ZENIT

El mundo visto desde Roma

Servicio diario - 08 de octubre de 2014

La frase del día miércoles 8

"Dios no manda cosas imposibles y te enseña a que hagas cuanto puedas, y que pidas lo que no puedas". San Agustín

 


Primera Plana

Sínodo de la familia, 3º día. Ser antorchas que transmiten el fuego de la fe
Siguen las exposiciones de temas diversos. Desde los matrimonios mixtos en África, al fuerte aumento de los hijos nacidos afuera del matrimonio en América Latina

El matrimonio cristiano no se puede volver light
El rector de la UCA precisa que en el Sínodo se entiende también el realismo comprensivo que debe acompañar el sufrimiento de los otros, sin forzar respuestas

Sínodo: la voz de los esposos
Ya han intervenido en las Congregaciones algunos matrimonios de los que participan en el Sí­nodo y han hablado de intimidad sexual, evangelización en pareja y acogida de hijos

El papa Francisco

El Papa hoy cumplió 70 años de su primera comunión
Lo compartió con los miles de fieles presentes en la plaza de San Pedro, durante la Audiencia General

Francisco invita a dos niños a acompañarle en el papamóvil
En la audiencia de este miércoles, el Santo Padre ha reflexionado sobre la unidad de los cristianos invitando a centrarnos en lo que nos une

Texto completo de la audiencia general del miércoles 8 de octubre
El Santo Padre habla de las distintas confesiones y tradiciones de la Iglesia y cómo estas diferencias no pueden detenernos en el caminar juntos hacia la unidad deseada por Jesús

Mirada al mundo

España: El Papa nombra nuevo arzobispo de Mérida-Badajoz
El sacerdote español hasta ahora secretario de la Congregación para el Clero, monseñor Celso Morga, regresa a España, después de 27 años en Roma

Rome Reports

Francisco invita a dos niños a pasear en el papamóvil durante la Audiencia General (Vídeo)
"¿Queréis dar una vuelta?", les preguntó el Papa

Los 5 puntos clave que el Sínodo ya ha tratado (Vídeo)
El segundo día de Sínodo deja observaciones sobre sexualidad y comunicación

Francisco en la Audiencia: Las divisiones entre cristianos hieren a Cristo (Vídeo)
El Papa recordó el 70 aniversario de su Primera Comunión con los peregrinos en la plaza

Espiritualidad

San Luis Beltrán - 9 de octubre
«Dominico español, consultor de santos. Nombrado por Alejandro VIII patrón de Colombia, donde evangelizó entre los indígenas y defendió sus derechos frente a la codicia y prepotencia de ciertos colonizadores»


Primera Plana


Sínodo de la familia, 3º día. Ser antorchas que transmiten el fuego de la fe
Siguen las exposiciones de temas diversos. Desde los matrimonios mixtos en África, al fuerte aumento de los hijos nacidos afuera del matrimonio en América Latina

Por H. Sergio Mora

CIUDAD DEL VATICANO, 08 de octubre de 2014 (Zenit.org) - El tercer día del sínodo de los obispos sobre la familia, asamblea que dura dos semanas y que ha sido convocada por el papa Francisco, se abrió este miércoles con el canto de la 'hora tercera'.

El sínodo tiene diariamente dos sesiones llamadas 'congregaciones', aunque esta mañana el Santo Padre no ha asistido a la quinta congregación, porque realizó la catequesis en la audiencia general de los miércoles en la plaza de San Pedro.

Por la tarde, en cambio, el Santo Padre participó a la sexta congregación, sobre "las situaciones pastorales difíciles", con una introducción del cardenal brasileño Raymundo Damasceno Assis, y el testimonio de los cónyuges Stephen y Sandra Conway, responsables familiares de África.

 La congregación de la mañana inició con la reflexión del arzobispo escocés de Grasgow, Philip Tartaglia, que recordó el referendum que se realizó el mes pasado en su país, en donde las posiciones del sí y del no, dividieron y polarizaron fuertemente al electorado, que en un 85 por ciento fue a votar, eligiendo por poco más de la mitad, quedarse unidos a Gran Bretaña. Después del mismo se planteó si era posible reconstituir la unidad del país. Partiendo desde esta idea, y de la carta en la que san Pablo enseña: “El amor es siempre paciente y amable...” transportó la problemática a los litigios familiares que terminan en separación o divorcio. E indicó la necesidad de que la Iglesia sepa mediar y reconstruir. Y concluyó con un “no podemos fallar en esto”.

Hoy fueron 78 intervenciones, indicó el director de la Oficina de prensa de la Santa Sede, el padre Federico Lombardi, en conferencia de prensa en la cual participaron el rector de la Univesidad Católica de Buenos Aires, Mons. Víctor Fernández, y el obispo africano Ignatius Kaigama. Además del portavoz en español, padre Manuel Dorantes, y el de idioma inglés, padre Thomas Rosica.

El portavoz del Vaticano indicó que hoy África estuvo muy presente, con la intervención de una copia mixta de Costa de Marfil: la mujer cristiana y el marido musulmán. De este modo se entendió la variedad y complejidad de situaciones existentes en África, pues en otros países esto no es posible, de lo contrario la mujer tiene que volverse musulmana. Y de las diversas pastorales que esto significa, con las modulaciones destinadas a los problemas pastorales específicos.

