En el corazón del Papa Francisco están los trabajos sinodales dedicados a la familia, la unidad y felicidad de las familias del mundo, con especial atención y cercanía a las que más sufren y la Jornada europea para la donación de órganos, – especial testimonio de amor – con el anhelo de que se eviten abusos, tráficos y compraventas.

En sus saludos a los numerosos peregrinos de tantas partes del mundo, que acudieron a la Plaza de San Pedro para la audiencia general, este miércoles día 8 de octubre, el Papa Francisco invitó una vez más a rezar por el Sínodo y las familias:

«Los invito a rezar por los trabajos del Sínodo que empezó el domingo pasado. Es un momento importante para la vida de la Iglesia, así como sostén a nuestras familias a menudo heridas y probadas de tantas formas».

«A la Madre de Dios, Reina del Rosario encomendemos todos juntos a todas las familias del mundo, rogando el don del amor que es más grande que toda dificultad y debilidad, para que se mantengan unidas y felices. Recemos por el Sínodo de los Obispos, para que la reflexión sobre la familia ilumine y sostenga el camino de toda ‘Iglesia doméstica’».

Dirigiendo unas palabras de cordial bienvenida, el Obispo de Roma saludó también al grupo de la Asociación Nacional italiana de las Universidades de la tercera edad; a la de las víctimas civiles de guerra y a los promotores de la Jornada Europea para las donaciones de órganos. A ellos en particular, les expresó su anhelo: «que con esta forma especial de testimonio de amor al prójimo se salvaguarde la certeza de la muerte del donador y se eviten abusos, tráficos y compraventa de órganos».

Y en sus saludos a los jóvenes, a los enfermos y a los recién casados hizo hincapié en que el mes de octubre está dedicado al rezo del Rosario. A los queridos jóvenes los alentó a invocar siempre la intercesión de la Virgen María, para que los ilumine en toda necesidad. A los queridos enfermos les deseó que el rezo mariano esté presente cada día en su vida. Y a los queridos recién casados que fortalezcan con la oración su vínculo conyugal.

(CdM – RV)