5.09.14

 

Hay ciertos supuestos axiomas que yo no sé cómo la gente no se ruboriza al repetirlos una vez más después de cuarenta años. Por ejemplo eso de que lo fundamental es la opción por los pobres. Porque claro, te vas al evangelio, te lees el inicio de la predicación del bautista y de Jesús y mira por donde lo que dicen es que se ha cumplido el plazo, convertíos y creed la Buena Noticia. Pero es que te vas al final del evangelio y lo que dice Jesús a los apóstoles es eso de “id y haced discípulos, bautizando y enseñando”.

Digo yo que si lo fundamental fuera eso de los pobres el inicio de la predicación de Cristo y el final serian algo así como “Se ha cumplido el tiempo, ayudad a los pobres”, y “se me ha dado pleno poder… sed solidarios”. Pues no. Es igual. Nos repetirán hasta la saciedad que hay que estar con los pobres y ahora mismo me dirán que es que a un servidor solo le interesan los ricos. Pues vale. Pero una cosa es que la una de las consecuencias de convertirse al evangelio sea la solidaridad con el pobre y otra que se convierta en un fin en sí mismo.

Otro axioma de esos que te hacen quedar como un señor de excelsa profundidad es lo de proclamar que necesitamos volver al evangelio y evitar convertir lo que es la fe en una mera ideología. Pues sí y no y me explico. La fe es mucho más que una ideología, pero a la vez el que se convierte a Cristo se hace, como consecuencia de su conversión, otro sistema de ideas –ideología- y de comportamiento –moral- que intenta sea concorde con aquello en lo que cree.

El que se convierte a Jesucristo comienza a pensar de manera diferente en todos los ámbitos de su vida y de la sociedad. Adquiere ideas diferentes sobre el hombre, el mundo, las relaciones entre personas y naciones, la vida, la justicia, la familia, la idea trascendente de la persona. Y por supuesto comienza a comportarse de otra manera. Una conversión que no nos haga cambiar de ideas ni de comportamientos no es más que vana palabrería.

Cuando se nos habla de superar ideologías para volver al evangelio desnudo, que es algo que queda bonito, lo que en la práctica se está afirmando es que hay ideologías e ideologías, y que no son lo mismo ni mucho menos. Se entiende con facilidad.

Si alguien dice que hay que apostar por la justicia social, condenando el capitalismo liberal, se muestra partidario de abrir las fronteras de todos los países, se muestra respetuoso con el derecho a decidir de la mujer gestante, apoya el matrimonio con independencia del sexo de los contrayentes, se declara crítico con las enseñanzas siempre superadas del magisterio de la iglesia y además afirma que hay que estar con los pobres, lo suyo no es ideología, es evangelio encarnado, profetismo, Reino de Dios y la Buena Nueva con patas.

Pero ay de ti si lo que afirmas es que hay que condenar el comunismo, controlar la inmigración, defender la vida sin concesiones desde el instante mismo de la concepción, crees en el matrimonio como algo exclusivo entre hombre y mujer y encima intentas adecuar tu pensamiento y tu vida con las enseñanzas de la Iglesia, que sepas que por más que estés con los pobres, te dejes el pellejo en Cáritas y seas más solidario que la beata Teresa de Calcuta, serás hombre preso por la ideología que no ha terminado de entender y vivir la frescura del evangelio.

A otro perro con ese hueso.