ZENIT

El mundo visto desde Roma

Servicio diario - 16 de enero de 2015

La frase del día - 16 de enero

"La cortesía es hermana de la caridad, que apaga el odio y fomenta el amor". (San Francisco de Asís)

 


Primera Plana

Francisco llega a la residencia presidencial aclamado por miles de filipinos
Viernes 9,21: (Manila). Ceremonia de bienvenida en el Palacio de Malacañán y visita de cortesía al presidente Benigno Aquino III

Francisco: 'La corrupción sustrae recursos a los pobres'
Viernes 10,15: (Manila). Encuentro con las autoridades en el Palacio Presidencial de Manila. El Pontífice pide un esfuerzo concertado para garantizar la inclusión de todo hombre, mujer y niño

El Papa a la Iglesia en Filipinas: 'Los pobres son el corazón del Evangelio'
Viernes 11,15: (Manila). Misa con los obispos, sacerdotes, religiosos y seminaristas en la Catedral de la Inmaculada Concepción

El Papa: 'Rechacen la colonización ideológica que destruye a la familia'
Viernes, 17.30 (Manila) El Santo Padre ha animado a las familias a ser voces proféticas en medio de la sociedad

Manila: visita sorpresa del Papa a un centro de niños de la calle
Francisco se reunió en privado también con 40 jesuitas. El encuentro informal se desarrolló en un clima distendido y jocoso, informó el padre Lombardi

El papa Francisco

Discurso del Santo Padre a las familias
El papa Francisco pide a las familias 'descansar en el Señor, levantarse con Jesús y María, y ser una voz profética'

Homilía del Santo Padre en la catedral de Manila
Francisco recuerda que 'la Iglesia está llamada a reconocer y combatir las causas de la desigualdad y la injusticia'

Discurso del Papa a las autoridades de Filipinas
Dice que es un 'deber escuchar la voz de los pobres y romper las cadenas de la injusticia'. Pide que los polí­ticos se distingan 'por su honestidad, integridad y compromiso con el bien común'

Mirada al mundo

Alegría en California por la canonización de fray Junípero Serra
Francisco anunció durante el vuelo a Filipinas que canonizará al franciscano español en Estados Unidos en septiembre de 2015

Bélgica: obispo advierte de la tentación de intolerancia
Alarma terrorista, dos yihadistas abatidos. Mons. Delville destaca el contraste entre la cordialidad de la comunidad mulsulmana y la violencia de los que traicionan el islam

Rome Reports

Francisco rompe itinerario oficial y visita por sorpresa a niños de la calle en Manila (Vídeo)
Le acompañó el cardenal Luis Antonio Tagle

Francisco a las familias filipinas: No a la colonización ideológica de la familia (Vídeo)
Entrañable y divertido encuentro del Papa con miles de familias filipinas en Manila

Papa en Manila, recibimiento de rockstar a su llegada al Mall of Asia Arena (Vídeo)
Miles de filipinos salieron a la calle para acompañarle en su camino al estadio

Espiritualidad

San Jenaro Sánchez Delgadillo - 17 de enero (También san Antonio Abad)
«Este mexicano mostró cuál es la actitud que adopta el santo cuando duele la fe. La inmensa aflicción que le produjo el veto impuesto a la Iglesia por las autoridades, acrecentó su celo apostólico, y derramó su sangre por Cristo»


Primera Plana


Francisco llega a la residencia presidencial aclamado por miles de filipinos
Viernes 9,21: (Manila). Ceremonia de bienvenida en el Palacio de Malacañán y visita de cortesía al presidente Benigno Aquino III

Por Iván de Vargas

MADRID, 16 de enero de 2015 (Zenit.org) - Este viernes, a las 9 horas locales, el papa Francisco ha abandonado la Nunciatura Apostólica de Manila y se ha trasladado en automóvil al palacio presidencial de Malacañán, que presenta en su arquitectura una fuerte influencia hispana y está ubicado muy cerca del Río Pasig, para la ceremonia de bienvenida.

Flamantes banderas de Filipinas y del Vaticano han flanqueado las avenidas que ha recorrido el convoy del Pontífice, así como numerosos carteles con la imagen del Santo Padre que le dan la bienvenida con el tradicional saludo filipino: "mabuhay". Este breve traslado, de unos 5 kilómetros, ha desatado la emoción de decenas de miles de filipinos que le han aclamado a su paso. El Papa ha sido acogido con mucho fervor en Filipinas, el país con mayor número de católicos en Asia.

En la capital, donde residen 12 millones de personas y que es una de las metrópolis con mayor densidad de población del mundo, varios días de la visita han sido declarados festivos para permitir a los ciudadanos asistir a los eventos papales.

A su llegada a la residencia oficial, con unos minutos de retraso sobre el horario previsto, Francisco ha sido recibido por el presidente de la República de Filipinas, Benigno Aquino III. Después de los honores militares y la ejecución de los himnos, ha tenido lugar la presentación de las respectivas delegaciones, mientras la Bamboo Orchestra "Pangkat Kawayan" ha ejecutado piezas de música tradicional.

A continuación, el Pontífice ha entrado en el Palacio de Malacañán para una visita de cortesía al Presidente de la República. Acompañado por Benigno Aquino, se ha dirigido a la primera planta de la magnífica construcción del siglo XVIII para la firma del Libro de Oro. Una vez allí, el Santo Padre ha mantenido una conversación privada con el mandatario filipino en la "Music Room". 

Después de la entrevista, se ha reunido con la familia presidencial y ha tenido lugar el intercambio de regalos. Al igual que al presidente cingalés, el Pontífice ha regalado a Aquino un atlas náutico de 1562 atribuido al cartógrafo español Bartolomé Oliva.

En su segundo día de estancia en el país, el papa Francisco tiene previsto reunirse con las autoridades locales y el Cuerpo Diplomático y a las 11,15 horas celebrar una misa con los obispos, sacerdotes, religiosos y seminaristas en la Catedral de la Inmaculada Concepción de Manila. Por la tarde, mantendrá un encuentro con familias en el Mall of Asia Arena.

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Francisco: 'La corrupción sustrae recursos a los pobres'
Viernes 10,15: (Manila). Encuentro con las autoridades en el Palacio Presidencial de Manila. El Pontífice pide un esfuerzo concertado para garantizar la inclusión de todo hombre, mujer y niño

Por Iván de Vargas

MADRID, 16 de enero de 2015 (Zenit.org) - El papa Francisco se ha reunido este viernes con las autoridades y el Cuerpo Diplomático en el Rizal Ceremonial Hall del Palacio Presidencial de Manila a las 10,15 (hora local). Después del discurso del presidente Benigno Aquino, el Pontífice se ha dirigido en inglés a unos 350 invitados para expresar su cercanía a los "hermanos y hermanas que tuvieron que soportar el sufrimiento, la pérdida de seres queridos y la devastación causada por el tifón Yolanda", y recordar que es un "deber escuchar la voz de los pobres y romper las cadenas de la injusticia".

En su primer mensaje del día, el Santo Padre ha admirado "la fuerza heroica, la fe y la resistencia demostrada por muchos filipinos frente a éste y otros desastres naturales". En esos momentos de crisis nacional, ha señalado, "un gran número de personas acudieron en ayuda de sus vecinos necesitados. Con gran sacrificio, dieron su tiempo y recursos, creando redes de ayuda mutua y trabajando por el bien común".

Para el logro de lo objetivos nacionales --ha destacado el Papa-- "es esencial el imperativo moral de garantizar la justicia social y el respeto por la dignidad humana". "La gran tradición bíblica prescribe a todos los pueblos el deber de escuchar la voz de los pobres y de romper las cadenas de la injusticia y la opresión que dan lugar a flagrantes e incluso escandolosas desigualdades sociales", ha añadido. "La reforma de las estructuras sociales que perpetúan la pobreza y la exclusión de los pobres requiere en primer lugar la conversión de la mente y el corazón", ha enfatizado.

