ZENIT

El mundo visto desde Roma

Servicio diario - 11 de septiembre de 2014

La frase del día jueves 11

La espiral de la violencia sólo la frena el milagro del perdón. 
Juan Pablo II

 


El papa Francisco

Francisco en Sta. Marta: Jesús nos pide amar a los enemigos
El Santo Padre en la homilía de este jueves, indica que el camino cristiano significa hacer el bien también a quien no nos ama

El Santo Padre recibe al presidente de Túnez
El diálogo, la libertad religiosa y el rechazo del extremismo y la violencia, han sido los temas afrontados durante la reunión

Santa Sede

El papa Francisco hablará en el Parlamento Europeo
Invitado a Estrasburgo el 25 de noviembre a una sesión solemne

Santa Sede - Vietnam: libertad religiosa y ayuda social
Quinta reunión de trabajo del grupo mixto. Ser buenos católicos siendo buenos ciudadanos

Iglesia y Religión

"Padre, ¿qué opina de la Comunión a los divorciados vueltos a casar?"
Un sacerdote responde a las dudas y preguntas de algunos parroquianos sobre el tema de gran actualidad, a la luz del Magisterio de la Iglesia

El califato islámico no tiene nada que ver con la religión musulmana
El cardenal Koch, en declaraciones a la televisión suiza, reitera que el terror en Siria e Irak no cuestiona el diálogo interreligioso, por el contrario debería promoverlo

Mirada al mundo

El 11 de septiembre, Juan Pablo II, la Virgen María y un rey polaco
Tras el atentado a las torres gemelas, san Juan Pablo II restauró el 12 de septiembre, la fiesta del Santo Nombre de María, instituida como ex-voto después de la Victoria de Viena contra el asedio de los turcos

Rome Reports

Papa en Santa Marta: "Amad sin miedo a vuestros enemigos" (Vídeo)
En su homilía en Casa Santa Marta, el Papa Francisco dijo que para ser un buen cristiano hay que amar sin miedo a los enemigos

Francisco se reúne con el presidente de Túnez, Mohamed Moncef Marzouki (Vídeo)
Francisco recibió en el Palacio Apostólico al presidente de Túnez Mohamed Moncef Marzouki en medio del sonido de las cámaras

El Papa viajará a Estrasburgo y hablará ante el Parlamento Europeo (Vídeo)
El Vaticano ha confirmado que el Papa Francisco hablará ante el Parlamento Europeo de Estrasburgo el próximo 25 de noviembre

Espiritualidad

El regalo del perdón
XXIV Domingo Ordinario - El perdón es un acto creativo y sorprendente que pone fin a la repetitividad. El perdón rompe el cerco sofocante y produce lo insólito: mirar al otro nuevamente como hermano

Beata María Luisa Angélica Prosperi - 12 de septiembre
«Mística benedictina, agraciada con experiencias sobrenaturales, padeció la incomprensión de uno de sus directores espirituales. Fue una gran abadesa que rigió santamente a la comunidad hasta el fin de sus días»


El papa Francisco


Francisco en Sta. Marta: Jesús nos pide amar a los enemigos
El Santo Padre en la homilía de este jueves, indica que el camino cristiano significa hacer el bien también a quien no nos ama

Por Redacción

CIUDAD DEL VATICANO, 11 de septiembre de 2014 (Zenit.org) - Amar a los enemigos. El santo padre Francisco ha recordado esta mañana en la homilía de Santa Marta este mandato de Jesús. Así, el Papa ha subrayado que sólo con un corazón misericordioso podremos realmente seguir a Jesús. Porque la vida cristiana no es una vida autoreferencial, sino que es don hasta el final, sin egoísmo.

El papa Francisco ha indicado que Jesús nos pide que recemos por quien nos trata mal y ha destacado los verbos utilizados por el Señor: "Amad, hacer el bien, bendecir, rezar" y "no rechazar". Es darse a sí mismo, dar el corazón, precisamente a los que no nos quieren, que nos hacen mal, a los enemigos. Esta --ha especificado-- es la novedad del Evangelio. Del mismo modo, el Santo Padre ha señalado que Jesús nos muestra que no hay mérito en amar a quien nos ama, porque eso también lo hacen los pecadores. Los cristianos, sin embargo, estamos llamados a amar a nuestros enemigos. "Hacer el bien y prestar sin esperar nada a cambio, sin intereses y la recompensa será grande", ha recordado. A continuación, el Pontífice ha reconocido que "el Evangelio es una novedad. Una novedad difícil de llevar adelante. Pero significa ir detrás de Jesús".

Y podríamos decir: "'¡Pero, yo... yo no creo que sea capaz de hacerlo!' - 'Si no lo crees, es tu problema, pero el camino cristiano es este Este es el camino que Jesús nos enseña.  '¿Y qué debo esperar?' Ir sobre el camino de Jesús, que es la misericordia; ser misericordiosos como el Padre es misericordioso. Solamente con un corazón misericordioso podremos hacer todo aquello que el Señor nos aconseja. Hasta el final. La vida cristiana no es un vida autoreferencial; es una vida que sale de sí misma para darse a los otros. Es un don, es amor, y el amor no vuelve sobre sí mismo, no es egoísta: se da".