“Se habló -añadió el padre Lombardi- de la luz que la Iglesia lleva al mundo en términos no de faro fijo, sino de antorcha que acompaña al pueblo en camino, paso por paso”. Se recordó también que la crisis de la familia va unida a la crisis de la fe, y que la fe no es adherirse solamente a los contenidos, sino sobre todo una adhesión personal a Cristo.

También se registraron, indicó el director de la Oficina de prensa, que muchas intervenciones subrayaron la confianza en la gracia de Dios, más que nuestras debilidades; así como de la importancia de la oración en la vida familiar. Además hubo intervenciones muy lindas sobre el perdón y reconciliación en familia. Asimismo, intervenciones muy lindas sobre el amor de Jesús, y se recordó a la samaritana, y de ese modo evangélico que convierte el corazón. 

Otro de los temas fue la fidelidad a la doctrina del magisterio de la Iglesia y la misericordia y los problemas concretos de tantas personas. “Esto ha sido modulado en diversas intervenciones”, añadió Lombardi, así “cómo proponer la doctrina hoy”.

En las intervenciones se recordó que el Vaticano II ha conciliado la cuestión entre la verdad con la libertad religiosa, en analogía con lo que el sínodo tiene que hacer en la pastoral familiar.

Ha sido indicado también que la misionaridad de las familias va apoyada y la importancia del anuncio que llevan las familias, los movimientos y la invitación del papa en Río de Janeiro a los jóvenes, delante de una cultura de lo provisional.

Se señaló en las intervenciones, indicó el padre Lombardi, lo positivo de la familia como lugar de acogida, en particular de los ancianos y enfermos.

Por su parte, el portavoz en español, padre Dorantes, recordó que en las alocuciones en esta lengua, se isubrayó el hecho de que muchas parejas llegan al matrimonio sin haber realizado la comunión o confirmación.

En la evaluación del estado de la familia uno de los padres sinodales habló de diversas amenazas existentes, como la brecha que crea la pobreza, produciendo casos de separaciones para sustentar a las familias. La pobreza, la falta de estudio, y de trabajo, que producen las migraciones.

Otro de los grandes retos que fue planteado, comentó el portavoz en español, es la soledad, de los ancianos y niños. También la dificultad de los jóvenes de tomarse un compromiso, o el de las comunidades indígenas en la que existe un período de prueba de tres años antes del matrimonio, después de lo que, con frecuencia, la mujer es devuelta a su hogar. Y precisó que otro de los padres sinodales, indicó que en su país el 70 por ciento de los niños nacen fuera del matrimonio y por lo tanto sufren la falta de una familia, con todos los problemas que esto implica.

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El matrimonio cristiano no se puede volver light
El rector de la UCA precisa que en el Sínodo se entiende también el realismo comprensivo que debe acompañar el sufrimiento de los otros, sin forzar respuestas

Por H. Sergio Mora

CIUDAD DEL VATICANO, 08 de octubre de 2014 (Zenit.org) - El rector de la Universidad Cátólica Argentina (UCA) Mons. Víctor Fernandez, ha participado hoy en la conferencia sobre el Sínodo que se realizó en la sala de prensa de la Santa Sede.

Los temas fueron varios, y tomando pié en una anterior explicación dada por Mons. Fernandez, que había hablado sobre la relación entre verdad y libertad religiosa, expresada por el Concilio Vaticano II, ZENIT preguntó sobre la relación entre doctrina y la pastoral sobre la familia.

El rector de la UCA explicó que sobre el tema de la libertad religiosa, “antes del Concilio se decía que era necesario defender la verdad” y si a quien practicaba otra religión o creencia le gustaba o no lo que decía la Iglesia “es su problema, porque nosotros defendemos la verdad”.

Sin embargo, indicó el monseñor argentino, “el Concilio ha caminado con mucha valentía un poco más adelante. Ha dicho que está la verdad, pero es necesario respetar la libertad religiosa. Quien según su conciencia sigue otra religión debe hacerlo así, porque él está convencido”. Reiteró que “eso para algunos era imposible, no se podía nunca decir. Sin embargo el Concilio Vaticano II ha encontrado un camino nuevo”, dijo.

Y en el aula sinodal “ese obispo -prosiguió Mons. Fernandez- ha narrado este ejemplo precisamente para hablar de lo que se ha preguntado antes: ¿podría este Sínodo, o el Sínodo del año que viene, encontrar una nueva síntesis para hablar de estos problemas de las situaciones particulares, como de los vueltos a casar, o de otras situaciones?”

Delante de esta pregunta, el rector de la UCA reiteró que “nadie quiere quitar la indisolubilidad matrimonial, no es posible. Nadie quiere debilitar el vínculo, todos queremos que los esposos sean fieles hasta la muerte. Para nosotros es un bellísimo ideal. Y la sociedad necesita mucho este mensaje porque si no terminaremos por destruirnos a nosotros mismos y entre nosotros. Esto está muy claro. Y digamos que la mayor parte de los padres sinodales insisten en esto: no debilitar la fuerza y la belleza de esta propuesta cristiana que no se debe convertir en 'light'”.