"Los Obispos de Filipinas han pedido que este año sea proclamado el «Año de los Pobres». Espero que esta profética convocatoria haga que en todos los ámbitos de la sociedad se rechace cualquier forma de corrupción que sustrae recursos de los pobres, y se realice un esfuerzo concertado para garantizar la inclusión de todo hombre, mujer y niño en la vida de la comunidad", ha indicado.

"Sabemos lo difícil que es hoy para nuestras democracias preservar y defender valores humanos básicos como el respeto a la dignidad inviolable de toda persona humana, el respeto de los derechos de conciencia y de libertad religiosa, así como el derecho inalienable a la vida, desde la de los no nacidos hasta la de los ancianos y enfermos", ha reconocido.

Por esta razón, ha concluido Francisco, "hay que ayudar y alentar a las familias y las comunidades locales en su tarea de transmitir a nuestros jóvenes los valores y la visión que permita lograr una cultura de la integridad: aquella que promueve la bondad, la veracidad, la fidelidad y la solidaridad como base firme y aglutinante moral para mantener unida a la sociedad".

Al concluir sus palabras, el Pontífice ha impartido la bendición del Señor a todos los presentes en la sala de ceremonias del Palacio Presidencial. 

Leer el discurso completo aquí.

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El Papa a la Iglesia en Filipinas: 'Los pobres son el corazón del Evangelio'
Viernes 11,15: (Manila). Misa con los obispos, sacerdotes, religiosos y seminaristas en la Catedral de la Inmaculada Concepción

Por Redacción

ROMA, 16 de enero de 2015 (Zenit.org) - Tras el encuentro con las autoridades, el Papa Francisco celebró este viernes una Eucaristía con los obispos, sacerdotes, religiosos, religiosas y seminaristas de Filipinas en la Catedral de la Inmaculada Concepción, consagrada por Juan Pablo II como basílica menor en uno de sus dos viajes a la isla. 

En el breve trayecto entre la Presidencia y el principal templo de Manila, el Santo Padre pudo disfrutar desde su vehículo panorámico con la alegría de miles fieles, que se echaron a la calle para participar en la histórica visita papal.

El pueblo filipino destaca por su fe y por su placer por la música, como recordó el propio arzobispo de Manila, cardenal Luis Antonio Tagle, en su saludo al Pontífice antes de concluir la misa. Así, la ceremonia religiosa tuvo mayor realce gracias a un magnífico coro.

Unos dos mil asistentes vestidos de riguroso blanco, como suele ser costumbre en Asia y otros lugares debido a las altas temperaturas, asistieron a la celebración en la que se habló en latín, en inglés y también en tagalo.

"¿Me queréis?", arrancó la homilía del Papa en inglés. "¡Sí!", respondieron todos. El Santo Padre dijo divertido: "Gracias, muchas gracias, pero estaba leyendo las palabras de Jesús". La improvisación del Pontífice argentino desató la ovación y las risas de los obispos, sacerdotes, religiosos y seminaristas filipinos presentes en la Catedral.

Francisco volvió a improvisar, respecto al discurso que tenía escrito, para destacar que "los pobres son el corazón del Evangelio". "Si dejamos a los pobres fuera del Evangelio no podremos comprender a Jesús", añadió.

En sus palabras, recordó que "la Iglesia está llamada a reconocer y combatir las causas de la desigualdad y la injusticia, profundamente arraigada, que deforman el rostro de la sociedad filipina contradiciendo las enseñanzas de Cristo". "Sólo si llegamos a ser pobres, y eliminamos nuestra complacencia, seremos capaces de identificarnos con los últimos de nuestros hermanos y hermanas", insistió.

De esta manera, explicó el Papa, se podrá responder "con honestidad e integridad al desafío de anunciar la radicalidad del Evangelio en una sociedad acostumbrada a la exclusión social, a la polarización y a una desigualdad escandalosa".

A los jóvenes sacerdotes, religiosos y seminaristas, les exhortó también a que estén cerca de sus coetáneos, que "pueden estar confundidos y desanimados, pero siguen viendo a la Iglesia como compañera en el camino y una fuente de esperanza".

Les instó a mostrar cercanía "a aquellos que, viviendo en medio de una sociedad abrumada por la pobreza y la corrupción, están abatidos, tentados de darse por vencidos, de abandonar los estudios y vivir en las calles". Así como, "a proclamar la belleza y la verdad del mensaje cristiano a una sociedad que está tentada por una visión confusa de la sexualidad, el matrimonio y la familia".

Por último, el Santo Padre advirtió de la presencia de "fuerzas poderosas que amenazan con desfigurar el plan de Dios sobre la creación y traicionan los verdaderos valores".

Uno de los momentos más entrañables tuvo lugar tras las palabras que el purpurado filipino dirigió al Pontífice a punto de concluir la Eucaristía, cuando ambos se fundieron en un afectuoso abrazo.

La celebración finalizó con una hermosa antífona mariana, cantada a la Virgen por todos los presentes en la octava versión de un templo construido en 1581 con bambú y hojas de palma y devastado repetidamente por tifones, incendios, terremotos y bombardeos. 

Leer la homilía completa aquí.

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El Papa: 'Rechacen la colonización ideológica que destruye a la familia'
Viernes, 17.30 (Manila) El Santo Padre ha animado a las familias a ser voces proféticas en medio de la sociedad

Por Rocío Lancho García

CIUDAD DEL VATICANO, 16 de enero de 2015 (Zenit.org) - Niños, jóvenes, matrimonios y ancianos de Filipinas; todos han respondido con gran entusiasmo a la llamada para reunirse en esta tarde del viernes, en el Mall of Asia Arena de Manila, en el encuentro del Santo Padre con las familias. Miles de personas cantaban y saludaban con gran alegría al papa Francisco a su llegada al Palacio de Deportes.

El encuentro, que ha sido una Liturgia de la Palabra, ha sido introducido por monseñor Gabriel Reyes, obispo de Antipolo y presidente de la Comisión Episcopal para la Familia. También ha dirigido unas palabras un miembro de la familia propietaria del Palacio de Deportes donde se desarrolla el evento.

Tras escuchar los cantos, el Papa ha leído un pasaje del Evangelio. Finalmente, ha escuchado varios testimonios, en los que se ha mostrado como la solidaridad familiar consigue superar problemas como la pobreza, la inmigración o la discapacidad.

Finalmente el Pontífice ha dedicado unas palabras destacando el papel de las familias en la sociedad. Haciendo referencia al papel de san José en el Evangelio, el Papa ha recordado que a José le fue revalada la voluntad de Dios durante el descanso. Por eso ha explicado que en este momento de descanso en el Señor, cuando nos detenemos de nuestras muchas obligaciones y actividades diarias, Dios también nos habla.

Así, el Santo Padre ha destacado tres aspectos de este pasaje: descansar en el Señor, levantarse con Jesús y María, y ser una voz profética.

Sobre el primer aspecto, el Pontífice ha precisado que el descanso es necesario para la salud de nuestras mentes y cuerpos pero también para nuestra salud espiritual, para que podamos escuchar la voz de Dios y entender lo que él nos pide. Y así, ha recordado que para oír y aceptar la llamada de Dios, y preparar una casa para Jesús, debemos ser capaces de descansar en el Señor y dedicar tiempo cada día a la oración. Por eso ha advertido que a pesar de toda nuestra actividad y ajetreo, sin la oración lograremos muy poco. A propósito, ha insistido en que las familias son importantes en el plan de Dios sobre la Iglesia porque ahí es donde aprendemos a amar, a perdonar, a ser generosos y abiertos, no cerrados y egoístas. Aprendemos a ir más allá de nuestras propias necesidades, para encontrar a los demás y compartir nuestras vidas con ellos.

En segundo lugar, Francisco ha hablado de cómo crecer con Jesús y María. La fe no nos aleja del mundo, sino que nos introduce más profundamente en él, ha advertido. Es más, ha añadido,  cada uno de nosotros tiene un papel especial que desempeñar en la preparación de la venida del reino de Dios a nuestro mundo. Así como el ángel reveló a José los peligros que amenazaban a Jesús y María, obligándolos a huir a Egipto, Dios nos llama a reconocer los peligros que amenazan a nuestras familias para protegerlas de cualquier daño.

