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El mundo visto desde Roma

Servicio diario - 19 de abril de 2015

La frase del día - 19 de abril

"Cuando sientas que ya no sirves para nada, todavía puedes ser santo". San Agustín

 


El papa Francisco

Francisco en el Regina Coeli: 'El testigo es uno que ha cambiado de vida'
Texto completo. El Papa recuerda que el cristiano no se puede dejar llevar por las comodidades, las vanidades y el egoísmo

El Papa reitera su llamamiento para evitar más muertes en el Mediterráneo
Francisco recuerda en el Regina Coeli que 'son hombres y mujeres como nosotros, hermanos nuestros que buscan una vida mejor, hambrientos, perseguidos, heridos, explotados, ví­ctimas de guerras'

Mirada al mundo

Inició la ostensión de la Sábana Santa
Se expone en la Catedral de Turí­n desde este domingo y hasta el próximo 24 de junio. El Papa viajará a la ciudad italiana para venerar la Síndone y rendir homenaje a san Juan Bosco

Rome Reports

Celebran los 300 años de su congregación junto al Papa Francisco (Ví­deo)
Son las hermanas del Santí­simo Sacramento y se encargan de labores educativas y enfermos

Experto en yihadismo: Europa debe tomar en serio la amenaza del Estado Islámico (Ví­deo)
Ocupan un territorio mayor al de las Islas Británicas y cuentan con filiales en varios paí­ses

Espiritualidad

Cristianos en medio del mundo
'Palabra y Vida' del arzobispo de Barcelona

Santa Inés de Montepulciano - 20 de abril
«Modelo para Catalina de Siena, Inés fue inusualmente precoz en la elección de la vida consagrada. Era una niña de 9 años cuando ingresó en el convento. A los 12 administraba los bienes, y a los 15 se convirtió en abadesa»


El papa Francisco


Francisco en el Regina Coeli: 'El testigo es uno que ha cambiado de vida'
Texto completo. El Papa recuerda que el cristiano no se puede dejar llevar por las comodidades, las vanidades y el egoísmo

Por Redacción

CIUDAD DEL VATICANO, 19 de abril de 2015 (Zenit.org) - Como cada domingo, durante el tiempo pascual, el papa Francisco rezó la oración del Regina Coeli desde la ventana de su estudio en el Palacio Apostólico, ante una multitud que le atendía en la Plaza de San Pedro.

Dirigiéndose a los fieles y peregrinos venidos de todo el mundo, que le acogieron con un largo y caluroso aplauso, el Pontífice argentino les dijo:

“Queridos hermanos y hermanas ¡buenos días!

En las lecturas bíblicas de la liturgia de hoy resuena por dos veces la palabra “testigos”. La primera vez, en los labios de Pedro: él, después de la curación del paralítico ante la puerta del templo de Jerusalén, exclama: “Mataron al autor de la vida. Pero Dios lo resucitó de entre los muertos, de lo cual nosotros somos testigos”. La segunda vez es en los labios de Jesús resucitado: Él, la tarde de Pascua, abre la mente de los discípulos al misterio de su muerte y resurrección y les dice: “Ustedes son testigos de todo esto”. Los Apóstoles, que vieron con los propios ojos a Cristo resucitado, no podían callar su extraordinaria experiencia. Él se había mostrado a ellos para que la verdad de su resurrección llegara a todos mediante su testimonio. Y la Iglesia tiene la tarea de prolongar en el tiempo esta misión; cada bautizado está llamado a dar testimonio, con las palabras y con la vida, que Jesús ha resucitado, que Jesús está vivo y presente en medio de nosotros. Todos nosotros estamos llamados a dar testimonio de que Jesús está vivo.

Podemos preguntarnos: pero, ¿quién es el testigo? El testigo es uno que ha visto, que recuerda y cuenta. Ver, recordar y contar son los tres verbos que describen la identidad y la misión. El testigo es uno que ha visto, con ojo objetivo, ha visto una realidad, pero no con ojo indiferente; ha visto y se ha dejado involucrar por el acontecimiento. Por eso recuerda, no solo porque sabe reconstruir en modo preciso los hechos sucedidos, sino también porque aquellos hechos le han hablado y él ha captado el sentido profundo. Entonces el testigo cuenta, no de manera fría y distante sino como uno que se ha dejado poner en cuestión y desde aquel día ha cambiado de vida. El testigo es uno que ha cambiado de vida. 

