Una visita a Ushetu

Queridos familiares y amigos:

Como saben, el P. Martelli, mi superior provincial vino a visitarme y acompañarme por tres semanas. Él es sanjuanino y vive en Egipto, siendo superior provincial de nuestras misiones de Egipto, Túnez, Irak y Tanzania.

Comparto con ustedes algunas impresiones suyas de esos días, contadas con mucho humor.

Dios los bendiga a todos, y ¡Firmes en la brecha!

P. Diego.

 

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Querida familia y amigos, Les escribo para contarles y mandarles algunas fotos de mi visita a Tanzania. Como saben, me encuentro aquí acompañando al padre Cano. En el tiempo en que he estado aquí, puede gracias a Dios, aprender, (más o menos) a leer algo de swahili y por lo tanto he podido ir a rezar Misa a distintos lugares con la intención de aliviar un poco al Padre Canito que se desvive por estos rojos caminos del áfrica subsahariana. Comienzo por contarles algunas anécdotas interesantes:  Hace unos días he tenido la gracia de hacer algunos bautismos en una pequeña aldea.

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Dije Misa y después con la ayuda de un catequista procedí a bautizar a tres hermosas niñas: Winifreda, Maria y Eva. Esta aldea se encuentra un poco retirada de nuestra parroquia. Puesto que el padre iba a hacer casamientos a una aldea no tan distante de Bukomela, aldea donde yo celebraría la Misa y realizaría los bautismos, el catequista de Bukomela, pidió al P. Diego si en atención a que el nuevo curita ya decía misa en swahili, podría hacerles la misa en su aldea.

 

Gracias a Dios todo fue bastante bien para lo que podría haber sido…el ritual del bautismo lo conozco bien en lengua castellana y como el swahili tiene muchísimas palabras derivadas del árabe, es fácil ,usando de dicho conocimiento, saber dónde uno esta’ parado. Todo hubiese sido perfecto sino fuera porque al final de la misa me vinieron a ver dos personas de quienes el catequista me decía: shatani, shatani! Acompañado esas frases con gestos siniestros con los que quería darme a entender que esas venerables señoras estaban “poseídas”…. Lo que me faltaba pensé yo…pero me consolaba pensando que si aquel era diablo, me iba a tener que hablar en español, pues swahili no entiendo ni jota y por lo menos al diablo le entendería que quería decirme, aunque fuese solo para mentirme, insultarme y decirme sandeces tan típicas de este desdichado personaje…. Aquellas señoras me pidieron que rezara sobre ellas, y tomándome las manos, sin que yo tuviese tiempo a resistirme, se las autoimpusieron mientras yo recitaba una de las fórmulas de bendición en español. Todo se hacía con la máxima solemnidad posible….aunque yo pensaba para mis adentros: ¡si me vieran mis compañeros de seminario! ¡En África, sin entender un comino, e imponiendo las manos! Y agradecía muy de corazon al cielo que no hubiese por todo aquel campo gente con celulares ni cámaras de fotos que pudiesen “inmortalizar” la escena. Todo fue muy breve, una buena bendición y a otra cosa pimpollo! En efecto no había diablos ni nada que se les asemejase, sino que por estar en un ambiente pagano, mucha gente delante de dolores o por cualquier cosa viene al sacerdote para que les eche fuera los malos espíritus… como esto viene también de los catequistas se ve la urgencia en tener que formarlos más y mejor, cosa que de a poco nuestros padres han comenzado a hacer.

Terminadas las ceremonias y el almuerzo donde aprendí varias palabras de sukuma (el dialecto de la tribu) emprendimos la marcha a la aldea donde se encontraba el P. Diego realizando casamientos. Durante el viaje a la aldea, pasamos por una zona con grandes rocas. ¡Un lugar impresionante! Íbamos en moto, y el catequista que me acompañaba me decía: “fisi, fisi, fisi”….. ¿Que será fisi? me preguntaba yo….Ya preguntaría al padre Diego que significaba aquel vocablo, mientras tanto, como el paisaje invitaba, me dediqué a sacar fotos…una vez que llegamos a la aldea y al entrar en la casa donde me esperaba el P. Diego, me encuentro con que el tema de conversación giraba en torno a “fisi” ; sobre como este se pasea muy gallardamente por las calles del pueblo en grupo….quien será este famoso fisi? Me decía para mis adentros. El secreto no tardó en desvelarse: las fisi son las hienas, que abundan por aquellos lugares, al punto tal que al caer el sol comienzan a salir y merodear por el pueblo, buscando chivos, pollos y todo lo que puedan devorar.

