ZENIT

El mundo visto desde Roma

Servicio diario - 14 de marzo de 2015

LA FRASE DEL SÁBADO 14 DE MARZO

La manera de dar vale más que lo que se da. (Pierre Corneille)

 


El papa Francisco

Francisco: un buen profesor ama con más intensidad al alumno difícil
El Santo Padre recibe a los miembros de la Unión Católica Italiana de Profesores y les recuerda que su trabajo no es solo transmitir contenidos

El Papa pide a los laicos permear de valores cristianos el ambiente del trabajo
En audiencia con los miembros de la comunidad 'Sí­gueme', el Santo Padre ha invitado a ser laicos en primera línea y sentirse parte activa de la misión de la Iglesia

Rome Reports

Práctica app para cocinar sin carne en Cuaresma (Vídeo)
Ofrece también restaurantes con las mejores hamburguesas de pescado

Se cumplen cuatro años de muerte y destrucción en Siria (Vídeo)
La guerra se ha cobrado la vida de más de 200.000 personas

Jean Vanier recibe premio Templeton: Cada uno es importante, independientemente de su salud (Vídeo)
Desde hace más de 50 años trabaja para dar dignidad a personas con discapacidad

Catequesis para la Familia

El gran desconocido
Catequesis para toda la familia

Libros

'La reforma en marcha, el libro que da claves para entender a Francisco
El periodista argentino Andrés Beltramo ofrece una crónica de los dos primeros años de pontificado

SANTOS Y BEATOS: EPOPEYAS DE AMOR. EJEMPLO DEL DÍA

San Clemente María Hofbauer - 15 de marzo
«Este gran redentorista, apóstol de Viena, poseía la fe de la que habla el Evangelio y así llegó a predicar en templos vacíos dirigiéndose a los bancos. Y cientos de miles recibían de sus manos los sacramentos. Por su fe fue perseguido y desterrado»


El papa Francisco


Francisco: un buen profesor ama con más intensidad al alumno difícil
El Santo Padre recibe a los miembros de la Unión Católica Italiana de Profesores y les recuerda que su trabajo no es solo transmitir contenidos

Por Rocío Lancho García

CIUDAD DEL VATICANO, 14 de marzo de 2015 (Zenit.org) - Enseñar es un trabajo bellísimo, porque permite ver crecer día tras día a las personas que son confiadas a nuestro cuidado. Es un poco como ser padres, al menos espiritualmente y es una gran responsabilidad. Así lo ha asegurado el papa Francisco en la audiencia con los miembros de la Unión Católica Italiana de Profesores, Dirigentes, Educadores, Formadores (UCIIM). A ellos se ha dirigido como “colegas” porque “también yo he sido profesor como vosotros y conservo un bonito recuerdo de los días pasados en el aula con los estudiantes”. Además, se ha lamentado de que los profesores estén mal pagados, "es una injusticia".

El Papa ha explicado que enseñar es un trabajo serio, que solo una personalidad madura y equilibrada puede asumir. “Un compromiso de este tipo puede intimidar, pero es necesario recordar que ningún profesor está solo: siempre comparte el propio trabajo con otros colegas y con toda la comunidad educativa a la que pertenece”.

Por otro lado el Pontífice ha recordado que esta Asociación ha cumplido 70 años y ha invitado a hacer balance. “En estos años habéis contribuido a hacer crecer el país, habéis contribuido a reformar la escuela, habéis contribuido sobre todo a educar generaciones de jóvenes”, ha observado Francisco.  

Haciendo referencia al mandamiento “ama al Señor tu Dios y a tu prójimo”, el Santo Padre se ha preguntado, “¿quién es el prójimo para un profesor?” El prójimo son sus estudiantes, es con ellos con los que pasa sus días. “¡Son ellos los que esperan de él una guía, una dirección, una respuesta y, antes aún, buenas preguntas!”, ha asegurado.

