Ayer, el director nacional de las Obras Misionales Pontificias (OMP), Anastasio Gil García, se refería en la entrevista para la Agencia SIC a la importancia que en la evangelización  tiene la  formación de aquellos que se han incorporado a la Iglesia por el Bautismo. En esta segunda parte de la entrevista a Anastasio Gil le preguntamos por la campaña que todos los años se despliega durante el mes de octubre para celebrar la Jornada del DOMUND, en esta ocasión el 19 de octubre con el lema “Renace la alegría”, la reflexión recogida en el Mensaje del Papa Francisco y la concienciación de los fieles en su católica vocación misionera.

Desde el ámbito eclesial, la Jornada del DOMUND se celebra todos los años y las misiones y sus necesidades están presentes en las celebraciones eucarísticas, ¿Qué nuevas oportunidades presenta este año la campaña con el lema “Renace la alegría”?

Este año celebramos la 88 edición de la Jornada Mundial de las Misiones, que nació en 1926. Poco después se institucionalizó en España de la mano del primer Director Nacional, D. Ángel Sagarmínaga. Desde entonces, Obras Misionales Pontificias ha ofrecido a las diócesis la oportunidad de vivir esta Jornada en comunión con la Iglesia universal. Desde el año 1941 se ha servido de los carteles y lemas, en sintonía con la pastoral que ese año la Iglesia española trataba de fortalecer. La exposición “El DOMUND, al descubierto” presenta todos los carteles del DOMUND desde el año 1941. Al mismo tiempo, se sirve de los Mensajes del Papa que, desde el año 1963, por iniciativa de Pablo VI, son entregados a la Iglesia. Del Mensaje que Francisco nos ha entregado para el DOMUND 2014 hemos tomado el lema “Renace la alegría” evocando la expresión inicial de la Exhortación Evangelii Gaudium “Con Jesucristo nace y renace la alegría”. Tal vez uno de los principales testimonios que recibimos de los misioneros es su alegría al anunciar el Evangelio.

Francisco habla de la alegría de ser misionero en un mundo donde abundan los conflictos y las injusticias. En la evangelización, ¿la alegría afronta la dificultad y ayuda a relacionarse con los demás?

El Papa Francisco, en el Mensaje, nos habla de las limitaciones y dificultades que pueden ahogar hoy la labor evangelizadora. Habla de pesimismos y desalientos ante la aparente infecundidad de la evangelización, habla del individualismo y del egoísmo que está implantando la cultura de la indiferencia. Pero a la vez nos dice que ante estas dificultades no nos han de detener nuestras debilidades, nuestros pecados y tantos impedimentos que aparecen en la vida, porque la experiencia del encuentro con el Señor nos empuja y nos da la alegría de anunciarlo a todas las gentes.

Francisco siempre anima a los pastores a oler a oveja y a que dirijan su apostolado a las periferias, ¿esa inquietud se transmite en su Mensaje?

El pasado mes de Julio se celebró en Burgos la 67 Semana de Misionología, con el lema “Saliendo a las periferias, desde la Evangelii Gaudium”. Desde distintas perspectivas tuvimos la oportunidad de asomarnos a esos nuevos ámbitos de la misión, que no solamente son los geográficos sino los culturales y sociales, como señaló Juan Pablo II en Redemptoris Missio. Sin duda alguna los misioneros son quienes viven con mayor heroísmo la identificación con el pueblo al que sirven. Ellos, cuando llegan a un territorio, saben que llegan para quedarse, para identificarse con la gente a la que sirven, de forma que lo primero que hacen es callar, observar y aprender. Aprenden su cultura, aprenden su lengua, y con esta cercanía, van descubriendo que el corazón se ensancha hasta el punto de la identificación con su gente. Este modo de proceder es el específico y propio de la actividad misionera, que suscita en el otro el interés por el Evangelio. Todo esto es lo que el Papa Francisco nos transmite en su Mensaje cuando habla de una Iglesia “en salida”.

El Papa emplea la expresión “discípulo misionero”, ¿se puede ser Iglesia y fiel católico sin ser misioneros allá donde se encuentren?