O sea que sin debilitar nada, “otros obispos insisten sobre el realismo comprensivo que debe acompañar el sufrimiento de los otros, aún si tenemos que mancharnos un poco, porque el maestro Jesús era cercano a todos, no se alejaba de ninguno”.

“También en situaciones como la poligamia, que nosotros no podemos aceptar nunca --prosiguió el arzobispo-- porque hablamos de la dignidad de la mujer. Y las mujeres aquí presentes pueden entender. Un hombre que tiene muchas mujeres, ellas no saben qué derechos tienen... Sobre esto nosotros no queremos ir hacia atrás, porque queremos defender la dignidad de la mujer. Pero entendemos las situaciones particulares donde uno se convierte y después tienes que decidir una sola mujer, y ¿las otras tienen que irse y morir de hambre? También en este punto donde es clarísima la doctrina y no se puede cambiar nunca, hay una situación particular donde uno se interroga ¿qué hacemos? Hay un sufrimiento, un problema, es necesario pensarlo.

Y recordó que en sus palabras de apertura del sínodo de la familia, “el Papa pidió precisamente que “se hable con claridad no es necesario esconder nada, sin tener miedo que el cardenal Müller 'les venga encima...' Hablar con claridad porque si no, no llegamos nunca a lo que el Señor nos pide. Pero también escuchar con mucha humildad, porque todos tienen algo que enseñarnos”.

Y precisó que la idea es esta: “Hablar con mucha claridad porque si yo estoy convencido que el Señor me muestra algo a través de mi experiencia, yo no debo esconder esto a mis hermanos. Es por esto que no se discute, se dice lo que uno cree pero no se discute. Y al final continuamos todos amigos”.

Respondiendo a otra pregunta en 'cuanto amigo del papa Bergoglio', Mons. Fernandez precisó que “Yo al Papa aún le digo de 'usted', no 'vos' o 'tú'. Decir que somos amigos es demasiado, sí he trabajado con él en distintas ocasiones y nos hemos entendido bien, nada más que eso”.

“En el CELAM -indicó el rector de la UCA- me produjo mucha admiración el modo de trabajar del entonces cardenal Bergoglio. Él estaba preocupado porque quería que hubiera un ambiente de mucha participación en Aparecida. Muchos decían que la anterior conferencia de Santo Domingo ya había unas líneas que bajaban desde arriba y había que seguir y no se podía hablar demasiado. Entonces, se reclamaba una especie de renacimiento de la Iglesia en Latinoamericana en su libertad de trabajo, de producción, etc”.

Añadió que por eso “el entonces cardenal Bergolgio no quería que se partiera de un texto previo, sino que todos hablaran con absoluta libertad en las comisiones. Y que poco a poco se fueran encontrando los consensos. Él decía: 'si no hay tiempo de redactar un documento no ser hará, pero tenemos que trabajar así'. Entonces, en estos grupos y comisiones se discutir con mucha libertad y fueron surgiendo textos de cada una de las comisiones”.

El arzobispo reconoció que “después hubo muy poquito tiempo para hacer el documento de Aparecida, por eso es un documento muy heterogéneo. Literariamente hay que disculparle en muchos defectos a ese documento. Pero su grandeza es que es el resultado de un debate real, de discusiones reales donde se recogieron los consensos que se fueron logrando poco a poco”.

“Si usted me pregunta qué luz nos aporta eso para entender cómo actúa el Papa ahora”, indicó el rector universitario, “es posible que él no esté demasiado preocupado si este Sínodo no produce nada extraordinario o que todo el mundo aplauda, porque él siempre piensa que el tiempo es superior al espacio. Que las cosas se van gestando lentamente, que lo que interesa es iniciar procesos más que querer forzar decisiones. Y esos procesos producirán frutos en el momento adecuado”. 

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Sínodo: la voz de los esposos
Ya han intervenido en las Congregaciones algunos matrimonios de los que participan en el Sí­nodo y han hablado de intimidad sexual, evangelización en pareja y acogida de hijos

Por Salvatore Cernuzio

CIUDAD DEL VATICANO, 08 de octubre de 2014 (Zenit.org) - En el Sínodo de los Obispos sobre la familia que se está celebrando en el Vaticano, desde este lunes y hasta el día 19, ya ha habido espacio para escuchar a los matrimonios que han sido invitados para dar su testimonio sobre la vida familiar.

La primera pareja intervino la tarde del lunes. Se trata de Ron y Mavis Pirola, cónyuges australianos, que narraron el recorrido de sus 55 de matrimonio: del primer flechazo, a las llamadas y las notas, hasta las satisfacciones y las fatigas de convertirse en padres.

En particular, los dos esposos centraron la atención sobre la "intimidad sexual", punto de apoyo --indicaron-- de la vida de pareja entendida en sentido cristiano. "Poco a poco nos hemos dado cuenta de que la única característica que distingue nuestra relación sacramental respecto a cualquier otra buena relación centrada en Cristo es la intimidad sexual, y que el matrimonio es un sacramento que encuentra su máxima expresión en una relación sexual", explicaron.

