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El mundo visto desde Roma

Servicio diario - 30 de agosto de 2014

LA FRASE DEL DÍA 30 DE AGOSTO

"Nunca vaciles en tender la mano; nunca titubees en aceptar la mano que otro te tiende" (San Juan XXIII)

 


El papa Francisco

Ciclistas argentinos peregrinan a Roma para entregarle al Papa cartas de niños
La etapa inició en Córdoba el dí­a 26 de agosto y llegarán al Vaticano el dí­a 18 de septiembre

El Papa celebrará una misa por la fiesta de la Virgen de Guadalupe
Lo ha confirmado el secretario de la Pontificia Comisión para América Latina, Guzmán Carriquiry: la misa será en la Basílica vaticana, el 12 de diciembre, dí­a de la fiesta litúrgica de la "Morenita"

Rome Reports

Iraquí­es se refugian en escuelas, iglesias y mezquitas (VÍDEO)

Una app ayuda a preparar la beatificación de Monseñor Álvaro del Portillo (VÍDEO)

La Virgen de la Caridad del Cobre de Cuba llega a los Jardines Vaticanos (VÍDEO)

Entrevistas

Desde Brasil a Puglia: una misión perpetua
En su último libro, el arzobispo de Taranto, monseñor Filippo Santoro, reflexiona sobre la contribución de la Conferencia de Aparecida del 2007 y sobre los desafí­os para el catolicismo latino-americano e italiano

Espiritualidad

Beata María Rafols Bruna - 30 de agosto
«Fundadora de las Hermanas de la Caridad de Santa Ana. Avanzó en zona de guerra en medio de las tropas napoleónicas y obtuvo que un general francés graciara a sus enfermos. Fue proclamada «Heroína de los Sitios de Zaragoza»


El papa Francisco


Ciclistas argentinos peregrinan a Roma para entregarle al Papa cartas de niños
La etapa inició en Córdoba el dí­a 26 de agosto y llegarán al Vaticano el dí­a 18 de septiembre

Por Redacción

CIUDAD DEL VATICANO, 30 de agosto de 2014 (Zenit.org) - Un grupo de ciclistas argentinos peregrinará a Roma para traer al santo padre Francisco cartas de niños en las que responden a la pregunta "¿qué te gustaría ser de mayor? La iniciativa surge del grupo Cruce por la Educación. El 26 de agosto comenzaron el viaje desde Cura Brochero, Córdoba, y su destino es el Vaticano. En cada etapa, irán recogiendo las cartas de los niños en las escuelas. Y así, recorrerán 3000 kilómetros pedaleando y las entregarán al Santo Padre el 18 de septiembre.

Hasta el momento, llevan 55 mil cartas en papel y más de siete mil correos electrónicos.

El Cruce por la Educación, explican en su página web, "se realiza para revalorizar la Educación en nuestro país, recordando que Argentina fue la primera nación que erradicó el analfabetismo en todo América." Asimismo, "se busca concientizar a todos, grandes y chicos, sobre la importancia de comenzar y finalizar los estudios, no sólo como una obligación sino como una meta de formación personal para volver a ser la Argentina que alguna vez fuimos. Los amigos reconocen que este Cruce puede ser un instrumento movilizador para potenciar el valor de la educación argentina, para reconocer y destacar las oportunidades igualitarias y pluralistas que siempre brindó nuestro país, y para difundir la fundamental obra que en materia educativa desarrolló el célebre sanjuanino".

Tras recorrer distintos puntos de Argentina, el día 2 de septiembre volarán a Europa. Llegarán a Madrid y desde allí iniciarán la segunda parte de la peregrinación. Pasando por Loyola, Lérida, Pamplona, Barcelona, Narbone,  Marcella, Niza, Génova, Pisa, Florencia y Asís, llegarán a Roma el día 17 de septiembre.

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El Papa celebrerá una misa por la fiesta de la Virgen de Guadalupe
Lo ha confirmado el secretario de la Pontificia Comisión para América Latina, Guzmán Carriquiry: la misa será en la Basílica vaticana, el 12 de diciembre, dí­a de la fiesta litúrgica de la "Morenita"

Por Redacción

CIUDAD DEL VATICANO, 30 de agosto de 2014 (Zenit.org) - El papa Francisco celebrará una solemne misa por la fiesta de Nuestra Señora de Guadalupe, patrona de toda América, el próximo 12 de diciembre, en la Basílica de San Pedro. Lo ha confirmado el secretario de la Pontificia Comisión para América Latina (CAL), Guzmán Carriquiry Lecour, en una entrevista publicada en el Osservatore Romano el pasado 27 de agosto.