A continuación, el Papa ha hablado de las dificultades que pesan sobre la vida familiar. Los efectos de los desastres naturales, la situación económica, la búsqueda de empleo El Papa, improvisando en español, ha advertido sobre las colonizaciones ideológicas que tratan de destrozar la familia. Y así --ha añadido-- como nuestros pueblos en un momento de la historia llegaron a la madurez de decir no a cualquier colonización política, como familia tenemos que ser muy sagaces, hábiles, fuertes, para decir no a cualquier intento de colonización ideológica sobre la familia. Si, por un lado, demasiadas personas viven en pobreza extrema, otras, en cambio, están atrapadas por el materialismo y un estilo de vida que destruye la vida familiar ha advertido.

Por esto, ha afirmado nuestro mundo necesita familias buenas y fuertes para superar estos peligros. Y así les ha pedido que sean ejemplo vivo de amor, de perdón y atención, santuarios de respeto a la vida y que proclamen la sacralidad de toda vida humana desde su concepción hasta la muerte natural.

Por último, el Pontífice ha precisado que el Evangelio escuchado recuerda el deber cristiano de ser voces proféticas en medio de la sociedad. Al respecto, el Papa ha indicado que cuando las familias tienen hijos, los forman en la fe y en sanos valores, y les enseñan a colaborar en la sociedad, se convierten en una bendición para nuestro mundo.

Asimismo, les ha pedido que sean especialmente conscientes, en este Año de los Pobres que se ha establecido en Filipinas, de la llamada a ser discípulos misioneros de Jesús. Por eso les ha pedido que se preocupen especialmente de los ancianos y niños sin padres. A propósito, el Papa ha confesado estar profundamente conmovido en el corazón por el encuentro que tuvo esta mañana en un centro de niños huérfanos.

No escondáis vuestra fe, no escondáis a Jesús, llevadlo al mundo y dad el testimonio de vuestra vida familiar, ha exhortado el Papa.

Leer el discurso completo aquí

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Manila: visita sorpresa del Papa a un centro de niños de la calle
Francisco se reunió en privado también con 40 jesuitas. El encuentro informal se desarrolló en un clima distendido y jocoso, informó el padre Lombardi

Por Redacción

ROMA, 16 de enero de 2015 (Zenit.org) - El papa Francisco ha visitado este viernes por sorpresa un centro para antiguos niños filipinos de la calle que han sido ayudados por la asociación Ank-Tnk. Tras la misa en la Catedral de la Inmaculada Concepción de Manila, el Santo Padre se ha trasladado a una de las sedes de esta asociación para encontrarse con decenas de menores salvados de la mendicidad, la violencia, la droga, y la prostitución.El centro está dirigido por un religioso jesuita francés, el padre Mathieu, y da acogida a unas 20 niñas, ha informado el director de la Sala de Prensa de la Santa Sede, padre Federico Lombardi.

El Pontífice argentino ha hablado durante 20 minutos con los pequeños en español y los 320 niños presentes, de entre 6 y 10 años, no han dudado en abrazar a Francisco, besarle e incluso dos de ellos, los más pequeños, se han sentado en la rodillas del Papa. Además, ha habido cantos, fotos y le entregaron algunos regalos. En el "conmovedor" encuentro, según el padre Lombardi, ha participado también el arzobispo de Manila y presidente de la Conferencia Episcopal filipina, cardenal Luis Antonio Tagle.

En rueda de prensa, el portavoz de la Santa Sede ha apuntado además que Francisco ha mantenido un encuentro en privado con 40 sacerdotes jesuitas. Así, ha afirmado que la cita se ha desarrollado en un clima distendido y hasta jocoso. Los sacerdotes presentes han llegado a decir al Santo Padre: "Somos 40, ¡como los 40 elefantes de Sri Lanka!", en referencia a las bestias que fueron dispuestas para la bienvenida del Pontífice argentino. El Papa, por su parte, ha bromeado diciendo: "¡Pero esos tenían ropa solemne!"

Entre los jesuitas presentes, se encontraba el presidente de la Universidad Ateneo de Manila, padre José Ramón Villarín, y otras autoridades de la mencionada casa de estudios. El padre Villarín ha contado luego a los medios locales que tenían "estrictas órdenes" de mantener el encuentro en secreto.

"Fue como un simple encuentro familiar en el que hablamos de una variedad de temas, como la vocación, el amor a Cristo, la oración, la misión, los desafíos de la juventud, el servicio a aquellos que están en las periferias y la pastoral de los migrantes", ha explicado el religioso de la Compañía, quien ha definido la reunión como "muy jesuita, muy informal". Este ha sido el segundo evento no previsto en el programa oficialdel papa Francisco en Filipinas.

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El papa Francisco


Discurso del Santo Padre a las familias
El papa Francisco pide a las familias 'descansar en el Señor, levantarse con Jesús y María, y ser una voz profética'

Por Redacción

CIUDAD DEL VATICANO, 16 de enero de 2015 (Zenit.org) - Esta tarde, el santo Padre ha sido recibido por miles de familias en la Palacio de Deportes Mall of Asia Arena de Manila.

Publicamos a continuación las palabras del Santo Padre:

Estimadas familias, queridos amigos en Cristo:

Muchas gracias por vuestra presencia aquí esta noche y por el testimonio de vuestro amor a Jesús y a su Iglesia. Agradezco a monseñor Reyes, Presidente de la Comisión Episcopal de Familia y Vida, sus palabras de bienvenida. Y, de una manera especial, doy las gracias a los que han presentado sus testimonios, ¡gracias! y han compartido su vida de fe con nosotros. La Iglesia en Filipinas está bendecida con el apostolado de muchos movimientos dedicados a la familia. Y les doy las gracias por su labor.

Las Escrituras rara vez hablan de san José, pero cuando lo hacen, a menudo lo encuentran descansando, mientras un ángel le revela la voluntad de Dios en sueños. En el pasaje del Evangelio que acabamos de escuchar, nos encontramos con José que descansa no una vez sino dos veces. Esta noche me gustaría descansar en el Señor con todos vosotros.  Me gustaría recordar mi familia, mi padre, mi madre, mi abuelo, mi abuela. Hoy voy compartir con vosotros. Y quiero reflexionar sobre el don de la familia.

Pero primero me gustaría decir algo sobre el sueño. Pero mi inglés es muy pobre. Si me lo permiten, le voy a pedir a monseñor que me traduzca y yo hablo español.

A mí me gusta mucho esto de soñar en una familia. Toda mamá y todo papá soñó a su hijo durante nueve meses. ¿Es verdad o no? Soñar cómo será el hijo. No es posible una familia sin soñar. Cuando en una familia se pierde la capacidad de soñar los chicos no crecen, el amor no crece, la vida se devilita y se apaga.

Por eso les recomiendo que a la noche, cuando hacen en el examen de conciencia, se hagan también, también, esta pregunta, ¿hoy soñé con el futuro de mis hijos? ¿Hoy soñé con el amor de mi esposo, de mi esposa? ¿Hoy soñé con mis padres, mis abuelos que llevaron la historia también? Es tan importante soñar. Primero de todo, soñar en una familia. No pierdan esta capacidad de soñar. Y también cuántas dificultades en la vida del matrimonio se solucionan si nos tomamos un espacio de sueño. Si nos detenemos y pensamos en el cónyuge, la cónyuge. Y soñamos con las bondades que tiene, las cosas buenas que tiene. Por eso es muy importante recuperar el amor a través de la ilusión de todos los días. Nunca dejen de ser novios.

A José le fue revalada la voluntad de Dios durante el descanso. En este momento de descanso en el Señor, cuando nos detenemos de nuestras muchas obligaciones y actividades diarias, Dios también nos habla. Él nos habla en la lectura que acabamos de escuchar, en nuestra oración y testimonio, y en el silencio de nuestro corazón. Reflexionemos sobre lo que el Señor nos quiere decir, especialmente en el Evangelio de esta tarde. Hay tres aspectos de este pasaje que me gustaría que considerásemos: descansar en el Señor, levantarse con Jesús y María, y ser una voz profética.

