Diluvio universal: ¿existió de verdad? (2/6)

3.   Sobre universalidad y sobrevivientes

Veremos más adelante que hay cientos de mitos y leyendas del diluvio en los pueblos del mundo. Sólo un acontecimiento histórico real podría explicar las similitudes y la estrecha correspondencia en su descripción. Una de las preguntas que surgen entonces es si estos pueblos fueron exclusivamente descendientes de los hijos de Noé, o alternativamente fueron antediluvianos que también sobrevivieron al diluvio para escribir sus propias historias sobre éste. El relato del Génesis da a entender que aparte de Noé y su familia, todos los hombres murieron (Gen. 7, 23).

         Debatir sobrevivientes es la otra cara de la moneda a debatir la universalidad del evento ¿Fue el diluvio una catástrofe universal, y en qué sentido? Los Padres de la Iglesia y antiguos intérpretes se pronunciaron unánimemente por la universalidad del diluvio. Straubinger, en los comentarios del Génesis, propone estudiar la universalidad bajo tres distintos aspectos: zoológica, geográfica, y antropológica.

         La universalidad zoológica parece no incluir a los peces, de los cuales el Génesis no habla en estos capítulos, ni a los insectos ya que el término “todo lo que se arrastra sobre la tierra” (Gen. 7, 8) se referiría a los reptiles. Dejando de lado a estos, la zoología estima que hay más de 10 mil especies de animales terrestres, incluyendo pájaros, que no pueden sobrevivir en el agua. Dos o siete parejas de cada especie para animales impuros y puros respectivamente (Gen. 7, 2-4) resultan en una ya enorme cantidad de animales que llenarían el arca de manera compacta.

         La universalidad geográfica del diluvio ha sido también eje de disputa por siglos. El Génesis es claro en este aspecto ya que “quedaron cubiertos todos los montes más altos que había bajo el cielo entero” (Gen. 7, 19-20). Cuando las altas cumbres del Himalaya fueron estimadas en los siglos XVII-XVIII con el Everest alcanzando casi 9000 m sobre el nivel del mar muchos adoptaron el concepto local del diluvio. Se ha calculado que si la superficie de la Tierra fuera totalmente plana, sin montañas altas y profundas cuencas oceánicas, el agua cubriría la tierra con una profundidad de unos 2400 metros. Pero aun así no habría suficiente agua para cubrir el monte Everest o el Aconcagua.

         La clave es recordar que la inundación del diluvio no tenía que cubrir la Tierra actual, sino la Tierra antediluviana, y la Biblia enseña que el Diluvio habría reestructurado notablemente el planeta. “El mundo de entonces, anegado en agua, pereció” (II Pedro 3, 6). La tierra tuvo que haber sido alterada radicalmente por ese evento global. Tamaña inundación debió haber producido enormes cambios geológicos. Erosión de sedimentos aquí, deposición allá, por lo que la tierra de hoy en día tiene que ser muy diferente de antes. El Himalaya, los Alpes, las Rocallosas, los Apalaches, los Andes, y la mayoría de otras montañas del mundo se componen de sedimentos del fondo oceánico, incluyendo fósiles marinos. Nos preguntamos entonces si el diluvio, en lugar de cubrir el Himalaya, lo pudo haber formado. Un mundo antediluviano con extremos topográficos disminuidos pudo haber sido cubierto por la inundación resultante del diluvio. Veremos que este es uno de los argumentos en favor de una “tierra joven”, es decir donde los procesos geológicos que convencionalmente se cree han sucedido a través de millones de años, como la deriva continental de las placas tectónicas propuestas por Wegener, pudieron haber ocurrido de una manera mucho más rápida y violenta durante el diluvio. Volveremos a esto más adelante.

         La universalidad antropológica también ha sido fuente de argumentación. Ya vimos que el relato del Génesis no da cabida a otros sobrevivientes. A pesar de eso comentaristas bíblicos como Hummelauer, Lesetre, Heinisch, Ceuppens[1] entre otros, se han inclinado por la hipótesis que el diluvio habría afectado solo a un sector de la humanidad, a saber los hijos de Caín y los de Set. Mientras que los otros descendientes de Adán y Eva (Gen. 5,4) habrían poblado otras regiones del mundo y sobrevivido al diluvio, sea porque éste fue de extensión local o porque construyeron arcas como la de Noé.

         Se argumenta que ciertas tribus con origen cierto en Noé fueron precedidas en sus asentamientos iniciales por otras anteriores. Por ejemplo las tribus dravídicas habrían estado en la India antes de la llegada de los arios (i.e. jafetitas), los acadios (i.e. una tribu de la rama sumeria antediluviana) habrían estado en Caldea cuando llegaron los semitas[2].