"La ‘Morenita’ guía nuestros pasos. El próximo 12 de diciembre, día de su fiesta litúrgica, colaboraremos en la preparación de un gran evento: la Misa que el papa Francisco presidirá en la Basílica de San Pedro”, afirmó Carriquiry en la entrevista al diario vaticano.

Por otro lado, hablando de iniciativas futuras del dicasterio, Carriquiry indica que están pensando promover, junto al Consejo Pontificio Cor Unum "una jornada de comunión y solidaridad tras cinco años del terremoto de Haití".

Asimismo, explica que del 13 al 15 de marzo del 2015 habrá un congreso importante en Bogotá, organizado por el Celam y en colaboración con la Pontificia Comisión, "en el que más de ochenta obispos de todos los países latinoamericanos se reunirán para individuar juntos las vías de aplicación creativa de la exhortación apostólica Evangelii gaudium" .

Además, el secretario de la Pontificia Comisión para América Latina explica que están contentos de que dicho dicasterio sea cada vez más, en el ámbito de la Curia romana, una referencia acogedora y de ánimo para los latinoamericanos, comenzando por muchos obispos que les visitan. "Vamos a publicar un documento sobre la evangelización y la pastoral de los jóvenes en América Latina, que será enviado muy pronto a los obispos; y hemos publicado recientemente las actas del encuentro-peregrinación que el pasado mes de noviembre ha reunido en el santuario de Nuestra Señora de Guadalupe más de ochenta obispos de todo el continente, junto con muchos otros participantes de América del Norte", ha precisado en la entrevista.

Finalmente, hace referencia a unas palabras de Benedicto XVI en el avión que lo traía de vuelta de Brasil: "Estoy convencido -dijo refiriéndose al continente latinoamericano- que aquí se decide, al menos en parte y en una parte fundamental, el futuro de la Iglesia Católica". Con el Papa Francisco -añade Carriquiry- está también en juego el futuro de América Latina.

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Rome Reports


Iraquí­es se refugian en escuelas, iglesias y mezquitas (VÍDEO)

Por Redacción

ROMA, 30 de agosto de 2014 (Zenit.org) - Un millón de iraquíes se han visto obligados a abandonar sus hogares por el Estado Islámico.

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Una app ayuda a preparar la beatificación de Monseñor Álvaro del Portillo (VÍDEO)

Por Redacción

ROMA, 30 de agosto de 2014 (Zenit.org) - La ceremonia será el 27 de septiembre en Madrid y se estima que 100.000 personas acudirán.
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La Virgen de la Caridad del Cobre de Cuba llega a los Jardines Vaticanos (VÍDEO)

Por Redacción

CIUDAD DEL VATICANO, 30 de agosto de 2014 (Zenit.org) - Acompaña a otras dos patronas de América Latina: la Virgen de Guadalupe y la de Suyapa.
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Entrevistas


Desde Brasil a Puglia: una misión perpetua
En su último libro, el arzobispo de Taranto, monseñor Filippo Santoro, reflexiona sobre la contribución de la Conferencia de Aparecida del 2007 y sobre los desafí­os para el catolicismo latino-americano e italiano

Por Luca Marcolivio

RIMINI, 30 de agosto de 2014 (Zenit.org) - Transmitir la experiencia de la Conferencia de Aparecida a los fieles de todo el mundo, más allá de los confines de América Latina. Este es el objetivo del último libro firmado por el arzobispo de Taranto, monseñor Filippo Santoro, con el título La fuerza del encanto cristiano. La contribución de un testimonio de la Conferencia de Aparecida (La forza del fascino cristiano. Il contributo di un testimone della Conferenza di Aparecida).


El volumen recorre y actualiza los aspectos más destacados de la V Conferencia del Episcopado Latinoamericano, que se celebró en 2007, con un rol determinante desempeñado por el entonces arzobispo de Buenos Aires, Jorge Mario Bergoglio.

