Después de una batalla legal de 9 años, el Tribunal Superior de Israel ha aceptado la demanda interpuesta por los monasterios del Valle de Cremisan y rechaza la construcción del muro de separación en el Valle Cremisan

El Tribunal Supremo israelí emitió su decisión final sobre el caso del valle Cremisan en la mañana del jueves, después de una batalla legal que comenzó en 2006. Los residentes de Beit Jala, cuya propiedad privada tierras iba a ser confiscados para la construcción del muro apelaron a la Corte Suprema de Israel en 2006 y la sociedad de San Yves se unió a la apelación representando a las religiosas de los conventos salesianos, que quedarían separadas por el muro de la población a la que atienden.

El fallo del Tribunal acepta la petición y solicita al Estado a considerar otra alternativa que sea menos dañina para la población local y para los monasterios en el valle Cremisan. El Tribunal confirmó que la ruta planificada según lo sugerido por el Ministerio de Defensa de Israel, no es la única alternativa que podría garantizar la seguridad y causar el menor daño posible a la población. Asimismo, la Corte indicó que la alternativa presentada por el Ministerio de Defensa de Israel, el año pasado, según la cual los dos Monasterios estarían conectadas por una puerta de la muralla es también problemática y no puede ser aceptada. De cara al futuro, la sentencia sugiere que, los planes futuros deberían asegurar  que los dos monasterios en el valle Cremisan permanecerán conectados y, al mismo tiempo, accesibles a la comunidad local en Beit Jala, por lo que los Monasterios deberían permanecer en el lado palestino del muro.

En términos prácticos, la decisión significa que el muro de separación no se construirá como estaba previsto por el ejército israelí. La ruta planificada fue diseñado para confiscar un gran porcentaje de las tierras de propiedad privada del pueblo de Beit Jala en Cremisan así como tierras propiedad del Vaticano sobre la que se asientan los monasterios salesianos. La ruta prevista por el Ejército separaba aún más las dos Monasterios entre sí y de la población local que sirven.