Por otro lado, ha indicado que el deber de un buen profesor --más incluso en el caso de un profesor cristiano-- es el de amar con mayor intensidad a sus estudiantes más difíciles, más débiles, más desfavorecidos. "Y hay algunos que hacen perder la paciencia, ¡pero a esos debemos amarlos más!", ha exclamado. Así, el Santo Padre ha pedido a los presentes “amar más a los estudiantes ‘difíciles’, a los que no quieren estudiar, a los que se encuentran en situaciones complicadas, a los discapacitados y los extranjeros, que hoy son un gran desafío para la escuela”.

También ha querido recordar que si hoy una asociación profesional de profesores cristianos “quiere testimoniar la propia inspiración, está llamada a comprometerse en las periferias de la escuela, que no pueden ser abandonadas a la marginación, la ignorancia, a la  delincuencia”. En un sociedad a la que le cuesta encontrar puntos de referencia --ha advertido-- es necesario que los jóvenes encuentren en la escuela una referencia positiva. Y esto ocurre si “dentro hay profesores capaces de dar un sentido a la escuela, al estudio y a la cultura, sin reducir todo solo a la transmisión de conocimientos técnicos sino con el objetivo de construir una relación educativa con cada estudiantes, que debe sentirse acogido y amado por lo que es, con todos sus límites y sus potencialidades”. A propósito el Papa ha asegurado a los presentes que deben enseñar no solo contenidos de una materia, sino también los valores de la vida y las costumbres de la vida.

Además, el Obispo de Roma ha recordado que la comunidad cristiana tiene muchos ejemplos de grandes educadores que se han dedicado a colmar las carencias de la formación escolar o a fundar escuelas a su vez. A este punto, ha mencionado a san Juan Bosco. “A estas figuras podéis mirar también vosotros, profesores cristianos, para animar desde dentro una escuela que, a prescindir de su gestión estatal o no estatal, necesita educadores creíbles y testigos de una humanidad madura y completa”, ha exhortado el Pontífice.

Finalmente, el Papa ha subrayado que la enseñanza no es solo un trabajo: es una relación en la que cada profesor debe sentirse por entero implicado como persona, para dar sentido a la tarea educativa hacia los propios alumnos.  

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El Papa pide a los laicos permear de valores cristianos el ambiente del trabajo
En audiencia con los miembros de la comunidad 'Sí­gueme', el Santo Padre ha invitado a ser laicos en primera línea y sentirse parte activa de la misión de la Iglesia

Por Redacción

CIUDAD DEL VATICANO, 14 de marzo de 2015 (Zenit.org) - El Santo Padre ha advertido que muchas veces en la Iglesia “creemos ser buenos cristianos porque hacemos obras sociales y de caridad bien organizadas” pero “no podemos olvidar que la savia que lleva la vida y transforma los corazones es el Espíritu Santo, el Espíritu de Cristo”. Lo ha dicho durante su encuentro este sábado con los miembros de la comunidad “Sígueme” en ocasión del 50 aniversario de la fundación. De este modo, Francisco ha invitado a los presentes a dejar que el Señor ocupe el centro de su vida y su trabajo.

Esta asociación nació durante el Concilio Vaticano II, y del magisterio conciliar ha tomado la inspiración de vivir “el Evangelio sin descuentos” tal y como ha recordado el Papa en su discurso.

Como laicos --ha asegurado el Papa-- sois personas inmersas en el mundo y os comprometéis dentro de la realidad terrena para servir al bien del hombre. “Sois llamados a permear de valores cristianos los ambientes en los que trabajais con el testimonio y la palabra, encontrando a las personas en sus situaciones concretas, para que tengan plena dignidad y sean alcanzadas por la salvación de Cristo”, ha especificado el Santo Padre. Asimismo ha animado a los presentes a “ser laicos en primera línea, a sentiros parte activa en la misión de la Iglesia, a vivir vuestra secularidad dedicándoos a las propias realidades de la ciudad terrena: la familia, las profesiones, la vida social en las distintas expresiones”. Así, se puede contribuir en forma de fermento “a llevar al Espíritu Santo en las llagas de la historia con el testimonio de la fe, de la esperanza y de la caridad”.