La expresión “discípulo misionero” tiene fundamentalmente su origen en Aparecida, y como principal protagonista al Papa Benedicto XVI. Originariamente se decía “discípulos y misioneros”. Por voluntad de Benedicto XVI se quitó la copulativa para expresar de una manera más clara la esencia misma de la actividad misionera de la Iglesia. El discípulo misionero es portador del Evangelio como expresión de su encuentro personal con Jesucristo, de donde brota la fraternidad y la universalidad como manifestación paradigmática del ejercicio de la caridad, como recuerda el Papa Francisco en el Mensaje de la Jornada de la Paz. De esta forma, el discípulo misionero no solamente subviene ante la urgencia y las necesidades materiales colaborando –y de qué manera!- en proyectos de promoción y desarrollo, sino que acompaña a los hombres y mujeres con los que comparte su propia existencia. Esto es lo que distingue a un misionero de cualquier tipo de opción solidaria como la que realizan los cooperantes.

La Jornada del DOMUND es una llamada universal de la Iglesia a evangelizar, ¿también se celebra en territorios de misión?

La Jornada Mundial de las Misiones, conocida en el lenguaje hispanoparlante como DOMUND, se celebra el penúltimo domingo del mes de octubre en todos los países donde la Iglesia católica está presente. Como botón de muestra de esta universalidad, podemos decir que todos y cada uno de estos países colaborar económicamente con la Iglesia misionera. No importa tanto la cantidad como la disponibilidad de compartir. Es más, también en estos territorios de misión se promueven y se suscitan vocaciones a la misión. Primero, al servicio de la comunidad y más tarde al servicio de la misión universal. Estas vocaciones son el signo claro de la madurez de una comunidad eclesial, más allá de las propias fronteras o limitaciones geográficas.

En las catequesis se enseñan los diez mandamientos de la Ley de Dios. Pero a los fieles se nos olvida con frecuencia el quinto mandamiento de la Iglesia de ayudar a sus necesidades, ¿con el DOMUND se hace una excepción?

El DOMUND es una nueva oportunidad para llegar al corazón de los fieles y hacerles caer en la cuenta de que todo lo que tienen lo han recibido gratuitamente, y como correspondencia, deben compartirlo con los demás. El ejemplo de la viuda del Evangelio es elocuente, porque Jesús alaba no la cantidad de aquella mujer sino la generosidad en la donación de lo que tiene. Las aportaciones económicas que se reciben en Obras Misionales Pontificias, como expresión de esta solidaridad, proceden de los más pobres. No suelen recibirse grandes donativos provenientes de grandes fortunas. Éstas, cuando las hay, suelen ir a financiar proyectos de promoción y desarrollo social. Los donativos que recibimos proceden, ordinariamente, de la gente sencilla y pobre, que dan de lo que tienen e incluso de lo que necesitan. Es la suma de muchos pocos la que hace posible que en concreto España sea el segundo país del mundo que más contribuye económicamente con la obra de la evangelización. El DOMUND es una oportunidad más para vivir la necesidad de compartir la limosna evangélica de la que nos hablan los Hechos de los Apóstoles.

La aportación de los fieles a las diócesis para las misiones es una muestra de la generosidad de los católicos y hasta de no creyentes, ¿su destino último se designa desde la Santa Sede?

Obras Misionales Pontificias informa puntualmente de las aportaciones de los fieles a través de las diócesis. Es en las Direcciones diocesanas de las Obras Misionales Pontificias donde se recogen los donativos de los fieles. Todo lo que recibimos tratamos de gestionarlo lo mejor posible, deducir de ello los gastos imprescindibles para la animación y administración y enviarlo de manera inmediata a los países que nos indica la Secretaría General de la Obra de la Propagación de la Fe, después de que estas solicitudes de ayuda hayan sido aprobadas en la Asamblea General de las Obras Misionales Pontificias, que se celebra cada año en Roma, en el mes de mayo. A partir de junio, la Dirección Nacional recibe las indicaciones precisas para el envío de los donativos de los fieles a sus legítimos destinatarios, a través de las Nunciaturas Apostólicas, con la certeza de que llegan en su integridad.

Para las misiones, ¿es tan necesaria la oración como las aportaciones económicas y materiales?

