Católicos
Fue asesinado en 1980 por un francotirador mientras celebraba misa

El arzobispo salvadoreño Óscar Romero, más cerca de ser proclamado beato

San Juan Pablo II, que rezó ante su tumba, afirmó: “Monseñor Romero es nuestro”

Los miembros del congreso de teólogos de la Congregación para las Causas de los Santos expresaron su voto unánime a favor del martirio del arzobispo de San Salvador; al menos así lo refiere el diario Avvenire en su edición del pasado viernes 9 de enero de 2015, aunque el portavoz vaticano, Federico Lombardi, dijo que no podía confirmar ni desmentir la información.

Habitualmente los expertos autorizados por la Iglesia deben certificar un milagro para que una persona sea candidata a la beatificación. Sin embargo, dicho requisito suele obviarse cuando se trata de alguien que murió defendiendo la fe. De ratificarse la posibilidad de su martirio, sería un paso decisivo para la beatificación del arzobispo asesinado mientras celebraba la Eucaristía pues, según la praxis canónica, ya sólo faltaría el juicio del congreso de obispos y cardenales y, por último, la aprobación del Papa.

Romero fue asesinado por un francotirador, un 23 de marzo de 1980, cuando oficiaba misa a las seis y cuarto de la tarde en la capilla del hospital para cancerosos de la Divina Providencia de San Salvador. Miles de personas velaron su cadáver en la Basílica del Sagrado Corazón y unas 50.000 acudieron a la catedral a su funeral. Mientras se celebraba, estalló una bomba en los alrededores, a la que sucedieron tiroteos y ráfagas de ametralladora; a causa de ello murieron 27 personas y más de 200 resultaron heridas. Poco tiempo después estalló la guerra civil que durante doce años asoló el país centroamericano, dejando un saldo de 75.000 muertos y desaparecidos.  

El periodista Juan Vicente Boo, corresponsal para el Vaticano del diario ABC, ha señalado en un artículo que "Romero se mostraba cercano a los pobres y defendía a los débiles sencillamente porque es el mandato del Evangelio. Por desgracia, otros obispos salvadoreños, aliados del poder militar, le calumniaron en Roma y crearon recelos en el entorno de Juan Pablo II". En todo caso, en su primer viaje a Centroamérica en 1983, el Papa polaco se detuvo de forma inesperada en la catedral de San Salvador para rezar ante la tumba del arzobispo. Entonces, San Juan Pablo II calificó a Romero de "celoso Pastor a quien el amor de Dios y el servicio a los hermanos condujeron hasta la entrega misma de la vida".

Un hombre de la Iglesia

El 12 de mayo de 1994 la Arquidiócesis de San Salvador pidió permiso a la Santa Sede para iniciar el proceso de canonización. El proceso diocesano concluyó en 1995 y el expediente fue enviado a la Congregación para la Causa de los Santos, que en 2.000 lo transfirió a la Congregación para la Doctrina de la Fe -entonces dirigida por el cardenal Joseph Ratzinger, más adelante Benedicto XVI- para que analizara los escritos y homilías de monseñor Romero. Terminado dicho análisis, en 2005 el postulador de la causa de canonización, monseñor Vicenzo Paglia, informó de las conclusiones del estudio: “Romero no era un obispo revolucionario, sino un hombre de la Iglesia, del Evangelio y de los pobres. Fue víctima de la polarización política, que no dejaba espacio a la caridad y a que ejerciera como pastor. Fue contrario tanto a la violencia del gobierno militar como a la de la guerrilla y vivió como pastor el drama de su rebaño”. 

Juan Vicente Boo tambien explica que "el Vaticano prefirió esperar en vista de la violencia en el país y de que algunos promotores de la teología de la liberación y varias guerrillas de Centroamérica habían tomado a Romero como bandera de su causa." En 2006 la Congregación de la Doctrina de la Fe acordó iniciar el proceso de beatificación. En abril de 2013, el Papa Francisco anunció que el proceso de beatificación había sido "desbloqueado" debido a que consideraba importante avanzarlo, ya que el arzobispo era "un hombre de Dios". Y el pasado miércoles, el Pontífice argentino citó palabras de Romero durante su audiencia pública en Roma.

- Para saber más: Enlace a la Fundación Monseñor Romero, que continúa trabajando en pro del legado del arzobispo salvadoreño.