La Iglesia católica peruana ha entregado al gobierno, el pasado 7 de noviembre, 135 mil firmas para que se mantenga la hora de religión, que corre el riesgo de ser excluida del programa escolar de las escuelas públicas a partir del año próximo.

Durante la inauguración del Seminario Internacional de Educación Católica, Mons. Salvador Piñeiro, arzobispo de Ayacucho y Presidente de la Conferencia Episcopal Peruana, junto al Card. Juan Luis Cipriani, Arzobispo de Lima; al Secretario General del episcopado, Mons. Fortunato Pablo Urcey y al Presidente de la Comisión Episcopal de Educación y Cultura, Mons. Javier Travieso Martín, entregaron el pedido al ministro de educación Jaime Saavedra, firmado por miles de padres y de educadores en todo el país para que el Estado no excluya el curso de religión del currículo escolar de niños y adolescentes.

En rueda de prensa, los obispos han subrayado que en el programa de estudios para las escuelas primarias y secundarias publicado por el gobierno para el 2015, los objetivos de aprendizaje son, en gran parte, de carácter tecnológico y científico mientras ninguno concierne la “dimensión espiritual y religiosa” y la educación al respeto y estima de la persona humana y de la convivencia cívica.

Si bien el ministro de educación ha recalcado que las dos horas de religión semanal no serán retiradas de los programas de las escuelas católicas, no se pronunció acerca de los programas de las escuelas públicas. Desde el 2010, las horas de religión son opcionales y no inciden en el expediente académico de los alumnos.

Al respecto, el Obispo emérito de Chimbote, Luis Bambaren ha declarado al canal N de Televisión que el pedido de la Iglesia es que se mantenga una hora de religión semanal para todos los estudiantes de la que podrán ser exceptuados aquellos que pertenecen a otras confesiones religiosas o que no profesan alguna fe religiosa. “La educación religiosa – afirmó – no debe ser eliminada y tampoco considerada un curso escolar marginal porque se basa en la transmisión de los valores que Perú necesita hoy más que nunca, de frente a una familia in crisis y de frente a una sociedad en la cual no hay respecto por la mujer, en donde se fabrican las falsas idolatrías del dinero, del poder y del placer”.