Francisco ha querido recordar también en la homilía que Jesús nos pide que seamos misericordiosos y no juzguemos. Muchas veces "parece que hemos sido nombrados jueces de los otros: chismorreando, hablando mal... juzgamos a todos", ha advertido. Y sin embargo el Señor nos dice: "No juzguéis y no seréis juzgados. Non condenéis y no seréis condenados". Del mismo modo que nos pide que perdonemos y así seremos perdonados. El Pontífice ha observado que "todos los días lo decimos en el Padre Nuestro: 'Perdona nuestras ofensas como también nosotros perdonamos'. Si yo no perdono, como puedo pedir al Padre: '¿Me perdonas?'".

De este modo, Francisco ha proseguido indicando: "Esta es la vida cristiana. 'Pero, padre,esto es una estupidez' - 'Sí'. Hemos escuchado, estos días, a San Pablo que decía lo mismo: 'La estupidez de la Cruz de Cristo', que no tiene nada que ver con la sabiduría del mundo. 'Pero, padre, ¿ser cristiano es convertirse en un estúpido, en un cierto sentido?' - 'Sí'. En un cierto sentido, sí. Es renunciar a esa astucia del mundo para hacer todo lo que Jesús nos dice que hagamos y que si hacemos las cuentas, si hacemos un balance parece que no sale a nuestro favor".

Por eso, el Papa ha aclarado que este es el camino de Jesús: "la magnanimidad, la generosidad, el darse a sí mismo sin medida". Y por esto, "Jesús ha venido al mundo, y así lo ha hecho Él: ha dado, ha perdonado, no ha hablado mal de nadie, no ha juzgado". Francisco ha reconocido que "ser cristiano no es fácil" y nosotros "podemos hacernos cristianos" solo "con la gracia de Dios" y no "con nuestras fuerzas".

Para concluir la homilía, el Obispo de Roma ha propuesto hacer una oración todos los días: "Señor, dame la gracia de volverme un buen cristiano, una buena cristiana, porque yo no puedo". Así, ha añadido que "una primera lectura de esto asusta, asusta. Pero si nosotros tomemos el Evangelio y hagamos una segunda, una tercera, una cuarta lectura del capítulo sexto de San Lucas. Hay que hacerlo; y pidamos al Señor la gracia de entender qué es ser cristiano, y también la gracia que Él nos haga, a nosotros, cristianos. Porque nosotros no podemos hacerlo solos".

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El Santo Padre recibe al presidente de Túnez
El diálogo, la libertad religiosa y el rechazo del extremismo y la violencia, han sido los temas afrontados durante la reunión

Por Redacción

CIUDAD DEL VATICANO, 11 de septiembre de 2014 (Zenit.org) - El Santo padre Francisco ha recibido esta mañana a Mohamed Moncef Marzouki, Presidente de la República de Túnez.

En el transcurso del coloquio, "desarrollados en una atmósfera de cordialidad", según explica la nota de la Oficina de Prensa del Vaticano han analizado algunos temas de interés común, entre ellos "la promoción de la paz, del diálogo interreligioso y de los derechos humanos, con una referencia particular a la defensa de la libertad de conciencia y de la libertad religiosa, así como al rechazo de cualquier forma de extremismo y de violencia".

Lo informó hoy la Oficina de Prensa del Vaticano, que precisó: "Se ha puesto de relieve el compromiso de la Iglesia Católica en el ámbito social, sanitario y educativo, al servicio de todos los ciudadanos tunecinos, sobre todo de los más pobres y necesitados".

Por último, se han examinado diversas cuestiones de carácter internacional y regional, en especial la situación en la cuenca del Mediterráneo. Tras el encuentro con el Papa, como es habitual, el mandatario se ha que reunido con el cardenal Pietro Parolin, Secretario de Estado, junto con el arzobispo Dominique Mamberti, Secretario para las Relaciones con los Estados.

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Santa Sede


El papa Francisco hablará en el Parlamento Europeo
Invitado a Estrasburgo el 25 de noviembre a una sesión solemne

Por Redacción

CIUDAD DEL VATICANO, 11 de septiembre de 2014 (Zenit.org) - El director de la Oficina de Prensa de la Santa Sede, el padre Federico Lombardi confirmó esta mañana en rueda de prensa, que el papa Francisco viajará al Parlamento Europeo el próximo 25 de noviembre, aceptando la invitación que había recibido. Y añadió  que dirigirá sus palabras durante una sesión solemne

“Confirmo lo comunicado esta mañana en Estrasburgo por el Presidente del Parlamento Europeo, Martin Schulz: el Papa Francisco ha aceptado la invitación de visitar el Parlamento Europeo y de dirigir un discurso a sus miembros con motivo de una sesión solemne” dijo el portavoz.

El padre Lombardi precisó que no se trata de una visita a Francia, sino de una visita al Parlamento Europeo que tiene sede en la localidad francesa de Estrasburgo.

La web del Parlamento Europeo, precisa que su presidente, Schulz, dio la noticia a la conferencia de presidentes y a los líderes de los grupos políticos. El presidente invitó personalmente al Santo Padre durante su visita oficial al Vaticano el 11 de octubre de 2013.

