El derecho de los fieles a saber lo que dicen sus pastores

 

Con la tranquilidad de saber que el Cardenal Prefecto de la Congegación para la Doctrina de la Fe, S.E.R.  Gerhard Müller, ha dicho lo que muchos pensamos, a saber, que los fieles tienen derecho a saber lo que cada obispo dice en el sínodo que se está celebrando en Roma, se pueden analizar los argumentos dados por quienes quieren nos están robando ese derecho:

1- El Papa pidió a todos los participantes que hablaran libremente, para así poder debatir sobre cualquier tema. 

2- La confidencialidad de las intervenciones sirve para que los obispos hablen más libremente.

Bien, con eso lo que se consigue es trasladar a los fieles -no digamos nada al resto del mundo- la idea de que hay obispos que tienen miedo a decir algo ante toda la Iglesia. Y que quitándoles ese miedo, pueden decir lo que les venga en gana.

Cabe preguntarse si el miedo no está tanto en los obispos que quieren hablar libremente, como en aquellos que no quieren que todo el mundo sepa lo que todos los prelados, y no solo unos cuantos elegidos ad hoc para algún propósito, dicen. Y ya de paso, cabe preguntarse dónde queda el concepto cristiano de la libertad, que emana necesariamente de la verdad.

Son muchos los que van a pensar que aquellos que quieren defender aquello que la Iglesia ha enseñado siempre sobre temas polémicos, incluso de forma dogmática, no tienen miedo alguno a que se sepa su postura. Los otros, quizás sí, quizás no. Ni siquiera se nos dan la oportunidad de saberlo.

En todo caso, dentro del Sínodo todos saben lo que han dicho todos. Y antes o después, determinadas intervenciones van a salir a la luz con nombres y apellidos. Pero será mediante filtraciones más o menos interesadas. Eso, bueno, no puede ser. Así que no creo que tenga nada de particular afirmar que la política informativa sobre la asamblea sinodal no solo es novedosa, sino peligrosa, imprudente y perjudicial para la Iglesia.

Jesús le respondió: Yo públicamente he hablado al mundo; siempre he enseñado en la sinagoga y en el templo, donde se reúnen todos los judíos, y nada he hablado en oculto. (Jn 18,20)

Luis Fernando Pérez Bustamante