Al finalizar la presentación del libro, en el Meeteng de Rimini, ZENIT ha entrevistado al autor, que ha delineado los puntos en común y las diferencias entre los desafíos de la evangelización en América Latina (monseñor Santoro, además de haber participado en las sesiones de Aparecida, ha sido misionero en Brasil durante varios años) y en Europa, en particular en Italia.

Excelencia, ¿cómo nació la idea de un libro sobre la conferencia de Aparecida?
--Monseñor Santoro: El libro responde a una exigencia de hacer conocer también en Italia la Conferencia de Aparecida, un evento del que, fuera de América Latina, se sabe poco, al punto que durante un Sínodo, un obispo australiano me preguntó: "Who is Aparecida?", (¿quién es Aparecida?), como si se tratara de una mujer... La clave de lectura del libro es precisamente la experiencia de la belleza y del encanto cristiano. En la Conferencia de Aparecida se afrontan todas las problemáticas de América Latina, sin embargo, como afirmó explícitamente en una intervención el cardenal Bergoglio, esto sucede a partir de la experiencia de la fe, a partir del ser, del corazón y de la mirada de los discípulos misioneros. En esta perspectiva los pasos indispensables son dados por la formación de los discípulos misioneros, después son propuestas varias opciones entre las cuáles la recuperación y la profundización de la opción preferencial por los pobres.

¿Podremos decir que Aparecida, en virtud del rol determinante jugado por el entonces cardenal Bergoglio, representa una especie de manifiesto programático del pontificado de papa Francisco, que ha iniciado seis años más tarde?
--Monseñor Santoro: El verdadero documento programático de papa Bergoglio es la exhortación apostólica Evangelii Gaudium, la cual está llena no solo de citaciones de Aparecida sino del espíritu de Aparecida. Es un documento lleno de experiencia que el cardenal Bergoglio ha hecho, logrando sintetizar varios elementos y desafíos que, a veces de manera conflictiva, han surgido en Aparecida. En la redacción, Bergoglio ha unificado los estímulos que venían de la galaxia de la Teología de la Liberación, de las sectas, del fenómeno de la secularización, de la pobreza, de la corrupción, de los derechos humanos, de la dignidad de la persona: todo ello se ha puesto en un contexto que pone al centro la belleza del ser discípulos de Cristo, personas que han encontrado al Señor, han quedado fascinadas y lo han seguido, por tanto, entran dentro de los problemas con un corazón y una mirada nueva.

Aparecida es sin duda uno de los hilos que llevan el magisterio del Papa que no se queda en un magisterio sectorial o "local", sino que se propone a toda la Iglesia, ya que profundiza en lo esencial: el amor de Cristo que viene a través de la muerte y resurrección, su misericordia, la cercanía de Dios a nosotros.

¿Cuál es la lección más grande que recibimos de la religiosidad de los pueblos latino-americanos?
--Monseñor Santoro: La primera lección es la de la actualización del Concilio, un objetivo asumido por todas las conferencias del episcopado latino-americano, a partir de Medellín (1968), pasando por Puebla (1979) y Santo Domingo (1992), hasta llegar finalmente a Aparecida.
Esto se ha vivido en un ambiente dominada por la fe católica y de un marcado entusiasmo pero la expansión de las sectas ha sido como un latigazo, ha interrogado profundamente a los católico sobre qué querían hacer, en particular para las clases más desfavorecidas, donde estaba la Teología de la Liberación pero, finalmente, muchos pobres han terminado en las sectas.
Hay por tanto un interés en mejorar las condiciones humanas y sociales pero sobre todo de proponer de nuevo el anuncio de Cristo en su belleza. La novedad de la Iglesia latinoamericana se debe a la experiencia que el Espíritu ha suscitado a través de las nuevas comunidades, los movimientos, las comunidad de base (que también se inspiran en parte por la Teología de la Liberación), las comunidades parroquiales, las pequeñas comunidades. Esta experiencia pone de nuevo la fe en el centro de la existencia, no solo como premisa sino también como dinámica de agregación, de unidad de las personas, de atención a los dramas de la gente. Esta es la experiencia que hace viva la Iglesia en América Latina: el encuentro con el Señor vivido en la secuela, en la alabanza, en el canto, en la solidaridad. Y en esta experiencia es posible vivir con intensidad la opción preferencial por los pobres, que en Aparecida no fue vaciada o empobrecida sino intensificada, porque el corazón de Cristo se hace cercano a la gente.

