ZENIT

El mundo visto desde Roma

Servicio diario - 18 de abril de 2015

La frase del día - 18 de abril

"Ante Dios, los ruegos de los santos son ruegos de amigos, pero los ruegos de María son ruegos de Madre". San Alfonso María de Ligorio

 


El papa Francisco

El Papa pide firmeza a Europa para frenar las muertes en el Mediterráneo
Francisco agradece al presidente Mattarella la labor de acogida y socorro de Italia a los refugiados. También hace un llamamiento para que se solucione la falta de trabajo

Francisco llama a denunciar y combatir las nuevas formas de esclavitud
En su discurso a los participantes en la Sesión Plenaria de la Pontificia Academia de las Ciencias Sociales, el Santo Padre pide que se reutilicen las injustas ganancias de los traficantes de personas para la rehabilitación de las ví­ctimas

El Papa invita a impulsar la 'revolución de la ternura' de Jesús
En la audiencia a los miembros de la ACISJF, Francisco propone el apostolado de la escucha

Iglesia y Religión

El beato Álvaro del Portillo supo 'servir a la Iglesia por encima de todo'
El prelado del Opus Dei, monseñor Javier Echevarrí­a, ha abierto este viernes el ciclo 'Diálogos de Teología Almudí­' en Valencia. En la Catedral, ha presidido la Santa Misa en acción de gracias por la beatificación de su predecesor

Fallece el cardenal Francis George
A la edad de 78 años, tras una larga lucha contra el cáncer. El Santo Padre envía un telegrama de pésame al actual arzobispo de Chicago

Rome Reports

Jóvenes y comprometidos, el nuevo documental web sobre la doctrina social (Vídeo)
Es una iniciativa de jóvenes franceses en favor de la igualdad y la inclusión social

Francisco rezará con la Comunidad de Taizé en el aniversario del asesinato de su fundador (Ví­deo)
Roger Schutz fue asesinado en el 2005 durante un encuentro ante 3.000 personas

Jóvenes de todo el mundo participan en el Showing Film Awards de cortos solidarios (Ví­deo)
El tema escogido este año como motivo central es 'La lealtad, way of life'

Espiritualidad

Beato Conrado de Ascoli - 19 de abril
«Obediencia y fidelidad de un insigne franciscano, humilde y penitente, que evangelizó África, Roma y París. Fue estimado por el papa Nicolás IV, su amigo de infancia y compañero en la misma Orden, quien pensó designarlo cardenal»


El papa Francisco


El Papa pide firmeza a Europa para frenar las muertes en el Mediterráneo
Francisco agradece al presidente Mattarella la labor de acogida y socorro de Italia a los refugiados. También hace un llamamiento para que se solucione la falta de trabajo

Por Redacción

CIUDAD DEL VATICANO, 18 de abril de 2015 (Zenit.org) - El papa Francisco ha expresado este sábado su “gratitud por el esfuerzo que Italia está realizando” al socorrer y acoger a refugiados que navegan por el Mediterráneo, y ha realizado un llamamiento internacional para haya “una implicación mucho más amplia”.

“Deseo expresar mi gratitud por el esfuerzo que Italia está realizando para acoger a numerosos inmigrantes que, arriesgando su vida, solicitan acogida”, ha afirmado el Santo Padre durante una audiencia mantenida con el presidente de la República italiana, Sergio Mattarella, en el Vaticano.

“Es evidente que las proporciones del fenómeno requieren una implicación mucho más amplia. No debemos cansarnos de solicitar un empeño más extenso a nivel europeo e internacional”, ha indicado el Pontífice.

Una opinión compartida por Mattarella que ha subrayado como “Italia trabaja con generosidad para afrontar la emergencia de la llegada de refugiados y pide desde hace tiempo una intervención firme de Europa para frenar esta continua pérdida de vidas humanas en el Mediterráneo”.

La falta de trabajo y el cuidado del medio ambiente han sido otros de los temas que el papa Francisco ha destacado en su discurso de esta mañana.

