La capilla de adoración perpetua en nochebuena

 

Dios hace las cosas como quiere. Al igual que el pasado año, los coordinadores de los turnos de adoración en la capilla de la adoración perpetua, gente con su fe justita como un servidor, comienzan a ponerse nerviosos en estos días. Que si uno me dice que va a cenar fuera, que si otro no estará en Madrid, que es que parece que Fulanito este año nos falla… Total, que por qué no somos sensatos alguna vez en nuestra vida y nos planteamos cerrar unas horas la capilla en nochebuena al menos.

Lo mío no sé si es por fe o por tesón, cosas de los serranos que como hemos nacido y nos hemos criado entre piedras berroqueñas somos así de brutotes, pero ya les he dicho que de cerrar la capilla nada de nada. Aún recuerdo el pasado año cuando, ante un posible aviso de cierre en nochebuena, alguien colocó un espectacular ¡ni hablar! Tampoco olvidaré la nochevieja, en la que un servidor, brutico y algo escaso de fe, decidió que si no había nadie habría al menos un cura rezando a las doce de la noche. Je… un cura y otros seis más.

Ayer me llamó una de las personas encargadas de la coordinación para decirme que nochebuena muy mal, que faltaba gente, que personalmente no se podía hacer cargo por compromisos familiares, que… Vamos, que se entiende todo…

Pues nada, sin problemas. Porque tengo una persona que me ha dicho que el día 24 piensa no sabe muy bien si merendar tarde o cenar muy pronto y que tiene toda la tarde disponible para echar las horas que hagan falta. Eso sí, que lo que no se pierde por nada del mundo es la misa del gallo. Pues ya está, a las doce estoy seguro de que habrá adoradores que querrán ser los primeros en adorar al Señor en esa noche.

El año pasado la tarde de la nochebuena fue un constante trasiego de adoradores por la capilla. Ya ven. Locos con la cena, la familia, los turrones y ese ir y venir de casa de los cuñados a la de los abuelos, de los tíos a los primos, llamadas y guasapes por doquier. Pues horas, muchas horas para pasar en silencio con el Señor.

De momento este año se ha resuelto perfectamente la nochebuena. La nochevieja va por buen camino. Y el milagro es que en menos de dos meses estaremos celebrando el segundo aniversario de la capilla. Nadie, ni casi el señor cura párroco, lo veían ni medio claro. Cosas de Dios que lo ha querido hacer.

¿Cerrar justo en nochebuena? Ni locos… Hasta ahí podíamos llegar…