiciones, sino que valora también a sus jóvenes, intentando transmitirles el legado del pasado aplicándolo a los retos del presente. Siempre que los jóvenes se reúnen, como en esta ocasión, es una preciosa oportunidad para escuchar sus anhelos y preocupaciones". Así como hace reflexionar "sobre el modo adecuado de transmitir nuestros valores a la siguiente generación". En este sentido, el Papa ha considerado particularmente importante en este momento reflexionar "sobre la necesidad de transmitir a nuestros jóvenes el don de la paz".

Y esta llamada, ha indicado Francisco, tiene una resonancia especial en Corea, una tierra que ha sufrido durante tanto tiempo la ausencia de paz. De este modo, el Pontífice ha reconocido "los esfuerzos hechos a favor de la reconciliación y la estabilidad en la península coreana" y ha animado estos esfuerzos, "porque son el único camino seguro para una paz estable". Así, el Papa ha indicado que "la búsqueda de la paz por parte de Corea es una causa que nos preocupa especialmente, porque afecta a la estabilidad de toda la región y de todo el mundo, cansado de las guerras".

Por otro lado, ha recordado que "la diplomacia, como arte de lo posible, está basada en la firme y constante convicción de que la paz se puede alcanzar mediante la escucha atenta y el diálogo, más que con recriminaciones recíprocas, críticas inútiles y demostraciones de fuerza".

Además, el Papa ha subrayado que la justicia "no se trata de olvidar las injusticias del pasado, sino de superarlas mediante el perdón, la tolerancia y la colaboración".

Por esta razón, Francisco ha manifestado su deseo de que "todos nosotros podamos dedicarnos en estos días a la construcción de la paz, a la oración por la paz y a reforzar nuestra determinación de conseguirla".

El Obispo de Roma, en su primer discurso público en Corea del Sur, se ha mostrado convencido "de que la democracia coreana seguirá fortaleciéndose y que esta nación se pondrá a la cabeza en la globalización de la solidaridad, tan necesaria hoy". Asimismo, Francisco ha afirmado que "la Iglesia desea contribuir a la educación de los jóvenes, al crecimiento del espíritu de solidaridad con los pobres y los desfavorecidos y a la formación de nuevas generaciones de ciudadanos dispuestos a ofrecer la sabiduría y la visión heredada de sus antepasados y nacida de su fe, para afrontar las grandes cuestiones políticas y sociales de la nación".

Al finalizar el discurso, Francisco se dirige en coche a la sede de la Conferencia Episcopal Coreana, para reunirse con los obispos coreanos.

En regalo entregado por el Papa a la presidenta de Corea del Sur, ha sido un mapa de Roma grabado en cobre e impreso siguiendo los métodos tradiciones de calcografía, realizado por la Biblioteca Apostólica Vaticana, con ocasión del Gran Jubileo del Año 2000.

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El Papa: que todos podamos dedicarnos en estos días a la construcción de la paz
Texto completo del discurso de bienvenida del Papa en Corea del Sur

Por Redacción

CIUDAD DEL VATICANO, 14 de agosto de 2014 (Zenit.org) - Señora Presidenta,
Excelentísimos Miembros del Gobierno y Autoridades Civiles, Ilustres miembros del Cuerpo Diplomático,
Queridos amigos:

Es una gran alegría para mí venir a Corea, la “tierra de la mañana tranquila”, y descubrir no sólo la belleza natural del País, sino sobre todo de su gente así como su riqueza histórica y cultural. Este legado nacional ha sufrido durante años la violencia, la persecución y la guerra. Pero, a pesar de estas pruebas, el calor del día y la oscuridad de la noche siempre han dejado paso a la tranquilidad de la mañana, es decir, a una esperanza firme de justicia, paz y unidad. La esperanza es un gran don. No nos podemos desanimar en el empeño por conseguir estas metas, que son un bien, no sólo para el pueblo coreano, sino para toda la región y para el mundo entero.

