El próximo domingo 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer Trabajadora, tendrá lugar en Roma el acto de entrega del I Premio “Mujeres cultivadoras del desarrollo” convocado por Cáritas Internationalis a un proyecto de promoción de la agricultura familiar liderado por mujeres campesinas en Nicaragua y que cuenta con el apoyo de Cáritas Española.

El premio, dotado con 10.000 euros, es fruto de una iniciativa conjunta de Cáritas Internationalis y la Fundación Fidel Götz para distinguir a aquellos proyectos de desarrollo centrados en la lucha contra el hambre. La persona encargada de recoger el galardón será Alba Marina Rosales, una de las campesinas participantes de este programa que lleva a cabo Cáritas Nicaragua con el objetivo de impulsar la agricultura familiar, ecológica y sostenible en una zona de ese país centroamericano con altos índices de pobreza y desnutrición.

Con este premio, Caritas Internationalis ha querido reconocer el liderazgo de las mujeres en la mejora de la nutrición y la calidad de vida de sus familias y comunidades. De hecho, el 70 por cierto de las participantes en este programa de Nicaragua son mujeres que acuden a cursos sobre agricultura, que trabajan activamente en sus huertos y que deciden qué plantas quieren cultivar, cómo producirlas y dónde comercializarlas.

Mejora de las condiciones de vida de 270 familias

En este proyecto de desarrollo rural y alimentación, que comenzó en 2013 y que tiene una duración prevista de tres años, participan 270 familias muy vulnerables de las Diócesis de Juigalpa, Matagalpa y Estelí, que sobrevivían con menos de dos euros al día. Con el apoyo de Cáritas, han podido mejorar su capacitación y obtener semillas, instalar sistemas de riego y adquirir materiales agrícolas.

En algo más de año y medio, estas familias han ampliado sus huertos, mejorado su producción, recuperado variedades criollas, diversificado los cultivos –ahora plantan maíz, frijoles, zanahoria, cebollas, pimientos, rábanos y repollos– y sustituido los fertilizantes e insecticidas naturales químicos por los naturales. Además, y lo más importante, se han reducido los niveles de desnutrición en estas comunidades, sobre todo de ancianos y niños.

“Estas campesinas, muchas veces infravaloradas en sus comunidades, han sido capaces de mejorar sus vidas y las de sus familias”, dice Juana Bertha Duarte, miembro del personal de Caritas Nicaragua, que ha acompaña a Alba Marina Rosales a Roma para participar en la entrega del premio.

En la ceremonia del día 8 –que tendrá lugar en la Casina Pio IV, en el corazón del Vaticano–  también se va a galardonar otro proyecto, que no forma parte de la red Cáritas. Se trata de un programa de artesanía y bordado promovido por Basmeh y  Zeitooneh, una asociación que ayuda a mujeres sirias y palestinas refugiadas en el Líbano. Muchas de ellas se encuentran solas en los campos de refugiados con sus hijos y no tenían manera de ganarse la vida. Ahora trabajan en un taller, en el que cosen productos a mano, que se venden a nivel local e internacional en países como Dubai, Qatar, Alemania, Holanda y Estados Unidos.

También en ese mismo acto se celebrará la segunda edición de la “Narración de historias de Voces de Fe”, una iniciativa de la Fundación Fidel Götz en la que diferentes mujeres de todo el mundo hablarán sobre el acompañamiento a los más vulnerables, la fe, la esperanza, la dignidad humana, la igualdad y la importancia de la educación para el desarrollo.

(Cáritas Española)