"Nosotros --añadieron-- creemos que hasta cuando las parejas casadas no lleguen a respetar la unión sexual como parte esencial de su espiritualidad será extremadamente difícil apreciar la belleza de las enseñanzas como las de la encíclica Humanae vitae".

Según los cónyuges --que junto a otras parejas y sacerdotes han participado en movimiento de espiritualidad laical como Equipes Notre Dame y Worldwide Marriage Encounter-- "necesitamos nuevos modos y nuevos lenguajes fácilmente reconocibles para tocar los corazones de las personas".

En tal sentido la "Iglesia doméstica" tiene mucho que ofrecer a la Iglesia universal por las modalidades de evangelización, y que siempre se debate entre la "tensión de apoyar la verdad" y la necesidad de expresar "compasión y misericordia".

Pusieron como ejemplo el caso de unos amigos suyos, padres de un chico homosexual. Ellos --contaron-- "estaban organizando la reunión de Navidad en familia cuando su hijo dijo que quería llevar también a su compañero. Ellos creían plenamente en la enseñanza de la Iglesia y eran conscientes de que a sus nietos les hubiera gustado ver acoger al hijo y a su pareja en la familia. Su respuesta se puede resumir en tres palabras: 'Es nuestro hijo'".

Según el matrimonio, este es el "modelo de evangelización" que las parroquias deberían aprender de las iglesias domésticas que son las familias. Otro caso, añadieron, es el de una amiga divorciada que dice "que a veces no se siente plenamente acogida en su parroquia. Aún así, va a misa regularmente y sin lamentarse con sus hijos".

"Para el resto de la parroquia ella debería ser un modelo de valentía y compromiso frente a la adversidad", observaron Ron y Mavis, subrayando que precisamente de personas como ella "aprendemos a reconocer que todos llevamos heridas internas en nuestra vida". Ser consciente de las propias heridas internas, de hecho, "ayuda enormemente a reducir la tendencia a juzgar a los otros, una actitud que representa un poderoso obstáculo para la evangelización".

El martes por la mañana fue el turno de George y Cynthia Campos, pareja de la archidiócesis de Manila, en Filipinas. Ambos están muy comprometidos en "Parejas para Cristo", una asociación laica reconocida por el Pontificio Consejo para los Laicos --de la que George es presidente--  que tiene como fin renovar y reforzar la vida y los valores de la familia cristiana. El movimiento está presente en todas las provincia y diócesis de Filipinas y se ha exportado a 163 países.

Padres de cuatro hijos, casados desde hace 27 años, los Campos han pasado la mitad de la vida, dijeron, "siendo una catequesis viviente de nuestra visión de vivir como 'familia en el Espíritu Santo para renovar la faz de la tierra'".

Se conocieron en el convento de las Rosas Hermanas, una congregación contemplativa donde Cynthia vivía una experiencia de noviciado y George era monaguillo. A un cierto punto, los dos esposos dejaron los respectivos trabajos para "servir" al Señor "juntos como una pareja". Se convirtieron en "discípulos misioneros a tiempo completo", comprometidos con formaciones didácticas y encuentros semanales de oración con otras parejas en distintos países de Filipinas pero también del mundo, entre los que están Vietnam, Tailandia y Australia. Los hijos ahora siguen su ejemplo ocupándose de las actividades de los niños, los jóvenes y los solteros de "Parejas para Cristo".

Los Campos hablaron de los dos eventos dramáticos que han marcado su matrimonio, superados gracias a una profunda fe en Dios. En primer lugar el embarazo de riesgo de Cynthia: "En el cuarto embarazo me diagnosticaron diabetes gestacional y preeclampsia. Nos dijeron que mi vida corría peligro si continuaba con el embarazo y el niño tenía muchas probabilidades de nacer con alguna anomalía. Nos aconsejaron elegir entre la interrupción del embarazo o el riesgo. Ha sido verdaderamente una prueba de fe y de abandono. Hemos decidido tener el niño y respetar la voluntad del Señor. Por gracia de Dios, hemos sobrevivido las dos y mi hija Christen nació sana y llena de vida".

Más difícil para los cónyuges fue afrontar el cáncer de pecho diagnosticado a la mujer en 1998. Según los médicos, el tumor le daba máximo de 3 a 6 meses de vida. En vez de renunciar a su servicio, Cynthia continuó con mayor pasión, "apoyada por las oraciones de mi familia y de nuestra comunidad CFC". "Mi oración --dijo-- era 'Señor simplemente con un toque de tus dedos se podría cambiar mi enfermedad. Debes solo quererlo'. Dios escuchó nuestras oraciones y por ahora estoy en pie tras curarme con una sencilla intervención y una dosis de antibióticos".

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El papa Francisco


El Papa hoy cumplió 70 años de su primera comunión
Lo compartió con los miles de fieles presentes en la plaza de San Pedro, durante la Audiencia General

Por Redacción

CIUDAD DEL VATICANO, 08 de octubre de 2014 (Zenit.org) - El papa Francisco, poco antes de concluir su catequesis en la audiencia de los míercoles, en la plaza de San Pedro, quiso compartir una alegría personal con los miles de fieles allí presentes. Y dijo: “Hoy, estoy muy agradecido al Señor, porque hoy ¡hace 70 años que hice la Primera Comunión!”,

Era el 8 de octubre de 1944 cuando Jorge Marío Bergoglio hizo su primera comunión. 