Agradezco a la Presidenta, Señora Park Geun-hye, su cordial recibimiento. Mi saludo se dirige a ella y a los distinguidos miembros del Gobierno. Quiero dar las gracias también a los miembros del Cuerpo Diplomático y a todos los presentes, que han colaborado activamente en la preparación de mi visita. Muchas gracias por su acogida, que me ha hecho sentir en casa desde el primer momento.

Mi visita a Corea tiene lugar con ocasión de la VI Jornada de la Juventud Asiática, que reúne a jóvenes católicos de todo este vasto continente para una gozosa celebración de la fe común. Durante esta visita, además, proclamaré beatos a algunos coreanos que murieron mártires de la fe cristiana: Pablo Yun Ji-chung y sus 123 compañeros. Estas dos celebraciones se complementan una a otra. La cultura coreana ha sabido entender muy bien la dignidad y la sabiduría de los ancianos y reconocer su puesto en la sociedad. Nosotros, los católicos, honramos a nuestros mayores que sufrieron el martirio a causa de la fe, porque estuvieron dispuestos a dar su vida por la verdad en que creían y que guiaba sus vidas. Ellos nos enseñan a vivir totalmente para Dios y haciendo el bien a los demás.

Un pueblo grande y sabio no se limita sólo a conservar sus antiguas tradiciones, sino que valora también a sus jóvenes, intentando transmitirles el legado del pasado aplicándolo a los retos del presente. Siempre que los jóvenes se reúnen, como en esta ocasión, es una preciosa oportunidad para escuchar sus anhelos y preocupaciones. Además, esto nos hace reflexionar sobre el modo adecuado de transmitir nuestros valores a la siguiente generación y sobre el tipo de mundo y sociedad que estamos construyendo para ellos. En este sentido, considero particularmente importante en este momento reflexionar sobre la necesidad de transmitir a nuestros jóvenes el don de la paz.

Esta llamada tiene una resonancia especial aquí en Corea, una tierra que ha sufrido durante tanto tiempo la ausencia de paz. Por mi parte, sólo puedo expresar mi reconocimiento por los esfuerzos hechos a favor de la reconciliación y la estabilidad en la península coreana, y animar estos esfuerzos, porque son el único camino seguro para una paz estable. La búsqueda de la paz por parte de Corea es una causa que nos preocupa especialmente, porque afecta a la estabilidad de toda la región y de todo el mundo, cansado de las guerras.

La búsqueda de la paz representa también un reto para cada uno de nosotros y en particular para quienes entre ustedes tienen la responsabilidad de defender el bien común de la familia humana mediante el trabajo paciente de la diplomacia. Se trata del reto permanente de derribar los muros de la desconfianza y del odio promoviendo una cultura de reconciliación y de solidaridad. La diplomacia, como arte de lo posible, está basada en la firme y constante convicción de que la paz se puede alcanzar mediante la escucha atenta y el diálogo, más que con recriminaciones recíprocas, críticas inútiles y demostraciones de fuerza.

La paz no consiste simplemente en la ausencia de guerra, sino que es “obra de la justicia” (cf. Is 32,17). Y la justicia, como virtud, requiere la disciplina de la paciencia; no se trata de olvidar las injusticias del pasado, sino de superarlas mediante el perdón, la tolerancia y la colaboración. Requiere además la voluntad de fijar y alcanzar metas ventajosas para todos, poner las bases para el respeto mutuo, para el entendimiento y la reconciliación. Me gustaría que todos nosotros podamos dedicarnos en estos días a la construcción de la paz, a la oración por la paz y a reforzar nuestra determinación de conseguirla.

