Complejidades irreducibles: La bioquímica como callejón sin salida del evolucionismo (3)

Complejidades irreducibles hasta en la sopa

Los ejemplos antes descriptos son solo tres de los desarrollados en detalle en Darwin’s Back Box. Para muestra basta un botón. Hay capítulos enteros reservados para otros sistemas irreduciblemente complejos:

 

 

  • el de coagulación sanguíneo cuya función es crear una fuerte pero transitoria barrera con cadenas de proteínas que se activan y desactivan unas a otras a debido tiempo para evitar primero el desangre por una herida abierta y luego la coagulación total del organismo luego que la herida ha sido cerrada. Ninguna de las proteínas puede hacer por sí sola lo que hace el sistema en su conjunto. Si un mero elemento en la cadena de proteínas faltara, el sistema no funcionaría.  
  • el de transporte intracelular usado para llevar las proteínas desde el lugar donde son fabricadas por ciertas máquinas moleculares siguiendo los planos codificados en el ADN y copiados en el ARN, a donde son usadas mediante infinidad de otras extrañas máquinas moleculares, cada una con una función específica y complementaria. Si el sistema falla la célula se desequilibra debido a déficits y excesos incorregibles.
  • el inmunológico con sus millones de diferentes anticuerpos identificadores de compuestos alienígenos y sus biomoléculas “exterminadoras” que también funcionan en cadena para evitar la autodestrucción del organismo atacado.

Otros sistemas irreduciblemente complejos mencionados en Darwin’s Black Box son varios aspectos de la replicación del ADN, la cadena de transporte de electrones, la síntesis de los telómeros, la fotosíntesis, la regulación de la transcripción genómica, la biosíntesis de los grandes aminoácidos, lípidos, vitaminas, etc. Inclusive sistemas que a primera vista parecen accesibles a un desarrollo gradual se vuelven inexpugnables cuando se les presta mayor atención –o cuando comienzan las investigaciones experimentales. Estos son solo algunos marcados ejemplos de las montañas y abismos que bloquean la explicación Darwiniana de la vida.

En los comienzos

La cuestión del origen de la vida es de tremenda importancia y va más allá de la evolución darwiniana y la selección natural, a saber ¿cómo es que comenzó la vida a partir de materia inerte?

En la segunda mitad del siglo XX cientos de estudios han tratado de replicar las supuestas condiciones del “caldo primordial” mezclando hidrógeno y compuestos de carbono, nitrógeno y oxigeno[1] –los químicos supuestamente predominantes hace miles de millones de años cuando la tierra era un yermo– y adosando una fuente de energía como electricidad, radiación ultravioleta (i.e luz solar), o fuertes pulsaciones. Luego de varias semanas de “cocina” se han logrado formar tanto aminoácidos como nucleótidos, las bases de las proteínas y de los ácidos nucleícos. En un principio esto causó gran excitación entre los investigadores pensando que el resto vendría por añadidura. Sin embargo no se han podido formar ni proteínas y ni ADN/ARN de esta manera, ni ninguna molécula auto-replicante, y mucho menos una célula viva. Como lo resume un profesional del tema:

“Más de 30 años de experimentación acerca del origen de la vida mediante evolución química y molecular han llevado a una mejor percepción de la inmensidad del problema del origen de la vida en la tierra más que a su solución. Actualmente toda discusión de teorías y experimentos en estos campos termina en un callejón sin salida o en una confesión de ignorancia”[2].

Crear las moléculas de la vida fuera de la célula es algo relativamente fácil. Cualquier químico competente lo puede hacer con la receta correcta. El problema es que hace 4 mil millones de años no había bioquímicos ni laboratorios para crearlas. En privado muchos admiten que la ciencia no tiene explicación para el origen de la vida[3] y entre los químicos que han estudiado honestamente el tema se reconoce que la aparición de nucleótidos en la tierra primordial tendría que haber sido “casi un milagro”[4].

El Journal of Molecular Evolution fue establecido en 1971 para estudiar exclusivamente cómo surgió la vida a nivel molecular. Ninguno de los artículos publicados en el JME desde su establecimiento en 1971 hasta nuestros días ha propuesto jamás un modelo detallado explicando cómo un sistema bioquímico complejo podría haber sido producido gradualmente, paso a paso, en el modo darwiniano[5]. El hecho que los sistemas descriptos en Darwin’s Black Box no han sido tacleados en esta y otras publicaciones científicas, ni mucho menos resueltos, es una fuerte indicación que el darwinismo es simplemente el marco inadecuado para entender el origen de los sistemas bioquímicos complejos.