Francisco ha recordado a los presentes que el gesto simbólico e intensamente espiritual de los primeros miembros de partir de la Catacumnas de San Calisto testimonio esta voluntad, que han expresado en la fórmula estatutaria de su programa de vida: “Jesucristo vivo está al centro de Sígueme”. De este modo, el Papa les ha animado a “vivir cada día con compromiso este programa, es decir, a ser personas descentradas de vosotros mismos y a poner vuestro centro vital en la Persona viva de Jesús”.

Por otro lado, el Papa ha subrayado que la de “Sígueme” es una forma de vida evangélica para practicar en un contexto de laicismo y de libertad. “Un programa de vida cristiana para laicos, con objetivos claros y comprometidos, un modo original de encarnar el Evangelio, un vía eficaz para caminar en el mundo”, ha añadido. Las diversas formas de pertenencia representan muchas modalidades de compromiso y de participación a los ideales de única comunidad. “Célibes y esposos, cada uno en el propio estado de vida, se encuentran y comparten una experiencia enriquecedora de complementariedad”.

A continuación, el Pontífice ha invitado a los fieles presentes a conservar y desarrollar esta comunión fraterna y el intercambio de dones, dirigidos al crecimiento humano y cristiano de todos, junto a la creatividad, al optimismo, a la alegría y a la valentía de ir  --cuando es justo-- contracorriente. También les ha pedido que estén atentos en su camino espiritual y que se ayuden unos a otros a practicar siempre la caridad recíproca, “que quiere decir defenderse del egoísmo individualista para ser verdaderos testigos del Evangelio”.

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Rome Reports


Práctica app para cocinar sin carne en Cuaresma (Vídeo)
Ofrece también restaurantes con las mejores hamburguesas de pescado

Por Rome Reports

CIUDAD DEL VATICANO, 14 de marzo de 2015 (Zenit.org) - Para ver el vídeo hacer click aquí

 

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Se cumplen cuatro años de muerte y destrucción en Siria (Vídeo)
La guerra se ha cobrado la vida de más de 200.000 personas

Por Rome Reports

CIUDAD DEL VATICANO, 14 de marzo de 2015 (Zenit.org) - Para ver el vídeo hacer click aquí

 

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Jean Vanier recibe premio Templeton: Cada uno es importante, independientemente de su salud (Vídeo)
Desde hace más de 50 años trabaja para dar dignidad a personas con discapacidad

Por Rome Reports

CIUDAD DEL VATICANO, 14 de marzo de 2015 (Zenit.org) - Para ver el vídeo hacer click aquí

 

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Catequesis para la Familia


El gran desconocido
Catequesis para toda la familia

Por Pilar Argelich

MADRID, 14 de marzo de 2015 (Zenit.org) - Seguimos, una semana más, reflexionando sobre el credo:

Creo en Dios Padre…. Creo en Dios Hijo…. Creo en Dios Espíritu Santo…

El Espíritu Santo es el gran desconocido. ¿ Cómo podemos,  dentro del misterio,  hablar a nuestros hijos de la tercera persona de la Santísima Trinidad?.

Es fácil para ellos entender que Dios es un Padre que nos quiere y nos cuida con amor; les hemos enseñado a  rezar el padrenuestro  de pequeños y a ofrecerle el día; a sentirse seguros y protegidos.  Conocen la vida de Jesús, el Hijo de Dios que se hace hombre para salvarnos.  Han repetido muchas veces el Jesusito de mi vida;  y se lo imaginan y  lo ven cercano. Pero …¿Qué saben del Espíritu Santo?

