La fobia a lo religioso del señor Sánchez Ron

 

Rafaela y otras como ella tienen la culpa. Gente buena que lleva tiempo escuchando, aguantando. Gente a la que algunas gentes, a base de televisión, periódicos, moderneces y cuatro frases les han casi convencido de que hay que ser actuales y de que todas sus creencias, que Rafaela y los que son como ella, habían aceptado de siempre, son carcundia, caverna y fascismo. Y ya se sabe que cualquier cosa se admite, pero antes muerto que facha (¿y qué será eso de facha?)

Me he encontrado con Rafaelas felices cuando encuentran a alguien que defiende sus ideas y les explica que muchas cosas que les quieren hacer pasar por democracia, modernidad, espíritu crítico y vivir en los tiempos actuales, no son más que paparruchas y ganas de manipular al personal. La verdad es que lo agradecen mucho.

Me hacen llegar hace unos días un artículo del académico José Manuel Sánchez Ron en El País con el sugestivo título de “Religión y educación: el ‘BOE’ ofende” con su correspondiente subtítulo explicando parece el cogollo de la cuestión: “Las ideas que se publicitarán en las escuelas van contra muchos ciudadanos”.

En el citado artículo hay tres cosas que me han resultado especialmente interesantes. Copio directamente los tres párrafos que creo merecen comentarse especialmente. Por si alguien piensa que manipulo textos, pueden leer el artículo entero. Vamos a por el primer párrafo:

No es difícil, por supuesto, comprender a aquellos que aceptan credos religiosos. El temor, la angustia ante lo desconocido, a una muerte sin futuro, el ansia de encontrar cobijo en creencias esperanzadoras (algunas acompañadas de valores éticos admirables), y el calor de la compañía de otros que nos reafirman en esas creencias, en esa fe, es comprensible y, en ese sentido, respetable. No importa que se originasen en un pasado más ignorante de la humanidad”.

Léanlo otra vez, por favor y despacito a ver si se dan cuenta de la barbaridad. Porque Sánchez Ron nos está diciendo que gente como san Agustín, santa Teresa o san Juan Pablo II son poco menos que débiles mentales o gente cuando menos escasita de personalidad. Y cito solo tres. O que las catedrales europeas, los monasterios, la cultura de Europa fueron fruto del pasado más ignorante de la humanidad. Menos mal que llegó el ateísmo en el siglo XX y retornó las cosas a su origen. Eso debe ser la modernidad.

Voy por otro. Se queja de que en el BOE se hayan publicado, aunque reconoce que es legal, currículos de la enseñanza de la Religión Católica en la Educación Primaria y la Educación Secundaria Obligatoria y Bachillerato. A este propósito escribe: “Cuando, por ejemplo, se afirma que el “rechazo de Dios tiene como consecuencia en el ser humano la imposibilidad de ser feliz”, a mí —y estoy seguro que a muchos otros— se me está ofendiendo, al sostenerse que no puedo llegar a ser realmente feliz al margen de la religión (católica)”. Tan ofendido por esta y otras proposiciones semejantes que nos dice que “El BOE es una publicación oficial que debe ser respetuosa con todos los españoles, sean cuales sean sus creencias (siempre que se atengan a las leyes vigentes).

Aquí tenemos de nuevo la idea de libertad de algunos: que no se publique en el BOE lo que a él personalmente le ofende. El problema es que a otros les agrada. Simplemente eso. Y el problema es que en el BOE también se publican otras cosas que a mucha gente no le gustan para nada y nos tenemos que aguantar, que eso es la democracia. Pues no. La democracia, por lo visto, es que si a este señor personalmente le ofende algo, hay que suprimirlo. Pues ojo: que con este argumento se carga la semana santa. La Iglesia católica legalmente puede impartir clase en los colegios y lo hace con su programa, que no es obligatorio. ¿Qué a este señor no le gusta? Pues con no estudiarlo o con no enviar a sus hijos a clase de religión lo tiene fácil. Pero los padres católicos sí mandan a sus hijos a clase para que se les explique religión católica porque es un derecho que les garantiza la Constitución.

Habla en otro momento de una enseñanza en la que se permite “el adoctrinamiento en favor de una serie de creencias, algunas de las cuales pueden plantear en el futuro a los alumnos problemas de coherencia —y por tanto frustración— con resultados científicos establecidos”. Esto, naturalmente, referido a la clase de religión que ya se sabe, científicamente comprobado, que es fuente de frustración e incoherencias. No hay más que ver a la beata Teresa de Calcuta.

No señor Sánchez Ron, ni mucho menos. Porque si la religión católica es adoctrinar en la escuela, será en todo caso a aquellos alumnos cuyos padres lo piden, porque la asistencia a clase de religión es VOLUNTARIA. Y un padre tiene derecho a educar a su hijo SEGÚN LE VENGA EN GANA.

Aquí lo que es adoctrinamiento puro y duro y OBLIGATORIO es la llamada “Educación para la ciudadanía” por la que todo el mundo tiene que pasar y que toca aspectos muy delicados que el estado no es nadie para hurtárselos a los padres. Y a esa asignatura no va quien quiere, sino todos los alumnos POR NARICES, con lo que nos encontramos con papá estado convertido en fuente de moralidad y acaparador de conciencias.

Acabo citando de nuevo el subtítulo: “Las ideas que se publicitarán en las escuelas van contra muchos ciudadanos”. En tal caso si fuera obligatorio. A no ser que quieran decir, que yo creo es el caso, que estudiar religión nos hace burros, ignorantes, frustrados e incoherentes. (Y luego la que dogmatiza es la Iglesia católica…)