El portavoz añadió que el Papa podría visitar también al obispo de la localidad o a quien considerara conveniente, aunque el viaje es al Parlamento Europeo y que probablemente se desarrollará durante una misma jornada.

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Santa Sede - Vietnam: libertad religiosa y ayuda social
Quinta reunión de trabajo del grupo mixto. Ser buenos católicos siendo buenos ciudadanos

Por Redacción

CIUDAD DEL VATICANO, 11 de septiembre de 2014 (Zenit.org) - El Grupo Mixto de Trabajo entre la Santa Sede y Vietnam ha celebrado su quinto encuentro en Hanoi del 10 al 11 septiembre. La Santa Sede junto con la Iglesia católica en el país han reiterado su empeño en contribuir activamente al desarrollo de esa nación en los ámbitos en los que la Iglesia católica tiene sus puntos fuertes, como en salud, educación, caridad y obras humanitarias. Por su parte Hanoi ha indicado su empeño en respetarla libertad de religión y de credo de todos, y su apoyo a la Iglesia para que participe activamente en el desarrollo socio-económico nacional.

En un comunicado publicado esta mañana por la Oficina de Prensa de la Santa Sede, se indica que "la delegación de la Santa Sede ha agradecido el apoyo proporcionado a todos los niveles por la autoridades competentes a la Iglesia católica en Vietnam para llevar a cabo su misión". Además se "ha tomado nota de la evolución de las políticas religiosas del país como se refleja en la Constitución enmendada de 2013. El estado vietnamita ha facilitado las visitas de trabajo a esa nación del representante pontificio no residente en Vietnam, el arzobispo Leopoldo Girelli".

La reunión fue co-presidida por el viceministro de Relaciones Exteriores, Bui Thanh Son, jefe de la delegación de Viet Nam, y por el Secretario de la Santa Sede para las Relaciones con los Estados, monseñor Antoine Camilleri, jefe de la delegación de la Santa Sede.

Por su parte, la delegación de la Santa Sede ha confirmado que concede gran importancia al desarrollo de relaciones con Vietnam, en particular, y con Asia en general, como evidencian los últimos y los próximos viajes papales en el continente.

Del mismo modo la Santa Sede ha reafirmado su compromiso con el objetivo de establecer relaciones diplomáticas con Vietnam y, junto con la Iglesia católica en el país, quiere contribuir más activamente al desarrollo de esa nación en los ámbitos en los que la Iglesia católica tiene sus propios puntos fuertes, como por ejemplo, en la salud, la educación, la caridad y las obras humanitarias. La delegación vietnamita ha reiterado "la política coherente del Estado y del Partido en relación con el respeto de la libertad de religión y de credo de todos y su apoyo a la Iglesia católica en Vietnam para que participe activamente en el desarrollo socio-económico nacional'', explica el comunicado.

Y de este modo, ambas partes han puesto de relieve de nuevo los principios subyacentes de "vivir el Evangelio en el país" y "ser buenos católicos siendo buenos ciudadanos". El santo padre Francisco -ha subrayado la Delegación de la Santa Sede- ha seguido con interés la evolución reciente de las relaciones entre la Santa Sede y Vietnam, y ha animado a la comunidad católica en Vietnam para seguir contribuyendo al avance de los principales objetivos del país. Las dos partes han constatado con satisfacción "la evolución positiva de las relaciones entre la Santa Sede y Vietnam, como lo demuestra el aumento de los intercambios y los contactos a todos los niveles, desde las reuniones del Grupo de Trabajo Conjunto a las visitas de trabajo del representante pontificio no residente de la Santa Sede en Vietnam". Asimismo ambos estuvieron de acuerdo en continuar el diálogo y los contactos, creando al mismo tiempo condiciones favorables para la misión del representante pontificio ya que ayuda a la Iglesia católica en Vietnam a seguir el Magisterio papal".

La reunión se ha desarrollado en un clima "franco, sincero y de respeto mutuo". Además, han informado de que las dos partes acordaron celebrar la sexta reunión del Grupo Mixto de Trabajo en Vietnam y el período de la reunión se establecerá por vía diplomática'.

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Iglesia y Religión


"Padre, ¿qué opina de la Comunión a los divorciados vueltos a casar?"
Un sacerdote responde a las dudas y preguntas de algunos parroquianos sobre el tema de gran actualidad, a la luz del Magisterio de la Iglesia

Por Don Antonio Grappone

ROMA, 11 de septiembre de 2014 (Zenit.org) - ¿Los divorciados vueltos a casar no pueden recibir la Comunión porque son más pecadores que los otros?
No. El problema es la dimensión pública: el divorciado vuelto a casar vive públicamente en contradicción con el sacramento del matrimonio. Todos los sacramentos, y la Comunión en particular, manifiestan (haciendo pública) la pertenencia a Cristo y a la Iglesia; el divorciado vuelto a casar de hecho niega públicamente esta comunión, independientemente de las intenciones subjetivas que tenga, porque vive en contraste con el sacramento que él mismo ha celebrado libremente: esta contradicción depende exclusivamente de sus comportamiento y no de una intervención disciplinaria de la Iglesia. Conceder los sacramentos en estas condiciones implicaría una negación de la misión salvífica de la Iglesia, que es necesariamente pública. Esto, sin embargo, no excluye en absoluto a los divorciados vueltos a casar de todos lo actos que no conllevan un compromiso público en la comunidad cristiana, ni constituye un juicio sobre el estado de su alma.