Descansar en el Señor. El descanso es necesario para la salud de nuestras mentes y cuerpos, aunque a menudo es muy difícil de lograr debido a las numerosas obligaciones que recaen sobre nosotros. Pero el descanso es también esencial para nuestra salud espiritual, para que podamos escuchar la voz de Dios y entender lo que él nos pide. José fue elegido por Dios para ser el padre putativo de Jesús y el esposo de María. Como cristianos, también vosotros estáis llamados, al igual que José, a construir un hogar para Jesús. Le preparáis un hogar en vuestros corazones, vuestras familias, vuestras parroquias y comunidades.

Para oír y aceptar la llamada de Dios, y preparar una casa para Jesús, debéis ser capaces de descansar en el Señor. Debéis dedicar tiempo cada día para descensar en Dios, a la oración. Rezar es descansar en Dios. Es posible que me digáis: Santo Padre, yo quiero orar, pero tengo mucho trabajo. Sí. Tengo que cuidar de mis hijos; además están las tareas del hogar; estoy muy cansado incluso para dormir bien. Y seguramente es así, pero si no oramos, no conoceremos la cosa más importante de todas: la voluntad de Dios sobre nosotros. Y a pesar de toda nuestra actividad y ajetreo, sin la oración, lograremos muy poco.

Descansar en la oración es especialmente importante para las familias. Donde primero aprendemos a orar es en la familia. Y no lo olvidéis, cuando la familia reza unida, permanece unida. Esto es importante. Allí conseguimos conocer a Dios, crecer como hombres y mujeres de fe, vernos como miembros de la gran familia de Dios, la Iglesia. En la familia aprendemos a amar, a perdonar, a ser generosos y abiertos, no cerrados y egoístas. Aprendemos a ir más allá de nuestras propias necesidades, para encontrar a los demás y compartir nuestras vidas con ellos. Por eso es tan importante rezar en familia. Por eso las familias son tan importantes en el plan de Dios sobre la Iglesia. Descansar en Dios para rezar, rezar juntos en familia.

Yo quisiera también decirles una cosa muy personal. Yo quiero mucho a san José. Porque es un hombre fuerte y de silencio. Y tengo en mi escritorio tengo una imagen de san José durmiendo. Y durmiendo cuida a la Iglesia. Sí, puede hacerlo. Nosotros no. Y cuando tengo un problema, una dificultad, yo escribo un papelito y lo pongo debajo de san José para que lo sueñe. Esto significa para que rece por ese problema.

El segundo aspecto, crecer con Jesús y María. Esos momentos preciosos de reposo, de descanso con el Señor en la oración, son momentos que quisiéramos tal vez prolongar. Pero, al igual que san José, una vez que hemos oído la voz de Dios, debemos despertar, levantarnos y actuar, en familia hay que levantarse y actuar. La fe no nos aleja del mundo, sino que nos introduce más profundamente en él. Es muy importante. Nosotros deemos ir más profundamente en el mundo, pero con la fuerza de la oración. Cada uno de nosotros tiene un papel especial que desempeñar en la preparación de la venida del reino de Dios a nuestro mundo.

Del mismo modo que el don de la sagrada Familia fue confiado a san José, así a nosotros se nos ha confiado el don de la familia y su lugar en el plan de Dios. Lo mismo que con san José. A san José el regalo de la Sagrada Familia le fue encomendado para que lo llevara adelante. A cada uno de ustedes, y de nosotros, porque yo también soy hijo de una familia, nos entregan en plan de Dios para llevarlo adelante. El ángel del Señor le reveló a José los peligros que amenazaban a Jesús y María, obligándolos a huir a Egipto y luego a instalarse en Nazaret. Así también, en nuestro tiempo, Dios nos llama a reconocer los peligros que amenazan a nuestras familias para protegerlas de cualquier daño. Y estad atentos, estad atentos con las nuevas ideologías colonizadoras. Existen colonizaciones ideológicas que buscan destruir la familia. No nacen del sueño de la oración, del encuentro con Dios, de la misión que Dios nos da. Vienen de afuera, por eso digo que son colonizaciones, no perdamos la libertad de la misión que Dios nos da, la misión de la familia. Y así como nuestros pueblos en un momento de su historia llegaron a la madurez de decirle no a cualquier colonización política, como familia tenemos que ser muy sagaces, hábiles, fuerte, para decir no a cualquier intento de colonización ideológica sobre la familia. Y pedirle a san José, que es amigo del ángel, que nos mande la inspiración de saber cuando podemos decir sí, y cuando debemos decir no. Las dificultades de las familias son muchas.

Aquí, en las Filipinas, multitud de familias siguen sufriendo los efectos de los desastres naturales. La situación económica ha provocado la separación de las familias a causa de la migración y la búsqueda de empleo, y los problemas financieros gravan sobre muchos hogares. Si, por un lado, demasiadas personas viven en pobreza extrema, otras, en cambio, están atrapadas por el materialismo y un estilo de vida que destruye la vida familiar y las más elementales exigencias de la moral cristiana.  Estas son las ideologías colonizadoras. La familia se ve también amenazada por el creciente intento, por parte de algunos, de redefinir la institución misma del matrimonio, guiados por el relativismo, la cultura de lo efímero, la falta de apertura a la vida.

Pienso en el beato Pablo VI. En un momento donde se le proponía el problema del crecimiento de la población tuvo la valentía de defender la apertura a la vida de la familia. Él sabía las dificultades que había en cada familia, por eso en su carta encíclica era tan misericordioso con los casos particulares. Y pidió a los confesores que fueran muy misericordiosos y comprensivos con los casos particulares. Pero él miró más allá, miró los pueblos de la tierra y vio esta amenaza de destrucción de la familia por la  por la privación de los hijos. Pablo VI era valiente, era un buen pastor. Y alertó a sus ovejas sobre los lobos que venían. Que desde el Cielo nos bendiga esta tarde.

Nuestro mundo necesita familias buenas y fuertes para superar estos peligros. Filipinas necesita familias santas y unidas para proteger la belleza y la verdad de la familia en el plan de Dios y para que sean un apoyo y ejemplo para otras familias. Toda amenaza para la familia es una amenaza para la propia sociedad. Como afirmaba a menudo san Juan Pablo II, el futuro de la humanidad pasa por la familia. El futuro pasa por las familias. Así pues, ¡proteged vuestras familias! ¡proteged vuestras familias! Ved en ellas el mayor tesoro de vuestro país y sustentarlas siempre con la oración y la gracia de los sacramentos. Las familias siempre tendrán dificultades, así que no le añadáis otras. Más bien, sed ejemplo vivo de amor, de perdón y atención. Sed santuarios de respeto a la vida, proclamando la sacralidad de toda vida humana desde su concepción hasta la muerte natural. ¡Qué don para la sociedad si cada familia cristiana viviera plenamente su noble vocación! Levantaos con Jesús y María, y seguid el camino que el Señor traza para cada uno de vosotros.

Por último, el Evangelio que hemos escuchado nos recuerda nuestro deber cristiano de ser voces proféticas en medio de nuestra sociedad. José escuchó al ángel del Señor, y respondió a la llamada de Dios a cuidar de Jesús y María. De esta manera, cumplió su papel en el plan de Dios, y llegó a ser una bendición no sólo para la sagrada Familia, sino para toda la humanidad. Con María, José sirvió de modelo para el niño Jesús, mientras crecía en sabiduría, edad y gracia (cf. Lc 2,52). Cuando las familias tienen hijos, los forman en la fe y en sanos valores, y les enseñan a colaborar en la sociedad, se convierten en una bendición para nuestro mundo. La familia puede ser bendición para el mundo. El amor de Dios se hace presente y operante a través de nuestro amor y de las buenas obras que hacemos. Extendemos el reino de Cristo en este mundo.  Y al hacer esto, somos fieles a la misión profética que hemos recibido en el bautismo.