Cuando el catequista me señalaba las piedras que con tanto ahínco yo fotografiaba y decía fisi, fisi, fisi, quería decirme que aquellas piedras por donde pasamos son el natural lugar de descanso de estos “simpatiquísimos” animalitos, con una de las mandíbulas más fuertes del reino animal! ¡Y yo tan pancho sacando fotos! Y es que desde que he llegado no han pasado más de dos días en que no conociera algunos “nuevos amiguitos” que me recuerden que estoy en África negra.

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Paso a presentar algunos de los más llamativos e ilustres: Mi primer nuevo amigo, lo encontré casualmente dentro de casa. Al pasar los días me di cuenta que son varios…. Se trata de una araña muy particular, que abunda en la región. Es muy difícil fotografiarla pues, a pesar de su volumen, es sumamente rápida. Al encontrarme con la primera, y después de darle muerte, Filipo, el catequista de la parroquia, nos decía “kama Nyoka”, “kama Nyoka”. Es un decir de la gente del lugar: “como serpiente, como serpiente”, haciendo referencia al veneno que tienen, con lo cual se echa de ver cuán interesante este animalillo es y que buen amigo del hombre debe ser! Técnicamente se trata de una araña llamada huntsman o la llaman también rain spider, ya que es común que entren a las casas un poco antes de que comience a llover, siendo buenos indicadores de lluvia! Pude fotografiar este ejemplar entero, pues murió, quizás de un paro cardiaco, al encontrarse de repente conmigo!

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Un nuevo conocido es también un pariente lejano de las huntsman. Se trata de un escorpión por demás interesante. Este nuevo amigo, podría definirlo como un ser piadoso. Nos conocimos en la Iglesia mientras yo hacía una predica a los religiosos. Se encontraba de frente al ambón escuchando tranquilamente las buenas noches. Al notar entre el auditorio al silencioso y humilde escorpión, tan grande que a distancia de tres metros, siendo de noche y estando yo en el ambón no podía pasar desapercibido, tuve que hacer una pausa en la predica con gran sorpresa de los oyentes, incluido el escorpión, que al verse descubierto emprendió la fuga, aunque sin éxito. Tal era la ferocidad de los chancletazos que la hermana Salam le asestó, que puso fin a sus días en aquel lugar. Se muere como se vive, y así, quien en la Iglesia vivía, en la iglesia moría aquella noche….!

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Desde hace varios días, desde la ventana de mi habitación, noté la presencia en el jardín de casa de un extraño visitante, muy galanamente vestido, bastante “pintón” diríamos nosotros, que podría confundirse con spider man si fuese araña y no lagarto, como lo es. Se trata de un lagarto de unos 30-40 cm de largo, con el cuerpo coloreado mitad de azul y mitad de rojo.

El extraño visitante posa a menudo para las diferentes fotos! Es un Agama Mwanzae, un reptil común y propio de esta zona. El macho se caracteriza por sus colores fuertes. Su saliva es toxica y aunque las malas lenguas, que en todo pueblo han de estar y no pueden faltar, digan que el lagarto no mata, lo cierto es que lastima, y por ello es mejor verlo que tocarlo! Y ya que entramos en la sección “reptiles” y siguiendo con el rubro “sangre fría”, paso a presentarles a otra invitada. Esta, en realidad, es una colada. La encontró P. Diego minutos antes de que saliéramos hacia algunas aldeas.  

En el taller de yeso, dentro del patio de la casa, se escuchaban sonidos que parecían un pedido de auxilio proveniente de uno de los baldes que allí se tienen para la preparación de las imágenes que luego se reparten entre alguna de las 47 aldeas de la parroquia.