Por tanto, ¿el sacerdote no puede absolver a un divorciado vuelto a casar que se confiesa?
Debe absolutamente absolverlo si el penitente está decidido a vivir con el nuevo "cónyuge" como hermano y hermana, ya no como marido y mujer, y esto también aunque si alguna vez haya una caída por debilidad, porque es la intención lo que cuenta. También es absuelto si manifiesta signos auténticos de arrepentimiento sobre el segundo matrimonio, aunque aún no se sienta capaz de tomar la decisión, porque se está abriendo a la gracia y por tanto debe ser apoyado. El rol del confesor es importante: por un lado debe valorar la consistencia del arrepentimiento, por el otro con su caridad y una palabra que ilumine puede llevar al pecador al arrepentimiento. Los confesores santos consiguen absolver casi siempre, no porque sean "laxistas", sino porque saben suscitar el dolor por los pecados.

Los divorciados vueltos a casar no pueden nunca recibir la Comunión?
Pueden recibirla si han recibido la absolución sacramental, como en los casos recordados antes, especialmente cuando hayan decidido vivir como hermano y hermana por amor a Cristo, lo que es deseable y plenamente realizable con la ayuda de la gracia. En este caso, lejos de ser raro o imposible, su misma relación se serena y se convierten en un ejemplo edificante para los hijos. Para evitar crear confusión en el pueblo de Dios es importante que frecuenten los sacramentos en comunidad donde su situación de divorciados vueltos a casar no es conocida.

¿El sacerdote puede negar la Comunión a quien se presenta públicamente a recibirla?
No. Se niega la Comunión solo en el caso de que haya una sentencia pública que excluye de la posibilidad de recibir los sacramentos (excomunión) y el sacerdote está seguro de que no ha sido cancelada, o cuando quien va a recibirla lo hace claramente para ridiculizar o como desafío a la comunidad cristiana. Dirigirse o no a la Eucaristía en realidad depende de la conciencia de cada uno: un divorciado vuelto a casar que no se ha arrepentido debería valorar por sí mismo lo inoportuno de dirigirse a los sacramentos. El sacerdote no debería sustituir la conciencia de los fieles: no sabe si hay un arrepentimiento serio (contrición) y por tanto debe absolutamente evitar herir públicamente una persona, dado que provocaría una daño espiritual mayor.

¿Qué puede hacer un sacerdote para impedir que un divorciado vuelto a casar no arrepentido reciba la Comunión?
Por el momento, nada. Si conoce la persona puede, de la forma oportuna, instruirlo sobre la disciplina de la Iglesia, que es un ejercicio de misericordia también cuando debe decir no.

¿Qué sentido tiene recibir la Comunión para un divorciado vuelto a casar no arrepentido?
No tiene sentido, y espiritualmente es nocivo. Recibimos los sacramentos para vivir como hijos de Dios, en la santidad, o por lo menos para encaminarnos en esa dirección; no se trata de un derecho subjetivo, ni sirve para confirmarnos en nuestras elecciones, como una especie de certificado de buena conducta ("¿qué hago mal?") y tampoco para satisfacer necesidades "místicas". Tal actitud devalúa los sacramentos, reduciendo la vida cristiana a la dimensión de las miserias humanas y nada más, y los sacramentos a una "consolación" solo psicológica que cubre las heridas sin curarlas: un pietismo ilusorio que termina por robar la esperanza en una vida nueva.

Entonces, ¿por qué se ha encendido el debate sobre la Comunión a los divorciados vueltos a casar?
Porque existen problemas verdaderos. La causa principal se reconoce en el hecho indiscutible de que estamos celebrando demasiado matrimonios nulos: "ceremonias" en la iglesia, no un verdadero sacramento, porque los esposos, que son los celebrantes, a menudo, en el actual contexto cultural, no han madurado la conciencia mínima de qué es el matrimonio. Benedicto XVI en el 2011 subrayó este problema, pero hasta ahora ha permanecido un argumento no escuchado. De este modo, se presenta la situación paradójica de quien estaba casado por la iglesia de forma solo aparente y después ha contraído matrimonio civil, pero esta vez con las intenciones justas, pero obviamente sin la forma canónica, por tanto quedando fuera de los sacramentos. El recurso a los tribunales eclesiásticas hoy es la única solución, pero no debería ser el camino normal, ¡el camino de la mayoría! De hecho, en este caso solo la ley eclesiástica impide recibir los sacramentos. La forma canónica es una obligación introducida por el Concilio de Trento para evitar los abusos de entonces, hoy, sin embargo, la ley termina por estar en contraste con la realidad. Por esto es urgente volver a pensar toda la cuestión.