Queridos amigos, sus esfuerzos como representantes políticos y ciudadanos están dirigidos en último término a construir un mundo mejor, más pacífico, más justo y próspero, para nuestros hijos. La experiencia nos enseña que en un mundo cada vez más globalizado, nuestra comprensión del bien común, del progreso y del desarrollo debe ser no sólo de carácter económico sino también humano. Como la mayor parte de los países desarrollados, Corea afronta importantes problemas sociales, divisiones políticas, inequidades económicas y está preocupada por la protección responsable del medio ambiente. Es importante escuchar la voz de cada miembro de la sociedad y promover un espíritu de abierta comunicación, de diálogo y cooperación. Es asimismo importante prestar una atención especial a los pobres, a los más vulnerables y a los que no tienen voz, no sólo atendiendo a sus necesidades inmediatas, sino también promoviendo su crecimiento humano y espiritual. Estoy convencido de que la democracia coreana seguirá fortaleciéndose y que esta nación se pondrá a la cabeza en la globalización de la solidaridad, tan necesaria hoy: esa solidaridad que busca el desarrollo integral de todos los miembros de la familia humana.

En su segunda visita a Corea, hace ya 25 años, san Juan Pablo II manifestó su convicción de que «el futuro de Corea dependerá de que haya entre sus gentes muchos hombres y mujeres sabios, virtuosos y profundamente espirituales» (8 octubre 1989). Haciéndome eco de estas palabras, les aseguro el constante deseo de la comunidad católica coreana de participar plenamente en la vida del país. La Iglesia desea contribuir a la educación de los jóvenes, al crecimiento del espíritu de solidaridad con los pobres y los desfavorecidos y a la formación de nuevas generaciones de ciudadanos dispuestos a ofrecer la sabiduría y la visión heredada de sus antepasados y nacida de su fe, para afrontar las grandes cuestiones políticas y sociales de la nación.

Señora Presidenta, Señoras y Señores, les agradezco de nuevo su bienvenida y su acogida. El Señor los bendiga a ustedes y al querido pueblo coreano. De manera especial, bendiga a los ancianos y a los jóvenes que, preservando la memoria e infundiéndonos ánimo, son nuestro tesoro más grande y nuestra esperanza para el futuro.

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El Santo Padre desembarca en "el paí­s de la mañana tranquila"
Una tierra separada de Roma en el espacio por 8970 kilómetros y en el tiempo por 11 horas y media de vuelo, se convierte en el centro de atención con la presencia del Obispo de Roma

Por Alfonso M. Bruno

CIUDAD DEL VATICANO, 14 de agosto de 2014 (Zenit.org) - Con quince minutos de antelación el vuelo papal ha aterrizado en Seúl. La presidenta de la República lo ha acogido con las autoridades políticas y religiosas y unas treinta personas en representación de las distintas categorías sociales del país a las cuáles Bergoglio se dirige en español puntualmente, asistido por un sacerdote coreano que le hará de intérprete durante toda la estancia.

Un "país de la mañana tranquila" separado de Roma en el espacio por 8970 kilómetros y en el tiempo por 11 horas y media de vuelo, se convierte en el centro de atención con la presencia del papa Francisco.

La atmósfera percibida en la base aérea de Seúl es casi de cuento de hadas ya que la alta temperatura estacional y la influencia del Pacífico que aprieta la península coreana entre el Mar Amarillo y el Mar del Japón, extiende un manto de niebla sobre el suelo ofreciendo un escenario surrealista.

 A lo pies de la escalera del avión estaba la señora presidenta de la República, Park Geun-hye, que ha querido recibir en persona al Papa. En la presidencia desde diciembre de 2012, la hija del dictador Park Chung-hee, ha llegado a pedir perdón públicamente por las violaciones de los derechos humanos cometidos por el padre, aún defendiendo "necesario" su golpe de Estado de 1961.

Tras escuchar los himnos y la revisión de la Guardia de Honor, con chaqueta azul y pantalón blanco, el papa Francisco ha hecho su entrada en Seúl cuando en Roma serían las 4 de la mañana.

Dos niñas, con trajes locales, han entregado flores al papa Francisco, quien les ha dado un beso, una caricia y una sonrisa. Son gestos que recordarán para siempre y a través de esas dos pequeñas representantes de Corea, todo el país ofrece la bienvenida al Papa.