Durante este año, que vuestros obispos han establecido como el Año de los Pobres, os pediría, como familias, que fuerais especialmente conscientes de vuestra llamada a ser discípulos misioneros de Jesús. Esto significa estar dispuestos a salir de vuestras casas y atender a nuestros hermanos y hermanas más necesitados. Os pido además que os preocupéis de aquellos que no tienen familia, en particular de los ancianos y niños sin padres. No dejéis que se sientan nunca aislados, solos y abandonados; ayudadlos para que sepan que Dios no los olvida. Hoy quedé sumamente conmovido en el corazón después de la misa. Cuando visité ese hogar de niños solos sin familia. Cuánta gente trabaja en la Iglesia para que ese hogar sea una familia. Y esto significa llevar adelante proféticamente qué significa una familia. Incluso si vosotros mismos sufrís la pobreza material, tenéis una abundancia de dones cuando dais a Cristo y a la comunidad de su Iglesia. No escondáis vuestra fe, no escondáis a Jesús, llevadlo al mundo y dad el testimonio de vuestra vida familiar.

Queridos amigos en Cristo, sabed que yo rezo siempre por vosotros. Hoy rezo por las familias. Lo hago. Rezo para que el Señor siga haciendo más profundo vuestro amor por Él, y que este amor se manifieste en vuestro amor por los demás y por la Iglesia. No os olvidéis, Jesús durmiendo. No olvidéis José durmiendo. Jesús de la cama bajo la protección de José. No olvidéis que el dormir de la familia es la oración. No olvidéis rezar en familia. No dejéis de rezar a menudo y que vuestra oración dé frutos en todo el mundo, de modo que todos conozcan a Jesucristo y su amor misericordioso. Por favor, dormid - rezad también por mí, porque necesito verdaderamente vuestras oraciones y siempre cuento con ellas. Muchas gracias.

Texto distribuido por la Sala de Prensa del Vaticano

© Copyright - Libreria Editrice Vaticana

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Homilía del Santo Padre en la catedral de Manila
Francisco recuerda que 'la Iglesia está llamada a reconocer y combatir las causas de la desigualdad y la injusticia'

Por Redacción

ROMA, 16 de enero de 2015 (Zenit.org) - El papa Francisco ha presidido este viernes --a las 11,15, hora local-- la celebración eucarística en la Catedral de la Inmaculada Concepción de Manila. Han participado en la Misa los obispos, sacerdotes, religiosos y seminaristas de Filipinas.

Después de la proclamación del Santo Evangelio, el Pontífice ha pronunciado la homilía que publicamos a continuación:

«¿Me amas? ... Apacienta mis ovejas» (Jn 21,15-17). Las palabras de Jesús a Pedro en el Evangelio de hoy son las primeras que os dirijo, queridos hermanos obispos y sacerdotes, religiosos y religiosas, seminaristas y jóvenes. Estas palabras nos recuerdan algo esencial. Todo ministerio pastoral nace del amor. Toda vida consagrada es un signo del amor reconciliador de Cristo. Al igual que santa Teresa de Lisieux, cada uno de nosotros, en la diversidad de nuestras vocaciones, está llamado de alguna manera a ser el amor en el corazón de la Iglesia.

Os saludo a todos con gran afecto. Y os pido que hagáis llegar mi afecto a todos vuestros hermanos y hermanas ancianos y enfermos, y a todos aquellos que no han podido unirse a nosotros hoy. Ahora que la Iglesia en Filipinas mira hacia el quinto centenario de su evangelización, sentimos gratitud por el legado dejado por tantos obispos, sacerdotes y religiosos de generaciones pasadas. Ellos trabajaron, no sólo para predicar el Evangelio y edificar la Iglesia en este país, sino también para forjar una sociedad animada por el mensaje del Evangelio de la caridad, el perdón y la solidaridad al servicio del bien común. Hoy vosotros continuáis esa obra de amor. Como ellos, estáis llamados a construir puentes, a apacentar las ovejas de Cristo, y preparar caminos nuevos para el Evangelio en Asia, en los albores de una nueva era.

«El amor de Cristo nos apremia» (2 Co 5,14). En la primera lectura de hoy san Pablo nos dice que el amor que estamos llamados a proclamar es un amor reconciliador, que brota del corazón del Salvador crucificado. Estamos llamados a ser «embajadores de Cristo» (2 Co 5,20). El nuestro es un ministerio de la reconciliación. Proclamamos la Buena Nueva del amor infinito, de la misericordia y de la compasión de Dios. Proclamamos la alegría del Evangelio. Pues el Evangelio es la promesa de la gracia de Dios, la única que puede traer la plenitud y la salvación a nuestro mundo quebrantado. Es capaz de inspirar la construcción de un orden social verdaderamente justo y redimido.

Ser un embajador de Cristo significa, en primer lugar, invitar a todos a un renovado encuentro personal con el Señor Jesús (Evangelii Gaudium, 3). Esta invitación debe estar en el centro de vuestra conmemoración de la evangelización de Filipinas. Pero el Evangelio es también una llamada a la conversión, a examinar nuestra conciencia, como individuos y como pueblo. Como los obispos de Filipinas han enseñado justamente, la Iglesia está llamada a reconocer y combatir las causas de la desigualdad y la injusticia profundamente arraigada, que deforman el rostro de la sociedad filipina, contradiciendo claramente las enseñanzas de Cristo. El Evangelio llama a cada cristiano a vivir una vida de honestidad, integridad e interés por el bien común. Pero también llama a las comunidades cristianas a crear «círculos de integridad», redes de solidaridad que se expandan hasta abrazar y transformar la sociedad mediante su testimonio profético.

Como embajadores de Cristo, nosotros, obispos, sacerdotes, religiosos y religiosas, debemos ser los primeros en acoger en nuestros corazones su gracia reconciliadora. San Pablo explica con claridad lo que esto significa: rechazar perspectivas mundanas y ver todas las cosas de nuevo a la luz de Cristo; ser los primeros en examinar nuestras conciencias, reconocer nuestras faltas y pecados, y recorrer el camino de una conversión constante. ¿Cómo podemos proclamar a los demás la novedad y el poder liberador de la Cruz, si nosotros mismos no dejamos que la Palabra de Dios sacuda nuestra complacencia, nuestro miedo al cambio, nuestros pequeños compromisos con los modos de este mundo, nuestra «mundanidad espiritual» (cf. Evangelii Gaudium, 93)?

Para nosotros, sacerdotes y personas consagradas, la conversión a la novedad del Evangelio implica un encuentro diario con el Señor en la oración. Los santos nos enseñan que ésta es la fuente de todo el celo apostólico. Para los religiosos, vivir la novedad del Evangelio significa también encontrar siempre de nuevo en la vida comunitaria y en los apostolados de la comunidad el incentivo de una unión cada vez más estrecha con el Señor en la caridad perfecta. Para todos nosotros, significa vivir de modo que se refleje en nuestras vidas la pobreza de Cristo, cuya existencia entera se centró en hacer la voluntad del Padre y en servir a los demás. El gran peligro, por supuesto, es el materialismo que puede deslizarse en nuestras vidas y comprometer el testimonio que ofrecemos. Sólo si llegamos a ser pobres, y eliminamos nuestra complacencia, seremos capaces de identificarnos con los últimos de nuestros hermanos y hermanas. Veremos las cosas desde una perspectiva nueva y así responderemos con con honestidad e integridad al desafío de anunciar la radicalidad del Evangelio en una sociedad acostumbrada a la exclusión social, a la polarización y a la inequidad escandalosa.

Quisiera dirigir unas palabras especialmente a los jóvenes sacerdotes, religiosos y seminaristas, aquí presentes. Os pido que compartáis con todos la alegría y el entusiasmo de vuestro amor a Cristo y a la Iglesia, pero sobre todo con vuestros coetáneos. Que estéis cerca de los jóvenes que pueden estar confundidos y desanimados, pero siguen viendo a la Iglesia como compañera en el camino y una fuente de esperanza. Estar cerca de aquellos que, viviendo en medio de una sociedad abrumada por la pobreza y la corrupción, están abatidos, tentados de darse por vencidos, de abandonar los estudios y vivir en las calles. Proclamar la belleza y la verdad del mensaje cristiano a una sociedad que está tentada por una visión confusa de la sexualidad, el matrimonio y la familia. Como sabéis, estas realidades sufren cada vez más el ataque de fuerzas poderosas que amenazan con desfigurar el plan de Dios sobre la creación y traicionan los verdaderos valores que han inspirado y plasmado todo lo mejor de vuestra cultura.