"Hacer la primera comunión, todos nosotros, debemos saber que significa entrar en comunión con los otros, en comunión con los hermanos de nuestra Iglesia, pero también en comunión con todos los que pertenecen a comunidades diversas pero que creen en Jesús".

Y concluyó: "Damos gracias a Dios todos por nuestro bautismo, damos gracias a Dios todos por nuestra comunión, para que esta comunión termine por ser de todos juntos".

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Francisco invita a dos niños a acompañarle en el papamóvil
En la audiencia de este miércoles, el Santo Padre ha reflexionado sobre la unidad de los cristianos invitando a centrarnos en lo que nos une

Por Redacción

CIUDAD DEL VATICANO, 08 de octubre de 2014 (Zenit.org) - El santo padre Francisco ha llevado en el papamóvil esta mañana dos pequeños acompañantes. Al llegar a San Pedro como cada miércoles para la audiencia general, el Papa ha invitado a dos niños a que subieran con él y le acompañaran durante el recorrido. Mientras, el Papa ha hecho su habitual paseo entre los fieles, en el que aprovecha para saludar y bendecir más de cerca y tomar en sus manos a los bebés que le acercaban para una bendición especial. Y así, los dos niños, sentados en la parte de atrás con sus gorras color naranja, han disfrutado de esta experiencia que no olvidarán fácilmente.

Continuando con la serie de catequesis dedicadas a la Iglesia, en esta semana el Pontífice ha reflexionado sobre las diversas confesiones o tradiciones dentro de la Iglesia. De esta forma, el Papa ha afirmado en el resumen que hace en español:

Queridos hermanos y hermanas: Hay muchas personas que, compartiendo con nosotros la fe en Cristo, pertenecen a otras confesiones o tradiciones. Ante esta  situación, que a lo largo de la historia ha sido con frecuencia causa de conflictos y sufrimiento, ¿cuál es hoy nuestra actitud? ¿Nos resignamos, somos indiferentes? ¿O creemos que es posible caminar hacia la reconciliación y la plena comunión?

Las divisiones entre los cristianos, además de herir a la Iglesia, hieren al mismo Cristo, que, antes de su muerte, rogó encarecidamente al Padre por la unidad de todos los discípulos.

Diversas razones han conducido a la separación. Pero, de un modo u otro, tras estas heridas, siempre aparecen la soberbia y el egoísmo que nos vuelven intolerantes e incapaces de escuchar y aceptar a quien tiene un punto de vista diverso.

Como miembros de la Iglesia, en primer lugar, estamos llamados a rezar, como lo hizo Jesús, por la unión de los cristianos. Y, además, el Señor nos pide que no nos cerremos al diálogo y al encuentro, sino que estemos abiertos a todo aquello que es valioso y positivo en quienes no piensan y actúan como nosotros, que no nos quedemos en lo que nos divide, sino que acentuemos lo que nos une: Jesús y la riqueza de su amor. Y que caminemos juntos en el camino de la vida rezando junto, ayudándonos juntos. De Jesús aprenderemos a sentirnos parte de la misma familia, a considerarnos un don para los demás y a realizar juntos tantas cosas buenas, tantas obras de caridad por el bien común".

A continuación, ha saludado a los peregrinos de lengua española, "en particular a los grupos provenientes de España, Panamá, Argentina, Puerto Rico, México y otros países". A ellos ha invitado "a rogar al Señor para que todos lleguemos a ser en verdad una sola familia. Muchas gracias".

Tras los saludos en las distintas lenguas, finalmente el Santo Padre ha dirigido un saludo especial a los jóvenes, los enfermos y los recién casados. Por ello, ha recordado que el mes de octubre está dedicado a la oración del Rosario."Queridos jóvenes, invocad siempre la intercesión de la Virgen María, para que os ilumine en cada necesidad", ha exhortado. A los enfermos les ha invitado a que "el consuelo de la oración mariana esté cotidianamente presente en vuestra vida". Para concluir, a los recién casados les ha invitado a soldar con la oración el vínculo conyugal.

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Texto completo de la audiencia general del miércoles 8 de octubre
El Santo Padre habla de las distintas confesiones y tradiciones de la Iglesia y cómo estas diferencias no pueden detenernos en el caminar juntos hacia la unidad deseada por Jesús

Por Redacción

CIUDAD DEL VATICANO, 08 de octubre de 2014 (Zenit.org) - "Queridos hermanos y hermanas: en las últimas catequesis, hemos intentado alumbrar la naturaleza y la belleza de la Iglesia, y nos hemos preguntado que implica para cada uno de nosotros formar parte de este pueblo. Pueblo de Dios que es la Iglesia. No debemos olvidar que hay muchos hermanos que comparten con nosotros la fe en Cristo, pero que pertenecen a otras confesiones o a otras tradiciones diferentes de la nuestra. Muchos se han resignado con esta división, también dentro de nuestra Iglesia católica se han resignado, que a lo largo de la historia ha sido a menudo causa de conflictos y de sufrimientos, también de guerras, esto es una vergüenza.