El contenido del testimonio cristiano no es una teoría, no es una ideología o un complejo sistema de preceptos y prohibiciones o un moralismo, sino que es un mensaje de salvación, un acontecimiento concreto, es más, una Persona: es Cristo resucitado, viviente y único Salvador de todos. Él puede ser testimoniado por quienes han hecho una experiencia personal de Él, en la oración y en la Iglesia, a través de un camino que tiene su fundamento en el Bautismo, su alimento en la Eucaristía, su sello en la Confirmación, su continúa conversión en la Penitencia. Gracias a este camino, siempre guiado por la Palabra de Dios, cada cristiano puede transformarse en testigo de Jesús resucitado. Y su testimonio es mucho más creíble cuanto más transparenta un modo de vivir evangélico, gozoso, valiente, humilde, pacífico, misericordioso. En cambio, si el cristiano se deja llevar por las comodidades, por las vanidades, por el egoísmo, si se convierte en sordo y ciego ante la pregunta sobre la “resurrección” de tantos hermanos, ¿cómo podrá comunicar a Jesús vivo, como podrá comunicar la potencia liberadora de Jesús vivo y su ternura infinita?

María, nuestra Madre, nos sostenga con su intercesión para que podamos convertirnos, con nuestros límites, pero con la gracia de la fe, en testigos del Señor resucitado, llevando a las personas que nos encontramos los dones pascuales de la alegría y de la paz”.

Al término de estas palabras, el Santo Padre rezó la oración del Regina Coeli:

Regina coeli, laetare, alleluia...

Al concluir la plegaria, el Papa se refirió al naufragio de un viejo pesquero con centenares de inmigrantes ocurrido este domingo frente a las costas de Libia:

“Queridos hermanos y hermanas,

están llegando en estas horas noticias relativas a una nueva tragedia en las aguas del Mediterráneo. Una embarcación cargada de migrantes volcó la pasada noche a unas 60 millas de la costa libia y se teme que haya centenares de víctimas.

Expreso mi más sentido dolor ante tal tragedia y aseguro para los desaparecidos y sus familias mi recuerdo y mi oración. Dirijo un apremiante llamamiento para que la comunidad internacional actúe con decisión y rapidez, para evitar que similares tragedias se repitan.

Son hombres y mujeres como nosotros, hermanos nuestros que buscan una vida mejor, hambrientos, perseguidos, heridos, explotados, víctimas de guerras, buscan una vida mejor… Buscaban la felicidad…

Les invito a rezar en silencio antes y después todos juntos por estos hermanos y hermanas”.

Tras un momento de silencio, el Pontífice y los fieles presentes en la Plaza de San Pedro rezaron un Ave María:

Ave María…

A continuación, llegó el turno de los saludos que tradicionalmente realiza el Obispo de Roma:

“Dirijo un cordial saludo a todos ustedes, venidos de Italia y de tantas partes del mundo: a los peregrinos de la diócesis de San Andrés, en Brasil, a los de Berlín, Múnich y Colonia, a los estudiantes de Grafton (Australia) y a los de Sant Feliu de Llobregat (España). Saludo a los polacos de la diócesis de Rzeszów y manifiesto mi cercanía a los participantes en la “Marcha por la santidad de la vida” que se desarrolla en Varsovia, animando a defender y a promover siempre la vida humana.

Saludo a la Acción Católica de Formia, los fieles de Milán, Lodi, Limbiate y Torre Boldone (Bérgamo); a los chicos de Turín, Senigallia, Almenno San Salvatore, Villafontana y Grássina; a los jóvenes de Noventa Vicentina y Catania; al coro de Trecate y a los socios del Lions Club.

Un saludo especial al grupo de la Universidad Católica del Sagrado Corazón, con ocasión de la actual Jornada Nacional de apoyo a este gran Ateneo. Es importante que pueda continuar para seguir formando a los jóvenes en una cultura que conjugue fe y ciencia, ética y profesionalidad”.

