La Presidente de los Focolares fue invitada al ‘Debate sobre la promoción de la tolerancia y la reconciliación’. Se está desarrollando los días 21 y 22 de abril en el Palacio de Cristal de Nueva York.

Maria Voce participa junto a otros líderes religiosos para ayudar a identificar estrategias que promuevan sociedades pacíficas e inclusivas, como radical alternativa a las fuerzas que alimentan el extremismo violento. Ha querido asistir al Debate junto al joven italiano Ermanno Perotti para mostrar “el trabajo que el Movimiento de los Focolares realiza en unidad entre las diferentes generaciones, enraizado en el presente y mirando hacia el futuro”.

Su intervención ha comenzado recordando cómo en los orígenes del Movimiento de los Focolares estaba el “empeño por la regeneración del tejido social”Chiara Lubich y sus primeras compañeras decidieron “arriesgar la propia vida para aliviar los sufrimientos de los pobres. Un gesto que muchos otros, antes y después de ellas, han hecho y harán, pero que en todo caso tiene la fuerza y la valía de introducir en el circuito destructivo del conflicto”. Ha pasado a continuación, a señalar la experiencia “continua y fecunda” que supone el encuentro entre culturas y religiones en el Movimiento de los Focolares. Un diálogo exigente y comprometido, pero que se muestra como un camino válido para obtener una civilización en la que todos se reconozcan libres, iguales y hermanos.

También ha retomado el desafío que ya lanzara Chiara Lubich durante su participación en el Simposio Hacia la unidad de las Naciones y la unidad de los pueblos, en 1997. En aquella ocasión, la fundadora de los Focolares propuso “amar la patria de los demás como la propia, hasta la edificación de la fraternidad universal.” Y tras los atentados de 11 de septiembre de 2001 y las intervenciones militares en Afganistán y en Irak animó a tener el valor de “inventar la paz”.

Maria Voce ha concluido apelando a la Regla de Oro, que une religiones y tradiciones culturales; ha pedido que las religiones puedan ser esa “comunidad que comparte y da sentido a las alegrías y sufrimientos del hombre de hoy, encaminando todo a la realización de la única y universal familia humana”.

Como ha dicho al concluir su intervención, espera “poder ofrecer durante la sesión de la tarde algún testimonio concreto”.