Podemos empezar, acudiendo al Nuevo Testamento y leyendo con ellos los pasajes en los que aparece el Espíritu Santo. Ver también qué símbolos lo representan: la paloma  que se posa sobre Jesús en el  bautismo, el fuego que transforma todo lo que toca…

El  Espíritu Santo es el amor personal entre el Padre y el Hijo. Y junto al Padre y al Hijo es Dios. ¡Un solo Dios!.

Y a la vez, es un don de Dios a los hombres. Es Amor y Don. Un gran regalo que Jesús nos da para que nos haga santos. El Espíritu Santo es el mayor regalo que podemos recibir, porque es Dios que se da a sí mismo. El amor de Dios que llena nuestros corazones y nos transforma y nos hace hijos de Dios.

Y así, cuando digan:

"Creo en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida, que procede del Padre y del Hijo, que con el Padre y el Hijo recibe una misma adoración y gloria, y que habló por los profetas."

Tendrán una imagen: un regalo de Amor  que vive en nosotros y nos hace mejores. Y empezarán a comprender que el mejor regalo que ellos pueden hacer a los demás es quererles,  porque el  que  ama siempre busca el bien de la persona amada.

Cuando juntos, cada domingo, rezamos el credo, y expresamos y compartimos en comunidad las verdades que creemos, damos un salto en el tiempo y nos remontamos a los orígenes del cristianismo. Que sepan nuestros hijos que es una oración antiquísima en la Iglesia, que la han rezado generaciones y generaciones de cristianos antes  que nosotros,  y que nos vean rezarla con  devoción, alegría y fe.

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Libros


'La reforma en marcha, el libro que da claves para entender a Francisco
El periodista argentino Andrés Beltramo ofrece una crónica de los dos primeros años de pontificado

Por Redacción

CIUDAD DEL VATICANO, 14 de marzo de 2015 (Zenit.org) - ¿De dónde surge la gran popularidad del Papa Francisco? ¿Cuáles son las claves para entender a la persona detrás del mito? ¿Hasta dónde llega su afán renovador y dónde comienza el interés por convertirlo en un producto mediático? ¿Hacia dónde se dirige? ¿Es acaso Francisco el Papa de «Papa de la ruptura»?

El periodista Andrés Beltramo ofrece una crónica de los dos primeros años de pontificado del Papa en su libro ‘La reforma en marcha’, “revelando el sentido de su figura mediática y su estrategia de conducción política a través de sus conocidos más cercanos. Un libro para conocer quién es Francisco y el porqué de las reformas que está llevando a cabo en la Iglesia”.

Desde su elección como Papa en marzo de 2013, tras la renuncia de Benedicto XVI, el papa Francisco ha protagonizado muchas polémicas. Ya en su primera aparición sin zapatos colorados dejó ver que empezaba un tiempo nuevo para la Iglesia.

“La estrategia de comunicación ha cambiado y el papa ha aprendido el ‘lenguaje periodístico pastoral’. Habla con textos, pero también con imágenes. Francisco ha sido el primer papa al que se pudo ver confesándose en público antes de confesar a los fieles. Sorpresas como esta hacen que haya gente que lo mire con temor y gente que lo haga con la esperanza de un posible cambio profundo de la Iglesia. Pero esto no es más que desconocimiento. Muchas de las ideas que ahora lanza Francisco ya las pronunció Benedicto XVI, pero no tuvieron el mismo calado: cambian las formas, pero no el mensaje”. Esto se puede comprobar en La reforma en marcha, donde se explican los episodios más llamativos y que muestra la personalidad del Papa y sus verdaderas inquietudes.

Otras preguntas planteadas por Beltramo en libro son sobre el cónclave: ¿Qué ocurrió en el cónclave y quién fue el «gran elector»? ¿Por qué fue elegido Bergoglio en 2013 y no en el cónclave anterior, cuando salió Ratzinger? En este libro se recogen testimonios de cardenales, sacerdotes y otras personas cercanas a Bergoglio para responder a estas preguntas.