Así, el Santo Padre ha afirmado que el trabajo debe estar relacionado con la “dignidad de las personas, con la posibilidad de construir una existencia digna y libre”.

En este contexto, el problema de la escasez de trabajo para los jóvenes es un “grito de dolor que interpela a los poderes públicos, las organizaciones intermedias, los empresarios privados y la comunidad eclesial” con el fin de que se realicen todos los esfuerzos “para solucionar este problema dándole su justa prioridad”. Porque, como ha enfatizado, la dignidad y el futuro residen en la disponibilidad de trabajo.

El Pontífice también ha insistido en la atención especial que se debe prestar al medio ambiente, “para tratar de mitigar los crecientes desequilibrios y contaminaciones, que a veces provocan verdaderos desastres ambientales”. En este sentido, ha recordado, “es necesario adquirir plena conciencia de nuestros comportamientos sobre la creación”.

Asimismo, ha apuntado que dentro de pocos días se inaugurará la Exposición Universal en la ciudad italiana de Milán, dedicada al tema “Nutrir el planeta. Energía para la vida”, y ha deseado que gracias a esta iniciativa se reflexione “sobre las causas de la degradación ambiental”.

El papa Francisco y el presidente de la República italiana han mantenido una reunión privada de cerca de 20 minutos. El Obispo de Roma ha agradecido a Mattarella su visita a dos meses de su elección y le ha asegurado que este gesto demuestra las buenas relaciones existentes entre la Santa Sede e Italia.

Después del encuentro con el Pontífice, el Jefe del Estado italiano, acompañado por el ministro de Asuntos Exteriores y de Cooperación Internacional, Paolo Gentiloni, se ha reunido con el cardenal Pietro Parolín, secretario de Estado de Su Santidad y con el arzobispo Paul Richard Gallagher, secretario para las Relaciones con los Estados del Vaticano.

(IDV)

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Francisco llama a denunciar y combatir las nuevas formas de esclavitud
En su discurso a los participantes en la Sesión Plenaria de la Pontificia Academia de las Ciencias Sociales, el Santo Padre pide que se reutilicen las injustas ganancias de los traficantes de personas para la rehabilitación de las ví­ctimas

Por Redacción

CIUDAD DEL VATICANO, 18 de abril de 2015 (Zenit.org) - El papa Francisco se ha dirigido este sábado a los participantes en la XXI Sesión Plenaria de la Pontificia Academia de las Ciencias Sociales, reunida desde ayer y hasta el próximo martes en el Vaticano, para debatir sobre la trata de personas.

En su discurso, difundido por la Oficina de Prensa de la Santa Sede, el Pontífice ha señalado que está “muy agradecido por lo que esta Academia realiza para profundizar el conocimiento de la nuevas formas de esclavitud y para erradicar la trata de seres humanos, con la única intención de servir al hombre, especialmente a las personas marginadas y excluidas”.

Citando el Evangelio de Mateo, el Santo Padre ha explicado que los “benditos del padre”, los hijos que lo verán, son aquellos que se preocupan de los últimos y que aman a los más pequeños entre sus hermanos. Y ha destacado que hoy, “entre los hermanos más necesitados, están aquellos que sufren la tragedia de las modernas formas de esclavitud, del trabajo forzado, de la prostitución, del tráfico de órganos, de la droga”.

Tras recordar la labor de tantos santos y santas que como san Pedro Claver y san Juan de Mata, combatieron la esclavitud en el pasado, el Papa ha constatado que no obstante la abolición histórica de la esclavitud como estructura social, “consecuencia directa del mensaje de libertad traído al mundo por Cristo”, “en un sistema económico global dominado por la ganancia se han desarrollado nuevas formas de esclavitud peores y más deshumanas de aquellas del pasado”.

Por lo tanto, el Pontífice ha reiterado que “aún hoy, siguiendo el mensaje de redención del Señor, estamos llamados a denunciarlas y a combatirlas”.

En primer lugar, ha dicho el Santo Padre, “debemos hacer tomar más conciencia de este nuevo mal que en el mundo global se quiere ocultar porque es escandaloso y políticamente incorrecto”.  Y recordando que esta plaga concierne a todos los países, ha exhortado a denunciar “este flagelo en su gravedad”.