También hoy las relaciones no están siempre marcadas por el respeto y la cordialidad... Pero, me pregunto ¿cómo nosotros nos ponemos frente a todo esto? ¿Estamos también nosotros resignados, o somos incluso indiferentes a esta división? ¿O creemos firmemente que se pueda y se deba caminar hacia la reconciliación y la plena comunión? La plena comunión, es decir, poder participar todos juntos del cuerpo y la sangre de Cristo.

Las divisiones entre los cristianos, mientras hieren a la Iglesia, hieren a Cristo. Y nosotros divididos hacemos una herida a Cristo. De hecho, la Iglesia es el cuerpo del que Cristo es la cabeza. Sabemos bien cuanto estaba en el corazón de Jesús que sus discípulos permanecieran unidos en su amor. Basta pensar en sus palabras que aparecen en el capítulo diecisiete del Evangelio de Juan, la oración dirigida al Padre en la inminencia de su Pasión: "Padre santo, cuídalos en tu nombre, los que me has dado, para que sean una sola cosa, como nosotros".

Esta unidad estaba ya amenazada mientras Jesús estaba aún entre los suyos: en el Evangelio, de hecho, se recuerda que los apóstoles discutían entre ellos quién era el más grande, el más importante. El Señor, sin embargo, ha insistido mucho en la unidad en el nombre del Padre, haciéndonos entender que nuestro anuncio y nuestro testimonio serán más creíbles cuanto más seamos capaces de vivir en común y querernos.

Es lo que sus apóstoles, con la gracia del Espíritu Santo, después comprendieron profundamente y se tomaron en serio, tanto que san Pablo llegará a implorar a la comunidad de Corintio con estas palabras: "Hermanos, en el nombre de nuestro Señor Jesucristo, yo los exhorto a que se pongan de acuerdo: que no haya divisiones entre ustedes y vivan en perfecta armonía, teniendo la misma manera de pensar y de sentir".

Durante su camino en la historia, la Iglesia es tentada por el maligno, que trata de separarla, y lamentablemente ha estado marcado por separaciones graves y dolorosas. Son divisiones que a veces han durado mucho tiempo, hasta hoy, por lo que resulta difícil reconstruir todas las motivaciones y sobre todo encontrar las posibles soluciones. 

Las razones que han llevado a las fracturas y a las separaciones pueden ser las más diversas: desde las divergencias sobre principios dogmáticos y morales y sobre concepciones teológicas y pastorales diferentes, hasta motivos políticos y de conveniencia, hasta los debates por antipatías y ambiciones personales... Lo cierto es que de una forma u otra, detrás de estas laceraciones está siempre la soberbia y el egoísmo, que son causa de todo desacuerdo y que nos hacen intolerantes, incapaces de escuchar y aceptar a quien tiene una visión o una posición diferente de la nuestra.

Ahora, frente a todo esto, ¿hay algo que cada uno de nosotros, como miembros de la santa madre Iglesia, podemos y debemos hacer? Ciertamente no debe faltar la oración, en continuidad y en comunión con la de Jesús. La oración por la unidad de los cristianos. Y junto con la oración, el Señor nos pide una apertura renovada: nos pide no cerrarnos al diálogo y al encuentro, sino acoger todo lo válido y positivo que se nos ofrece también quien piensa distinto a nosotros o se pone en posiciones diferentes. Nos pide no fijar la mirada sobre lo que nos divide, sino más bien en lo que nos une, tratando conocer mejor y amar a Jesús y compartir la riqueza de su amor. Y esto comporta concretamente la adhesión a la verdad, junto con la capacidad de perdonarse, de sentirse parte de la misma familia cristina, considerarse el uno don para el otro y hacer juntos muchas cosas buenas, muchas obras de caridad.

Es un dolor pero hay divisiones, hay cristianos divididos, estamos divididos entre nosotros. Y todos tenemos algo en común. Todos creemos en Jesucristo el Señor, todos creemos en el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. Y tercero, todos caminos juntos, estamos en camino. Ayudémonos el uno al otro.

'Pero tú piensas así, y él piensas así'. Pero en todas las comunidades hay buenos teólogos: que ellos discutan, que ellos busquen la verdad teológica, porque es un deber. Pero nosotros caminamos juntos, rezando el uno por el otro y haciendo obras de caridad. Y así hacemos la comunión en camino. Esto se llama ecumenismo espiritual, caminar el camino de la vida todos juntos en nuestra fe en Jesucristo el Señor.

Se dice que no se debe hablar de cosas personales pero no resisto la tentación. Estamos hablando de comunión, comunión entre nosotros. Y hoy estoy muy agradecido al Señor porque hace 70 años que he hecho la Primera Comunión. Hacer la primera comunión, todos nosotros, debemos saber que significa entrar en comunión con los otros, en comunión con los hermanos de nuestra Iglesia, pero también en comunión con todos los que pertenecen a comunidades diversas pero que creen en Jesús. Damos gracias a Dios todos por nuestro bautismo, damos gracias a Dios todos por nuestra comunión, para que esta comunión termine por ser de todos juntos.