Asimismo se aborda la encíclica Evangelii Gaudium que “es un reflejo de la personalidad de Francisco, un papa que sabe que vive un ‘cambio de época’, no una época de cambios, que da más importancia al dinamismo y a la capacidad de iniciativa que a la estructura eclesiástica verticalista”.

Finalmente, en La reforma en marcha se puede ver la personalidad de un Papa que abre sus brazos a los no creyentes, dialoga con otras religiones y se muestra comprensivo con los excluidos, un líder que apuesta por una «cultura del encuentro» y que pone la Misericordia en centro del mensaje cristiano.

Andrés Beltramo esperiodista especializado en información vaticana, es corresponsal de la agencia de prensa mexicana Notimex y columnista, entre otros medios, de Vatican Insider. Nació en Argentina en 1979 y estudió periodismo en México. Ha trabajado en periódicos, televisión y radio de distintos países hispanos. Fue el único periodista de habla hispana en seguir, en vivo, la renuncia de Benedicto XVI y relató la génesis de esa noticia en su libro De Benedicto a Francisco. Los 30 días que cambiaron la Iglesia.

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SANTOS Y BEATOS: EPOPEYAS DE AMOR. EJEMPLO DEL DÍA


San Clemente María Hofbauer - 15 de marzo
«Este gran redentorista, apóstol de Viena, poseía la fe de la que habla el Evangelio y así llegó a predicar en templos vacíos dirigiéndose a los bancos. Y cientos de miles recibían de sus manos los sacramentos. Por su fe fue perseguido y desterrado»

Por Isabel Orellana Vilches

MADRID, 14 de marzo de 2015 (Zenit.org) - Se llamaba Hansl (Juan), era el noveno de doce hermanos y nació el día 26 de diciembre de 1751 en Tasswitz, Moravia. Al morir su padre cuando él tenía 7 años, su madre, dando muestras de gran entereza, le puso delante del cruficijo advirtiéndole: «Mira, hijo, en adelante éste será tu padre. Guárdate de afligirle con un pecado». El sueño del niño fue el sacerdocio. Pero ese instante exacto previsto por Dios no llegó hasta que superó la treintena. Antes, siempre hubo alguna contingencia que lo impidió. Su adolescencia estuvo compartida con dos acciones: ayudar a misa al bondadoso párroco, y trabajar como panadero. Por su corta edad no pudo seguir los pasos de su hermano mayor para convertirse en miembro de la caballería húngara y librar la batalla contra los turcos. Su lucha estaría en otros campos.

Como su vocación sacerdotal se había afianzado por completo en su corazón, y le acompañaba la gracia divina, la falta de recursos económicos no le impidió cumplir su anhelo. El vicario parroquial, ya con cierta edad, generosamente le enseñó latín. Cuando falleció, el sacerdote que le sucedió en la misión no pudo prestarle ayuda, y Clemente optó por ganarse la vida amasando pan para los Padres Blancos de Kloster Bruck; así continuó su aprendizaje. En este oficio, que desempeñó en varios lugares, tuvo ocasión de ser testigo de primera mano del drama de los desahuciados por la guerra y la carestía sufrida por los productos básicos para vivir; constató que mucha gente no tenía ni un trozo de pan que llevarse a la boca.

En su interior crecía el ansia de entregarse a Dios manteniéndole presente por encima de todo a través de la oración. Por eso, cuando viajó a Tívoli en 1771 eligió ser ermitaño en el santuario de Nuestra Señora de Quintiliolo. Con el permiso del obispo tomó el hábito y el nombre de Clemente en honor al prelado de Ancira, añadiendo el de María por su devoción a la Madre de Dios. No duró mucho tiempo en el lugar porque se percató de que esa vida no era para él y tuvo la intuición de que sería otra. Volvió con los Padres Blancos retomando su oficio de panadero.