Francisco ha indicado también que “toda la sociedad está llamada a crecer en esta conciencia especialmente en lo que respecta a la legislación nacional e internacional, para  poner a los traficantes en manos de la justicia y reutilizar sus injustas ganancias para la rehabilitación de las víctimas” y ha insistido en la necesidad de buscar “modalidades idóneas para penalizar a quienes se hacen cómplices de este mercado deshumano”.

“Estamos llamados a mejorar las modalidades de rescate y de inclusión social de las víctimas, actualizando también las normas sobre el derecho de asilo”, ha subrayado el Obispo de Roma. “Debe  aumentar la conciencia de las autoridades civiles con respecto a la gravedad de esta tragedia, que constituye un retroceso de la humanidad”, ha añadido.

Finalmente, tras alentar a los presentes a proseguir en este trabajo, “con el cual contribuyen a hacer que el mundo sea más consciente de este desafío”, el Papa ha recordado la necesidad de construir una ciudad terrena a la luz de las Bienaventuranzas, para así caminar hacia el Cielo en compañía de los pequeños y de los últimos.

(IDV)

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El Papa invita a impulsar la 'revolución de la ternura' de Jesús
En la audiencia a los miembros de la ACISJF, Francisco propone el apostolado de la escucha

Por Redacción

CIUDAD DEL VATICANO, 18 de abril de 2015 (Zenit.org) - El papa Francisco ha agradecido este sábado la importante misión que desarrolla la Asociación Católica Internacional al Servicio de la Juventud Femenina (ACISJF), y ha exhortando a sus miembros a ser testigos creíbles de la felicidad que supone servir a los demás como Jesús, al servicio de la vida y de la dignidad humana.

Durante la audiencia celebrada en la Sala Clementina del Palacio Apostólico, el Pontífice también ha invitado a los presentes a dejarse instruir por las jóvenes que acompañan y ayudan.

A continuación publicamos el texto íntegro del discurso del Santo Padre:

“Queridos hermanos y hermanas,

doy la bienvenida a los miembros de la Asociación Católica Internacional al Servicio de la Juventud Femenina, con motivo de su Asamblea General. Tienen la intención de encontrar en estos lugares el impulso que hubo al comienzo de su asociación, con el apoyo de mi predecesor, el papa León XIII, y manifestar hoy su fidelidad al Sucesor de Pedro.

Expreso mi gratitud por su generoso compromiso en el servicio a las jóvenes que viven en situaciones de precariedad y de sufrimiento. Su creciente número y las múltiples formas de pobreza que sufren nos interpelan y deben suscitar una nueva creatividad, para ofrecerles la ayuda material y espiritual que necesitan. Sí, es una verdadera felicidad servir a los demás, como Jesús. Mediante sus actividades permanentes de acogida y a través de una reflexión para afrontar los nuevos desafíos generados por el mundo de hoy, como el fenómeno migratorio, la acción que ustedes desarrollan quiere estar al servicio de la vida y de la dignidad de la persona, testimoniando que la auténtica fe en el Hijo de Dios hecho carne es inseparable del don de sí y del servicio (Exhortación Apostólica Evangelii gaudium n. 88). Las jóvenes que ustedes acompañan tienen ante todo necesidad de atención y de escucha. ¡Éste es el desafío para ustedes! ¡El apostolado tan humano y tan divino de la escucha, que agota, pero que hace tanto bien! Así las podrán ayudar a crecer en la confianza, a encontrar puntos de referencia y a progresar en la madurez humana y espiritual, alimentada por los valores evangélicos. ¡Que ustedes puedan ser para ellas testigos creíbles, para que experimenten la alegría de saberse amadas por Dios, Padre suyo, y llamadas a la felicidad!