La pregunta a plantearse entonces es: ¿las leyendas del diluvio en diferentes pueblos vienen de los descendientes de Noé que finalmente emigraron a todos los confines de la tierra, o vienen de pueblos no-cainíticos descendientes de los otros hijos de Adán y Eva (Gen. 5,4) asumiendo que sobrevivieron al diluvio paralelamente a Noé?

En los próximos capítulos resumiremos los diversos campos de evidencias, de la geología a la hidrología, y de la astronomía a la etimología, de ambos lados del mostrador.

4.   Otras voces…

Antes de discutir análisis basados en técnicas modernas o contemporáneas nos cuestionamos si existen otras fuentes acerca del diluvio fuera de la Biblia y las tradiciones de otros pueblos antiguos. Una de ellas nos remite a Ana Catalina Emmerick, religiosa agustina, mística, estigmatizada y visionaria alemana de principios del s. XVIII, beatificada por el papa Juan Pablo II en el 2004.

         La Iglesia enseña que hay dos tipos de revelaciones: la revelación divina, que está en la Biblia y la Tradición Apostólica (y el Magisterio de la Iglesia); y la revelación personal, que es un mensaje divino que ayuda a la gente a vivir de acuerdo a la revelación divina[3]. Estas últimas, sin embargo, no pertenecen al depósito de la fe. Su función no es la de “mejorar” o “completar” la revelación divina, sino la de ayudar a vivirla más plenamente en una cierta época de la historia.         Es en este contexto que aquí se exponen algunas de las visiones de A.C. Emmerick referentes  al diluvio tomadas de su “Vida de Jesucristo y Revelaciones Bíblicas”.

         Lo primero que leemos es que la sociedad antediluviana tenía decididamente un cariz cainita. Estos cainitas no eran salvajes ya que tenían un buen pasar y eran “avanzados”, pero se habían pervertido con el tiempo.

Enoc, el antepasado de Noé, se opuso a aquella mala raza por sus enseñanzas… Principalmente es él quien transmitió la religión conservada a la familia de Noé.

Los hombres antediluvianos no eran viciosos por ignorancia y rudeza. Tenían de todo y vivían cómodamente. Había bienestar general. Fueron malos por corrupción y malicia.

Tubalcain fue creador de varias industrias; era un gigante y fue padre de gigantes, que luego provocaron el Diluvio con sus desordenes. Estaban en comunicación con demonios y luego hicieron maravillosas obras de construcción. (Génesis 4,22)”

Peor aún, algunos del linaje de Set también iban por el mal camino:

También los descendientes de Noé, a medida que aumentaban y se alejaban de él, se pervertían y causaban muchos disgustos depredando sus heredades y entregándose a los vicios.

 

También ofrece una alternativa al origen de los llamados gigantes:

He visto que no todos los ángeles fueron igualmente culpables; algunos tuvieron un momento de duda e indecisión;  estaban en una montaña solitaria, que luego se hundió en el Diluvio, donde se formo después el Mar Negro.

He visto a los descendientes de Caín hacerse cada vez más impíos, ateos y más sensuales. Se acercaron cada vez más a esa montaña solitaria, de los ángeles caídos, y estos poseyeron a muchas de sus mujeres y los dominaron y les enseñaron todas las artes de la seducción.  Sus hijos fueron los Gigantes de la Antigüedad, eran muy grandes, tenían todo tipo de habilidades y de aptitudes y se hicieron instrumentos de los malos espíritus… Es entonces cuando Dios le anunció a Noé su intención de enviar el Diluvio.

Posteriormente estos Gigantes aparecieron como hombres poderosos y famosos. (Génesis 6:4) Estos después fueron considerados y valorados como dioses por los hombres paganos en la Antigüedad.  Esta montaña  luego se hundió en el Diluvio, y veo que después fue donde se formó el Mar Negro.

Vemos que respecto al origen de los llamados Gigantes difiere de la interpretación de Santo Tomás de Aquino y Straubinger. De acuerdo a Emmerick los gigantes tendrían entonces un componente angélico-caído no solo figurativo plasmado en su rebeldía de espíritu sino también literal en su ADN. Más allá que esto suene inverosímil y contrario a las leyes naturales si se interpretara literalmente, explicaría porque luego algunos de ellos llegaron a ser adorados como falsos dioses.

Nos dice que Noé acordó con otros hombres para que trabajaran en la construcción del arca, pero no le fue para nada fácil:

Mientras construía el Arca, Noé tuvo que sufrir tormentos espantosos por parte de este pueblo.

No hay palabras que puedan expresar lo que Noé soportó, de la maldad y del odio de los obreros, durante el tiempo entero que el Arca se construía. Se burlaron de él, lo insultaron de diversas maneras, y lo llamaron tonto. Él les pagó bien en ganado [n.d.r. el jornal por trabajar en la construcción del arca], pero esto no evitó que lo insultaran. Nadie sabía por qué él construía el Arca, y debió sufrir mil burlas a causa de esto. Cuando todo estuvo terminado, vi a Noé dar gracias a Dios, que entonces se le apareció. Él le dijo que debía tomar un tubo de caña y llamar a todos los animales de las cuatro esquinas del globo.

