28.09.14

Biblia

“28 ‘Pero ¿qué os parece? Un hombre tenía dos hijos. Llegándose al primero, le dijo: ’Hijo, vete hoy a trabajar en la viña.’ 29 Y él respondió: ‘No quiero’, pero después se arrepintió y fue.30 Llegándose al segundo, le dijo lo mismo. Y él respondió: ‘Voy, Señor’, y no fue. 31 ¿Cuál de los dos hizo la voluntad del padre?’ – ‘El primero’ - le dicen. Díceles Jesús: ‘En verdad os digo que los publicanos y las rameras llegan antes que vosotros al Reino de Dios.32 Porque vino Juan a vosotros por camino de justicia, y no creísteis en él, mientras que los publicanos y las rameras creyeron en él. Y vosotros, ni viéndolo, os arrepentisteis después, para creer en él.’”
 

COMENTARIO

Cumplir la voluntad de Dios que conoce nuestro corazón

Cuando Jesús hace sabedores a los que le escuchan de algo que quiere que aprendan lo hace de forma que sea, en efecto, fácil aprender. No dice cosas enrevesadas y que puedan ser difíciles de entender sino que enseña como el Maestro que lo hacía bien y no como otros de su tiempo (a tenor de lo dicho por aquellos que le escuchaban)

Aquello de los dos hijos tenía su miga. Los dos le habían mentido a su padre pero sólo uno de ellos hace lo que su padre le había dicho que hiciera. No es que Jesús quisiera decir que estaba bien mentir si el fin era bueno pero, había que reconocer que aquel caso era muy especial.

En realidad, sólo el primero actúa bien. No es que estuviera bien que mintiera pero, al menos, se arrepiente de lo que hace. Seguramente sabía que debía hacer lo que su padre le había dicho que hiciera y que no podía hacerle aquel feo. Aunque no podemos dejar de reconocer que su progenitor debió preocuparse cuando vio que aquel que era su hijo le manifestaba que no quería ir a trabajar a la viña familiar.

Al contrario, el segundo queda muy bien con su padre. Se alejaría éste muy contento porque, al menos uno de sus dos hijos le había hecho caso.

El corazón de aquel padre se veía contrariado en un caso y gozoso en el otro, en el segundo. Sin embargo, cuando debió conocer lo que al final había pasado no dejaría de pensar que, muchas veces, las apariencias engañan. Y a él le habían engañado mucho.

Aquellos dos habían mentido y se manifestaban, de tal forma, como pecadores. Por eso, como ejemplo de lo que había llegado a ser muchos del pueblo que Dios había elegido se encontrarían con la sorpresa de que aquellos que sí se sabían pecadores llegarían antes al Cielo, destino anhelado y definitivo del alma humana.

Esto podría parecer extraño. De hecho, seguro que les resultó muy raro a los que le escuchaban. ¿Sería posible que publicanos y prostitutas tuvieran mejor resultado vital que ellos?

El caso es que Jesús bien que les aclara las cosas: unos y otras habían creído en Juan el Bautista mientras que el resto no sólo lo habían despreciado sino que, por su actitud hacia el primo de Jesús, le habían procurado la cárcel y, luego, la muerte por decapitación.

Lo que Jesús les quería decir era que la voluntad de Dios debía ser cumplida. Lo debía ser, primero, porque era la del Creador y, en segundo lugar, porque el Todopoderoso, lo conoce todo y el corazón de cada cual lo tiene en su mano. Por eso juzga a cada cual de la forma que merece.

PRECES

Por todos aquellos que no aceptan la voluntad de Dios.

Roguemos al Señor.

Por todos aquellos que se creen a salvo del conocimiento de Dios sobre sus corazones.

Roguemos al Señor.

ORACIÓN

Padre Dios; ayúdanos a tenerte siempre presente en nuestra vida.

Gracias, Señor, por poder transmitir esto.

El texto bíblico ha sido tomado de la Biblia de Jerusalén.

Eleuterio Fernández Guzmán