Unas sabanitas del Real Madrid

 

Guapo como un querubín, Manolito sonreía en su cochecito de bebé arropado envuelto en unas sabanitas con el escudo del Real Madrid. Pero qué digo sabanitas: sabanitas, colcha, gorro y el coche entero. Manolito era algo así como un muestrario de todo el “merchandising” del equipo merengue.

Me hizo ilusión conocer al chiquitajo. Manolo padre y Rebeca, su media naranja, son conocidos míos de hace años. Sabía que ya eran papás pero me faltaba conocer al retoño. Todas las alabanzas del papá que hasta me contó que nada más nacer ya lo hizo socio del equipo de sus amores con la total aquiescencia de mamá, que en lo tocante a pasiones balompédicas no le iba a la zaga a su amante esposo. Nada más nacer: socio y hasta patucos de madridista, que los colores desde infante.

Pregunté por el bautizo ¡cómo no! Y recibí la respuesta del momento que los papás te sueltan como ejemplo de modernidad, tolerancia, respeto al hijo, apuesta por la libertad individual y capacidad decisoria de Manolito por encima de todo. Ya saben, eso de que “no lo vamos a bautizar porque preferimos que decida él de mayor”. Claro que mientras escuchas ese alarde de madurez y responsabilidad miras a las sabanitas del Real Madrid y te entra la risa floja.

A mí que unos padres bautizados y muy posiblemente casados por la Iglesia, como Manolo y Rebeca, decidan no bautizar al niño me da pena, pero ellos son los que tienen que tomar la decisión. Eso sí, si deciden no bautizar que lo hagan por otro tipo de razones, porque no me digan que no tiene su gracia lo de las sabanitas y el carnet de socio, pero bautizo no para que decida de mayor.

No me contuve. Y aprovechando la confianza con los papás sí les dije que lo suyo era no hablar jamás de fútbol con Manolito, que no conozca un partido en el campo hasta los catorce años por lo menos, y que después decida él si quiere ser aficionado al fútbol o a coleccionar coleópteros. Por supuesto que si decide fútbol, bueno es que conozca por igual a todos los equipos. A lo mejor en lugar de madridista quiere ser colchonero o socio del Barça.

Al padre se le mudó el color. ¿Colchonero, del Barça? Yo antes lo mato… Pero Manolo, hombre, tú, amante de la libertad y del derecho a decidir de mayor… ¿cómo te pones así? Nos despedimos en ese momento, pero según se marchaban yo iba escuchando que decía a su mujer: ¿te has parado a pensarlo? ¿Y si nos sale del Atleti?