Eran pedidos desesperados, como de quien está encerrado y sufre de claustrofobia… Sabiamente San Ignacio nos recuerda que entre las cosas a tener en cuenta en el discernimiento de espíritus, es examinar el comienzo, medio y fin de los pensamientos antes de ponerlos por obra, pues muchas veces en analizándolos, encontramos que aunque la acción tiene un buen fin, el comienzo está un poco viciado o es menos bueno, o el medio, y así, examinándolo y viéndolo todo, muchas veces damos con la cola serpentina del enemigo de la natura humana o sea el diablo….esto hizo el padre Diego antes de atender a los pedidos de ayuda que venían desde el balde, encontrando por debajo del mismo nada más y nada menos, que a la tan temida cola serpentina que se asomaba por aquí y por allí de manera “intermitente”.

En efecto una serpiente distraída, de un metro de largo se encontraba encerrada dentro del balde….había entrado allí por “voluntad” propia y ahora no podía salir…. No le quedaron ganas de seguir disimulando al mortífero animal, pues al ver el garrote que le esperaba, emprendió la retirada con el subsiguiente resultado que se muestra en la foto.

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P. Cano después de haberse trenzado en mortal batalla con el feroz animal

Nota 1: la serpiente es la de color verde (el de negro es el p. Cano).

Nota 2: Que no hubo desproporción en el combate se echa de ver analizando el diámetro de la serpiente y comparándolo con el diámetro del P. Cano

 

 ya para terminar, y solo para los fans de las laboriosas hormigas, me limito a contarles que aquí en África, las hormiguitas laboriosas son también bastante peligrosas, y las hay de todo tipo, desde vegetarianas hasta las que sin carne no se almuerzan! ¡Y es que esto es África! Yo me lo repito constantemente y no dejo de admirarme que si te descuidas ¡hasta los mosquitos son peligrosos!

Una de las bocas de un hormiguero que encontramos en las inmediaciones de nuestra casa. (El tamaño de las hormigas las dejo a vuestra propia discreción) En fin, como ven, un gama interesante de nuevos amigos los que he podido conocer en los 10 días que estoy aquí. Y aquí estamos, perdidos en un lugar literalmente fuera del mapa!

Y sin embargo, lejos de turbarnos y preocuparnos, nos alegramos de estar aquí! Y es que todas estas cosas y peligros nos recuerdan que estamos en África y no por turismo o vano pasatiempo, que de ser así a lo menos seriamos locos de atar. Estamos en África trayendo la verdadera Vida a un pueblo que en gran escala sigue adorando ídolos inertes que no pueden salvar, pero que providencialmente está dispuesto a recibir la predicación del evangelio a condición de que alguien se lo predique! Fide ex auditu!

Y aquí estamos, con mosquitos, hormigas, arañas, hienas, escorpiones, víboras y una serie casi interminable de etcs, que por no alargar no nombro, pero con el gozo inconmensurable de saber que somos protagonistas de primera mano en la implantatio Ecclsiae en África!

Nos alegra la sola consideración de que estamos continuando las obras de grandes y santos misioneros, como un san Daniel Comboni que soñaba con ver lo que ahora vemos: conversiones, bautismos, y la Iglesia que día a día crece y se robustece de hijos nuevos.

¿A quién le importa los mosquitos y escorpiones si las almas gimen por recibir al misionero, por escuchar la doctrina y piden a gritos el bautismo? ¡Esto es África! Un continente sediento del DIOS VIVO y VERDADERO y aquí estamos por gracia de Dios, y muy a pesar de nuestra debilidad, de nuestros límites culturales y lingüísticos.

Aquí estamos, como embajadores de Cristo, quien elige a lo pobre y despreciado del mundo para hacer sus maravillas más grandes. ¡Aquí estamos, y los frutos son copiosos…! Laus Deo! África con sus animales, con su clima, con su terreno y sus peligros, nos recuerda y nos hace patente a cada paso nuestra pobre condición humana, nuestra debilidad y nuestro barro que de por si nada puede y esto para que siendo testigos e instrumentos de la obra de la Gracia en sus tierras, sin olvidarnos de lo que somos, en verdad sintamos interiormente que “llevamos este tesoro en vasijas de barro, para que se vea que este poder extraordinario no viene de nosotros sino de Dios!” (2 Cor. 4, 7)

¡Recen por nosotros para que aquí como en todas partes seamos el buen olor de Cristo!

¡Un fuerte abrazo!

P. Emanuel Martelli, IVE