Y, al mismo tiempo, les invito a que se dejen instruir por estas jóvenes que acompañan y ayudan. A pesar de sus dificultades, a menudo ellas testimonian aquellas virtudes esenciales que son la fraternidad y la solidaridad. Y nos recuerdan que somos frágiles y que dependemos de Dios y de los demás. Que la mirada misericordiosa del Padre nos ayude a acoger nuestras pobrezas para ir adelante con confianza. Y a comprometernos juntos en esa ‘revolución de la ternura’, cuyo camino nos abrió Jesús mediante su Encarnación. Es bello ser sus discípulos y misioneros, para consolar, iluminar, aliviar, escuchar, liberar, acompañar. La experiencia que Él nos ha donado mediante su Resurrección es una fuerza vital que penetra el mundo (cfr. ibid n. 276) y sobre la cual ustedes se pueden apoyar cada día, porque responde a los anhelos más profundos del corazón.

Queridos amigos, deseo que crezca en ustedes el sentimiento de pertenencia a la Iglesia, que es una gran familia. Les invito a seguir proclamando a todos la alegría del Evangelio, teniendo en cuenta la diversidad de culturas, tradiciones religiosas, el origen de las jóvenes que quieren servir, así como las riquezas que exigen ser acogidas con respeto. Que pueda establecerse entre ustedes la fraternidad, para que llegue a buen término con entusiasmo su misión al servicio de los pequeños, ¡por quienes Jesús tiene un amor de predilección! Les encomiendo a la intercesión de la Virgen María y le pido a Dios que les llene de sus bendiciones, así como a las jóvenes que acogen y sus familias. Y les pido que, por favor, recen por mí”.

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(IDV)

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Iglesia y Religión


El beato Álvaro del Portillo supo 'servir a la Iglesia por encima de todo'
El prelado del Opus Dei, monseñor Javier Echevarrí­a, ha abierto este viernes el ciclo 'Diálogos de Teología Almudí­' en Valencia. En la Catedral, ha presidido la Santa Misa en acción de gracias por la beatificación de su predecesor

Por Redacción

MADRID, 18 de abril de 2015 (Zenit.org) - El prelado del Opus Dei, monseñor Javier Echevarría, ha abierto este viernes en Valencia el ciclo “Diálogos de Teología Almudí” con una conferencia sobre su antecesor al frente de la Prelatura, el beato Álvaro del Portillo y su trabajo durante el Concilio Vaticano II como secretario de la Comisión Conciliar del Clero, en la que ha destacado su “saber servir a la Iglesia por encima de todo”. 

Monseñor Echevarría ha considerado que la Iglesia “recurrió a su colaboración por su dedicación continua, con muchas energías y trabajo, a una tarea eclesial de tanta importancia como es la formación espiritual y humana del sacerdote”, ha informado la agencia diocesana AVAN.

De esta manera, ha expresado que, incluso antes de su participación en el Concilio para la elaboración del decreto “Presbyterorum ordinis” sobre el ministerio y la vida de los presbíteros, promulgado por el papa Pablo VI en 1965, el beato Álvaro del Portillo “era muy conocido en España y en Italia, especialmente por su simpatía humana, su bondad, su saber unir, y saber servir a la Iglesia por encima de todo”. 

Asimismo, “fue estimado por los Pontífices romanos a los que conoció personalmente; desde Pío XII, cuando Álvaro del Portillo era un joven ingeniero de caminos, hasta Juan XXIII y Pablo VI, que le manifestaron gran afecto y cercanía; y, ya después del Concilio, por san Juan Pablo II, a quien trató con continuidad y con sentido de estrecha filiación durante los años de su servicio pastoral a la Iglesia como Prelado del Opus Dei”.

En su intervención, que ha tenido lugar en el Centro Cultural de La Beneficencia, en un acto presidido por el arzobispo de Valencia, cardenal Antonio Cañizares, monseñor Echevarría ha indicado que “muchos testigos han puesto de manifiesto” también que Álvaro del Portillo “sabía crear a su alrededor un eficaz clima de confianza y de trabajo en equipo”.