A los lados de la alfombra roja, se encontraba una representación de los diferentes grupos sociales del país: jóvenes, trabajadores, profesionales, sacerdotes, religiosos, misioneros durante cincuenta años, las familias de los próximos beatos, víctimas de la guerra y del naufragio del Sewol, una inmigrante boliviana que le habla en español, y también personas con discapacidad y ancianos, las categorías que la cultura del descarte relegaría a los suburbios existenciales en Corea no faltan.

Gente común que vive con dignidad el compromiso a la "contrucción de la ciudad". Las campanas de las iglesias suenan de fiesta recordando las grandes campanas que sonaban en la apertura y clausura de las puertas de la ciudad cuando estaba rodeada de un perímetro de muro de seis metros de alto durante la dinastía de Joseon en el siglo XIV.

Seúl, que desde 1960 guía como la capital de Corea del Sur el increíble esfuerzo de reconstrucción y modernización del país, abre las puertas y abre sus brazos al sucesor de Pedro. Y aquí vive el 24% de toda la población de la península. Escenario de la ocupación militar durante la guerra de los añoos 50 ha registrado casi tres millones de víctimas.

Después de los Juegos Olímpicos de 1988 y el Campeonato Mundial de Fútbol 2002, con la llegada del Papa a Seúl se recalifica nuevamente. Corea ya ha recibido a san Juan Pablo II en 1989 y cinco años antes, en 1984, con motivo del 200 aniversario del nacimiento de la Iglesia Católica celebrado con la canonización de 103 mártires locales.

Veinticinco años después de la última visita pastoral de un Papa, el país quiere hacer de nuevo memoria de sus glorias cristianas, esta vez con la beatificación de los "padres de la fe", los primeros que conocieron el martirio por testimoniar a Cristo.

Se celebra en estos días también la 6ª Jornada de la Juventud Asiática. Y a ellos mira la Iglesia y el Papa. El lema es "¡Juventud de Asia, álzate! ¡La gloria de los mártires brilla sobre ti!

De los errores de pasado pueden diseñar experiencia los jóvenes de la generación actual, para trabajar en el signo de la unidad y la reunificación de las dos Coreas.

En el logotipo del viaje apostólico, dos líneas superpuestas de color azul (color símbolo de la misericordia divina) representan el mar y un barco en forma de cuchillo, en referencia al sacrificio de los mártires de la Iglesia de Corea; en el medio dos "tae-geuk" en los colores de las banderas de las dos Coreas, azul y rojo se entrelazan como deseo de la reunificación.

Desde el pequeño crossover Kia Soul de color oscuro, con el que Francisco se moverá, es en esto en lo que el Papa podría haber pensado como un deseo recóndito pero urgente. ¡Amén!

Traducido del italiano por Rocío Lancho García

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Francisco reza por el periodista italiano muerto en Gaza
El Papa, de camino a Seúl, agradece a los periodistas su sevicio y advierte que el viaje a Corea no será un 'tour'

Por Redacción

CIUDAD DEL VATICANO, 14 de agosto de 2014 (Zenit.org) - El santo padre Francisco ha rezado por el periodista italiano muerto en Gaza. Lo ha hecho frente a los 72 periodistas que le han acompañado en el vuelo a Seúl, donde ha aterrizado hoy. "Una oración por Simone Camilli, uno de los 'vuestros' que hoy se ha ido estando de servicio. Rezamos en silencio. Estas son las consecuencias de la guerra. Gracias por vuestro servicio. Gracias por todo lo que haréis, que no será un 'tour', sino muy difícil. Que vuestra palabra ayude siempre a unirnos al mundo y también os pido: dad este mensaje de paz".

Con estas palabras, el Papa se ha dirigido a los periodistas durante el vuelo. Allí tuvo ocasión de saludar a cada uno de ellos e indicar que en el vuelo de regreso a Roma dará, como ya es habitual, una rueda de prensa.

Simone Camilli, cámara italiano de 35 años, falleció este 13 de agosto en Gaza junto con otras cinco personas, por la explosión accidental de un misil israelí que policías palestinos intentaban desactivar.