El Santo Padre dedicó también unas palabras a la exposición de la Sábana Santa de Turín:

“Hoy comienza en Turín la solemne ostensión de la sagrada Síndone. También yo, si Dios quiere, iré a venerarla el próximo 21 de junio. Espero que este acto de veneración nos ayude a todos a encontrar en Jesucristo el rostro misericordioso de Dios y nos ayude a reconocerlo en los rostros de los hermanos, especialmente en los que más sufren”.

Como de costumbre, Francisco concluyó su intervención diciendo:

“Por favor, no se olviden de rezar por mí. Les deseo a todos un buen domingo y ¡buen almuerzo!”

(Texto traducido y transcrito del audio por ZENIT)

© Copyright - Libreria Editrice Vaticana

(IDV)

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El Papa reitera su llamamiento para evitar más muertes en el Mediterráneo
Francisco recuerda en el Regina Coeli que 'son hombres y mujeres como nosotros, hermanos nuestros que buscan una vida mejor, hambrientos, perseguidos, heridos, explotados, ví­ctimas de guerras'

Por Redacción

CIUDAD DEL VATICANO, 19 de abril de 2015 (Zenit.org) - El papa Francisco reiteró este domingo su llamamiento a la comunidad internacional para que “actúe con decisión y rapidez” y evite más tragedias como la ocurrida hoy en el Mediterráneo, con la desaparición de 700 personas tras naufragar el barco en el que viajaban hacia Italia. “Dirijo un apremiante llamamiento a la comunidad internacional para que actúe con decisión y repidez, para evitar que similares tragedias se repitan”, recalcó el Santo Padre.

El Pontífice recordó también que “son hombres y mujeres como nosotros, hermanos nuestros que buscan una vida mejor, hambrientos, perseguidos, heridos, explotados, víctimas de guerras, buscan una vida mejor… Buscaban la felicidad”.

El Obispo de Roma pronunció estas palabras tras el rezo del Regina Coeli, ante miles de fieles congregados en la Plaza de San Pedro del Vaticano. A ellos les invitó a “rezar en silencio antes y después todos juntos por estos hermanos y hermanas” desaparecidos en las aguas del Canal de Sicilia. “Expreso mi más sentido dolor ante tal tragedia y aseguro para los desaparecidos y sus familias mi recuerdo y mi oración”, apostilló.

El papa Francisco ya realizó ayer un llamamiento a la comunidad internacional para que haya “una implicación más amplia”, durante la audiencia que mantuvo con el presidente de la República italiana, Sergio Mattarella.

“Es evidente que las proporciones del fenómeno requieren una implicación más amplia. No debemos cansarnos de solicitar un empeño más extenso a nivel europeo e internacional”, señaló entonces.

En el Mediterráneo han muerto más de mil personas desde comienzos de año, y los naufragios se suceden ahora casi a diario. 

En los últimos días, más de diez mil inmigrantes prodecentes de las costas del norte de África fueron rescatados por el Servicio de Guardacostas italiano y otros 400 continúan desaparecidos.

(IDV)

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Mirada al mundo


Inició la ostensión de la Sábana Santa
Se expone en la Catedral de Turí­n desde este domingo y hasta el próximo 24 de junio. El Papa viajará a la ciudad italiana para venerar la Síndone y rendir homenaje a san Juan Bosco

Por Redacción

ROMA, 19 de abril de 2015 (Zenit.org) - La ostensión de la Sábana Santa inició este domingo en la ciudad italiana de Turín. La Sábana Santa o Síndone es el paño con que se cree fue envuelto Jesús antes de ser puesto en el sepulcro.

Para los creyentes es el símbolo de la resurrección de Cristo, para los no creyentes un misterio que la ciencia no logra explicar.

El arzobispo de Turín, Mons. Cesare Nosiglia, presidió la misa con la que inició este domingo la exposición de la Síndone a los fieles, la cual durará hasta el 24 de junio.