Pero no solo animales llevaba el arca:

Todo tipo de cofres y utensilios había en el arca, y numerosas semillas, plantas y arbustos fueron puestos en la tierra alrededor de las paredes, que pronto fue cubierta de verdor. Vi algo como vides con grandes uvas amarillas…

Aquí un pasaje clave sobre los que sobrevivieron, que aunque a primera vista parece contradecir la Biblia, no lo hace si se lo pondera con más detalle:

El arca, yaciendo sobre una colina, brillaba con una luz azulada. A la distancia parecía como si hubiese descendido de las nubes. Ahora el tiempo del diluvio estaba cerca. Noé ya lo había anunciado a su familia. Entró en el arca junto a Sem, Cam y Jafet y sus esposas e hijos. Había en el arca nietos de 50 a 80 años de edad con sus hijos pequeños y mayores. Todos los que habían trabajado en su construcción, de buena voluntad y libres de idolatría entraron con Noé.

Entraron en el Arca de Noé más de cien personas. Lo que era muy necesario a causa de los numerosos animales a los que había que alimentar cada día y a que se debían limpiar todas sus habitaciones. No puedo decir otra cosa, que lo que veo constantemente. Es decir que había también niños de Sem, Cam y Jafet en el Arca. Veo a muchas niñas y niños, todos aquellos descendientes de Noé que eran buenos. En las Sagradas Escrituras se menciona solo a tres de los hijos de Adán, Caín, Abel y Set [n.d.r. se refiere a que al resto no se los identifica con nombre propio en Gen. 5,4], y sin embargo vi muchos otros, siempre por pareja, niña y niño. También, en la primera epístola de Pedro 3:20, se hace mención sólo de ocho personas que se habrían encontrado en al Arca. Es decir las cuatro parejas que debían repoblar la tierra después del Diluvio.

De acuerdo a Gén. (5,32) Noé ya era padre de sus tres hijos a los 500 años, y tenía unos 600 años cuando comenzó el diluvio (Gén. 7,6). Algunos patriarcas tuvieron hijos relativamente tarde en su vida, pero no todos. Ergo es probable que los hijos de Noé hayan tenido hijos y nietos y que muchos de estos, pero no todos, entraron también en el arca.[4]

Un hecho perturbador es que el linaje cainita pudo haber sobrevivido al diluvio mediante un hijo de dudosa madre.

Intentaban [los cainitas], con artes diabólicas, pervertir también a los hijos de Noé. Mosoc, un hijo de Jafet y nieto de Noé, cayó víctima de la seducción. Mientras trabajaba en el campo, bebió un extracto venenoso que lo intoxicó. No era vino, sino el jugo de una planta que llevaban consigo en pequeños recipientes, para beber en el trabajo. También mascaban las hojas y el fruto de esa planta. Mosoc fue así padre de un niño, al cual se le llamó Hom. Cuando nació el niño, pidió Mosoc a su hermano Tubal que se hiciera cargo del niño para ocultar su vergüenza, y Tubal accedió. El niño Hom fue colocado por su madre delante de la tienda de Tubal, poniéndole al lado un brote de la planta mucosa llamada Hom, con lo cual, según la costumbre, creía asegurarse los derechos a la herencia. Pero el tiempo del diluvio estaba próximo y terminaban así las insidias de estas mujeres. Tubal tomó para sí al niño y lo hizo criar en su casa sin delatar su origen. Así se explica que el niño llegó a entrar también en el arca de Noé. Tubal le dio el nombre de la planta Hom, porque era lo único que encontró junto al niño.

Hom no habría tenido descendencia pero si influencia en la sociedad postdiluviana. Antes del diluvio hubo fenómenos naturales ominosos, lo cual tiene que haber perturbado y alertado a todos antediluvianos.

A medida que se acercaba el día del castigo, el cielo se volvió más oscuro. Una espantosa ansiedad se apoderó de toda la tierra; el sol ya no se asomó, y el rugido del trueno se escuchó sin cesar.

Cuando finalmente la cosa se puso fea no hubo escape terrenal posible, ni para los cainitas ni para los setitas que los habían imitado:

La colina sobre la cual estaba el Arca se transformó muy rápidamente en una isla. Una tormenta espantosa estalló, los relámpagos golpeaban la tierra como columnas de fuego y las trombas de agua eran tan densas como arroyos. El desamparo era muy grande y espero que muchos hombres se hayan convertido en este momento… Sapos y serpientes venían para refugiarse clandestinamente en el Arca.