La cultura filipina, de hecho, ha sido modelada por la creatividad de la fe. Los filipinos son conocidos en todas partes por su amor a Dios, su ferviente piedad y su cálida devoción a Nuestra Señora y su rosario. Este gran patrimonio contiene un poderoso potencial misionero. Es la forma en la que vuestro pueblo ha inculturado el Evangelio y sigue viviendo su mensaje (cf. Evangelii Gaudium, 122). En vuestros trabajos para preparar el quinto centenario, construid sobre esta sólida base.

Cristo murió por todos para que, muertos en él, ya no vivamos para nosotros mismos, sino para él (cf. 2 Co 5,15). Queridos hermanos obispos, sacerdotes y religiosos: pido a María, Madre de la Iglesia, que os conceda un celo desbordante que os lleve a gastaros con generosidad en el servicio de nuestros hermanos y hermanas. Que de esta manera, el amor reconciliador de Cristo penetre cada vez más profundamente en el tejido de la sociedad filipina y, a través de él, hasta los confines de la tierra.

Texto distribuido por la Sala de Prensa del Vaticano

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Discurso del Papa a las autoridades de Filipinas
Dice que es un 'deber escuchar la voz de los pobres y romper las cadenas de la injusticia'. Pide que los polí­ticos se distingan 'por su honestidad, integridad y compromiso con el bien común'

Por Redacción

ROMA, 16 de enero de 2015 (Zenit.org) - El papa Francisco ha dirigido este viernes por la mañana un discurso al presidente de Filipinas, Benigno Aquino, y demás autoridades del país. A continuación, publicamos el texto del mensaje del Santo Padre: 

Señoras y Señores

Gracias, señor Presidente, por su amable acogida y por sus palabras de saludo en nombre de las autoridades y el pueblo de Filipinas, y de los distinguidos miembros del Cuerpo diplomático. Le agradezco de corazón su invitación a visitar Filipinas. Mi visita es sobre todo pastoral. Tiene lugar cuando la Iglesia en este país se prepara para celebrar el quinto centenario del primer anuncio del Evangelio de Jesucristo en estas costas. El mensaje cristiano ha tenido una inmensa influencia en la cultura filipina. Espero que este importante aniversario resalte su constante fecundidad y su capacidad para seguir plasmando una sociedad que responda a la bondad, la dignidad y las aspiraciones del pueblo filipino.

De manera particular, esta visita quiere expresar mi cercanía a nuestros hermanos y hermanas que tuvieron que soportar el sufrimiento, la pérdida de seres queridos y la devastación causada por el tifón Yolanda. Al igual que tantas personas en todo el mundo, he admirado la fuerza heroica, la fe y la resistencia demostrada por muchos filipinos frente a éste y otros desastres naturales. Esas virtudes, enraizadas en la esperanza y la solidaridad inculcadas por la fe cristiana, dieron lugar a una manifestación de bondad y generosidad, sobre todo por parte de muchos jóvenes. En esos momentos de crisis nacional, un gran número de personas acudieron en ayuda de sus vecinos necesitados. Con gran sacrificio, dieron su tiempo y recursos, creando redes de ayuda mutua y trabajando por el bien común.

Este ejemplo de solidaridad en el trabajo de reconstrucción nos enseña una lección importante. Al igual que una familia, toda sociedad echa mano de sus recursos más profundos para hacer frente a los nuevos desafíos. En la actualidad, Filipinas, junto con muchos otros países de Asia, se enfrenta al reto de construir sobre bases sólidas una sociedad moderna, una sociedad respetuosa de los auténticos valores humanos, que tutele nuestra dignidad y los derechos humanos dados por Dios, y lista para enfrentar las nuevas y complejas cuestiones políticas y éticas. Como muchas voces en vuestro país han señalado, es más necesario ahora que nunca que los líderes políticos se distingan por su honestidad, integridad y compromiso con el bien común. De esta manera ayudarán a preservar los abundantes recursos naturales y humanos con que Dios ha bendecido este país. Y así serán capaces de gestionar los recursos morales necesarios para hacer frente a las exigencias del presente, y transmitir a las generaciones venideras una sociedad de auténtica justicia, solidaridad y paz.

Para el logro de estos objetivos nacionales es esencial el imperativo moral de garantizar la justicia social y el respeto por la dignidad humana. La gran tradición bíblica prescribe a todos los pueblos el deber de escuchar la voz de los pobres y de romper las cadenas de la injusticia y la opresión que dan lugar a flagrantes e incluso escandolosas desigualdades sociales. La reforma de las estructuras sociales que perpetúan la pobreza y la exclusión de los pobres requiere en primer lugar la conversión de la mente y el corazón. Los Obispos de Filipinas han pedido que este año sea proclamado el «Año de los Pobres». Espero que esta profética convocatoria haga que en todos los ámbitos de la sociedad se rechace cualquier forma de corrupción que sustrae recursos de los pobres, y se realice un esfuerzo concertado para garantizar la inclusión de todo hombre, mujer y niño en la vida de la comunidad.

La familia, y sobre todo los jóvenes, desempeñan un papel fundamental en la renovación de la sociedad. Un momento destacado de mi visita será el encuentro con las familias y los jóvenes, aquí en Manila. Las familias tienen una misión indispensable en la sociedad. Es en la familia donde los niños aprenden valores sólidos, altos ideales y sincera preocupación por los demás. Pero al igual que todos los dones de Dios, la familia también puede ser desfigurada y destruida. Necesita nuestro apoyo. Sabemos lo difícil que es hoy para nuestras democracias preservar y defender valores humanos básicos como el respeto a la dignidad inviolable de toda persona humana, el respeto de los derechos de conciencia y de libertad religiosa, así como el derecho inalienable a la vida, desde la de los no nacidos hasta la de los ancianos y enfermos. Por esta razón, hay que ayudar y alentar a las familias y las comunidades locales en su tarea de transmitir a nuestros jóvenes los valores y la visión que permita lograr una cultura de la integridad: aquella que promueve la bondad, la veracidad, la fidelidad y la solidaridad como base firme y aglutinante moral para mantener unida a la sociedad.

Señor Presidente, distinguidas autoridades, queridos amigos:

Al comenzar mi visita a este país, no puedo dejar de mencionar el papel importante de Filipinas para fomentar el entendimiento y la cooperación entre los países de Asia, así como la contribución eficaz, y a menudo no reconocida, de los filipinos de la diáspora a la vida y el bienestar de las sociedades en las que viven. A la luz de la rica herencia cultural y religiosa, que enorgullece a su país, les dejo un desafío y una palabra de aliento. Que los valores espirituales más profundos del pueblo filipino sigan manifestándose en sus esfuerzos por proporcionar a sus conciudadanos un desarrollo humano integral. De esta forma, toda persona será capaz de realizar sus potencialidades, y así contribuir de manera sabia y eficaz al futuro de este país. Espero que las meritorias iniciativas para promover el diálogo y la cooperación entre los fieles de distintas religiones consigan su noble objetivo. De modo particular, confío en que el progreso que ha supuesto la consecución de la paz en el sur del País promueva soluciones justas que respeten los principios fundantes de la nación y los derechos inalienables de todos, incluidas las poblaciones indígenas y las minorías religiosas.

Invoco sobre ustedes, y todos los hombres, mujeres y niños de esta amada nación, abundantes bendiciones de Dios.

