3.10.14

Predijo la fecha de su detención, y se dice que las balas le rebotaban


Entre los asesinados el sábado 3 de octubre de 1936, tres han sido beatificados: un laico en Úbeda (Jaén), un sacerdote terciario capuchino -Crescencio García Pobo- en Aravaca (Madrid) y un carmelita -el hermano Eufrasio María- en Barcelona.

Predijo su detención, el interrogatorio y su entereza

José María Poyatos Ruiz, de 22 años y jienense de Vilches, era el decimotercero de los quince hijos de un matrimonio cuyo cabeza era contratista de obras públicas y miembro de Acción Católica y de la Adoración Nocturna, y tenía una tienda de comestibles en Rus (Jaén), mientras sus hijos José María y María del Castillo trabajaban en una fábrica de aceite de orujo en Úbeda. Hablando con esta hermana, José María le predijo que «el día de Santa Teresita y San Francisco jamás se te olvidarán. Vendrán por mí, porque yo, desde luego, no voy a buscarme la muerte, y me llevarán al sitio que tenga que ir para declarar; mas allí, por mucho que me pregunten nada diré contra nadie, ni contra nada; puedes estar tranquila. Entonces me atarán y me conducirán al lugar destinado». Efectivamente, según el relato publicado en Iglesia en Jaén el 25 de febrero de 1996, «fue buscado y apresado, llevado a declarar, le ataron las manos al pecho, lo llevaron al cementerio y allí, junto a la cruz de la puerta, le invitaron a volverse de espaldas. Él con gran valentía quiso morir de frente… hubo disparos que no llegaban o no atravesaban el pecho o rebotaban; vivas a Cristo Rey; enfurecimiento de los verdugos… finalmente un tiro en la nuca y José María cayó» (ver biografía amplia).

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