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El califato islámico no tiene nada que ver con la religión musulmana
El cardenal Koch, en declaraciones a la televisión suiza, reitera que el terror en Siria e Irak no cuestiona el diálogo interreligioso, por el contrario debería promoverlo

Por Redacción

ROMA, 11 de septiembre de 2014 (Zenit.org) - “Las bases ideológicas de la milicia terrorista y del 'Estado Islámico', no tienen nada que ver con la religión musulmana'. Lo ha indicado el 2 de septiembre pasado, el cardenal Kurt Koch, presidente del Pontificio consejo para la unidad de los cristianos, en un programa de la televisión suiza, y añadió que se trata de una 'perversión grosera' de la religión.

Lo indica el boletín Bonne Nouvell, de los evangélicos del cantón de Vaud, que reporta las declaraciones del cardenal. Añadió que “el terror en Siria y en Irak, no cuestiona el diálogo interreligioso. Por el contrario debería promoverlo”. Indicó también que hoy en día el 80 por ciento de las personas perseguidas en el mundo son cristianos.

Señaló que existen persecuciones mayores que en los primeros siglos, e Irak en este sentido es una excepción porque no solamente son los cristianos los perseguidos pero todas las otras minorías religiosas, incluidos los mismos musulmanes.

El cardenal Koch indicó también que cuanto más se respeten los derechos humanos y en particular la libertad religiosa, más las personas de las diversas religiones aprenderán a vivir juntas. Por ello concluyó que la religión no debe ser puesta en el ámbito privado sino que tiene que ser un tema público.

Pocos días antes, el cardenal Koch, escribió en el diaro vaticano L'Osservatore Romano, refiriéndose al Califato, que no se entiende por qué algunas masacres san llamadas Shoah o holocausto y no se use el mismo término para otras, visto que el holocausto incluye a todas las categorías que el nazismo consideraba 'indeseables'.

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Mirada al mundo


El 11 de septiembre, Juan Pablo II, la Virgen María y un rey polaco
Tras el atentado a las torres gemelas, san Juan Pablo II restauró el 12 de septiembre, la fiesta del Santo Nombre de María, instituida como ex-voto después de la Victoria de Viena contra el asedio de los turcos

Por Anita Bourdin

ROMA, 11 de septiembre de 2014 (Zenit.org) - Para Juan Pablo II, 11 de septiembre no era sólo la fecha del atentado a las Torres Gemelas de Nueva York, porque le recordaba la intercesión de la Virgen María en la victoria que puso final al sitio de Viena por los turcos en el siglo XVII. Pero justamente después de 11 de septiembre 2001, vio la necesidad de restaurar la fiesta del Santo Nombre de María, que se había establecido como una ofrenda votiva por dicha victoria.

La Iglesia celebra el Santo Nombre de María el 12 de septiembre, cuando se celebró la misa de acción de gracias por la victoria polaca del 11 de septiembre 1683. La fiesta se registró en la Octava de la Natividad de la Virgen.

La fiesta del Santo Nombre de María había desaparecido del calendario en 1970, después del trabajo de rigor histórico que siguió al Concilio Vaticano II. Pero como era un acontecimiento histórico, fue restablecida en el 22 de marzo de 2002, por san Juan Pablo II.

Era un motivo espiritual, pero Karol Wojtyla también sabía las razones históricas: implican la historia de su patria, Polonia y Europa, como lo demuestran los frescos de la "capilla polaca" de la Iglesia de la "Santa Casa" en Loreto .

Más de un siglo después de la derrota de Lepanto (1571), en 1683, los turcos trataron de entrar en Europa occidental por tierra con Mohammed IV que había retomado el estandarte de Mahoma Kara Mustafá. El Gran Visir tenía un ejército entre 150 mil o 300 mil hombres y se comprometió a tomar Belgrado, Buda, Viena, a entrar en Italia y llegar a Roma "al altar de San Pedro".

En agosto de 1683, un capuchino italiano y gran místico, Marco d'Aviano --beatificados por Juan Pablo II-- fue nombrado Gran capellán de todos los ejércitos de Europa. La historia lo ve como el inventor del "cappuccino" o "café vienés", pero la gran historia sostiene que él sabía infundir coraje en Viena y se las arregló para convencer al rey de Polonia, Jan Sobieski, a que socorriera la capital con sus 40 mil hombres.

La capital estaba sitiada por los turcos desde el 14 de julio y su rendición era cuestión de horas. El equilibrio de poder no estaba a favor de las tropas europeas. Sin embargo, Viena fue confiada a la intercesión de la Virgen y su imagen de la Virgen fue puesta en todos los estandartes.

El 11 de septiembre de 1683, en el Kahlenberg que domina el norte de la ciudad, el beato Marco d'Aviano celebró la santa misa acolitada por el rey polaco ante el ejército en semi-círculo. El capuchino predijo una victoria sin precedentes. Y en lugar de terminar la celebración en las palabras litúrgicas, "Ite missa est", le gritó: «¡Ioannes vinces”» (Juan Vencerá)

Las tropas lideradas por Juan III Sobieski y Charles duque de Lorena atacaron a los otomanos al amanecer del 11 de septiembre. El sol brillaba sobre los dos ejércitos y del destino de la batalla dependía el futuro de Europa. Las campanas de la ciudad sonaban desde la mañana. Las mujeres y los niños oraban en las iglesias, implorando la ayuda de la Virgen María. Y al anocecer el estandarte del gran visir cayó en manos de Sobieski.

