Palabras del Nuncio de Su Santidad Mons. Renzo Fratini a la CIV Asamblea Plenaria

Excelentísimo Señor Presidente,
Eminentísimos Señores Cardenales,
Excelentísimos Señores Arzobispos y Obispos:

Agradezco muy cordialmente a Su Excelencia Mons. Ricardo Blázquez, Presidente de la Conferencia Episcopal Española, la invitación que me ha dirigido para estar presente en esta sesión inaugural de la ciento cuatro Asamblea Plenaria. Aprecio vivamente en este gesto una sentida expresión de comunión y afecto para con el Santo Padre Francisco, al que tengo el honor de representar en España.

Al saludar a cada uno con fraternal afecto, mirando el temario a desarrollar en común en estos días para el fomento de la vida cristiana, permítame compartir este pensamiento. Hace un mes se abría el Año Teresiano en España. Tema sobre el cual, ustedes seguirán tratando en esta Reunión. Cuánto bien nos hace volver a las obras de esta eminente Doctora de la Iglesia en las que encontramos, hecha experiencia, mediante la colaboración con la divina gracia, el contenido objetivo de la Fe y de la teología católica. La tesis principal de Sta. Teresa se halla en el capítulo primero de su obra “Las Moradas” o “Castillo interior”. La Santa la formula así:

“En este destierro es posible comunicarse un tan gran Dios con nosotros; y es posible amar una bondad tan buena y una misericordia tan sin tasa”. (Moradas Primeras, cap. 1, 3).

Es posible comunicarse afirma. Es el punto de partida. Hay veces que nos viene el pensamiento de si no seguimos todavía ante la situación a la que dio respuesta Teresa. Pues no es infrecuente captar a nuestro alrededor, o bien la idea de la negación de la capacidad de Dios por parte de su criatura, o bien la caprichosa afirmación de esa capacidad entendida de forma inmanentista, situando la relación del hombre con Dios en conexión intuitiva y directa con la divinidad, la cual revierte luego sobre los demás en una voluntad de poder y no de servicio. La razón tiene una capacidad de la verdad, y también, por parte de la voluntad humana,es propio del hombre el deseo de hacer que los demás participen de los propios bienes.

Estos bienes son del cuerpo y del espíritu, temporales y eternos. Y todos, siguiendo el orden de la caridad, nos vienen de la unión Personal del Hijo de Dios con una naturaleza humana asumida por obra del Espíritu Santo en el seno de la siempre Virgen María. Sensibles a esta verdad, que tanto señala Teresa de Jesús, movidos por el amor de Dios y del prójimo, me congratula observar, en el programa de esta Asamblea, la atención que prestará al estudio llevado a cabo por la Comisión Episcopal de Pastoral acerca de la “realidad social española” y la  atención particular al punto de la trasmisión de la Fe con el estudio de la Instrucción Pastoral “custodiar, alimentar y  promover la memoria de Jesucristo. Catecismos al servicio de la Iniciación Cristiana”.

Qué precisa y cómo distingue también Teresa en cuanto a la “memoria” se refiere. Dice: “Discurrir con el entendimiento es uno, y re-presentar la memoria al entendimiento verdades es otro” (Moradas Sextas, cap. 7 n. 10). Es evidente que lo que más nos importa es lo segundo, porque  esta “memoria” es un encuentro con la Palabra Viva, con el Camino, la Verdad y la Vida, con Cristo en el Evangelio, en la Eucaristía por lo que también Teresa invita: “Que… se representen delante a Cristo y sin cansancio del entendimiento se estén hablando y regalando con El.” (Libro de la Vida, cap. 13 n. 11). Sabiendo que “es muy bien amigo Cristo, porque le miramos hombre, y le vemos con flaquezas y trabajos, y es compañía” (Ibíd., cap. 22 n. 10).

El Papa Francisco, en su carta al Sr. Obispo de Ávila, sintetiza el mensaje del Año Teresiano animando a caminar “andando por los caminos de la alegría, de la oración, de la fraternidad, del tiempo vivido como gracia… sin ceder a la tentación del lamento amargo, sino más bien aceptándolas en la fe como una oportunidad para dar un paso más en el camino [...] reza más - dice el Santo Padre - para comprender bien lo que pasa a tu alrededor y así actuar mejor”.

Nuestra misión pastoral es llevar a Cristo. Para ello hay primero que encontrarse con Él, no con una idea, sino con Él. Tenemos que centrar nuestra vida en la Eucaristía, en la adoración y oración, en la escucha de su Palabra para no desvirtuarla. Si esto no fuera así, si no llevo a Cristo ¿qué llevo y a quién llevo? Me llevo a mí mismo y mis ideas o mi ideología. Se sale pues a partir de Cristo y llevando a Cristo.

Por último, he  de referirme al significativo evento eclesial del Sínodo de los Obispos mantenido en Roma el pasado mes de octubre a fin de atender “los desafíos pastorales sobre la familia en el contexto de la evangelización”. El Papa nos pide saber acompañar y saber comunicar la belleza de la familia.

La Iglesia ve la belleza de la familia en la complementariedad del hombre y la mujer

La Iglesia ve la belleza de la familia en la complementariedad del hombre y la mujer. Hoy precisamente, con la intervención del Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, tiene lugar en Roma un coloquio interreligioso, sobre este punto. El Cardenal Gerhard Müller, abrirá este importante evento, promovido por los Dicasterio Vaticanos competentes: La Congregación para la Doctrina de la Fe, y los Pontificios Consejos para la Familia, el Diálogo Interreligioso y la Unidad de los Cristianos. Los relatores de diferentes naciones y religiones, por tres días, desarrollarán varios aspectos de la complementariedad, para proponer de nuevo la belleza de la natural unión del hombre y la mujer en el matrimonio.

En una palabra: estamos llamados a promover una renovación espiritual y pastoral en la Iglesia. De la experiencia del misterio de Cristo que resalta en los escritos, tanto teresianos como de los otros autores de aquél Siglo de Oro ¿no brota acaso la propuesta de que el hombre verdaderamente renovado, según Cristo, es el hombre que ha purificado su memoria, es decir, el que ha purificado su corazón? Es justamente lo mismo que dijo el Santo Padre a últimos del pasado mes de octubre: “Todas son renovaciones de afuera. Esas que dicen los diarios. Es curioso. Pero ninguno habla de la renovación del corazón. No entienden nada de lo que es renovar la Iglesia. Esa es la santidad. Renovar el corazón de cada uno”  (Encuentro con el Movimiento de Schoenstatt 25/10/14).

Sí, el presente es para la Iglesia que peregrina en España un Año de gracia, una ocasión para propiciar el fomento de la oración, siguiendo las enseñanzas de Santa Teresa. España ha acertado a ofrecer a la Iglesia maestros de vida interior que es la única vía de renovación perenne y de autenticidad, de fortaleza frente a la mundanidad. Convencidos pues de estas verdades, animados por la palabra del Santo Padre Francisco, llenos de amor a Dios y al prójimo, sigamos el camino con el optimismo de la Promesa inquebrantable de salvación, que viene, y que hemos de acoger y ayudar a acoger a los fieles que el Señor nos ha confiado.

Rezo para que, por intercesión de la Bienaventurada Virgen María y de Santa Teresa de Jesús, sus trabajos contribuyan a caminar hacia la meta que es Cristo, con amor creciente.

Muchas gracias.