Texto distribuido por la Sala de Prensa del Vaticano

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Mirada al mundo


Alegría en California por la canonización de fray Junípero Serra
Francisco anunció durante el vuelo a Filipinas que canonizará al franciscano español en Estados Unidos en septiembre de 2015

Por Redacción

CIUDAD DEL VATICANO, 16 de enero de 2015 (Zenit.org) - Dos obispos de California han expresado su alegría y gratitud por la canonización del franciscano español Junípero Serra, anunciada por el santo padre Francisco en el vuelo de este jueves, que le llevaba de Sri Lanka a Filipinas en su séptimo viaje internacional.

"Estamos muy agradecidos a nuestro Santo Padre Francisco por este regalo a California y a América", dijo el arzobispo de Los Ángeles, José Gomez. "Creo que la canonización del padre Serra ayudará a la nueva evangelización de la Iglesia. Nos recordará que nuestro Estado,  nuestro país y todo el continente americano, se basan en fundamentos cristianos". También el arzobispo Salvatore Cordileone de San Francisco expresó gratitud y alegría por el anuncio de la canonización. "Todos estamos eufóricos por la noticia de la canonización del beato Junípero Serra", haciendo referencia a futuro santo como "el gran apóstol aquí en California".

Será una canonización equivalente. Tal y como explicó el Santo Padre, este tipo de canonización "se usa cuando desde hace mucho timepo un hombre o una mujer es beato, beata, y tiene la veneración del pueblo de Dios, de hecho es venerado como santo, y no se hace el proceso del milagro".  Junto con otros ejemplos que dio en el avión -- José de Anchieta, José Vaz-- Francisco ha señalado que han jhecho una fuerte evangelización y están en sintonía con la espiritualidad y la teología de la Evangelii gaudium.

En este franciscano, encontramos “un fúlgido ejemplo de unidad cristiana y espíritu misionero” dijo san Juan Pablo II el 25 de septiembre en la plaza de San Pedro el día de la beatificación de este Siervo de Dios. Asimismo explicó que su gran objetivo era llevar el Evangelio a la población autóctona de América, para que también ellos pudieran ser “consagrados en la verdad”. Tal y como explicó el Pontífice polaco, durante muchos años se dedicó a esta tarea en México, en la Sierra Gorda y en California. “Esparció las semillas de la fe cristianas en medio a tumultuosos cambios provocados por la llegada de los colonos europeos al Nuevo Mundo”, indicó. “Era un campo de compromiso misionero que requería paciencia, perseverancia y humildad, además de amplitud de miras y valentía”, explicó san Juan Pablo II. Y añadió que “contando con el poder divino del mensaje anunciado, el padre Serra guió a Cristo a los pueblos autóctonos”. Además, el Papa dijo en la homilía que el padre Serra era muy consciente de las virtudes heroicas de estos pueblos “y trataba de promover su auténtico desarrollo humano sobre la base de su nueva del pueblo creado y redimido por Dios”. Finalmente, definió al padre Junípero Serra como “modelo ejemplar de evangelizador lleno de abnegación”.

BIOGRAFÍA

El 24 de noviembre de 1713 nació en Petra (Mallorca), del matrimonio formado por Antonio Serra y Margarita Ferrer, un niño a quien se le impuso en el bautismo el nombre de Miguel José. Vino al mundo en el humilde hogar de una familia sencilla, de modestos labradores, honrados, devotos y de ejemplares costumbres.

A la edad de 15 años empieza a asistir a las clases de filosofía en el convento de San Francisco de Palma y, sintiéndose llamado por la vocación religiosa, al año siguiente viste el hábito franciscano en el convento de Jesús, extramuros de la ciudad. El 15 de Septiembre de 1731 emite los votos religiosos, cambiando el nombre de Miguel José por el de Junípero.

Fue docente en el convento de San Francisco y cuando se había hecho acreedor de los mayores honores y aplausos, decidió dejarlo todo para seguir la vocación misionera.

Tras una larga y peligrosa travesía de 99 días, llegó a Veracruz en las costas mexicanas. Con otro compañero hizo a pie la caminata de cien leguas, hasta el Colegio de Misioneros de San Fernando en la Capital de México.

A los seis meses de su llegada lo vemos ya enrolado, como Presidente, en un grupo de voluntarios camino hacia el corazón de la Sierra Gorda, en donde inicia su brillante carrera misionera. Ocho años estuvo en aquellas inhóspitas tierras, donde tantos otros habían fracasado. Su historial fue muy diferente. Siempre infatigable y emprendedor, aprende la lengua nativa. Enseña a cultivar la tierra. Monta granjas y talleres. Inicia a los indios en los más elementales rudimentos de las ciencias y las artes. Les adiestra igualmente en el comercio. Les instruye particularmente en los principios doctrinales de la fe católica. Los misioneros emulan las iniciativas y logros de Serra.

Por aquel tiempo se suprimieron los Jesuitas en todos los territorios españoles y, en consecuencia, quedaron abandonadas las misiones de la Baja California. El Gobierno del Virreinato encargó a los franciscanos llenar ese vacío, y de nuevo tenemos al P. Serra, también como Presidente y voluntario, al frente de una expedición de dieciséis religiosos.

Más adelante emprendió una misión junto con el Visitador General y el primero de julio de 1769 llegan al puerto de San Diego y, mientras las tropas izan la bandera de España y levantan el campamento, el P. Serra enarbola la cruz y funda la primera misión en la Alta California.

Se reanuda la marcha siguiendo el rumbo prefijado, y tan pronto como llegan a Monterrey, Fray Junípero se instala junto al Río Carmelo, donde funda la segunda misión, misión que se convirtió en su residencia habitual, de la que partiría tantísimas veces para ensanchar las fronteras de la conquista espiritual.

Fundaron las misiones de San Diego, San Carlos en Carmelo, San Antonio, San Gabriel y San Luis Obispo; ahora se establecerán las de San Francisco, San Juan de Capistrano, Santa Clara y San Buenaventura. Además, se inicia la fundación de Santa Bárbara, que el P. Serra no llegará a ver porque falleció antes.

Su celo por las almas y su dinamismo por levantar más obras, lo espoleaban continuamente para trasladarse de cerro en cerro, entre valles y montañas, y así poder congregar al indio disperso y desprovisto de todo, dándole cobijo y sustento junto a la acogedora misión.

Miles y miles de kilómetros pisó en su fecunda vida. Cojeando y valiéndose de un bastón, cruza repetidas veces los floridos campos californianos para visitar las misiones y estar con sus hermanos los misioneros. A todos escucha y atiende. Se hace cargo de cada situación concreta. Busca y presenta acertadas soluciones. Da nuevas orientaciones y consejos acertados. Predica, bautiza, confirma, confiesa y aún le queda tiempo, para él el más precioso, en el que se ocupa de los problemas y necesidades de sus queridos indios.

El padre Serra murió el  28 de Agosto de 1784.

Leer biografía completa http://www.franciscanos.org/santoral/junipero02.html

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Bélgica: obispo advierte de la tentación de intolerancia
Alarma terrorista, dos yihadistas abatidos. Mons. Delville destaca el contraste entre la cordialidad de la comunidad mulsulmana y la violencia de los que traicionan el islam

Por Redacción

MADRID, 16 de enero de 2015 (Zenit.org) - Dos supuestos yihadistas han muerto este jueves por la tarde en el marco de una gran operación antiterrorista lanzada por la Policía federal belga en Bruselas y otras localidades del país. La Fiscalía ha informado de que la operación se ha activado ante el riesgo "inminente" de un atentado. El operativo se ha lanzado simultáneamente en varias localidades belgas, con "una decena de redadas" en Bruselas, varios municipios próximos, como Zaventen y Vilvoorde, y en la localidad de Verviers, situada al este del país, cerca de la frontera con Alemania.

Ante estos hechos, el episcopado belga ha realizado un sentido llamamiento a no ceder a la "agresión ciega" y proseguir por el camino del "diálogo y el encuentro" en estas horas dramáticas para el país, donde la alerta terrorista se ha disparado tras las últimas operaciones policiales en Bélgica.