A nivel molecular el darwinismo no tiene ningún sustento científico, es solo un conjunto de aserciones y expresiones de deseos, una teoría cuasi religiosa que anhela esclarecer ciertos fenómenos sin ni siquiera intentar una explicación.

Rebelión en la granja

Ya se hizo mención a la larga y creciente lista de científicos disidentes del neo-darwinismo.

El “cisma” comenzó en los tiempos mismos de Darwin, y no por razones teológicas. En 1871 St. George Mivart enumeró las objeciones a la teoría, muchas de las cuales son sorprendentemente similares a aquellas de los críticos modernos.

“Lo que debe argumentarse contra el darwinismo puede ser sintetizado como sigue: Que la “selección natural” es incompetente para explicar las etapas incipientes de estructuras útiles. Que no encaja con la co-existencia de estructuras muy similares de diverso origen. Que hay razones para pensar que diferencias específicas podrían desarrollarse de repente en lugar de gradualmente. Que la opinión de que las especies tienen límites definidos pero muy diferentes en su variabilidad es aun sostenible. Que ciertos fósiles de transición están ausentes, cuando se hubiera esperado que estuvieran presentes… Que hay muchos notables fenómenos en formas orgánicas en los cuales la “selección natural” no esclarece nada”[6].

Ya en nuestros tiempos el paleontólogo Neil Eldredge describe el problema:


“No es sorprendente que los paleontólogos hayan sido reacios a la evolución por tanto tiempo.  Esta parece nunca haber ocurrido. La asidua recolección en los estratos solo muestra oscilaciones menores,  y la muy ocasional y mínima acumulación de cambios -en millones de años, a un tasa demasiado lenta para causar todos los prodigiosos cambios que han ocurrido en la historia evolucionaria. ¡Cuando sin dudas vemos la introducción de una novedad evolucionaria, usualmente aparece como una explosión, y a menudo sin evidencia firme que los fósiles no evolucionaron en otro lado! La evolución no puede estar siempre sucediendo en otro lado. Sin embargo así es como muchos pobres paleontólogos tratando de entender la evolución interpretan el registro fósil”[7].

Para aliviar el dilema en la década del setenta, Eldredge y Stephen Jay Gould (evolucionistas pero para nada convencidos con que el método de selección natural explica cambios rápidos y grandes) propusieron la teoría del “equilibrio interrumpido”[8]. De acuerdo a dicha postura, los cambios ocurren rápida, concentradamente y en pequeños grupos aislados. Si esto fuera cierto los supuestos fósiles intermedios serían muy difíciles de encontrar, adecuándose más a lo observado en registro fósil. Esto está ligado al fascinante fenómeno conocido como la “explosión cámbrica” una suerte de big bang biológico ocurrido hace unos 550 millones de años[9]. En un período de 10 millones de años, un mero pestañeo en tiempos geológicos convencionales, una enorme cantidad de diversos animales y plantas surgieron misteriosamente. El mismo Gould, evolucionista agnóstico, reconoce que tal rápido ritmo de aparición de nuevas formas de vida demanda una explicación diferente que la selección natural[10]. Con el big bang biológico el período de tiempo para pasar de formas de vida simple a complejas se ha acortado, lo que va todavía más a contramano del neo-darwinismo.

No son solo los paleontólogos buscando huesos quienes protestan. También los biólogos evolucionistas se preguntan cómo el darwinismo puede explicar sus observaciones. Los biólogos Mae-Wan Ho y Peter Saunders se quejan del siguiente modo:

“Va ya más de medio siglo desde que la síntesis neo-darwinista fue formulada. Gran cantidad de investigación se ha llevado a cabo dentro del paradigma que ésta define. Sin embargo los éxitos de la teoría son limitados a trivialidades evolutivas, como el cambio adaptivo en la coloración de las polillas; al tiempo que tiene notablemente poco que decir sobre cuestiones que nos interesan mucho más, por ejemplo cómo es que existen las polillas en primer lugar”[11].

Jerry Coyne, biólogo evolucionista de la Universidad de Chicago, muy a su pesar llega a un veredicto imprevisto:

“Concluimos –inesperadamente– que hay poca evidencia para la visión neo-darwinista: sus fundamentos teóricos y la evidencia experimental sustentándola son débiles”[12].

El genetista de la Universidad de California John Endler se pregunta cómo es que surgieron las mutaciones benéficas:

“Aunque se sabe bastante de mutaciones, son todavía una “caja negra” en relación a la evolución. Funciones bioquímicas nuevas parecen ser raras en la evolución, y la base de sus orígenes es virtualmente desconocida”[13].