Igualmente, monseñor Echevarría ha asegurado que “aunque don Álvaro mantenía una delicada reserva sobre su trabajo en el Concilio, soy testigo de su dedicación abnegada y constante al encargo que había recibido” y, así, “trabajaba con frecuencia hasta horas avanzadas de la noche, a la vez que esas ocupaciones no hicieron que disminuyera su dedicación a las tareas del Opus Dei, en su ayuda al fundador como Secretario General”.

La conferencia de monseñor Javier Echevarría, que es también presidente de la Sociedad Sacerdotal de la Santa Cruz, se ha enmarcado dentro del ciclo de conferencias “Diálogos de Teología de Almudí”, organizado por la Facultad de Teología de Valencia “San Vicente Ferrer” y la Biblioteca Sacerdotal Almudí.

Tras la conferencia del Prelado del Opus Dei, que también ha respondido a diversas cuestiones planteadas por varios asistentes, el cardenal Cañizares ha advertido de la necesidad en el siglo XXI de “ahondar en la enseñanza del Concilio Vaticano II” y del “gran reto de conocerlo bien e interpretarlo adecuadamente”.

En este sentido, ha expresado que “es necesario ahondar en este conocimiento para la renovación de la Iglesia” y para “llevar a cabo la obra de evangelización de nuestro mundo que es, en palabras de Pablo VI, una obra de renovación de la humanidad, que buena falta hace a todos” .

Para el purpurado, “Presbyterorum ordinis” es un documento poco conocido pero es “clave” porque “sin sacerdotes no hay evangelización y no hay obra de renovación”. Por eso, ha expresado el arzobispo de Valencia que “los sacerdotes somos absolutamente necesarios para que el mundo sea y para que la Iglesia sea, y tenemos una gran responsabilidad”.

Igualmente, el cardenal Cañizares ha recordado, citando palabras de quien fuera arzobispo de Valencia, actualmente en proceso de canoniozación, monseñor Jose María García Lahiguera, que “el sacerdote tiene que ser santo como Cristo” y ésta es no solamente la esencia de “Presbyterorum ordinis” sino que “es la sustancia viva de la persona de Álvaro del Portillo”.

Por la tarde, en la misa que ha presidido en la Catedral de Valencia ante miles de personas, monseñor Echevarría ha exhortado a “no tener miedo a mostrar nuestra fe en las distintas circunstancias del trabajo profesional” ni tampoco a “hablar frecuentemente cada uno también del alimento de los sacramentos”.

Durante la homilía, el Prelado del Opus Dei ha alentado a los presentes a “perder el respeto humano a hablar de los sacramentos, los miedos para hablar de la Confesión, un sacramento que siempre será actual y ahora también, y del que si hablamos, muchos podrán acercarse y recomenzar su vida, porque Dios nos ayuda y nos ama. También a hablar de otro sacramento inigualable que es la eucaristía”.

Igualmente, ha invitado a que “alejemos de nosotros la tentación de juzgar, la de ser personas que crean una barrera entre los demás y nosotros”, y también a “no estorbar la acción de Dios”. En este sentido, citando a san Josemaría, el fundador del Opus Dei, ha indicado que “si alguna pequeña llama se enciende, diciendo que es para servir al Señor, no la apaguéis, porque si no es de Dios se apagará sola”.

También ha animado a las familias a “daros continuamente aliento entre vosotros y a los demás con la sonrisa, con la conversación, porque sois comunicadoras del mismo amor de Dios”

En la misa en la Catedral de Valencia, que se ha celebrado en acción de gracias por la beatificación de su predecesor, el beato Alvaro del Portillo, han concelebrado con monseñor Echevarría el arzobispo de Valencia, cardenal Antonio Cañizares, que le ha invitado a presidir la Eucaristía, y numerosos sacerdotes miembros de la prelatura personal del Opus Dei. 

Precisamente, al comienzo de su homilía, monseñor Echevarría ha agradecido a Dios “tantas maravillas como en Valencia ha vivido el Opus Dei”. 

Fue en esta ciudad española donde san Josemaría abrió en 1939 el primer centro del Opus Dei en el mundo después del de Madrid, y también donde se publicó la primera edición de “Camino”, su obra más conocida en el mismo año.