En un comunicado, el obispo de Lieja, monseñor Jean-Pierre Delville ha subrayado el contraste entre "la cordialidad manifestada por la comunidad mulsulmana de Hodimont" y "la violencia de los que traicionan el islam a través de su agresividad ciega". "Justo cuando estaba visitando la mezquita del CEVIV en la calle Hodimont en Verviers, un grupo de terroristas fue identificado y algunos fueron abatidos a tiros por la Policía", ha explicado. Para el prelado, "la guerra engendra guerra. Sólo el diálogo y el encuentro conducirán a la paz". 

El asalto en Verviers se ha saldado con la muerte de dos sospechosos y la detención de un tercero, en una operación realizada en torno a las 17 horas y durante la que se han escuchado varias explosiones y ráfagas de disparos. Un portavoz de la Fiscalía federal ha informado en una rueda de prensa de que la operación sigue en marcha y se activó ante la sospecha de que los grupos vigilados preparaban un atentado "de envergadura" en Bélgica y de manera "inminente".

Los sospechosos contra los que se ha dirigido el dispositivo son jóvenes belgas que habían regresado al país tras pasar una temporada en Siria. Las autoridades han reevaluado la situación de alerta terrorista del país y han decidido elevar el nivel de vigilancia de 2 a 3, en una escala de 4.

Los fallecidos, jóvenes de la ciudad de Verviers, eran islamistas conocidos y seguidos por la Policía federal belga, según diferentes medios locales. En esta línea, la cadena de televisión pública francófona RTBF ha informado que serían dos los yihadistas muertos en la operación antiterrorista en Verviers, aunque otros medios como L'Echo y la cadena de televisión RTL-TVI han indicado que hay una tercera víctima.

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Rome Reports


Francisco rompe itinerario oficial y visita por sorpresa a niños de la calle en Manila (Vídeo)
Le acompañó el cardenal Luis Antonio Tagle

Por Redacción

ROMA, 16 de enero de 2015 (Rome Reports) - Para ver el vñideo hacer click aquí.

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Francisco a las familias filipinas: No a la colonización ideológica de la familia (Vídeo)
Entrañable y divertido encuentro del Papa con miles de familias filipinas en Manila

Por Redacción

ROMA, 16 de enero de 2015 (Rome Reports) - Para ver el vídeo hacer click aquí.

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Papa en Manila, recibimiento de rockstar a su llegada al Mall of Asia Arena (Vídeo)
Miles de filipinos salieron a la calle para acompañarle en su camino al estadio

Por Redacción

ROMA, 16 de enero de 2015 (Rome Reports) - Para ver el vídeo hacer click aquí.

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Espiritualidad


San Jenaro Sánchez Delgadillo - 17 de enero (También san Antonio Abad)
«Este mexicano mostró cuál es la actitud que adopta el santo cuando duele la fe. La inmensa aflicción que le produjo el veto impuesto a la Iglesia por las autoridades, acrecentó su celo apostólico, y derramó su sangre por Cristo»

Por Isabel Orellana Vilches

MADRID, 16 de enero de 2015 (Zenit.org) -  En esta festividad de san Antonio Abad, entre otros, se celebra la vida de Jenaro. Nació en el seno de una familia bondadosa, en Agualele lugar perteneciente a Zapopan, Jalisco, México, el 19 de septiembre de 1886. A Julia, su madre, iban a marcarle dos abrazos irrepetibles. El de este primer instante en el que acogió con indecible gozo a su pequeño recién nacido, y el que décadas más tarde le daría envuelto en la amargura cuando lo tuvo inerte en su regazo después de haber sido martirizado. Ella y su esposo Cristóbal eran cristianos comprometidos y estimados en la localidad por sus convecinos. Jenaro heredó esos rasgos de piedad que había aprendido en su propio hogar. La oración ante el Santísimo y su amor a la Virgen María enriquecían una acción pastoral fecunda que se extendió por un buen puñado de parroquias.

Disponible para todos en el confesionario, los feligreses agradecían no sólo contar con sus sabios consejos, sino que acogían conmovidos sus enfervorizadas predicaciones cuidadosamente preparadas, como las celebraciones eucarísticas, en presencia del Sagrario donde al finalizarlas se le podía ver sumamente recogido en acción de gracias. En Cocula había sido profesor del seminario menor y fue un excelente formador de los niños que aprendían llevados por él las verdades esenciales de la fe. En todas sus misiones era bien conocido por su generosidad y ternura con los débiles, especialmente con los enfermos que le atraían como un poderoso imán, aventurándose a partir de inmediato donde alguno de ellos pudiera necesitarlo. Con una especial sensibilidad se ocupaba de consolar y auxiliar igualmente a sus allegados.

Sus padres le acompañaron en 1923 a Tamazulita, capellanía perteneciente a Tecolotlán. Al frente de esta parroquia se hallaba entonces otro santo como él, José María Robles Hurtado, del que fue su vicario. En esta parroquia permaneció hasta el fin. La época, políticamente tormentosa para los religiosos, hacía temer lo peor. De la noche a la mañana, un día supo que al ser clausurados los templos y desatarse la persecución gubernamental contra los presbíteros, no podría ejercer su ministerio. Entonces no pudo contener el llanto. Como es sabido, cuando la fe es el baluarte de la vida los hechos así lo demuestran.

Doler, en este contexto y tal como se aventura en el encabezamiento de esta biografía, significa sufrir en el momento en que graves impedimentos dificultan que fluya la fe en paz y libertad. Duele lo que se ama. El apóstol se aflige por todos aquellos a los que ha de dejar huérfanos de consuelo humano y espiritual. Doler la fe al punto de estar dispuesto a morir, como le sucedió a Jenaro, es la cúspide de un amor a Dios que se ha ido labrando día tras día. Jenaro ejerció su sacerdocio en la clandestinidad; era la consecuencia de una vocación clara vivida con honestidad y coherencia en la que explícitamente mostraba su resolución a apurar el cáliz en vez de elegir otra vía más fácil y menos peligrosa. «En esta persecución van a morir muchos sacerdotes y tal vez yo sea uno de los primeros», comentó entre sus allegados. En realidad, antes de incorporarse a Tamazulita ya había recibido el primer aviso de lo que podía aguardarle cuando fue encarcelado en Zacoalco por haber dado lectura en el templo a la denuncia del prelado Francisco Orozco y Jiménez ante los atropellos que sufría la Iglesia.

Hasta que fue apresado ejerció su ministerio en domicilios particulares y espacios donde podía quedar a salvo de los perseguidores. Su más grande tesoro: el Santísimo, que estaba custodiado en una casa a la que no perdía de vista impidiendo su profanación. Rodeado siempre de los feligreses que le estimaban y protegían le sorprendió el 17 de enero de 1927 la presencia de militares que iban tras él. Le sugirieron que escapara, pero no quiso. Mostrando plena confianza en Dios no abandonó a sus acompañantes, seguro de que si le apresaban sería su fin, pero que con esa decisión salvaría la vida de los demás que hubieran podido sufrir represalias. Al regresar al rancho donde vivía junto a una familia fue arrestado y conducido como sus acompañantes a Tecolotlán. Sin embargo, al llegar allí el cabecilla determinó que liberasen a todos menos a Jenaro, como él había predicho. Llegó así su hora postrera.

Le colocaron una soga al cuello y al tiempo que exclamaba: «¡Qué viva Cristo Rey!» hizo acreedores a los verdugos de su perdón: «Yo los perdono y que mi Padre Dios también los perdone, y siempre!». Su cuerpo quedó pendido de un árbol donde horas más tarde fue objeto de otras crueldades incluso cuando ya era cadáver. Los militares impidieron que personas de buen corazón le dieran sepultura. Cuando fue posible, su madre tomó los restos del fruto de sus entrañas y lo cubrió con sus lágrimas. El arzobispo Orozco manifestó: «Levanto mi voz para pregonar la gloria de la Iglesia de Guadalajara, que ciñe su frente con el nombre del Padre Jenaro Sánchez, colgado y apuñalado por confesar a Cristo Rey». Juan Pablo II lo beatificó el 22 de noviembre de 1992 y también lo canonizó el 21 de mayo del año 2000.

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