Cuando el Arca comenzó a elevarse sobre el agua y  Noé y los suyos ya estaban en el interior, muchos hombres gemían en los alrededores, habiéndose refugiado en la cumbre de las montañas y en grandes árboles. Las aguas chocaban al acarrear cadáveres y troncos.  Hasta cuando Noé hubo entrado en el Arca con su esposa, sus tres hijos y sus mujeres, todavía suplicó a Dios tener misericordia. Retiraron la pasarela detrás de ellos y cerraron las aberturas. Abandonó todo, hasta a parientes cercanos y sus chicos, que se habían alejado de él durante la construcción del Arca.

Vi el Arca de Noé flotar, siendo rodeada de numerosos cadáveres a la deriva.

Vi a muchos niños puestos  en cestos de corteza de árbol que flotaban sobre las aguas del Diluvio, que fueron puestos así, en un intento de sus padres para salvarlos de la muerte.

Pero la misericordia del Dios es infinita. Vi en el curso del Diluvio muchos, muchos hombres convertirse bajo el efecto del terror  y de la angustia de condenarse, desde donde Jesús los sacó en el momento de la bajada a los infiernos.

Luego del diluvio las aguas retroceden y el arca toca tierra.

Encalló sobre una alta montaña hacia oriente, más cerca del este de Siria. Se quedó mucho tiempo sobre esta montaña aislada y muy bloqueada. Veía tierras emerger, recubiertas con lodo, de un verdor comparable a moho.

Si bien el este de la actual Siria no está lejos los montes Ararat, es posible que se esté refiriendo a Siria de manera genérica o a una región dentro del imperio Otomano de aquel entonces.

Los pueblos postdiluvianos descendientes de Cam parecen haber jugado un rol importante en la corrupción que derivó en Babel y esto tuvo que estar relacionado a la maldición de Noé. Siendo líder el siniestro personaje postdiluviano conocido como Nimrod (o Nemrod), bisnieto de Noé por línea de Cam (Gén, X, 8).

Vi la maldición pronunciada por Noé sobre Cam,… Me son mostradas las naciones idólatras y desorientadas que son descendientes de Cam.

Los hijos de Cam y sus descendientes también tuvieron, después del diluvio, relaciones con espíritus malignos; y por eso hubo entre ellos tantos poseídos, tantos entregados a la magia, y poderosos según el mundo, e igualmente hombres grandes, audaces y desenfrenados.

…los hijos de Cam, que habían concebido ya la idea de la construcción de la torre de Babel.

Uno de los principales jefes de la edificación de la torre fue Nimrod, que más tarde fue tenido por dios, bajo el nombre de Belo [n.d.r. Baal?]. Este mismo Nimrod edificó la ciudad de Babilonia con las piedras de la torre de Babel. Nimrod puso también los fundamentos de la ciudad de Nínive [n.d.r. en concordancia con Gén. X, 9-12].

Otro dato que cobrará relevancia es que, con buenos o malos motivos, los astros comenzaron a estudiarse en ese entonces.

Hom parecía un gigante,… escudriñaba y estudiaba el curso de los Astros… Hom recibió de sus partidarios una especie de culto, cual si hubiese sido un dios.

Nimrod… muy dado a las observaciones de la astrología. De las mismas figuras y representaciones que él veía en los astros y en las estrellas con las cuales predecía cosas sobre pueblos y razas, hacía luego imágenes de ídolos, que pasaban más tarde a ser adorados como dioses. De este modo recibieron los egipcios la Esfinge y los diversos ídolos de varios brazos y cabezas, que son invenciones de Nimrod.  

last but not least nos deja esta comparación geológica ante/postdiluviana de aparente trivialidad, pero que veremos cobra notoria relevancia más adelante.

Vi que muchos árboles de raíces arraigadas en el curso del Diluvio,  reverdecer luego, pero la mayoría fueron derribados no obstante y se destruyeron.

Antes del Diluvio la forma de la Tierra, era diferente de lo que es ahora, había más llanuras. Las montañas eran con laderas suaves y existían enormes planicies. No he visto grandes ríos como el Jordán. Brotaban fuentes de agua que los hombres ocupaban para regar el suelo.

 

 

CONTINUARÁ…

 

 

[1]Cfr. Comentario de Straubinger al pasaje Gén. 7,23.

[2] Maas, A. (1908). Deluge. In The Catholic Encyclopedia. New York, Robert Appleton Company.www.newadvent.org/cathen/04702a.htm

[3]Catecismo de la Iglesia Católica p1,s1,c2,a1,66-67 http://www.vatican.va/archive/catechism_sp/p1s1c2a1_sp.html#III Cristo Jesús, «mediador y plenitud de toda la Revelación»

[4]Otros indicios que esto fue posible: Gén. 11,10 registra que Sem tenía 100 años cuando nació Arfaxad, dos años  después del diluvio; y que vivió por otros 500 años después de esto.