Usted tiene un pasado como misionero en Brasil: ¿cuánto revive este experiencia en su actual ministerio episcopal?
--Monseñor Santoro: Nada más llegar a Taranto, me he encontrado delante de desafíos muy grandes. Las lecciones que he recibido en América Latina han sido sobre todo la cercanía a las personas. Una de las primeras visitas que he hecho en mi diócesis actual ha sido en un hospital, donde he visitado todos los pacientes; después visité la cárcel donde la directora me hizo ver a 70 detenidos de los 700, pero yo quise visitar todos los sectores individuales, a pesar de que me habían dicho que era peligroso. Quería saludar uno a uno estrechándoles la mano a través de las barras de la cárcel y decirles: "si estáis aquí algo habéis hecho, pero no perdéis la dignidad, la podéis recuperar completamente".
El aspecto misionero, por tanto, ha sido como un dejar suceder los desafíos pero el corazón es el que comunica la esperanza cristiana, estar cerca a la gente porque encuentre la Iglesia no como un conjunto de doctrinas y de normas, sino como una vida que refleja la belleza de Cristo que te lleva y ya no te suelta.

¿Cuáles son los puntos de fuerza en la Iglesia italiana?
--Monseñor Santoro: La experiencia italiana es notable en particular desde el punto de vista de la catequesis: el camino catequético hasta ahora cumplido representa una riqueza, no solo para Italia sino también para otros países. Está después la valoración de ciertas realidades unidas a la devoción popular. En Taranto, por ejemplo, yo encuentro una gran religiosidad popular que se sintoniza fuertemente con uno de los capítulos más bellos de Aparecida, que es la piedad popular. En Italia he encontrado a menudo una agudeza profunda en la fe, sistemática, intensa, que desarrolla al mejor nivel de la experiencia y por tanto de la cercanía a los problemas vividos por las personas.

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Espiritualidad


Beata María Rafols Bruna - 30 de agosto
«Fundadora de las Hermanas de la Caridad de Santa Ana. Avanzó en zona de guerra en medio de las tropas napoleónicas y obtuvo que un general francés graciara a sus enfermos. Fue proclamada «Heroína de los Sitios de Zaragoza»

Por Isabel Orellana Vilches

MADRID, 30 de agosto de 2014 (Zenit.org) - Esta «heroína de la caridad» nació en Vilafranca del Penedès, Girona, España, el 5 de noviembre de 1781. Sus padres eran sencillos pagesos, campesinos que no tenían muchos recursos. Pero al fallecer su padre cuando ella tenía 9 años, su madre contrajo nuevas nupcias. Con una situación económica más holgada pudieron costear sus estudios en la Enseñanza, un prestigioso colegio de Barcelona; tuvieron en cuenta sus excelentes cualidades porque era inteligente, trabajadora y responsable. Entonces se implicó como voluntaria en el hospital de la Santa Creu, dirigido por las Hermanas Hospitalarias de San Juan de Dios. Su capellán, el padre Juan Bonal Cortada y ella se conocieron a raíz de una epidemia de peste. María supo de primera mano cómo se desvivía él por los afectados, especialmente los pobres. El virtuoso sacerdote precisaba personas expertas en el cuidado de los enfermos para el hospital Nuestra Señora de Gracia de Zaragoza, y seleccionó un grupo compuesto por doce hombres y doce mujeres, entre los que se hallaba María. Tenía 23 años, pero una madurez y cualidades tales que fue designada responsable de todos y luego superiora de la Congregación de Hermanas de la Caridad de Santa Ana, nacida en el mencionado hospital zaragozano ese mismo año de 1804 en el que se produjo su traslado a la ciudad.