(IDV)

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Fallece el cardenal Francis George
A la edad de 78 años, tras una larga lucha contra el cáncer. El Santo Padre envía un telegrama de pésame al actual arzobispo de Chicago

Por Redacción

MADRID, 18 de abril de 2015 (Zenit.org) - El cardenal Francis George, arzobispo emérito de Chicago, falleció este viernes a la edad de 78 años, tras luchar durante varios años contra el cáncer. Le diagnosticaron la enfermedad, por primera vez, en el 2006.

Tras ser informado del deceso, el papa Francisco manifestó su sentido pésame por la muerte del purpurado.

En un telegrama enviado al actual arzobispo de Chicago, Mons. Blase Cupich, el Pontífice recuerda con gratitud el testimonio de vida consagrada del cardenal George como Oblato de María Inmaculada, su servicio al apostolado educativo de la Iglesia y sus años de ministerio episcopal en las Iglesias de Yakima, Portland y Chicago.

Así, el Santo Padre confía “el alma de este sabio y amable pastor” al amor misericordioso de Dios.

El purpurado estadounidense nació en Chicago el 16 de enero de 1937. Entró en los Oblatos de María Inmaculada el 14 de agosto de 1957. Posteriormente, fue ordenado sacerdote en su ciudad natal el 21 de diciembre de 1963.

El papa Juan Pablo II le nombró obispo de Yakima, en el estado de Washington, en 1990. Tras servir allí durante cinco años, fue designado arzobispo de Portland, en Oregon, el 30 de abril de 1996.

Menos de un año después, el 8 de abril de 1997, fue nombrado arzobispo de Chicago tras el fallecimiento del cardenal Joseph Bernardin el 14 de noviembre de 1996.

Asistió a la Asamblea Especial para América del Sínodo de los Obispos, en la Ciudad del Vaticano, del 16 de noviembre al 12 de diciembre de 1997; fue secretario especial de la misma.

En febrero de 2001 predicó el retiro cuaresmal de la Curia Vaticana, al que asistió san Juan Pablo II. Participó también en el cónclave del 18 y 19 de abril de 2005, que eligió a Benedicto XVI, y en el que designó al papa Francisco en el 2013. 

Entre el 2007 y el 2010 fungió como presidente de la Conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos (USCCB).

A continuación publicamos el texto íntegro de la declaración del arzobispo Blase J. Cupich con motivo del fallecimiento del cardenal Francis George, OMI, arzobispo emérito de Chicago:

"Un hombre de paz, tenacidad y coraje ha sido llamado a casa con el Señor. Nuestro amado Cardenal George falleció hoy a las 10:45 a.m. en la Residencia.

El camino de la vida del Cardenal George comenzó y terminó en Chicago. Él fue un hombre de una gran valentía que superó muchos obstáculos para llegar a ser sacerdote. Cuando se unió al sacerdocio no buscó una posición cómoda; en lugar de esto se enroló en una orden misionera, los Oblatos de María Inmaculada, y sirvió al pueblo de Dios en circunstancias difíciles – en África, Asia y alrededor del mundo.

Ciudadano orgulloso de Chicago, se convirtió en líder de su orden y volvió a viajar lejos de casa, sin dejar que sus limitaciones físicas moderaran su celo por llevar la promesa del amor de Cristo, a donde más se necesitaba. Cuando fue ordenado obispo, sirvió fielmente, primero en Yakima, donde aprendió español para estar más cerca de su pueblo. Luego se desempeñó en Portland, donde pidió a la gente que continuara enseñándole cómo ser un buen obispo. A cambio, se comprometió a ayudarlos a ser buenos misioneros.

El Cardenal George era un líder respetado entre los obispos de los Estados Unidos. Un ejemplo de esto fue cuando la iglesia tuvo que enfrentarse al grave pecado del abuso sexual clerical y él se mantuvo fuerte entre sus compañeros obispos e insistió en que la tolerancia cero era la única vía consistente con nuestras creencias.