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Rome Reports


Papa a autoridades surcoreanas: El mundo está cansado de las guerras (Vídeo)
La primera cita del Papa en Corea del Sur fue con la presidenta y las principales autoridades del país. La ceremonia de bienvenida tuvo lugar en la Blue House, el Palacio Presidencial surcoreano

Por Redacción

ROMA, 14 de agosto de 2014 (Rome Reports) - Para ver el vídeo hacer click aquí.

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Los refugiados iraquíes desbordan el Kurdistán (Vídeo)
El Kurdistán es la única zona de Irak en la que los cristianos han encontrado refugio. En esta escuela de Sinjar se congregan cientos de personas que lo han perdido todo

Por Redacción

ROMA, 14 de agosto de 2014 (Rome Reports) - Para ver el vídeo hacer click aquí.

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El Papa parte del aeropuerto de Fiumicino hacia Corea del Sur (Vídeo)
El Papa Francisco partió a las cuatro y cuarto de la tarde del aeropuerto italiano de Fiumicino con destino a Corea del Sur

Por Redacción

ROMA, 14 de agosto de 2014 (Rome Reports) - Para ver el vídeo hacer click aquí.

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SANTOS Y BEATOS: EPOPEYAS DE AMOR. EJEMPLO DEL DÍA


San Maximiliano Kolbe
«El hombre que confió en la Inmaculada. Franciscano, mártir de la caridad. Se ofreció como víctima en el campo de concentración de Auschwitz para salvar a un padre de familia. Había fundado la Milicia y la Ciudad de la Inmaculada»

Por Isabel Orellana Vilches

MADRID, 14 de agosto de 2014 (Zenit.org) - De él dijo Juan Pablo II que «hizo como Jesús, no sufrió la muerte sino que donó la vida». Poco antes de la invasión de Polonia, el santo había escrito: «Sufrir, trabajar y morir como caballeros, no con una muerte normal sino, por ejemplo, con una bala en la cabeza, sellando nuestro amor a la Inmaculada, derramando como auténtico caballero la propia sangre hasta la última gota, para apresurar la conquista del mundo entero para Ella. No conozco nada más sublime». Dios le tomó la palabra.

Raymond nació en Zdunska Wola, Polonia, el 8 de enero de 1894. Sus padres, María Dabrowska, que no pudo cumplir su sueño de ser religiosa, y Julio Kolbe, integrados en la Tercera Orden Franciscana, le transmitieron su fe y devoción por la Virgen. De cinco varones habidos en el matrimonio, dos fallecidos prematuramente, los tres que sobrevivieron crecieron empapados de la espiritualidad franciscana. En 1906 el pequeño Raymond había tenido una visión en la que María se le presentaba con una corona blanca y otra roja cuyo simbolismo interpretó como una simbiosis de pureza (la blanca) y vaticinio de su martirio (la roja). María Dabrowska, conocedora del hecho, guardó en su corazón, como hizo la Virgen, esta espada de dolor que sabía iba a ser motivo de gloria eterna para su querido hijo. Éste asentó en la Madre del cielo su vida y quehacer apostólico.

A los 13 años ingresó en el seminario franciscano de Lviv, junto a Francisco, su hermano mayor. Allí acrecentaba su oración, su amor al estudio y daba pruebas de férrea vocación. Sin embargo, la promesa de defender a María que ambos hicieron iba acompañada para Raymond de la idea de las armas. Combatiría por Ella rememorando el día en el que el monarca polaco Juan Casimiro consagró su país a la Virgen, ante la imagen de Nuestra Señora de Czestochowa. Todo ello venía a su mente y a su corazón porque la paz se había roto en la frontera de Lviv ocupada por los rusos y dominio austriaco. No tardó en darse cuenta de que sacerdocio y armas eran irreconciliables, pero se sentía llamado a engrosar las filas de los que se disponían a luchar para defender su patria.