Al llegar a Zaragoza, tras un recorrido efectuado en carro y plagado de incomodidades, ella se hincó de rodillas ante la Virgen del Pilar pidiendo su amparo; eso da idea del espíritu que le guiaba. Pronto constató que los medios disponibles en el hospital de Gracia dejaban mucho que desear en todos los aspectos. Además, los trabajadores del centro acogieron de mal grado a los recién llegados y les dispensaron un trato hostil. Desde el principio se percató de la serie de circunstancias que había que solventar. El descontento del personal por su mala retribución, las carencias y la descuidada atención a los enfermos requerían actuar con premura y delicadeza. Pero las presiones hicieron que pasado un tiempo los varones abandonaran el hospital. En cambio las mujeres, con María al frente, prosiguieron su incansable labor.

La beata pasó por alto los infundados reparos de la Junta del hospital, la Sitiada, considerando que actuaba al margen de su dictamen, y poco más tarde logró la conciliación con su sabiduría, prudencia y caridad. Pero siempre tuvo como péndulo sobre su cabeza la oposición de la Junta que le hizo sufrir y probó su virtud. Sus acciones no caían en saco roto y el obispo de Huesca le propuso crear en la ciudad un centro hospitalario similar al zaragozano. Por lo demás, fue una pionera para la época; abrió brechas para la mujer insospechadas anteriormente especializándose en flebotomía, práctica quirúrgica de la sangría de uso habitual en la medicina de entonces, que validó con el examen oportuno.

Pocos años después de llegar a Zaragoza se desencadenó la guerra, y cuando las tropas napoleónicas sitiaron Zaragoza en 1808, el hospital quedó derruido por las bombas. En esos instantes ella fue una heroica abanderada que expuso su vida auxiliando a los heridos, enfermos y dementes a los que buscaba por las calles, sin excluir a los integrantes del bando enemigo. En medio del fragor de la batalla salió a mendigar pidiendo dinero y comida para los miles de acogidos que había en el hospital. Ante la precariedad, con frecuencia se privaba de su propio sustento. En un intervalo de cuatro meses tuvo que trasladar a los enfermos en tres ocasiones, hasta que se instaló el hospital de convalecientes.

En el transcurso de la encarnizada lucha sin cuartel dio nuevas pruebas de una fe admirable demandando ayuda para los enfermos, aunque para ello tuvo que cruzar las filas enemigas acompañada de un par de religiosas. Las mujeres avanzaron por el campo de combate en medio del hostigamiento de los soldados que proferían insultos contra ellas, pero lograron que el general francés Lannes las escuchara, las protegiera, y abriera las puertas de par en par. María le había dejado desarmado con su trato delicado y respetuoso, y el militar se conmovió con ese gesto inaudito. No solo obtuvo los recursos esenciales para la atención de los enfermos, sino que contribuyó a que se salvaran muchas vidas, se concedieran indultos y otras gracias. Esta imagen, de gran fuerza plástica, continúa siendo impactante porque hay que tener en cuenta el momento histórico, la situación y el lugar en el que se produjo tal acto de valentía.

Al terminar la guerra, la nueva Junta rectora del hospital no tuvo en cuenta estos antecedentes heroicos, sino que oprimió a las religiosas. Apartaron al padre Bonal, y el prelado Suárez de Santander, afín a los franceses, puso a María en la tesitura de dimitir trasladándose a Orcajo, Daroca. La Sitiada demandó la presencia de las hermanas en Zaragoza en 1813 para que se hicieran cargo de la casa de beneficencia. Finalmente en 1824 al ser aprobadas las constituciones por la diócesis, una vez se solventaron los equívocos que llevaron a su recusación, se restituyó a la beata como superiora. Durante once años se ocupó de los huérfanos y abandonados que se hallaban en la Inclusa que dependía del hospital. Pero en 1834 fue imputada por alta traición. Creyendo que conspiraba contra la reina implicada con los carlistas fue recluida dos meses en una cárcel donde confinaban a personas acusadas por la Inquisición. Después, y pese comprobarse que era un malévolo infundio, fue desterrada al exilio.

Ya enferma pidió ser trasladada a la casa de Huesca y allí aún vivió seis años de entrega, en silencio –nadie le oyó proferir ninguna queja–, y confianza en Dios. Con el cambio de gobierno regresó al hospital de Gracia y se ocupó de los niños de la Inclusa. Murió el 30 de agosto de 1853. Juan Pablo II la beatificó el 16 de octubre de 1994. En 1908 tanto el padre Bonal, con causa de beatificación abierta, como ella fueron proclamados «Héroes de los Sitios de Zaragoza».

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