20.08.14

El Papa y la encíclica "ecológica"

A las 11:53 AM, por Luis Fernando
Categorías : Actualidad, Papa Francisco

 

De la entrevista que el Papa concedió a la prensa en el avión que le llevaba de vuelta a Italia tras su histórica y magnífica visita a Corea, me ha llamado la atención la respuesta que da a un periodista sobre su próxima encíclica acerca de la custodia de la Creación. Concretamente de la creación en la tierra, porque poco podemos hacer para cuidar el resto. Cito:

La próxima encíclica dedicada a la defensa de la creación.

He hablado de esta encíclica con el cardenal Turkson y también con los otros. Y le pedí a Turkson que recopilara todas las contribuciones que hubieran llegado. Antes del viaje, el cardenal me entregó el primer borrador. Es así de grande, un tercio más que la Evangelii gaudium. Es el primer borrador. Se trata de un problema no fácil, porque se trata de la custodia de la creación, también de la ecología (hay ecología humana); se puede hablar con cierta seguridad, pero hasta cierto punto. Y luego vienen todas las hipótesis científicas, algunas bastante seguras y otras no. Es una encíclica que debe ser magistral y debe salir adelante solo con las seguridades, con las cosas sobre las que estamos seguros. Si el Papa dice que el centro del universo es la Tierra y no el Sol, se equivoca, porque está diciendo una cosa que científicamente no funciona. Es lo que sucede ahora; debemos hacer un estudio párrafo por párrafo. Creo que será más pequeña, porque hay que ir a lo esencial, que es lo que se puede afirmar con seguridad. Se puede añadir en las notas al pie de página que sobre este o aquel argumento hay esta o esa hipótesis. Pero darlo como información, no en el cuerpo de una encíclica, que es doctrinal y debe ser segura.

Me parece muy adecuado que el Santo Padre señale que el magisterio papal no está para pronunciarse sobre la validez de las hipótesis científicas y sí para marcar cuáles son las líneas a seguir partiendo de la Relevación. Para que se entienda, una encíclica no sirve para sentenciar acerca de si existe o no calentamiento global y cuáles pueden ser su causas, pero sí para afirmar que quien atenta contra la naturaleza puede poner en peligro tanto el presente como el futuro de la humanidad, lo cual es un grave pecado.

En otras palabras, el Obispo de Roma no es un “Al Gore” con bonete blanco que da marchamo espiritual al protocolo de Kyoto, aunque sí que puede y debe alentar toda acción encaminada a proteger el entorno natural en el que el hombre vive. Si Kyoto vale para eso, perfecto. Pero no es competencia del Papa discernir sobre la validez de medidas “técnicas” concretas.

Eso no quiere decir que no haya situaciones de destrucción de la naturaleza condenable sobre las que no hace falta esperar un consenso total. Por ejemplo, si el Amazonas se deforesta y, para colmo, en su deforestación se echa a patadas -o directamente se elimina. a grupos humanos que viven allá, la Iglesia puede y debe denunciarlo. Igualmente parece lógico que se denuncie la desaparición de especies animales a manos de grupos que solo buscan enriquecerse. Pero tampoco debemos caer en un histerismo ecológico estéril que olvide que el hombre es dueño y señor de la tierra que Dios le ha dado y que hay más dignidad en un ser humano que en todo el reino animal y vegetal que nos rodea.

Quizás el mayor problema al que se enfrenta el papa Francisco con esta encíclica es la politización absoluta y tendenciosa del fenómeno del ecologismo. Será casi imposible que no se mire el texto magisterial con gafas ideológicas. Es por ello muy necesario que la voluntad que expresa en la entrevista sea una realidad. A saber, que la encíclica sea sobre todo doctrinal y segura. Si se consigue, y para ello tiene la asistencia del Espíritu Santo, aquellos a quien no le guste podrán decir lo que les parezca oportuno, pero los fieles tendremos una guía firme para saber lo que debemos opinar sobre esta materia.

Luis Fernando Pérez Bustamante