Al día siguiente, 12 de septiembre de Sobieski entró en la ciudad en júbilo y asistió a la misa y al Te Deum, en la iglesia de Nuestra Señora de Loreto. También el papa Inocencio XI atribuyó la victoria a la intercesión de la Virgen y como un ex-voto instituyó la fiesta en honor del Santo Nombre de María. Y el 25 de noviembre 1683, la fiesta se extendió a toda la Iglesia. San Pío X cambió la fecha al 12 de septiembre, el aniversario no de la victoria, pero su celebración.

Restaurar la fiesta era para Juan Pablo II recordó a los católicos que es necesario invocar a María frente a graves peligros internacionales como el terrorismo internacional

El día después del ataque a las torres gemelas, Juan Pablo II rezó en la audiencia general una oración por la paz, después de confiar el mundo a la Virgen María: "Pidamos al Señor que no prevalezca la espiral de odio y de violencia". dijo.

En el Ángelus del domingo siguiente, 16 de septiembre el Santo Padre dijo: "Que la Virgen María dé consuelo y esperanza a los que sufren a causa del trágico atentado terrorista de los últimos días, y que ha herido profundamente el querido pueblo estadounidense”. Y añadió: “María acoja a los difuntos, consuele a los sobrevivientes, y sostenga a las familias particularmente afectadas, y que nos ayude a todos a no ceder a la tentación del odio y la violencia, sino a comprometernos con el servicio de la justicia y la paz”.

La situación internacional lo llevó a convocar el 24 de enero de 2002 en Asís, una nueva reunión de las religiones en favor de la paz. Y en marzo de 2002 hizo llegar a los jefes de estado y de gobierno de todo el mundo, el "Decálogo de Asís por la Paz" que condena la violencia y el terrorismo. Y fue ese 22 de Marzo que el beato Juan Pablo II restauró el día de la fiesta del Santo Nombre de María.

(Traducido y adaptado por H. Sergio Mora) Leer en francés

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Rome Reports


Papa en Santa Marta: "Amad sin miedo a vuestros enemigos" (Vídeo)
En su homilía en Casa Santa Marta, el Papa Francisco dijo que para ser un buen cristiano hay que amar sin miedo a los enemigos

Por Redacción

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Francisco se reúne con el presidente de Túnez, Mohamed Moncef Marzouki (Vídeo)
Francisco recibió en el Palacio Apostólico al presidente de Túnez Mohamed Moncef Marzouki en medio del sonido de las cámaras

Por Redacción

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El Papa viajará a Estrasburgo y hablará ante el Parlamento Europeo (Vídeo)
El Vaticano ha confirmado que el Papa Francisco hablará ante el Parlamento Europeo de Estrasburgo el próximo 25 de noviembre

Por Redacción

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Espiritualidad


El regalo del perdón
XXIV Domingo Ordinario - El perdón es un acto creativo y sorprendente que pone fin a la repetitividad. El perdón rompe el cerco sofocante y produce lo insólito: mirar al otro nuevamente como hermano

Por Mons. Enrique Díaz Diaz

SAN CRISTóBAL DE LAS CASAS, 11 de septiembre de 2014 (Zenit.org) - Sirácide (Eclesiástico) 27, 33-28,9: “Perdona la ofensa a tu prójimo para obtener tú el perdón”
Salmo 102: “El Señor es compasivo y misericordioso”
Romanos 14, 7-9: “En la vida y en la muerte somos del Señor”
San Mateo 18, 21-35: “No te digo que perdones siete veces, sino hasta setenta veces siete”

Todos quedaron sorprendidos y no daban crédito a lo que veían: al lado de la carretera una turba enardecida, con palos, piedras, fierros y todo lo que pudiera convertirse en proyectiles, se abalanzó sobre un determinado número de casas, algunas de tablas y palma, otras de ladrillo y material, y comenzó a destruirlas con odio. Gritos, insultos, amenazas de quemar también a los inquilinos si no se salían… todo era furor, rencor, deseos de venganza… En un momento apareció el fuego y cada casita fue incendiada en medio de gritos de triunfo e improperios. Carreras, alaridos, nuevas casas quemadas, parecía el infierno. Después todo quedó en doloroso silencio y en una soledad hiriente. ¿Qué se necesita para llegar a tales extremos? Mucho después se apagaron las llamas, quedaron el humo, las cenizas y los restos de las casas, como mudos testigos. Lo que no se ha apagado es el rencor y el odio.

¿Por qué se meten en el corazón los deseos de venganza? ¿Qué hay más difícil que el perdón? Con cuánta razón el Eclesiástico afirma: “Cosas abominables son el rencor y la cólera; sin embargo el pecador se aferra a ellas”. Estamos contemplando escenas terribles de las guerras internacionales y de graves conflictos en nuestra patria. No hay ninguna justificación. En nuestro país se justifican diciendo que son venganzas entre mafias o cárteles; que las sangrientas carnicerías son respuesta a otros ataques que se han recibido. Se propone la pena de muerte y castigos ejemplares para quienes cometan secuestros y otros horrendos crímenes… y todo parece encaminado a más violencia para apagar la violencia. ¿Qué hemos sembrado que estamos cosechando tales situaciones de odio y de rencor? ¿Realmente la violencia se puede frenar con más violencia? ¿Bastará equipar con mejor armamento a las fuerzas de seguridad para detener esa espiral virulenta? ¿No hemos fallado en la educación y cimentación de los principios que deben inculcarse en el corazón de la niñez?

