21.08.14

Ronald Lauder con Benedicto XVI

La mayoría de los líderes occidentales guardan silencio y todavía no hay una condena colectiva –de verdad– de los líderes del Islam, políticos y religiosos. Estados Unidos ha intervenido en el norte de Irak cuando las víctimas han sido yazidíes, y bien hecho. Pero no movió un músculo cuando eran cristianos, a pesar de los gritos de petición de ayuda.

En este contexto reconozco que me ha llegado al alma el artículo de Ronald S. Lauder (en la foto con Benedicto XVI), presidente del Congreso Judío Mundial. En el nada sospechoso New York Times, escribió el martes 19 un op-ed: ¿Quién se levantará para defender a los cristianos? Afea la pasividad y doble vara de medir occidental.

Traduzco los primeros párrafos:

¿Por qué el mundo permanece en silencio mientras los cristianos están siendo sacrificados en Oriente Medio y en África? En Europa y Estados Unidos hemos sido testigos de manifestaciones por las trágicas muertes de los palestinos que están siendo utilizados como escudos humanos por parte de Hamas, la organización terrorista que controla Gaza. La ONU ha celebrado consultas y ha expresado su indignación sobre Israel por defenderse de esa organización terrorista. Pero la masacre bárbara de miles y miles de cristianos pasó con relativa indiferencia.

Medio Oriente y zonas de África central están perdiendo comunidades cristianas enteras que han vivido en paz durante siglos. El grupo terrorista Boko Haram secuestró y mató a cientos de cristianos este año, asolando hace dos semanas la ciudad de mayoría cristiana Gwoza, en Borno (noreste de Nigeria). Medio millón de cristianos árabes han sido expulsados de Siria en los más de tres años de guerra civil en ese país. Los cristianos están siendo perseguidos y asesinados en países que van de Líbano a Sudán.

Los historiadores mirarán este periodo en perspectiva y se preguntarán si la gente había perdido el rumbo. Pocos periodistas han viajado a Irak para dar testimonio de la ola de terror nazi que está arrasando el país […] Los líderes mundiales parecen estar consumidos por otros asuntos en este extraño verano de 2014. No hay flotillas que viajen a Siria o Irak. ¿Por qué la masacre de los cristianos no parece activar la sensibilidad social de las hermosas celebridades y viejas estrellas de rock?

Habrá quien encuentre sólo oscuras intenciones a este artículo. Yo, personalmente, le agradezco esta muestra de solidaridad, y ese «toque de atención», aunque parezca interesado: «El pueblo judío entiende muy bien lo que puede suceder cuando el mundo calla. Esta campaña de la muerte debe ser detenida». No siempre me han parecido atinados los análisis de Roland S. Lauder, pero en este caso lo suscribo. Tampoco es de extrañar la poca repercusión mediática del artículo.

No me importaría que otros líderes occidentales actuasen aunque «sólo» fuese por motivos «egoístas»