Queridos amigos, ¡vamos adelante ahora hacia la plena unidad! ¡La historia nos ha separado, pero estamos en camino hacia la reconciliación y la comunión! Y esto es verdad, esto debemos defenderlo. Todos estamos en camino hacia la comunión. Y cuando la meta nos puede parecer demasiado distante, casi inalcanzable y nos sentimos atrapados por la desesperación, nos aliente la idea de que Dios no puede cerrar los oídos a la voz del propio Hijo Jesús y no conceder su y nuestra oración, para que todos los cristianos sean realmente una sola cosa. Gracias".

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Mirada al mundo


España: El Papa nombra nuevo arzobispo de Mérida-Badajoz
El sacerdote español hasta ahora secretario de la Congregación para el Clero, monseñor Celso Morga, regresa a España, después de 27 años en Roma

Por Redacción

CIUDAD DEL VATICANO, 08 de octubre de 2014 (Zenit.org) - El Papa Francisco ha nombrado arzobispo-coadjutor de Mérida-Badajoz a monseñor Celso Morga Iruzubieta, actualmente secretario de la Congregación para el Clero en Roma.

Celso Morga Iruzubieta nació en Huércanos, La Rioja, el 28 de enero de 1948. Completó sus estudios eclesiásticos en el Seminario diocesano de Logroño y fue ordenado sacerdote el 24 de junio de 1972. Posteriormente, cursó la licenciatura en Derecho Canónico en la Universidad de Navarra, donde obtuvo el Doctorado en 1978 con la tesis "La predicación y la catequesis en los Sínodos de Calahorra-La Calzada y Logroño".

Más tarde desarrolló su labor pastoral en diversas parroquias de La Rioja y fue vicario judicial adjunto del Tribunal Diocesano entre 1974 y 1980. Ese año se trasladó a Córdoba (Argentina) para impartir la docencia de Derecho Canónico en el Seminario Archidiocesano. También ejerció de juez en el Tribunal Eclesiástico y de capellán de un colegio religioso.

A su regreso a España en 1984, le nombraron párroco de San Miguel, en Logroño, y en 1987 fue llamado a Roma para trabajar en la Congregación para el Clero, el dicasterio vaticano que se ocupa de los asuntos que se refieren a la vida y ministerio de 400.000 sacerdotes católicos en todo el mundo. Allí ha trabajado de jefe de Sección y, desde noviembre de 2009, de subsecretario, cargo que ha ocupado hasta su nombramiento de secretario y arzobispo titular de Alba Marítima, siendo ordenado obispo por el papa Benedicto XVI en la Basílica de San Pedro el día 5 de febrero de 2011.

Además de su responsabilidad en la Curia Romana, monseñor Celso Morga ha desarrollado una intensa labor pastoral en diversas parroquias de la capital italiana, entre ellas la parroquia de los Santos Protomártires Romanos. Es autor de algunos libros de teología espiritual y ha publicado varios trabajos sobre la vida y el ministerio de los sacerdotes, en l'Osservatore Romano y otras revistas.

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Rome Reports


Francisco invita a dos niños a pasear en el papamóvil durante la Audiencia General (Vídeo)
"¿Queréis dar una vuelta?", les preguntó el Papa

Por Redacción

ROMA, 08 de octubre de 2014 (Rome Reports) - Para ver el vídeo hacer click aquí.

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Los 5 puntos clave que el Sínodo ya ha tratado (Vídeo)
El segundo día de Sínodo deja observaciones sobre sexualidad y comunicación

Por Redacción

ROMA, 08 de octubre de 2014 (Rome Reports) - Para ver el vídeo hacer click aquí.

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Francisco en la Audiencia: Las divisiones entre cristianos hieren a Cristo (Vídeo)
El Papa recordó el 70 aniversario de su Primera Comunión con los peregrinos en la plaza

Por Redacción

ROMA, 08 de octubre de 2014 (Rome Reports) - Para ver el vídeo hacer click aquí.

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Espiritualidad


San Luis Beltrán - 9 de octubre
«Dominico español, consultor de santos. Nombrado por Alejandro VIII patrón de Colombia, donde evangelizó entre los indígenas y defendió sus derechos frente a la codicia y prepotencia de ciertos colonizadores»

Por Isabel Orellana Vilches

MADRID, 08 de octubre de 2014 (Zenit.org) - Nació en Valencia, España, el 1 de enero de 1526 en el seno de una familia acomodada y virtuosa. Su abuela era sobrina de san Vicente Ferrer, y su padre Juan Beltrán, notario de gran prestigio, que ostentó el cargo de procurador perpetuo del reino. Éste, al enviudar de su primera esposa, se propuso ingresar en la cartuja y, cuando se hallaba en camino, san Bruno y san Vicente Ferrer le hicieron volver sobre sus pasos sugiriéndole nuevo desposorio. La elegida fue Juana Angela Eixarch, madre de Luís Beltrán, primogénito de nueve hermanos. Vino al mundo en una era bendecida por Dios con santos de la talla de Francisco de Borja, Pascual Bailón, Tomás de Villanueva, Juan de Ribera y los beatos Nicolás Factor y Gaspar de Bono, entre otros. Teresa de Jesús tenía un año de vida cuando él nació.