Hubo un momento en que experimentó el aguijón de la duda respecto a su vocación; influenció en la voluntad de su hermano, y los dos decidieron abandonar el convento. Pero ahí estaba la madre, orando y velando por sus hijos, con tanta fe que llegó a visitarlos justo en el momento oportuno. Era portadora de una gozosa noticia. Les comunicó que iba a unirse a ellos Joseph, el menor de los hermanos, y que ambos progenitores habían acordado dedicarse a servir a Dios exclusivamente.

Disipada la vacilación, en septiembre de 1910 Raymond inició el noviciado. Al profesar tomó el nombre de Maximiliano. Cursó estudios de filosofía y teología en Roma entre 1912 y 1919, obteniendo el doctorado en ambas disciplinas, aunque también destacaba brillantemente en matemáticas y física. En esta época la Virgen le inspiró la fundación de la Milicia de la Inmaculada. Ya sacerdote regresó a Polonia con una gran debilidad física, pero con un espíritu apostólico imbatible. Su mala salud lo liberó de otros compromisos y pudo dedicarse por entero a promover la Milicia que materializó en su país junto a otro grupo de religiosos en 1919. Llevado por su excelso amor a María, y creyendo que era una vía para rescatar las almas, creó la revista mensual «Caballero de la Inmaculada», cuya tirada ascendía al millón de ejemplares en 1939. Con esta publicación llegaba a hogares polacos y de otros lugares del mundo. Al mismo tiempo impartía clases en Cracovia.

En 1929 fundó la primera «Ciudad de la Inmaculada» que tuvo su sede en el convento franciscano de Niepokalanów y que pronto fue bendecida con tal cúmulo de vocaciones que se convirtió en el mayor monasterio de la época y uno de los más numerosos en toda la historia de la Iglesia. Dos años más tarde, respondiendo a la solicitud de petición de misioneros que hizo el papa, partió voluntariamente a Japón donde creó otra nueva Ciudad y difundió la revista mensual. Abrió un noviciado y un seminario. Con un apostolado en el que incluía prensa y radio seguía adelante con su sueño de «conquistar todo el mundo, todas las almas, para Cristo, para la Inmaculada, usando todos los medios lícitos, todos los descubrimientos tecnológicos, especialmente en el ámbito de las comunicaciones».

En 1936 regresó a Polonia ya que en su ausencia Niepokalanów había atravesado alguna crisis. Con la ocupación nazi acogió allí a miles de desplazados de Poznań, los cobijó y asistió espiritualmente. En febrero de 1939 la Gestapo le apresó y le internó en los campos de concentración de Amtlitz y en el de Ostrzeszów. Aunque fue liberado, en 1941 volvieron a detenerle. Le condujeron a Pawiak y de allí le trasladaron a Auschwitz asignándole el número 16670. El 3 de agosto de 1941 se escapó un prisionero, y como castigo fueron seleccionados otros 10 para ser ejecutados. Raymond escuchó el clamor de uno de ellos, Francis Gajowniczka, que sufría por su familia. Dio un paso al frente y se ofreció al comandante para morir en su lugar al tiempo que daba fe de su condición sacerdotal. Era otro signo visible de su santidad.

Fue condenado a morir de hambre en una cámara subterránea, el temible búnker nº 13, junto a los 9 restantes prisioneros. Él que había escrito: «Tengo que ser tan santo como sea posible», en esas condiciones siguió oficiando la Santa Misa con la ayuda de algunos guardianes que le proporcionaban lo preciso para consagrar, compartiendo rezos y cánticos con sus compañeros y alentándoles en esas crueles circunstancias. Tres semanas más tarde era el único superviviente; el resto fueron muriendo poco a poco. De modo, que sus verdugos le aplicaron una inyección letal el 14 de agosto de 1941. Su madre tuvo directa noticia del martirio que estaba dispuesto a sufrir por la carta que él le había dirigido. Pablo VI lo beatificó el 17 de octubre de 1971. Juan Pablo II lo canonizó el 10 de octubre de 1982.

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