Jesús que conoce el interior del corazón nos descubre su enseñanza. Su insistencia en el perdón y la mutua comprensión no es propia de un idealista ingenuo, sino de un espíritu lúcido y realista. La pregunta de Pedro, que aparece generoso, se detiene todavía en la obligación: “¿cuántas veces ‘tengo’ que perdonar?”, como si estuviera haciendo un favor y llevara la cuenta de todas las ofensas. El perdón por el contrario es ocasión maravillosa para volver a unir, a vivir y a amar. El perdón es la posibilidad de cambiar las reglas del juego de una sociedad agresiva que se enzarza en un “toma y saca” sin fin con los dardos envenenados de la ofensa y del agravio. La propuesta de Jesús es romper la dinámica del odio y la venganza y abrir la posibilidad de que acontezca algo nuevo. El perdón es un acto creativo y sorprendente que pone fin a la repetitividad. Rompe el cerco sofocante y produce lo insólito: mirar al otro nuevamente como hermano. De lo contrario estamos perdidos porque “el dulce sabor de la venganza” se convierte en una hiel que va amargando y endureciendo el corazón.

El odio es un cáncer que se instala en el corazón. Muchísimas personas vienen cargando a cuestas un pesado fardo de rencores y resentimientos que las limitan y condicionan. Por desgracia muchas veces es contra personas cercanas, familiares o amigos, que por algún error han herido su corazón. Pasan años y no logran sacar estos sentimientos que entorpecen las relaciones personales. Quien deja crecer el odio en su corazón se castiga a sí mismo. Es como la manzana que se pudre para que el otro no la pueda tragar. ¡Claro que no la tragan!, pero ha quedado podrida y no tiene remedio. Quien se niega a conceder el perdón se hace daño a sí mismo aunque no lo quiera. El odio es una especie de cáncer secreto que corroe a la persona y le quita energías para rehacer de nuevo su vida. No he encontrado situación más difícil que restaurar a quien está roto por dentro a causa del odio y el resentimiento. No es capaz de entender que el perdón es el único modo de encontrar la verdadera salida. Cuando la persona logra liberarse de la sed de venganza puede reconciliarse consigo misma, recuperar la paz y empezar la vida de nuevo.

El perdón otorgado y recibido es una gracia y una bendición. Jesús nos da una enseñanza magnífica pues en su parábola parte primero del perdón recibido, para después ofrecer el perdón. Sólo quien ha experimentado el gozo de saberse perdonado puede con alegría, aunque cueste también dolor y lágrimas, otorgar el regalo del perdón. Quien no se haya sentido comprendido por Dios y perdonado por Dios, será incapaz de comprender y perdonar al hermano. Pedro, que negó a su maestro, al encontrar el perdón es capaz de comprender y perdonar a sus verdugos. Judas, que no se abrió al perdón, cae en la desesperación y en el suicidio. El perdón encierra la bella dinámica de vencer al mal con el bien y es un gesto que cambia de raíz las relaciones entre las personas y obliga a plantearse la convivencia futura de una manera nueva. A todos se nos ofrece un tiempo de gracia para iniciar el trabajo de la misericordia, de sanar los corazones y de la reconciliación. ¿Cuántas veces tengo que perdonar?

Descubramos la ternura de Dios y démosle gracias porque nos perdona, nos hace libres, salvados y amados. Supliquemos que nos ayude a romper las barreras de odios y rencores que construimos para protegernos pero que acaban ahogándonos y sofocando nuestro espíritu. Aprendamos de Jesús, busquemos seguir sus huellas. ¿Cómo mira Jesús a esta persona a quien yo no quiero perdonar?

Míranos, Señor, con ojos de misericordia y haz que experimentemos vivamente tu amor, para que podamos amar y perdonar a nuestros hermanos. Amén.

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Beata María Luisa Angélica Prosperi - 12 de septiembre
«Mística benedictina, agraciada con experiencias sobrenaturales, padeció la incomprensión de uno de sus directores espirituales. Fue una gran abadesa que rigió santamente a la comunidad hasta el fin de sus días»

Por Isabel Orellana Vilches

MADRID, 11 de septiembre de 2014 (Zenit.org) - Hoy festividad del Santísimo Nombre de María, entre otros santos y beatos, se celebra la vida de Gertrude Prosperi. El 10 de noviembre de 2012 era elevada a los altares en la catedral de Spoleto. Desde 1232, ocasión en que la ciudad se vistió de gala para la canonización de san Antonio de Padua, no tenía lugar allí una ceremonia de tal solemnidad. El insondable amor a Dios y al prójimo compartido por el venerado capuchino y esta benedictina, junto a todos los que integran la vida santa tiene en cada caso su matiz, aunque existen siempre confluencias porque el itinerario espiritual está amasado de ofrenda y oración rodeando una cruz que invita a sumergirse en los brazos del Padre.

