SANTA SEDE

El Papa Francisco con los participantes del Congreso Internacional de Pastoral de Grandes Ciudades


Los congresistas entregan el documento conclusivo elaborado en Barcelona

El Papa Francisco recibía el jueves pasado a los más de veinte Cardenales y Arzobispos que esta semana han participado en el Congreso Internacional de Pastoral de Grandes Ciudades celebrado en Barcelona. Los congresistas entregaron al Santo Padre el documento conclusivo después de tres jornadas intensas sesiones de trabajo.

La Audiencia privada del Papa con los cardenales y arzobispos de veintidós diócesis de todo el mundo, entre ellos el Cardenal Lluís Martínez Sistach, Arzobispo de Barcelona, se ha celebrado en la Sala del Consistorio del Palacio Apostólico, donde el Pontífice ha aprovechado la ocasión para profundizar sobre los cuatro desafíos y posibles horizontes de la pastoral urbana, ”los sitios desde donde Dios nos está llamando (…) y los aspectos a los que creo que tenemos que parar atención”.

En primer lugar ha mencionado la necesidad de ‘implantar un cambio en la mentalidad pastoral’ ‘ya que según Francisco, ya no estamos en la época de la cristiandad donde la Iglesia era el único referente de la cultura, y como auténtica maestra, sentía la responsabilidad de delinear y de imponer no sólo las formas culturales sino también los valores. ”Hoy ya no somos los únicos que producimos cultura, ni los primeros, ni los más escuchados. Por lo tanto, necesitamos un cambio de mentalidad pastoral, pero no de una ”pastoral relativista”. Por eso “es necesario el valor de conducir una pastoral evangelizadora audaz y sin miedos, porque el hombre, la mujer, las familias y los diferentes grupos que habitan la ciudad lo esperan de nosotros, y necesitan en sus vidas, la Buena Nueva que es Jesús y su Evangelio”.

Como segundo desafío destacó ”el diálogo con la multiculturalidad” y la necesidad de un diálogo pastoral sin relativismo, que no negocia la propia identidad cristiana, pero que quiere llegar al corazón de los demás, incluso de aquellos que son diferentes a nosotros, y sembrar allí el Evangelio.

”Necesitamos una actitud contemplativa, que sin rechazar la contribución de las diversas ciencias para aprender sobre el fenómeno urbano trata de descubrir el fundamento de las culturas, que en su núcleo más profundo está siempre abiertos y sedientos de Dios”. Para superar este reto, Francisco ha señalado que será de gran ayuda conocer los imaginarios y las ciudades invisibles, es decir, los grupos y / o territorios humanos que se identifican en sus símbolos, lenguajes, rituales y formas de hablar de la vida.

”La religiosidad del pueblo”, ha sido el tercer punto a tratar. ”En ella tenemos que apurar el auténtico sustrato religioso, que en muchos casos es cristiano y católico -ha añadido reconociendo que cada continente es diferente-. No debemos negar ni menospreciar esta experiencia de Dios que, aunque a veces dispersa o mezclada, pide ser descubierta y no construida. Allí se encuentran las semillas de la Palabra sembradas por el Espíritu del Señor”. El Papa ha recordado a todos los emigrantes y pobres que llenan las ciudades, ” peregrinos de la vida -los ha llamado- en busca de salvación ”, que constituyen un doble desafío: ser hospitalarios con ellos, lo que la ciudad en general no es, sino que los aparta, y aumentar su fe. El tema de los “pobres urbanos ”, ha sido el cuarto aspecto con el que el Santo Padre ha terminado su reflexión. Pobres, excluidos y descartados. ”La Iglesia no puede ignorar su clamor, ni entrar en el juego de los sistemas injustos, mezquinos e interesados que tratan de hacerlos invisibles”.

Dos han sido las propuestas de Francisco ante esta cuatro desafíos: salir para encontrar a Dios que vive en la ciudad y los pobres, facilitando a la gente el encuentro con el Señor y trabajar por una Iglesia samaritana, ”con un testimonio concreto de misericordia y dulzura presente en las periferias existenciales y pobres, actuando directamente sobre el imaginario social. Orientando y ofreciendo sentido a la vida de la ciudad”.

Acerca de la Iglesia Archidiocesana de Barcelona

La presencia de la Iglesia en Barcelona se remonta a la edad antigua. Actualmente, la obra pastoral de la Iglesia Archidiocesana de Barcelona comprende toda la región metropolitana de la capital catalana que tienen una población de cerca de 3 millones de personas. Desde el año 2004, el Dr. Lluís Martínez Sistach es el primer Arzobispo Metropolitano de Barcelona, con dos diócesis sufragáneas que son Terrassa y Sant Feliu de Llobregat. En el año 2007 fue nombrado Cardenal.