“La Sábana Santa, que lleva los signos del sufrimiento de Cristo, es también el anuncio de la Resurrección y por lo tanto de esperanza, nos dice que el bien vence sobre el mal”, indicó el arzobispo. Además, afrimó que Jesús nos enseñó una respuesta diversa que la de responder al mal con el mal.

También recordó el drama de los prófugos cristianos arrojados al mar y el de la inmigración. Y añadió que es necesario “hacer crecer el diálogo interreligoso porque los extremistas siempre han existido en todas las religiones, etnias o Estados que quieren imponer su voluntad”.

El papa Francisco viajará a Turín los días 21 y 22 de junio, para venerar la Síndone y rendir homenaje a san Juan Bosco, en el segundo centenario de su nacimiento.

Durante la visita a la ciudad, el Santo Padre celebrará una multitudinaria misa en la Piazza Vittorio, en la que se dispondrá un lugar reservado para algunos jóvenes y enfermos, y comerá con un grupo de detenidos de la cárcel de menores Ferrante Aporti.

Además, el Pontífice visitará el santuario de Nuestra Señora de la Consolación, y mantendrá diferentes encuentros en la Basílica de Santa María Auxiliadora, el Cotolengo y el Templo Valdense.

Por otra parte, ya hay un millón de personas que se han inscrito para visitar la tela de lino con la imagen de un hombre que tiene los traumas físicos de la crucifixión, y sobre la cual la ciencia aún no logra explicar diversos misterios.

La Iglesia Católica no se ha pronunciado oficialmente sobre la autenticidad del sudario al que, desde hace años, se ha sometido a pruebas científicas. Algunos estudios históricos y científicos ubican la Sábana Santa en la época de Cristo, otros como la prueba del carbono-14 llegaron a la conclusión de que era medieval (1260-1390), aunque los resultados recibieron objeciones. La imagen se ve más claramente en negativo, efecto que fue descubierto por el fotógrafo amateur Secondo Pia.

Con motivo de los 200 años del nacimiento del fundador de los Salesianos, la Síndone se expondrá de nuevo de forma extraordinaria. La última vez que se exhibió fue en el año 2010.

El acceso al lugar de la ostensión de la Sábana Santa es gratuito, aunque los fieles y peregrinos que lo deseen podrán dejar un donativo al finalizar la visita.

(HSM) (IDV)

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Rome Reports


Celebran los 300 años de su congregación junto al Papa Francisco (Ví­deo)
Son las hermanas del Santí­simo Sacramento y se encargan de labores educativas y enfermos

Por Rome Reports

ROMA, 19 de abril de 2015 (Zenit.org) - Para ver el vídeo hacer click aquí.

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Experto en yihadismo: Europa debe tomar en serio la amenaza del Estado Islámico (Ví­deo)
Ocupan un territorio mayor al de las Islas Británicas y cuentan con filiales en varios paí­ses

Por Rome Reports

ROMA, 19 de abril de 2015 (Zenit.org) - Para ver el vídeo hacer click aquí.

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Espiritualidad


Cristianos en medio del mundo
'Palabra y Vida' del arzobispo de Barcelona

Por Cardenal Lluís Martínez Sistach

BARCELONA, 19 de abril de 2015 (Zenit.org) - Hoy resulta especialmente necesaria y urgente la presencia de los cristianos con una actitud evangelizadora en medio de nuestra sociedad. La Iglesia existe para evangelizar. Todos los cristianos son Iglesia y deben evangelizar.

La Iglesia evangeliza siempre. Lo hace cuando celebra cada día el misterio eucarístico, administra los sacramentos y anuncia la palabra de Dios. Sin embargo, observamos un proceso progresivo de descristianización. Muchos hombres y mujeres de hoy no encuentran en la evangelización permanente de la Iglesia del Evangelio, es decir, una respuesta convincente a la pregunta: ¿Cómo vivir? Por ello, más allá de la evangelización permanente, hoy es muy necesaria una nueva modalidad de testimonio cristiano, que sea capaz de hacerse escuchar por el mundo de hoy. Todo el mundo tiene necesidad del Evangelio, que está hecho para todos.