Sirvió a la Iglesia universal como cardenal y ofreció su consejo y apoyo a tres Papas y a sus colaboradores en las congregaciones romanas. De esta manera, contribuyó a la gestión institucional de la Iglesia en todo el mundo.

Aquí en Chicago, el cardenal visitó todos los rincones de la arquidiócesis, en donde habló con los fieles y trató con bondad cada interacción. Se dedicó a cumplir una agenda llena de compromisos, eligiendo siempre atender a la iglesia antes que a su propia comodidad y al pueblo antes que a sus propias necesidades. En fechas recientes hemos sido testigos de su valentía al enfrentar las crecientes dificultades que le causó el cáncer.

Prestemos atención a su ejemplo y seamos un poco más valientes, un poco más firmes y mucho más amorosos. Esta es la forma más segura de honrar su vida y celebrar su regreso a la presencia de Dios.

Ahora que celebramos en estos días de Pascua nuestra nueva vida en el Señor resucitado, ofrezcamos juntos, ustedes y yo, consuelo a la familia del Cardenal George, especialmente a su hermana, Margaret, asegurándoles nuestras oraciones, dando gracias a Dios por su vida y por sus años de dedicación a la Arquidiócesis de Chicago. Oremos para que Dios traiga a este siervo bueno y fiel a la plenitud de su reino.

Que el Cardenal George descanse en paz". 

(Texto distribuido por la Archidiócesis de Chicago)

Para más información consultar aquí.

(IDV)

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Jóvenes y comprometidos, el nuevo documental web sobre la doctrina social (Vídeo)
Es una iniciativa de jóvenes franceses en favor de la igualdad y la inclusión social

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Francisco rezará con la Comunidad de Taizé en el aniversario del asesinato de su fundador (Ví­deo)
Roger Schutz fue asesinado en el 2005 durante un encuentro ante 3.000 personas

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Jóvenes de todo el mundo participan en el Showing Film Awards de cortos solidarios (Ví­deo)
El tema escogido este año como motivo central es 'La lealtad, way of life'

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Espiritualidad


Beato Conrado de Ascoli - 19 de abril
«Obediencia y fidelidad de un insigne franciscano, humilde y penitente, que evangelizó África, Roma y París. Fue estimado por el papa Nicolás IV, su amigo de infancia y compañero en la misma Orden, quien pensó designarlo cardenal»

Por Isabel Orellana Vilches

MADRID, 18 de abril de 2015 (Zenit.org) - Nació el 18 de septiembre de 1234 en Ascoli Piceno, Italia. Formaba parte de una reconocida familia de ilustre abolengo: los Miliani. Uno de sus amigos de infancia era Jerónimo Masci futuro general de la Orden franciscana y papa (Nicolás IV), descendiente también de una relevante familia de la burguesía de Ascoli. Se cuenta que Conrado intuía el futuro que aguardaba a su compatriota porque siendo niños algunas veces se arrodillaba ante él. Y como ese gesto fuera apreciado por otras personas que, como es natural, quisieron saber qué lo impulsaba, con toda naturalidad explicó que veía en él al sucesor de Pedro. Incluso vislumbraba en sus manos las llaves, símbolo de la Iglesia, una apreciación que solo podía provenir de lo alto. Pues bien, esta feliz circunstancia que conllevaba su estrecha convivencia superó lo anecdótico ya que ambos compartieron su vocación por la vida franciscana.

Vistieron el hábito de la Orden a la par en el convento de Ascoli, y siguieron una formación paralela realizando su noviciado en Asís. Pero la Providencia fue preparando a Jerónimo para encarnar misiones de gobierno que marcaron el inicio de dos caminos divergentes entre estos hermanos. Ahora bien, unidos siempre por el ideal de Cristo, y en una misma vocación, no dejaron de estar el uno en el corazón del otro. Y Jerónimo acudiría a Conrado en otras circunstancias. Antes, desde 1255 a 1273, aquél pasó por las Marcas y el Lacio, siendo lector de teología y predicador en Dalmacia-Croacia, a instancias de san Buenaventura que apreciaba su valía. Seguro que Conrado tuvo noticias también de su fructífera intervención diplomática en Constantinopla, labor que fue ensalzada porque la situación creada entre la iglesia greco-bizantina y la católica era altamente delicada.