Pudo seguir estudiando, pero nuevas dificultades de sesgo político pusieron freno a tan ansiada ordenación sacerdotal. Así que, otra vez se convirtió en ermitaño en Muehlfraun. En ese impasse,que duró dos años, su espíritu se curtió en la oración, severas penitencias y mortificaciones. Su madre le reclamó. De modo que regresó a Viena y a la panadería, la única profesión que dominaba. La Providencia puso en su camino a dos benefactoras que posibilitaron sus estudios en la universidad. A partir de entonces ni siquiera el veto impuesto por el gobierno a los que cursaban la carrera eclesiástica le impidió seguir alentando sus sueños. Thaddeus Huebl, un entrañable amigo que compartía su ideal, se trasladó junto a él a Roma con el único objetivo de dirimir en qué Orden tenían que ingresar. Y algo tan simple como el tañido de una campana, la primera que escuchaban y que procedía del templo de los redentoristas, les instó a dirigir sus pasos hacia él. Fue el reclamo utilizado por la divina Providencia eligiendo esta simple fórmula para llevarlos a la congregación en la que se desenvolvería su vida religiosa. El 19 de marzo de 1785 Thaddeus y Clemente, que tenía ya 34 años, profesaron. San Alfonso María de Ligorio vio que tenían madera de sacerdotes, y fueron ordenados diez días más tarde en la catedral de Alatrí.

Pasados unos meses, la misión de ambos fue Europa. Así lo determinó el superior general, padre de Paola. La situación de la Iglesia era comprometida a causa de la insidiosa opresión política. Sin embargo, Clemente difundió el evangelio con admirable celo. Fue expulsado repetidamente de distintas ciudades, pero nada le venció. Suiza y Polonia supieron de su ardor apostólico. Impulsó el albergue del Niño Jesús para los pequeños que recogía en las calles; se dedicó a pedir limosna para que no les faltase nada, e incluso volvió a amasar el pan para ellos. Era incansable, como todos los santos. Sin desfallecer, ni dejarse llevar por el desánimo, si los templos estaban vacíos, no dudaba en predicar dirigiéndose a los desnudos bancos. ¡Tan admirable era su fe! Le animaba este sentimiento: «Nos abandonamos al querer de Dios… Que Él sea glorificado». Junto a los religiosos que le acompañaban, realizó una portentosa labor.

En 1787 administró los sacramentos a unas 100.000 personas, y esto no es más que una simple muestra de su inmensa fecundidad. Cuando la guerra estalló en Varsovia, todos se enfrentaron valientemente a la muerte. Se salvaron milagrosamente de las tres bombas que cayeron sobre el templo sin destruirlo. Pero la violencia arreció, y el padre Thaddeus murió a causa de las torturas y golpes que le infligieron tras haber sido atropellado por un carruaje. Venía de atender a un enfermo ficticio que le había mandado llamar. Su muerte asestó un duro golpe a Clemente. El escarnio les perseguía teniendo como escenario hasta los teatros. A ello se añadía el veto a la predicación. Al final el padre Hofbauer se quedó solo y lo expulsaron, pero no abandonó Viena. Seguía aferrado al cumplimiento de la voluntad divina: «Todo lo que a nosotros nos parece contrario, nos conduce donde Dios quiere».

Durante trece años tuvo la misión de capellán del hospital y de las ursulinas. En la parroquia italiana abierta en la ciudad predicaba de tal modo que la gente se conmovía, sin tener dotes de oratoria dignas de mención. Su corazón ardientemente enamorado de Dios se filtraba a través de cualquiera de sus gestos y de sus palabras. Era difícil no claudicar ante este poderoso torrente de amor al que acompañaban todas las bendiciones del cielo. Y de hecho, muchos estudiantes e intelectuales se convirtieron ingresando en la Orden. Pío VII logró frenar nuevo decreto de expulsión y el santo pudo fundar en Viena, donde murió el 15 de marzo de 1821. Fue beatificado el 29 de enero de 1888 por León XIII, y canonizado el 20 de mayo de 1909 por Pío X. En 1914 este pontífice le concedió el título de apóstol y patrón de Viena.

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