Cabe preguntarse: ¿cuál es el campo de los laicos cristianos en la evangelización y en el testimonio cristiano? La primera respuesta es ésta: los laicos son Iglesia y participan de la única misión de la Iglesia tanto en el seno de la comunidad eclesial como en el mundo, tanto en el orden espiritual como en el temporal.

Pero, ¿cuál de los dos campos es el específico de los laicos cristianos? El Concilio Vaticano II dio una respuesta clara afirmando que "el carácter secular es el propio y peculiar de los laicos". Los laicos cristianos tienen como vocación propia buscar el reino de Dios ocupándose de las realidades de este mundo y ordenándolas según Dios. Viven en el mundo, en todas y cada una de las profesiones y en las condiciones ordinarias de la familia y de la sociedad, que forman el tejido de su existencia. Los laicos cristianos reúnen la doble condición de ser miembros de la Iglesia y de vivir plenamente insertados en medio del mundo.

El trabajo primero e inmediato de los laicos es la realización de todas las virtualidades cristianas, escondidas, ciertamente, pero ya presentes y operantes en las realidades del mundo. Así, el campo propio de la actividad de los laicos cristianos como tales es el mundo amplio y complejo de la política, de la realidad social, de la economía, así como el de la familia, de la educación, de la cultura, del ocio, etc. Su identidad cristiana consiste en estar en el mundo sin ser del mundo.

Si esta es la vocación específica de los laicos cristianos, podemos preguntarnos: ¿se tiene conciencia de esta vocación? Hoy se observa en todo el mundo que los laicos cristianos tienen la tentación de dedicarse excesivamente a los servicios intraeclesiales, dejando su tarea específica de presencia cristiana en medio del mundo. Esta constatación es preocupante y hay que tomar conciencia de ello. Jesús pidió en la santa cena al Padre por sus discípulos: "No te pido que los saques del mundo".

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Santa Inés de Montepulciano - 20 de abril
«Modelo para Catalina de Siena, Inés fue inusualmente precoz en la elección de la vida consagrada. Era una niña de 9 años cuando ingresó en el convento. A los 12 administraba los bienes, y a los 15 se convirtió en abadesa»

Por Isabel Orellana Vilches

MADRID, 19 de abril de 2015 (Zenit.org) - San Raimundo de Capua, biógrafo de Catalina de Siena, es una de las fuentes principales para conocer a esta santa. Ella no ocultó su impresión al conocer los hechos extraordinarios que Dios hizo por medio de Inés, y la profundísima vida de piedad y penitencia que jalonó su existencia. En su Diálogo escribió Catalina: «La dulce virgen santa Inés, que desde la niñez hasta el fin de su vida me sirvió con humildad y firme esperanza sin preocuparse de sí misma». En Inés fueron palpables los signos de la sencillez e inocencia evangélica, muestra de que un niño no tiene doblez y de que su apertura a los más altos ideales obedece a un patrimonio legado por el Padre celestial, al que jamás se cierra; siempre está presto a manifestarse a poco que se estimule y acompañe en el camino de la fe. Si todavía hay alguien que piense que el rigor y la comprensión de una alta vida espiritual es impropia de esa edad, debería desterrar la idea.

Nació Inés Segni el 28 de enero de 1268 en Gracciano Vecchio, pequeña localidad cercana a Montepulciano, Italia. Su familia, poseedora de excelentes recursos económicos, abrazaba el credo que ella heredó, complaciéndose en el rezo de las oraciones que le enseñaron, especialmente el Padrenuestro y el Avemaría. Los recitaba en distintos momentos del día priorizando este fervoroso gesto sobre los juegos infantiles que retomaba después de haber orado devotamente. Muy niña se fijó en el tosco hábito, un «sacco», que llevaban las religiosas de su ciudad natal. Le sedujeron, porque a su corta edad ya experimentaba particular tendencia a la espiritual. Y a los 9 años ingresó en la comunidad. Tuvo la fortuna de que sus padres se lo permitieran al ver la madurez con la que expuso su anhelo, y de ser acogida y formada por ellas.