Mientras la vida de Jerónimo discurría por esta senda, Conrado se había trasladado a Peruggia donde se doctoró, enseñó teología y se dedicó a evangelizar. Ambos fueron ejemplo de humildad y obediencia. Luego en el transcurso del capítulo general de Lyon, el 19 de mayo de 1274 Jerónimo fue designado ministro general de la Orden. El último había sido san Buenaventura, pero el Seráfico Doctor desde 1273 asumía la dignidad de cardenal. Murió el 17 de julio de ese año 1274. Una vez que Jerónimo tomó posesión de su nuevo oficio autorizó la partida de Conrado a tierras africanas, concretamente a Libia. Fue el primer misionero de Cirenaica.

En esa época Francia quería invadir España y el papa Nicolás III intervino para impedirlo a través de Masci, asignándole como compañero de tan compleja misión a Conrado. Logrado este propósito, regresaron a Roma donde Masci fue nombrado cardenal en 1278. El beato pasó dos años en Roma, y después fue enviado a París donde impartió teología en su universidad. Pero cuando Jerónimo fue elegido pontífice en 1288 sucediendo a Honorio IV, lo reclamó de nuevo. Tuvo en cuenta su autorizado juicio y estaba seguro de que sería un excelente consejero. La vida de Conrado, celoso e incansable apóstol de Cristo, había estado marcada por la humildad y la penitencia. Se le veía revestido de un áspero hábito, caminaba con los pies descalzos, descansaba solamente unas pocas horas en una rígida tabla, ayunaba a pan y agua cuatro de los siete días de la semana, y alentaba a todos a la conversión. Tenía una gran devoción por la Santísima Trinidad y la Pasión de Cristo. Fue un aspirante al martirio y siempre quiso unir sus sufrimientos a los del Redentor. Fue agraciado con el don de milagros y el de profecía. Entre la gente había cundido la idea, fraguada en lo que veían, de que se hallaban ante un santo.

Nicolás IV sabía que era un religioso de singular valía, y pensó designarlo cardenal. Cuando este deseo llegó a oídos de Conrado, que se sentía llamado a encarnar el espíritu de anonadamiento, experimentó un hondo sentimiento de desagrado. Pero se dispuso a obedecer. Es lo que había hecho Jerónimo cuando fue elegido para desempeñar las altas misiones que le encomendaron: asumir su contrariedad y abrazarse a la cruz. Llegado el momento de la despedida de los fieles, las palabras que pronunció Conrado en la predicación no eran más que el signo de lo que anidaba en su corazón. Glosó maravillosamente las virtudes cristianas, ensalzando de forma especial el valor de la vida oculta en Cristo.

En esos momentos su salud estaba ya muy debilitada. Por eso, un viaje, que entonces era extenuante, le afectó sobremanera. Y yendo camino de Roma no le quedó más remedio que detenerse en Ascoli para gozo de todos, como él mismo pudo comprobar a través de las muestras de afecto que le dispensaron. Le quedaba únicamente un mes de vida. Hallándose en su ciudad natal, cayó enfermo. Sabía que se encontraba a punto de entregar su alma a Dios porque le fue dado a conocer de antemano el día y hora de su deceso. Pudo prepararse para ese momento tan anhelado, y el día 19 de abril de 1289 ingresó en el cielo. La noticia produjo una especial consternación porque ya era aclamado por su fama de virtud. Su hermano, compañero y amigo, pontífice Nicolás IV, no ocultó su dolor develando que, efectivamente, había pensado nombrar cardenal a este entrañable y fiel religioso. Después, profundamente conmovido mandó erigir un mausoleo sobre la sepultura en San Lorenzo alle Piagge de Ascoli Piceno. El 28 de mayo de 1371 los restos de Conrado fueron depositados en la iglesia de San Francisco en la misma ciudad. Pío VI determinó concederle Oficio y Misa en su honor el 30 de agosto de 1783.

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