Es significativo que la celebración del DOMUND tenga lugar en el contexto del Octubre misionero. Este mes comienza, el día 1, con la fiesta de santa Teresa del Niño Jesús, patrona de las misiones. Es sabido que esta Santa nunca partió a los territorios de misión, sino que desde el silencio y la oración de un monasterio de clausura rezó e hizo rezar por las misiones. Su oración y su sacrificio era una respuesta adecuada al grito de “Ayúdanos” que el macedonio hace resonar en los oídos de Pablo y que continúa resonando en el corazón de tantos fieles que, desde la oración, la ofrenda del trabajo y del sacrificio, tratan de vivir la oración de intercesión por la actividad misionera.

En estos momentos, ¿dónde se localizan los misioneros que requieren especialmente de nuestra atención y ayuda?

Los 13.000 misioneros españoles están repartidos en los cinco continentes. Por razones culturales y de lengua, la mayor parte de ellos (70%) están en América Latina, y allí donde hay un misionero, hay una necesidad. Sin embargo, hay continentes y países que necesitan una especial ayuda, sobre todo aquellos lugares donde las comunidades cristianas han nacido y están comenzando su primera singladura. Hay muchos países donde la predicación del Evangelio y la incorporación de los bautizados a la Iglesia son muy recientes. Por eso se les llama Iglesias jóvenes. Sin duda, estas Iglesias jóvenes son las primeras y más necesitadas de nuestra ayuda para que crezcan, maduren y se desarrollen. Estas circunstancias se dan especialmente en África y Asia, donde el dinamismo eclesial de estas comunidades es muy grande.

¿Continúa siendo principalmente la ilusión misionera de los más pequeños y la inquietud de los jóvenes semilla de vocaciones?

Uno de los principales objetivos que tiene Obras Misionales Pontificias es colaborar con el proyecto de iniciación cristiana que se está llevando a cabo en las diócesis españolas, fundamentalmente con niños y jóvenes. Esta colaboración consiste en hacer presente la dimensión misionera, no como una tarea más o una actividad de colaboración, sino como una dimensión que ilumine su recorrido formativo. Por esta razón, la prioridad de la Dirección Nacional de las Obras Misionales Pontificias no es tanto la colaboración económica cuanto la presencia de la dimensión de la Iglesia en todos y cada uno de los procesos de iniciación cristiana. Y como fruto de ello, es el nacimiento de grupos misioneros de niños y jóvenes, en parroquias y en colegios. Para atender esta prioridad existe, el cuarto domingo de enero, la Jornada Nacional de Infancia Misionera, y en el mes de marzo el Encuentro Misionero de Jóvenes, en el que se recogen las experiencias de formación misionera de los jóvenes y se asumen nuevos compromisos, en comunión con la pastoral juvenil diocesana.

El próximo 19 de octubre tendrá lugar la celebración de la ceremonia de beatificación de Pablo VI, ¿se trata de una casualidad?

Ignoro por qué la Santa Sede ha decidido que el 19 de octubre sea beatificado Pablo VI, pero sí, lo consideramos en Obras Misionales Pontificias como una providencia divina. Con Pablo VI se inició esa fecunda costumbre de los mensajes anuales del Papa con motivo de la Jornada de las Misiones, y de Pablo VI hemos recibido documentos misioneros tan importantes como la Carta Apostólica Graves et increscentes y la Exhortación Apostólica Evangelii Nuntiandi. La Editorial BAC ha publicado en estas mismas fechas el volumen “Llamados a la misión”, en el que se incluyen los mensajes del DOMUND de Pablo VI, Juan Pablo II, Benedicto XVI y Francisco. La lectura de los mensajes de Pablo VI es un magnífico acercamiento a la Teología de la misión. Con la publicación de este volumen completamos una trilogía misionera editada por la BAC: la Iglesia misionera (los 23 documentos pontificios sobre la misión ad gentes); La Iglesia en el mundo (cinco exhortaciones potsinodales de los cinco continentes); y Llamados a la misión  (mensaje de los Papa con motivo del DOMUND y documentos misioneros del Episcopado español).

(Agencia SIC)