Gertrude era una italiana que vino al mundo en una familia de procedencia aristocrática, aunque económicamente no se hallara en su mejor momento. Vio la luz por vez primera enFogliano, el 19 de agosto de 1799. Cuando a sus 20 años ingresó en el monasterio benedictino de Santa Lucía en Trevi estaba más que vinculada a la fe que le transmitieron sus padres. No llegó a cumplir ni tres décadas en él porque su destino, el que se labró con su heroica entrega en la vida religiosa, era el cielo. Su existencia culminó cuando tenía 47 años.

Casi desde que inició su andadura como consagrada, su trayectoria espiritual fue un compendio de experiencias místicas en medio de las cuales no faltaron las insidias del diablo. A ello se unió el juicio precipitado y erróneo de un director espiritual. Paralelamente gobernó con rigor y sabiduría la comunidad. Al incoarse el proceso de beatificación estuvieron presentes los pilares en los que sustentó su heroica vida. No fueron otros que la adoración del Santísimo Sacramento, la contemplación de Cristo crucificado, que le infundía plena confianza en su infinita misericordia y la certeza de que si seguía sus pasos obtendría la gracia de estar junto la Santísima Trinidad eternamente, así como con María, José y los bienaventurados.

El desenvolvimiento de este camino emprendido con plena conciencia, libertad y la voluntad de no volver la vista atrás fue sencillamente el propio de una persona consagrada que es fiel a Cristo en las pequeñas cosas de cada día. Ella desempeñó las misiones de enfermera, sacristana, camarlenga en cuatro ocasiones, y fue también instructora de huéspedes. No hay que dudar de su empeño para ejercitarlas con eficacia y hacerlo impregnándolas de caridad porque de otro modo no habría sido tan estimada por sus hermanas y por personas ajenas al monasterio, como fue el caso. Porque Gertrude era una mujer de intensa oración y animaba a todas a vivir con ese espíritu evangélico indicado por Cristo. Era sencilla, humilde y caritativa, prudente y cabal observante de la regla benedictina; amaba la pobreza y detestaba las alabanzas dirigidas a ella. Siempre elegía para sí lo que no era valorado por las demás. Gran asceta, con el fin de doblegar su cuerpo, había adoptado mortificaciones y severas disciplinas que eran usuales en la época. Nadie pudo sospechar inicialmente que convivían con una religiosa agraciada con tantos favores celestiales, ni el tormentoso acecho del diablo que padecía. Fue consciente de que los episodios que le acontecían de haber salido a la luz hubieran perturbado el ritmo de la comunidad.

En octubre de 1837 fue designada abadesa, misión encarnada con celo y fidelidad a las constituciones logrando en poco tiempo que las dificultades comunitarias diesen paso a una vital y fecunda convivencia entre todas, unidas por el amor y cumplimiento de la regla que habían heredado. Fue por esta época cuando uno de sus cuatro directores espirituales, Mons. Ignazio Giovanni Cadolini, arzobispo de Spoleto, le indicó que pusiese por escrito sus experiencias místicas. En una de las visiones que tuvo, Cristo advirtió a Gertrude de la procedencia de sus sufrimientos. El Redentor portaba la cruz cuando le dijo: «así es como te quiero, serás la vergüenza de todos. Te verás oprimida, y a pesar de ser acosada por los demonios, sufrirás por causa de los confesores. Desearán ayudarte, pero no podrán…». Pues bien, Mons. Cadolini durante cinco años juzgó que las visiones eran fruto de su orgullo, instigadas por el diablo. Le fue impuesta una pena y sufrió la incomprensión de la comunidad. Pero ella seguía viviendo cautiva de ese amor al Sacratísimo Corazón de Jesús. Y en los celestiales coloquios recibía grandes consuelos: «Aquí hija está tu hogar, aquí descansarás, pide lo que quieras, pon aquí todo corazón que yo lo aceptaré, los de los justos por amarme, los de los pecadores para convertirlos, los de los incrédulos para que puedan regresar a mi Iglesia». Entretanto, el demonio atentaba contra ella golpeándola con saña además de infligirle otros atentados varios.

En un momento dado, Mons. Cadolini quiso trasladarla a Ferrara, de cuya sede ya era cardenal, para que se integrase en una fundación que él quería poner en marcha. La salida del monasterio era costosa, pero la beata antepuso la obediencia, respondiendo: «Yo nada decido, sólo quiero lo que quiere Dios». Y se ve que Él quiso que permaneciera en Spoleto. Lo que sí culminó fue su relación con el prelado. El jesuita P. Paterniani, confesor y biógrafo suyo, ha narrado la extraordinaria vida de esta mujer que, aún enferma desde 1847, hallándose en su lecho dirigía a la comunidad y tenía bríos para alentarla en la observancia rigurosa del carisma que la congregaba. En la Semana Santa de ese año vivió la Pasión de Cristo como manifestó la novicia Pellegrini: «alrededor de la cabeza tiene como señales en forma de corona de espinas, cerca del corazón tiene una herida abierta y llena de sangre viva, apareció una señal sonrojada en el medio de las manos...». Tras una ligera mejoría, al llegar la Pascua Gertrude empeoró de nuevo aunque siguió rigiendo el monasterio hasta que falleció el 12 de septiembre de 1847.

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