Luís fue precoz en su virtud. Queriendo emular las vidas de santos que leía, a sus 7 años oraba y se mortificaba durmiendo en el suelo, ejercicios a los que añadió siendo adolescente el rezo del Oficio parvo de la Virgen y la recepción diaria de la comunión. Pero llevado de su celo, un día dejó el hogar sin previo aviso para hacerse mendicante, tomando como modelo a san Alejo y a san Roque. En la ardorosa carta que dejó escrita a sus padres había justificado su decisión recurriendo a numerosas citas bíblicas. No llegó lejos porque un criado de su padre lo sorprendió en los alrededores de Buñol, mientras descansaba en una fuente. Pero más adelante, de nuevo trató de ingresar con los mínimos. En las dos ocasiones sintió que Cristo le conminaba haciéndole ver que ese no era el camino. A los 16 años peregrinó a Santiago de Compostela. Regresó con la resolución de hacerse dominico, pero sus padres no le dejaron, hasta que en 1544, teniendo 18 años y una delicada salud, tomó el hábito. En 1547 fue ordenado sacerdote.

En 1549, dada su virtud, fue nombrado maestro de novicios y de estudiantes del convento de Valencia. Fue un formador excepcional, fidelísimo a la regla dominicana. Enseñó con firmeza y caridad las excelencias de la humildad y de la obediencia. Escrupuloso y tendente a un cierto desánimo acerca de la viabilidad de alcanzar la santidad que se proponía, muchas veces vivía apresado de la aflicción, y en algunas ocasiones lo hallaron llorando: «¿No tengo harto que llorar que no sé si me he de salvar?». En su corazón seguía bullendo el mismo anhelo de derramar su sangre por Cristo. Por eso cuando un indio –proveniente de Nueva Granada, actual Colombia, que se había convertido y abrazado al carisma dominico– visitó el convento y expuso prolijamente las difíciles experiencias que aguardaban a los misioneros que iban a evangelizar el país, no se inmutó. Estaba dispuesto a partir allí creyendo que la fiereza de los indígenas le ayudaría a obtener la palma del martirio. De nada le sirvió el ruego de los fieles que le tenían en alta estima y no querían desprenderse de él, ni el gesto de su superior que, al ver la situación que la noticia de su partida creaba en el entorno, le anunció que no le proporcionaría los medios para emprender el viaje. No hubo forma de detenerle.

En 1562 partió a misiones con rumbo a Nueva Granada. Como apóstol no tuvo fronteras. No hubo en su vida algo que le espantase más que a ofender a Dios. El santo temor que le movía estaba por encima de todo, de modo que se enfrentó a las fieras que halló en la selva, a la violencia y hostilidad de los hombres, a brebajes tóxicos, mortales de necesidad, que bebió a sabiendas de lo que hacía con el fin de convertir a los indios, etc. Nada lo detenía: derribaba los ídolos y quemaba las chozas donde los adoraban. Ahuyentaba al demonio con la oración, la señal de la cruz y toda clase de penitencias. Así superó dudas y tentaciones diversas. Denunció los abusos de españoles sin escrúpulos, y pasó por encima de calumnias, sabiendo discernir las visiones celestiales de las malignas que trataron también de confundirle en no pocos momentos. «No todo se ha de llevar en esta vida por tela de justicia: algo se ha de padecer por amor de Dios»,decía.

La oración y las disciplinas eran los antídotos contra su mala salud y la extenuación. Se cuidó lo justo, lo que exige la prudencia. Y las gracias se vertían a raudales. En pocos años los convertidos y bautizados eran incontables. Los antaño feroces indígenas le querían, respetaban y defendían. Habían aprendido a su lado el valor de la fe: «Confiemos en Dios; invoquemos a sus santos, oremos devotamente, pidiendo lo que habemos menester; y sin duda Él nos oirá», le habían oído decir, constatando las bendiciones que se derramaban. En 1568 lo nombraron prior del convento de Santa Fe de Bogotá, y no ocultó su pesar: «Yo no vine a las Indias a ser prior. Estimo más la conversión de un indio que cuantos honores tiene la Iglesia de Dios, pero es fuerza obedecer».

En 1570, después de haber evangelizado por numerosos lugares del país, lo llamaron a Valencia donde siguió custodiando la regla con su ejemplo y palabra. En 1574 el capítulo general de Aragón lo designó predicador general. «No volváis atrás, por muchas dificultades que el demonio os ponga en el camino de Dios. Porque, donde vos faltareis, Dios suplirá», afirmaba animando a la gente, con un estilo sencillo, lejos de retóricas, buscando que todos lo entendieran «para que resplandezca la verdad, sin color ni afeite, sin ayuda de elocuencia y saber humano». Tuvo el don de discernimiento de espíritus, de lenguas y de milagros. Había sido un gran estudioso, una vez que Cristo le hizo ver que el estudio no era una distracción. Fue consultor de san Juan de Ribera y de santa Teresa de Jesús. Se le reveló la fecha de su muerte que anotó en una hoja guardándola bajo llave con la indicación de abrirla días más tarde de su deceso. Éste se produjo el 9 de octubre de 1581 en el palacio de su amigo, el arzobispo san Juan de Ribera. Pablo V lo beatificó el 19 de julio de 1608. Clemente X lo canonizó el 12 de abril de 1671. Alejandro VIII lo nombró patrón de Colombia.

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