Los matemáticos se han quejado durante años que los números del darwinismo no cierran. Hubert Yockey argumenta que la información necesaria para comenzar la vida no podría haberse desarrollado de casualidad; y sugiere que la vida sea considerada como dada, al igual que la materia o la energía[14].  Varios matemáticos sostienen que hay insuficiente tiempo, desde el big bang hasta nuestros días[15], para que ocurran el número de mutaciones aparentemente necesarias para crear un ojo.

“Hay una brecha considerable en la teoría evolutiva neo-darwinista, y creemos que esta brecha es de tal naturaleza que no puede ser salvada con la concepción corriente de la biología”[16].

Lynn Margulis, bióloga en la Universidad de Massachusetts recientemente fallecida, sostuvo que la historia al final juzgaría al neo-darwinismo como “una secta religiosa menor del siglo XX dentro de la desmadejada visión religiosa propia de la biología anglosajona[17]. Reconocida por haber desafiado a múltiples biólogos moleculares a nombrar un solo incontestable ejemplo de la formación de una nueva especie como resultado de la acumulación de mutaciones. Su reto está aun intacto. Los neodarwinistas “revolcados en su interpretación zoológica, capitalista, competitiva, de costo-beneficio de Darwin – a quien han malinterpretado… el neo-darwinismo, que insiste en [la lenta acumulación de mutaciones de genes], es en un fiasco total”.

Desde Mivart a Margulis, siempre ha habido informados y conocidos científicos que han encontrado la visión darwinista completamente inadecuada.

 


 
[1] Metano, amoníaco y agua, respectivamente, luego de reaccionar con el hidrógeno.
[2] Dose, K. 1988. The Origin of Life: More Questions than Answers. Interdisciplinary Science Reviews, 13, 348.
[3] Aunque las declaraciones públicas a los medios tiendan a ser del tipo de “todo está bajo control”, “es solo cuestión de tiempo”, etc.
[4] Joyce, G.F. and Orgel, I.E. 1993. Prospects for Understanding the Origin of the RNA World, in The RNA World, ed. R.F. Gesteland and J.F. Atkins, Cold Spring Harbor Laboratory Press, Cold Spring Harbor, NY, p. 19.
[5] Behe, ibid, p 176.
[6] Mivart, St. G. 1871. On the Genesis of Species. Mcmillan and Co. London, p. 21.
[7] Eldredge, N. 1995. Reinventing Darwin. Wiley, New York, p. 95.
[8] Eldredge, N. and Gould, S.J. 1973. Punctuated Equilibria: An Alternative to Phyletic Gradualism, in Models in Paleobiology, ed. T.J.M. Schopf. Freeman, Cooper and Co. San Francisco, pp. 82-115.
[9] Esto de acuerdo a la estimación convencional basada en la columna geológica y a métodos de datación radioactivos. Dichos métodos también tienen aristas controvertidas. Ver ¿Que sabemos del diluvio? http://quenotelacuenten.verboencarnado.net/wp-content/uploads/2014/06/Diluvio_v7.pdf
[10] Beardsley, T. Weird Wonders: Was the Cambrian Explosion a Big Bang or a Whimper? Scientific American, June 1992, pp. 30-31.
[11] Ho, M.W. and Saunders, P.T. 1979. Beyond Neo-Darwinism –An Epigenetic Approach to Evolution. Journal of Theoretical Biology 78, 589.
[12] Orr, H.A. and Coyne, J.A. 1992. The Genetics of Adaptation: A Reassessment. American Naturalist, 140, 726.
[13] Endler, J.A. and McLellan, T. 1988. The Process of Evolution: Toward a Newer Synthesis. Annual review of Ecology and Systematics, 19, 397.
[14] Yockey, H. 1992. Information Theory and Molecular Biology. Cambridge University Press, Cambridge, England, chap. 9.
[15] Estimado en unos 13.8 mil millones de años mediante mediciones de la radiación cósmica de fondo. Ver por ejemplo http://map.gsfc.nasa.gov/universe/uni_age.html
[16] Schutzenberger, M.P. 1967. Algorithms and the Neo-Darwinian Theory of Evolution, in Mathematical Challenges to the Neo-Darwinian Interpretation of Evolution, ed. P.S. Moorhead and M.M. Kaplan. Wistar Institute Press, Philadelphia, p. 75.
[17] Mann, C. 1991. “Lynn Margulis: Science’s Unruly Earth Mother". Science 252 (5004): 378–381