A mí lo del Padre Ángel y los cepillos abiertos me fascina…

Que Dios me perdone pero no puedo dejar de decir que el Padre Ángel (de Mensajeros de la Paz) no deja de sorprenderme.

Sabemos que le gusta más un foco, un micrófono y una cámara que a tonto un lápiz. Sin embargo, es capaz, aunque eso parezca imposible, de crecerse y manifestar eso de que es mejor estar callado y parecer tonto (con perdón) que hablar y demostrar que lo eres.

Bueno, no creo yo que el Padre Ángel sea tonto pero no podemos negar que lo de ahora es, como diría el castizo, demasié…

Resulta que, al parecer, “Mensajeros de la Paz” abre un templo, el de San Antón como “iglesia-24 horas”. Y no podemos negar que una iglesia esté abierta todas las horas del día es algo así como encontrar un paraíso en la tierra. Y, aunque comprendemos que eso es imposible hacerlo en todas las que en el mundo son no vamos a dejar de reconocer que se trata de una actitud valiente de parte de quien lo hace.

Pues buen. Decimos que eso está bien.

Pero existe un principio en la vida ordinaria que funciona siempre: “excusa no pedida, acusación manifiesta” que tiene su correspondencia en latín en algo así como “excusatio non petita, acusatio manifesta” (más o menos o exactamente así)

Con esto queremos decir que cuando alguien empieza dando alguna excusa sobre algo de lo que no se le ha pedido ninguna… mala cosa es: hay acusación tácita. Y eso, es verdad, no falla nunca, pero nunca, nunca.

Pues bien, lo primero que dijo el Padre Ángel fue esto:

“No penséis que esta es una iglesia solo de los sacerdotes. En esta iglesia habrá mujeres, laicos”

¿Qué necesidad hay de decir eso? Ya sabemos que en el funcionamiento ordinario de cualquiera parroquia el sacerdote, que no puede con todo lo que ha de llevar a cabo, ponen sus manos a trabajar muchos laicos.

Pero resulta curioso que el Padre Ángel entienda que la mujer, así en general dicha tal palabra, no es “laica”. Y lo decimos porque dice que habrá “mujeres, laicos”. Es como si le atribuyera una categoría diferente a la de formar parte del laicado (cuando no se trate de mujeres inscritas en la vida contemplativa, por ejemplo)

Seguro que esto es debido a un exceso de verbo por parte del Padre Ángel. Pero lo que es algo, verdaderamente, innovador es el haber acuñado el término “cepillos abiertos”

EXCURSUS

Me es imposible negar que mientras leía esto, en el lugar de cuyo nombre no quiero acordarme do tienen lugar todas las tergiversaciones católicas, no puede evitar reírme. Y es más… ahora que escribo tampoco sobre eso no puedo evitar una carcajada porque es mucho lo bobo que contiene la cosa y mucho que de ridículo tiene.

FIN DEL EXCURSUS

Bien. Decimos que el Padre Ángel se ha superado a sí mismo.

Sí, ya sé que dirán que eso no es posible pero…

Digo que, al parecer, en tal templo existirán (además de las más modernas técnicas de comunicación… no sé yo si espiritual o qué) “cepillos abiertos en los que dejes lo que puedas y cojas lo que necesites".

¿Entienden ustedes el novedoso concepto?: uno va y deja lo que quiere y otro va, luego, y se lleva lo que le parece… no sé yo si indicando la necesidad que se tiene o algo por el estilo. Caritas, en tal caso, no sirve para nada pues ya se las ventilan ellos como quieren y les parece.

Pero lo más curioso es que, al parecer existirán, también, “máquinas para hacer donaciones” que, según nos consta en lo que de ellas se dice, no estarán abiertas. Sólo los cepillos lo estarán. Y es que han entendido al revés la cosa y, en este caso no se barrerá para casa con el cepillo sino con la máquina a la que, al parecer, no se podrá acceder vía libre como en el caso del sufrido cepillo.

¿Entienden?

Por cierto, no me negarán ustedes que la guisa en la que presenta la cosa está muy escogida: una mesa camilla… como si no hubiera altar. Vamos, es que está detrás…

De todas formas, he tenido la tentación de poner al Padre Ángel en la serie “Tontos de capirote” pero, por caridad, me parece mejor que quede así: simplemente, sorprendido…

Por cierto, dice el Padre Ángel que el templo estará abierto, también, para “para quien precise un café caliente”. Y eso está muy bien.

Lo que no nos gustaría es que, por ejemplo, en las celebraciones eucarísticas se sustituyera el vino por el café y la santa forma por trozos de pan. Y lo decimos porque, a lo mejor, quieren imitar lo que hacen en otro templo donde algún ministro socialista de apellido Bono y nombre José acudió a una Eucaristía donde se repartían, a la hora de la comunión, ciertas rosquillas.

Y es que, no se engañe usted, Padre Ángel, así como en la vida espiritual todo está escrito en las Sagradas Escrituras y está más que claro, también todo (o casi todo) está hecho y visto a la hora de tergiversar lo básico de nuestra fe católica. En esto, seguramente, tampoco va usted a innovar tanto. Aunque estamos seguros que lo intentará porque ya se sabe aquello que dice “antes muerto que sencillo”… en la fe.  

 

Eleuterio Fernández Guzmán