La estatua de Juan Pablo II en Notre Dame es un «regalo del pueblo ruso»

Juan Pablo II en Notre Dame

La semana pasada se inauguró la estatua dedicada a San Juan Pablo II en el jardín que da paso a la Catedral de Notre Dame. Me temía lo peor después de la experiencia italiana. Y, gracias a Dios, mis augurios no sólo no se cumplieron, quizá porque el escultor no es un «artista católico», de esos que tanto abomino.

El autor es Zurab Tsereteli, presidente de la Academia de Arte de Rusia. La escultura de bronce de 3,6 metros (más de un piso de altura) es un «regalo del pueblo ruso a la comunidad polaca de París». Me ha parecido un detallazo teniendo en cuenta las relaciones entre las dos naciones y que la iniciativa es de la Misión Polaca

Por las declaraciones no sé si Tsreteli es un escultor cristiano, lo que honra mucho más su trabajo en este caso:

La figura de Juan Pablo II refleja la tragedia y el carácter contradictorio del siglo XX, en el que junto a políticos y ‘conductores estatales’ hubo líderes que personificaron la conciencia universal, y Juan Pablo II fue llamado a desenredar los nudos más complicados de las relaciones entre Rusia (URSS) y Polonia.

Desconozco qué significa tener «conciencia universal», pero no puedo dejar de admirar que su arte transmite mucho mejor que el de otros que se hacen llamar «artistas cristianos».

La imagen se ‘inaguró’ después de una «misa ortodoxa» a la que siguió una católica oficiada por el cardenal Vingt-Trois y el Arzobispo de Lodz Marek Jedraszewski

Está claro que la vuelta a casa de los ortodoxos está todavía lejos, pero también que continuamente se siguen dando pasos a todos los niveles, e indudablemente bajo el pontificado de Juan Pablo II esos pasos fueron gigantescos.


 

Créditos de la foto: he hecho un recorte de  http://eroszakmentes.com/