A los 12 años Inés eran tan capaz y tan virtuosa que pusieron en sus manos la administración de los bienes del monasterio. Y a los 15 fue enviada a Procena en respuesta a una demanda efectuada por las personas que tenían a su cargo el castillo de Montepulciano que solicitaban la presencia de las monjas allí. Para asumir el oficio de abadesa tuvo que ser dispensada por el papa Martín IV. El hecho de ser elegida para esta misión siendo tan joven da idea de su talla humana y espiritual. La clave de su vida era la oración continua. El trato familiar con las Personas Divinas y su devoción por la Virgen María cincelaban su espíritu con los signos indelebles de un amor que iba transfigurándola en Cristo. Era amable, humilde, sencilla, bondadosa, abnegada, con gran visión de gobierno, y mostraba en toda circunstancia paz y alegría. Al encarnar las virtudes evangélicas todo lo que decía era creíble.

Junto a Margarita, que fue su formadora, fundó otro monasterio en Montepulciano a petición de un grupo de caballeros. A sus 18 años el obispo la designó superiora del mismo. Permaneció en ese cargo veintidós años. En este nuevo convento, con su ilimitada entrega, llena de confianza en Dios, el rigor en el cumplimiento de la regla, su oración y pasión por la Eucaristía, siguió arrebatando la gracia de muchísimas vocaciones. Tuvo también preocupaciones y disgustos. En dos ocasiones viajó a Roma. Una de ellas con objeto de cercenar de raíz la ambición y afanes de poder internos. Por si fuera poco, su úlcera de estómago y habituales infecciones intestinales no le dieron excesiva tregua desde 1304, aunque ella mostraba extraordinaria fortaleza de manera incesante soportándolas con paciencia.

Las noticias de su excelsa forma de vida y de la bondad que regía el monasterio que se hallaba bajo su responsabilidad fue origen de una tercera fundación que requirieron pusiese en marcha en Montepulciano, erigida con la aprobación del pontífice. Años atrás, la Virgen le había encomendado esta obra sellada con el signo de tres piedras que entregó a la religiosa. Vio en la oración que debía ser destinada a la juventud y, con la contribución económica de amigos, familiares y vecinos, abrió el convento en 1306 en ese monte en cuyas laderas moraban mujeres de vida descarriada. Eligió la regla a seguir después de tener una visión en la que se le presentaron tres santos: Agustín, Domingo y Francisco. Iban navegando en un barco y la invitaron a subir. En medio de la sobrenatural conversación, Domingo vaticinó: «Subirá a mi nave, pues así lo ha dispuesto Dios». Y el espíritu dominicano fue adoptado por ella y sus hermanas.

Adornada con diversos carismas, el de milagros y éxtasis, entre otros, que comenzaron a manifestarse en su infancia, recibía también mensajes extraordinarios. En una de estas visiones, narrada por san Raimundo, la Virgen depositó al Niño Jesús en sus brazos, y parece ser que antes de entregárselo de nuevo a María, le quitó la cruz que portaba en el cuello y la conservó. En otra ocasión, tras haber contemplado el gozo del paraíso con la Virgen y los santos que entonaban Vernans Rosa (floreciendo la rosa), apareció una rosa en el lugar donde había estado hincada de rodillas.

En 1316 por sugerencia de las religiosas aceptó recibir tratamiento para sus enfermedades en las termas de Chianciano. Allí siguieron obrándose prodigios. Empeoró y regresó a Montepulciano. Los últimos meses de vida los pasó animando y confortando espiritualmente a sus hermanas. Quienes la acompañaban en los postreros instantes no podían evitar la emoción. Pero Inés las consoló, diciéndoles: «Si en verdad me aman, alégrense de que voy al Padre Dios a recibir su herencia eterna. No se afanen, que desde la eternidad las encomendaré siempre». Falleció el 20 de abril de 1317.Catalina de Siena, que la denominó «madre gloriosa»,acudió a venerar sus restos treinta años más tarde. El cuerpo se hallaba (y se encuentra) incorrupto. Según relató san Raimundo, cuando Catalina hizo ademán de arrodillarse, uno de los pies de Inés cobró vida y se puso a su alcance, hecho milagroso que fue contemplado por los que se encontraban allí. Clemente VIII beatificó a Inés en 1608. Benedicto XIII la canonizó el 10 de diciembre de 1726.

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