Diócesis
Pintadas blasfemas, velas y cruces rotas en San Martín de Trevejo

"El vandalismo en el cementerio ha servido para que nos demos cuenta de lo que los chicos ven en Internet"

La semana pasada se celebró un funeral como acto de desagravio. La población de esta localidad de la diócesis de Coria Cáceres está consternada. Un grupo de menores, en una noche de borrachera, hicieron pintadas en la ermita del cementerio, colocaron velas como sí se tratase de un rito satánico y rompieron varias cruces de las tumbas. Las familias fueron inmediatamente a hablar con el párroco y los tres jóvenes están arrepentidos. Para el sacerdote que atiende la parroquia, el problema está en lo que los chicos ven en internet y la televisión.


 

No hubo ritos satánicos ni magia negra, como se llegó a publicar en algún medio. Lo que se vivió en San Martín de Trevejo, un pequeño pueblo de la diócesis de Coria-Cáceres, no fue más que una gamberrada que se le fue de las manos a dos chicas de 14 y 15 años y un chico de 17. Con bastantes copas de más y algún que otro porro, se les ocurrió liarla en el cementerio del pueblo, donde nadie pudiera verles. Estamparon una blasfemia en uno de los muros de la ermita y un "viva Satán" en el otro. Pusieron unas velas y rompieron algunas cruces. A la mañana siguiente, el pueblo estaba consternado.

Pero el párroco de la localidad, José Luis Borrezo, tranquilizó enseguida a la población. A las pocas horas, las fuerzas de seguridad ya habían localizado a los tres chiquillos que lloraban por su nefasta actuación. Y los padres fueron a pedir disculpas a don José Luis. El pueblo ha querido hacer un acto de desagravio por lo ocurrido y se celebró un funeral la semana pasada. 

Para el párroco, que sabe que los tres chicos "están arrepentidos", una de ellas incluso le estaba escribiendo una carta, lo grave es que la gente joven tiene acceso a determinados contenidos a través de Internet a los que no debería acceder. En efecto, no ha habido rito satánico alguno en San Martín de Trevejo, pero sí han intentado imitar comportamientos que ven en las películas y en las series de televisión. 

La pequeña localidad ya está recuperando la calma. Los padres, naturales del pueblo o con familia en el pueblo, se condolían por el daño moral que habían ocasionado sus hijos y se ofrecieron a pagar los daños materiales ocasionados. Por su parte, el párroco se pone al servicio de todos, en particularde los hcios: "estoy dispuesto a ayudarles si lo piden".